Ha sido una alegría inmensa como sevillista que mi equipo se haya encumbrado también como campeón de la Supercopa de Europa; pero mayor ha sido la emoción al volver a ver esa profusión de banderas españolas enarboladas por una afición, que en su campo vive amedrentada por los esperpénticos y ridículos biris.
Solo me queda dar las gracias a la directiva, por no permitir que una afición se corrompa por la estupidez de una minoría imbecil y borrega de la escoria separatista.
Sin duda Del Nido ha debido sentirse como el emperador Constantino cuando le fue tranmitida en sueños aquella frase de "Con este signo vencerás", solo que en este caso no ha sido la cruz, sino la bandera de España, portada por los jugadores en la camiseta y mecida al viento por su afición.
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