Sevilla, 10 enero 2007. El presidente del gobierno de la comunidad autónoma de Andalucía, el socialista Manuel Chaves, firmó ayer la convocatoria del referéndum que pretende ratificar la reforma del Estatuto de Autonomía, que fija la fecha de su celebración el domingo 18 de febrero.

Este nuevo trágala que han pactado el PSOE, el PP e IU, a imitación de lo que han ido haciendo en otras comunidades autónomas como Valencia, o --más disimuladamente en cuanto al pacto-- en Cataluña, amenaza con superar el abuso que ya fuera el referéndum del 28 de febrero de 1980, cuando una UCD (ahora PP) débil y sin criterio confirmó, incluso contra los criterios democráticos al uso, un primer Estatuto en el que ya estaban los vicios que serán aumentados con la reforma que ahora se pretende aprobar, entre ellos:

  • Creación ex novo de una comunidad autónoma que no se corresponde con ninguna región histórica, sino que comprende varias, que quedan mutiladas y disueltas en ella (hablar de Andalucía en su significado actual es, en términos históricos y políticos, como hablar de Levante o de la Cornisa Cantábrica).
  • Generación un miniestado centralista, corrupto e ineficaz.
  • Consecuentemente, destrucción acelerada de tradiciones, identidades, medio ambiente y recursos naturales.
  • Pésima gestión de las transferencias, en especial en materia de sanidad, enseñanza, agricultura y empleo.
La reforma del Estatuto que se propone, además, puede calificarse sin exageración de separatista, laicista, abortista, aberrosexualista y pro mahometana.

Consultada la Secretaría Política del Carlismo, se puede adelantar que la Comunión Tradicionalista pedirá el voto negativo en el referéndum del 18 de febrero.

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