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Tema: La Ballena Vasca

  1. #1
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    La Ballena Vasca

    Fuente: http://canales.laverdad.es/nuestrati...uscr/nec18.htm


    Aunque, a decir verdad, la relación que han mantenido los vascos con los cetáceos, en particular con las ballenas, puede calificarse de cualquier forma menos amorosa. «En la Edad Media, vizcaínos, guipuzcoanos y santanderinos fueron los primeros y únicos pescadores comerciales de cetáceos a gran escala. Por lo menos desde el siglo XI desarrollaron las técnicas para cazar ballenas a la vista de sus puertos en pequeños barcos abiertos. Su presa principal fue la ballena franca, que anualmente migraba a lo largo de la costa, pues nada lentamente, es confiada y, ante todo, flota cuando muere y surte de grandes cantidades de grasa, carne y barbas. Desde la atalaya, el vigía oteaba el horizonte intentado avistar un cuerpo rechoncho sin aleta dorsal y con el soplo en V, características propias de la ballena vasca», explica el experto en cetáceos Michael Barkham.
    400 cazadas cada año
    El trascendental papel de esta pesquería en las vidas e industrias de las poblaciones medievales queda bien patente en la elección de ballenas o escenas balleneras para los escudos de localidades como Bermeo (1297), Fuenterrabía (1297) y Biarritz (1351). Tras el descubrimiento de América, prosigue Barkham, los vascos establecieron una industria ballenera en el sur de Labrador, matando en esas costas unas 400 ballenas cada año.
    «A partir de mediados del siglo XVI las pequeñas embarcaciones balleneras vascas, tripuladas por seis u ocho hombres incluyendo al arponero, fueron conocidas como txalupas», una palabra que ha sido incorporada al castellano y al ruso. La industria de la ballena (de la que se conservan pecios españoles como el San Juan, hallado en Red Bay, Terranova, y elegida por la Unesco como símbolo del patrimonio submarino) decayó a principios del siglo XVII por falta de ballenas. «A partir de entonces, otras naciones europeas aprendieron de los vascos cómo cazar ballenas. En comparación, en esa época en la costa vasca se cazaban tan sólo unos 40 cetáceos por año. Este número se fue reduciendo y esta actividad en el Cantábrico prácticamente terminó en el siglo XVIII. En la costa cantábrica, la última ballena fue capturada en Orio en 1901», apunta Barkham.
    La ballena era entonces como el cerdo de hoy. Se aprovechaba todo. La grasa, derretida y filtrada hasta ser convertida en aceite o saín, se usaba en el alumbrado público o para elaborar jabones finos. Las flexibles barbas con que estos cetáceos filtran las aguas sirvieron durante siglos para varillas de corse, resortes, relojes y cualquier tipo de artefacto que precisase de elementos flexibles y duraderos.
    La carne (la lengua estaba considerada un manjar), se consumía en fresco o salada. Los huesos se empleaban como elementos decorativos. En tiempos mucho más recientes el armador griego Aristóteles Onassis presumía de que los bancos de su bar privado en el yate Cristina estaban forrados con piel de pene de ballena.
    Citas frente a la costa
    Afortunadamente hoy corren otros tiempos. Y el Golfo de Vizcaya es un escenario afortunado y un hábitat natural para los cetáceos. La existencia de numerosos cañones submarinos provoca concentraciones de cetáceos.
    Se citan frente a nuestras costas para migrar, aparearse o dar a luz. Especies casi desconocidas, como algunas variedades de zifios sólo señaladas por avistamientos esporádicos o cadáveres hallados en las playas, «viven en las aguas profundas» de estos cañones. Las zonas menos profundas del talud son las predilectas de delfines listados y comunes que, en ocasiones, se concentran en grupos compuestos por cientos de individuos «para alimentarse de los pequeños peces aún abundantes en el litoral cantábrico», apunta Barkham.
    «Los cetáceos suelen ocupar los lugares más altos de la red alimentaria. Al protegerlos protegemos a los consumidores de eslabones inferiores, produciéndose el llamado efecto paraguas. A su vez, los cetáceos también son una herramienta imprescindible para la conservación, y son animales que despiertan simpatía tanto en niños como en adultos, facilitando así que se respeten las leyes de protección». Con esas pocas palabras sintetiza el historiador británico Michael Barkham el papel que, hoy en día, se han visto obligados a desempeñar los mamíferos marinos.
    En el Cantábrico están presentes hasta 24 especies diferentes de mamíferos marinos.

