Bilbao / Vitoria, 15 enero 2014, San Pablo, primer ermitaño; San Mauro, abad. El nacionalismo (anti)vasco quiere eliminar los nombres carlistas de las calles de las Vascongadas. Mientras la prensa y los políticos liberales (los nacionalistas "españoles" del "patriotismo constitucional") insisten machaconamente en la falsedad de enlazar con el carlismo a los nacionalismos vasco y catalán, éstos en cambio distinguen bien a su enemigo, que es precisamente el Carlismo.
Informa el diario del PNV Deia que "el Gobierno vasco y Eudel ... animan" a los municipios a "eliminar del callejero los nombres relacionados con la dictadura de Franco, los 'mártires' de la Guerra Civil o los vinculados con la cultura del carlismo".
Por parte de los nacionalistas (anti)vascos, la jugada consiste en intentar enlazar el carlismo con el franquismo. Cosa que ellos saben perfectamente falsa. Nombres y símbolos franquistas en las Vascongadas quedan bien pocos, con la excepción de los alcaldes y concejales del PNV de la Transición, casi todos de inmediatos antecedentes franquistas (en número no escaso continuaron con el PNV con los mismos cargos que ostentaban por nombramiento de los últimos gobiernos de Franco).
La jugada del PNV y sus aliados está clara: borrar la historia y anular el recuerdo de los verdaderos vascos, tan molesta y verdaderamente españoles. Si se recuerda a alguno, ya les ayudarán sus cómplices de Madrid (que ocasionalmente posan como sus adversarios) y los liberalitos de Bilbao, a presentarlo como protonacionalista.
Agencia FARO
Pues que empiecen por Sabinito, aunque según él sólo fue "carlista per accidens", o sea, que lo era porque su familia si y como nació en tal seno, pues ¡hala! él también. Y que continúen con Xabierito Arzallus, renegado donde los haya. Y podrían, ya de paso, suicidarse todos estos/as ciudadanos/as vascos/as, por cuanto ni uno, repito, ni uno de ellos/as se libra de la inmensa mierda que han expandido por todo el País Vasco. Unos/as cobardes hasta la naúsea, y otros/as repugnantes y asquerosos genocidas. No sé por qué pero va a ser preciso recordar todas las "hazañas bélicas" de todo este cardumen de hijos de puta. Lo único decente, lo único sensato, lo único justo que pueden hacer es largarse de allí y perderse en las tinieblas del tiempo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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