LA RECONQUISTA DE ANDALUCÍA... CUANDO LOS MOZÁRABES REGRESARON A CASA (V)
Martirio de San Eulogio
LOS LUGARES SECRETOS Y SEGUROS DE LOS CRISTÍCOLAS
Pero, antes de la emigración al norte y la deportación de los mozárabes:
¿Era el actual territorio de Jaén una zona de cristianos en plena dominación islámica?
A veces se tiende a ver las épocas históricas con un simplismo que no hace justicia a lo ocurrido. Se dice que en 711 los musulmanes invadieron la Hispania Gothorum. En efecto, así fue. Pero se ha mitificado la espectacular, por rápida, implantación del Islam en España. En lo que concierne a la suerte corrida por los pobladores del antiguo territorio que ocupa la actual provincia de Jaén los historiadores parecen encontrarse ante un muro de mutismo. Las fuentes históricas parecen silenciarse, y lo que en estas tierras ocurrió tras la derrota de D. Rodrigo es una incógnita que no ha sido despejada todavía.
Según el profesor Vicente Salvatierra Cuenca: “Las fuentes árabes no dicen nada a cerca de la ocupación de las tierras de Jaén, y son tan contradictorias a cerca del proceso de conquista, que se han formulado diversas hipótesis en base a (sic) las posibles rutas que pudieron seguir Tariq y ‘Abd al-Aziz”.
F. Javier Aguirre Sádaba y María del Carmen Jiménez Mata indican que, tras la derrota de D. Rodrigo, los traidores hijos de Witiza (Aquila, Olmundo y Ardabasto) habían llevado a cabo una alianza con los musulmanes, “por la que se les aseguraría la posesión de las heredades que su padre tenía en Hispania. Eran, como dice Ibn al-Qutiyya, tres mil heredades que posteriormente vinieron a llamarse los Feudos Reales.”
Estas heredades llamadas Feudos Reales no eran patrimonio de la familia de Witiza, sino propiedad del Estado Visigodo, cuyo usufructo disfrutaban los monarcas de Toledo. Al parecer, en el reparto de las tres mil heredades, a Olmundo le correspondieron mil predios en el occidente peninsular y en Sevilla fijó su residencia. A Ardabasto le tocaron mil heredades en la parte media de la península, en las riberas de los ríos Guadalquivir, Guadajoz y Guadalbullón, poniendo su residencia en Córdoba. Y Aquila quedó con mil heredades en la zona oriental, estableciéndose en Toledo. Ardabasto fue el que más relación mantuvo con los musulmanes, regalando castillos en el territorio actual de Jaén al jeque Maymun. Según Aguirre Sádaba y Jiménez Mata esta situación inmediatamente posterior a la derrota de D. Rodrigo podría explicar el silencio que sobre la conquista y ocupación musulmana existe sobre los territorios de la actual provincia de Jaén.
Para nosotros eso mismo es lo que explica que, pese a la ocupación mahometana de España, estos territorios conservaran durante un tiempo una muy considerable población de etnia visigoda e hispano-romana que seguiría practicando el cristianismo, con más o menos incomodidades durante una dilatada y oscura fase inicial del establecimiento musulmán.
Los testimonios, pese a su dispersión, son muy significativos. De entre los mártires de Córdoba cabe señalar la presencia en estas tierras de Santa Flora que, antes de ir voluntariamente al martirio en Córdoba, se vio impelida años antes a huir de su casa, para escapar de los bárbaros maltratos de su hermano, un fanático musulmán. Flora huyó de la tiranía fraterna en compañía de su hermana Baldegoto. Ambas, según San Eulogio de Córdoba, vinieron a establecerse en Ossaria (hoy Torredonjimeno). Por el testimonio de Eulogio tenemos que suponer que Ossaria era uno de esos “lugares secretos y seguros”. San Eulogio así nos lo confirma: “matre hinc inconsulta domum relinquens, clam cun sorore sua fugam iniit. Seseque tutioribus locis inter christicolas collocantibus...” (“…sin avisar a su madre, abandonando la casa, se fugó en compañía de su hermana, recogiéndose ambas entre los católicos, en lugares secretos y seguros”). También se sabe que el Abad Sansón encontró en Tucci (actual Martos) su residencia, perseguido por los herejes que denunció. San Amador, otro mártir de Córdoba, era también oriundo de Martos y fue a Córdoba a inmolarse. La zona era una reserva de mozárabes que incluso, como vemos en el caso de Santa Flora, cumplía las funciones de un “sagrado” para los cristícolas perseguidos en las ciudades sometidas por el Islam.
“Desde 1116 los concejos castellanos realizaron continuas correrías por las tierras de Jaén y Córdoba; en 1119 Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, se apodera de Zaragoza, y en 1125-26 realiza durante 15 meses una gran incursión por Andalucía, tras la que se llevó con él a gran número de mozárabes.” –señala Vicente Salvatierra Cuenca.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
SALVATIERRA CUENCA, Vicente. "El Alto Guadalquivir en época islámica", Universidad de Jaén, 2006.
AGUIRRE SÁDABA, F. JAVIER y JIMÉNEZ MATA, María del Carmen. "Introducción al Jaén islámico (Estudio geográfico-histórico)", Instituto de Estudios Giennenses, 1979.
ARGOTE DE MOLINA, Gonzalo. "Nobleza de Andalucía", Riquelme y Vargas Ediciones, S. L., 1991.
SAN EULOGIO DE CÓRDOBA:
-"Vida y martirio de las santas vírgenes Flora y María".
-"Documento martirial".
ESTE ARTÍCULO ESTÁ DEDICADO A LA VIRGEN DE LOS DOLORES, GENERALÍSIMA DE LOS EJÉRCITOS DE LA LEGITIMIDAD
Publicado por Maestro Gelimer
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