    ¡¡¡Por allí resopla!!!

    SALTO. Una ballena franca emerge de golpe ante la costa cántabra. / EFE










    Hasta 24 especies diferentes de mamíferos marinos, desde la gigantesca ballena azul al juguetón delfín común, viven en aguas del Cantábrico y pueden ser avistadas

  2. #2
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    Re: La Ballena Vasca

    Ballena Franca Austral



    (Eubalaena australis)
    Otros nombres: Ballena Vasca Septentrional, Southern Right Whale. Características: Cuerpo robusto. Sin aleta dorsal. Sin pliegues o surcos ventrales. Aletas pectorales anchas y con forma de abanico. Aleta caudal de bordes lisos. Cabeza voluminosa correspondiendo un cuarto de la longitud total, maxilar largo, angosto y extremadamente arqueado.
    Con protuberancias o callosidades córneas características que se encuentran por delante de los orificios nasales, algunas de gran tamaño (bonetes); distribución, forma y tamaño de estas callosidades permite la individualización de los ejemplares. Con 200 a 270 barbas en la mandíbula superior, gris-negro y en ocasiones blanquecinas, alcanzando 3 m de longitud. Coloración de cuerpo variable, azul-negro, marrón claro y blanco; mancha blanca en el vientre. Alcanzan 17 m de longitud, hembras mayores que los machos. Peso de animales adultos de 60 a 100 tn.
    Distribución:Se distribuye desde los 20° LS hasta los 55° LS, ocasionales avistajes hasta los 63° LS.
    Hábitos: Oceánicos durante los meses de verano, mientras que permanecen en áreas costeras mientras se reproducen. Solitarios o en parejas. Se alimentan de copépodos y krill (Euphausia superba). Suelen alcanzar velocidades de 3 a 5 km/h mientras se alimenta. Producen largos gemidos de baja frecuenciaOceánicos durante los meses de verano, mientras que permanecen en áreas costeras mientras se reproducen. Solitarios o en parejas. Se alimentan de copépodos y krill (Euphausia superba). Suelen alcanzar velocidades de 3 a 5 km/h mientras se alimenta. Producen largos gemidos de baja frecuenciaOceánicos durante los meses de verano, mientras que permanecen en áreas costeras mientras se reproducen. Solitarios o en parejas. Se alimentan de copépodos y krill (Euphausia superba). Suelen alcanzar velocidades de 3 a 5 km/h mientras se alimenta. Producen largos gemidos de baja frecuencia.
    Reproducción:Las hembras alcanzan la madurez sexual a los 16 m de longitud, mientras que los machos a los 15 m. Las cópulas ocurren durante todo el año, las hembras pueden copular con varios machos. El período de gestación es de 10 a 11 meses y tienen una cría cada tres años, lactancia hasta que alcanzan los 8.5 m de longitud.. Nacimientos desde junio a mediados de octubre. Las crías miden al nacer de 4.5 a 6 m. Permanecen con sus madres durante un año.
    Status: Vulnerable. Especie protegida, Apéndice I CITES. Fue la primer ballena en ser capturada con fines comerciales desde el siglo XVII hasta las primeras décadas del siglo XX. Desde 1937 se halla protegida internacionalmente. En 1984, el Congreso de la Nación Argentina declara a la ballena franca austral como "Monumento Natural".
    Identificación durante el avistaje: Soplido en V y hacia delante, que puede alcanzar hasta los 5 m de altura. Cuando se sumerge se observa la carencia de aleta dorsal. Aleta caudal ancha. Presencia de callosidades características que permiten identificar a los ejemplares. Asoman la cabeza en forma perpendicular a la superficie del agua

    http://www.mdpaquarium.com.ar/f-delf...%20Austral.htm

  3. #3
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    Re: La Ballena Vasca

