Diré una burrada, pero visto lo visto, ojalá los antiguos cristianos hubieran demolido unos monumentos (la giralda, la mezquita de Córdoba) que solo sirven y han servido para revitalizar y dar pie a fantasías y especulaciones muslímicas en España.

Aunque me temo que ya es tarde; por no haberlo hecho a su debido tiempo, la perrera acabará volando las catedrales, o convirtiéndolas en mezquitas.