    La caza de la ballena. Su influencia en los usos y costumbres desde la Edad Media. (Artículo publicado en Zainak, Cuaderno de Antropología y Etnografía, 15, pp. 251-262. Eusko Ikaskuntza)Miren Koro Campos Santacana y Mauro Peñalba Otaduy

    1. CONTEXTO
    A la hora de abordar el tema del País Vasco y la caza de la ballena, tenemos que entender por qué hubo una serie de personas, que se embarcaron en una aventura como la pesca de la ballena, para lo cual había que adentrarse en un elemento extraño y caprichoso, como es el mar. Aclarar, que cuando hablamos de País Vasco, nos referimos a Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi y Castro Urdiales, ya que este último perteneció a Bizkaia en la Edad Media. Además, durante la Edad Media, tanto laburdinos como gipuzkoanos y bizkainos, hablaban la misma lengua y no había fronteras como hoy las conocemos, es decir, es imposible distinguir la parte respectiva de cada población en la caza de la ballena durante la Alta Edad Media. Euskal Herria está dividida en dos zonas, que en época medieval es fundamental. Una al sur o mediterránea, de relieve y clima suave, con climas aptos para el cultivo del cereal. Otra al norte, costera y húmeda, con suelos no aptos para el cultivo del cereal, siendo éste, la base de la alimentación de nuestro período. La razón de no dar satisfacción a toda la población, hará que los hombres que vivían en la costa, tuvieran que buscar las fuentes alimenticias en otro lugar que no fuera la tierra. A este factor, hay que añadir, el que de vez en cuando, aparecieran ballenas varadas en las playas, y por lo tanto, conocieran y aprovecharan los aportes a su dieta que el cetáceo, les proporcionaba. Hay otra causa que no debemos perder de vista, y es que esta área costera, es una zona boscosa, la cual proporcionaría gran cantidad de madera para la construcción naval. Al tratarse de un período que apenas nos ha dejado documentación directa acerca de la caza de la ballena, nos hemos basado en una fuente indirecta, como son los escudos de las villas costeras con motivos de este tipo de práctica, ya que normalmente estos son dados al fundarse las villas, casi todas en el medievo. Así también, hay casos como Zarautz, que el escudo precede a la villa. Y qué mejor plasmar en la iconografía representativa de la villa un tema de orgullo personal (el ser los más hábiles en la caza de la "reina del mar") y que además sea representativo de su forma de vida personal (pesca de la ballena próxima al litoral en embarcaciones pequeñas). Es el elemento más fiable dentro de un pueblo que no generaba documentación escrita y en una sociedad, donde la palabra era lo fundamental. Somos un pueblo básicamente de tradición oral.

    1.1. "Euskal Balea" Esta ballena, también era conocida por otros nombres, como Ballena Sarda, Balena Biscayensis, Ballena Franca ..., aunque hay autores que las diferencian. La ballena que se acercaba a nuestras costas, tenía unas características propias, como su gran cabeza con unos ojos pequeños y una mandíbula muy curvada. El color más común, era el negro, a pesar de que también solían tener unas manchas blancas en el vientre y cerca de las barbas. Carecía de aleta dorsal y tenía, más o menos, 270 barbas. Solía medir unos 15 metros y pesaba 60 toneladas. Generalmente nadaban en grupo, y poseían un vínculo familiar muy fuerte (factor que no pasó desapercibido a los arrantzales), por ello, en caso de ser posible, se prefería herir primero a las crías, ya que la madre nunca la abandonaría, y el macho a su vez tampoco desampararía a su hembra. Había otro motivo que las hacía atractivas, y es que aguantaban una hora bajo el agua y nadaban muy cerca de la superficie. Su respiración era tan fuerte que se veía fácilmente a distancia. Pero, sobre todo, porque al morir salían a flote no hundiéndose como lo hacían otras especies marinas.

    2. TIPOLOGÍA DE LAS EMBARCACIONES En este punto, tenemos que hacer una distinción entre dos tipos de pesca, la de bajura y la de altura. Aunque haya un momento en que ambas prácticas coincidan. Esta división, también hace referencia a dos períodos cronológicos en la caza del gran cetáceo. Además, hay que hacer otra matización, y es que siempre se ha tenido a los normandos como los precursores de la técnica naval vasca. Esta afirmación no es falsa, pero un reciente estudio nos aclara (y por otro lado es más lógico), que en un primer momento, las repercusiones de la piratería normanda fueron negativas, puesto que es difícil creer que los vascos de las costas del Cantábrico ante los ataques de los pueblos del Norte, se quedaran en la costa para espiar las técnicas de construcción de los saqueadores. Así, no habría intercambio de tecnología hasta la formación de los "estados" normandos y la política de acercamientos y de uniones matrimoniales que tanto los soberanos cristianos de la Península como de Aquitania comenzaron con los señores y monarcas normandos. Esto sucedió desde principios del siglo XI, con lo que la teoría de apropiación de técnicas normandas por parte de los vascos habría que retrasarlo hasta no antes del siglo XI. Esto contribuyó directamente a convertir a los arrantzales vascos en los más diestros en la caza de la ballena. La pesca de bajura comenzó hacia el siglo X, siendo los siglos XII-XIII los del apogeo. La época de este tipo de práctica era el invierno y el tipo de embarcación utilizada era la "txalupa", también denominada barco, vizcaina, ballenera, piragua ... Se construía siempre según las necesidades de los usuarios, aunque generalmente tenía unas medidas estándar. Este tipo de barco, era de pequeño tamaño: +/- 10 m. eslora x 2-2’5 m. manga x 0’7 m. puntal. Estaba construida a tingladillo y albergaba sitio para generalmente doce personas. La tripulación consistía en: diez remeros, el timonel que se colocaba en popa y el arponero, que lo hacía en proa. Para que el batel se deslizará sigilosamente, ya que las ballenas no soportaban ruidos fuertes, se forraba la carena con piel de animal engrasada y los remos tenían la pala fina para no chapotear demasiado, es decir, para mitigar el estrépito producido al bogar. Una de las innovaciones técnicas más importante, fue sujetar los remos con toletes y estrobos a la embarcación, facilitando su viraje, en caso de que se revolviera la ballena poniendo en peligro la nave y a su tripulación, ya que eran bateles muy frágiles frente a un animal de semejante tamaño enfadado y dolorido. Este tipo de embarcación, fue utilizada hasta los siglos XIII-XIV, aunque posteriormente para ir a Terranova en el siglo XVI, y antes al acercarse a Irlanda e incluso Rusia, se emplearon naves de mayor envergadura. Sin embargo, a la hora de ir a cazar a la "reina de los mares", se empleaba el mismo sistema de la txalupa. Este tipo de embarcación, apenas varió a lo largo de los siglos. A partir del siglo XV, podemos hablar ya de una pesca de altura, puesto que al escasear las ballenas en el golfo de Bizkaia, los balleneros se acercaron a costas asturianas y gallegas, porque estos no apreciaban el valor de nuestros cetáceos. Solían permanecer en aquellas costas desde enero a marzo. La nave preferida por los balleneros vascos a partir del siglo XVI, fue la carabela. Estas eran ligeras de andadura, con las bordas muy elevadas (lo que les hacía apropiadas para largas travesías), así como un reborde también bastante alto sobre el nivel del agua, la proa era cuadrada, con palo de bauprés y cuatro mástiles verticales. Los más grandes solían tener unas medidas de: 18 metros de largo en la quilla y 21 metros en la línea de flotación, la eslora no era más de 39 m. x 10’3 m. manga x 2’6 puntal. La tripulación la componían, más o menos, cincuenta personas. Las tareas estaban perfectamente determinadas desde el principio. Una particularidad de estas naves, es que solían tener un castillo a proa y otro a popa. Por lo cual nos inclinamos a pensar que el sello de Donostia (1297), es una nao ballenera. Lo cual nos indicaría una actividad ballenera de altura desde pronto. Además, de equipararse cronológicamente al escudo más antiguo conocido: Bermeo. Con el tiempo, estas embarcaciones se adaptarán a las necesidades de la vida en altamar, incorporando por ejemplo: hornos para derretir la grasa de las ballenas o un sistema de poleas capaces de subir el animal por un costado de la nave, para poder descuartizarla. Son barcos polivalentes, ya que eran a la vez barcos de guerra, de pesca y de comercio, que se solían equipar en invierno, puesto que salían en verano. Esta polivalencia es consecuencia de la creciente competencia naval de otros países, que obligaban a los vascos a proteger sus embarcaciones y su cargamento. Toda esta ingeniería naval, hará de los vascos, los mejores constructores de barcos y ser requeridos (tanto nave como tripulación) por el reino de España por un lado y por el de Francia por otro. Los pescadores vascos, no fueron a Terranova como consecuencia de la desaparición de las ballenas de nuestras costas, como tradicionalmente se ha pensado. Ya que los primeros que por aquellas tierras arribaron, fueron los bizkainos persiguiendo al bacalao. Además, la ballena no emigraba de este a oeste, por lo que tampoco era factor para perseguirlas. La primera noticia de la presencia de los vascos en el estuario de San Lorenzo, data hacia 1550-1551, pero nunca antes de 1526. Las estancias en ultramar, no fueron igual de largas desde el principio, éstas aumentaron progresivamente. Solían salir a principios de primavera y estaban allí hasta finales de otoño. Los navíos más utilizados durante el siglo XVI para acercarse a las costas canadienses, fueron las pinazas, fragatas, filibots, galeones, robe rges (parecidos a los galeones) y las carabelas (las más apreciadas por los marinos de la Epoca Moderna). El que los hombres se embarcaran en la aventura de la pesca de la ballena, y por lo tanto distanciarse tanto en tiempo como en distancia de su casa, llevó a una nueva organización social, ya que hizo que la mujer tomara las riendas de la casa y participar activamente en la vida municipal. Las causas del declive de la actividad de los vascos en la caza de la ballena, fueron varias: la decadencia general en la que estaba inmersa España, el descenso de ballenas en los mares del norte, la competencia creciente de ingleses y holandeses en este menester y la hostilidad de los esquimales.

    3. APROVECHAMIENTO DE LA BALLENA Se diferenciaba entre una ballena joven y una vieja. La primera, propo rcionaba carne y la segunda, se utilizaba para obtener grasa. En la pesca de bajura, una vez muerta la ballena, ésta solía salir a la superficie, en un cua rto de hora. Una vez a flote, se arrastraba la ballena hasta la playa o la rampa del puerto aprovechando la pleamar, así cuando bajaba la marea, quedaba el cetáceo en seco y se izaba, para que al volver a subir la marea no se la llevara. Lo primero que se hacía con la ballena era desollarla, luego se troceaba, se licuaba la grasa y por último, se limpiaba el aceite. La ballena no se consumía en Euskal Herria, se exportaba y se comerciaba con ella. La lengua, considerada como un manjar exquisito, se enviaba a altos dignatarios y con frecuencia a Francia. El aceite también se exportaba al país vecino, ya que debido a la escasez de olivos, había déficit de aceite para el alumbrado. La grasa iba, sobre todo, a España, Inglaterra y Holanda. Del gran cetáceo, se aprovechaba todo:
    • la grasa también se empleaba en cosmética (siendo muy apreciado para este menester en Francia) y medicamentos (en concreto para aliviar dolores de estómago)
    • las barbas, eran utilizadas en corsetería (todavía hoy se habla de las ballenas en vestidos, corsés ...), para fabricar sombrillas
    • los huesos, para la fabricación de muebles, en la construcción, joyas ...
    • el esperma, muy cotizado para elaborar ungüentos
    Como ya ha quedado demostrado la caza de la ballena en sus diferentes facetas fue de gran importancia en la vida pesquera vasca. Esta actividad pesquera se enmarca y es producto de unos usos y costumbres, algunos de los cuales perduran en la actualidad. Algunos de los ejemplos que aquí expondremos son más o menos recientes en el tiempo, esto es debido a la escasa presencia de algunos de estos hechos en la documentación más antigua. Estos usos y costumbres los vamos a dividir en varios grupos.

    4. USOS Y COSTUMBRES

    4.1. Legales La actividad de la caza de la ballena forma una parte dentro de un todo más amplio, es decir, esta actividad se enmarca dentro de una mayor actividad pesquera, la cual, forma parte a su vez de los modos de producción de una villa. Esta villa como es lógico se rige por una serie de ordenanzas las cuales afectan también a la actividad de la caza de la ballena. De esta manera, los pescadores de Mutriku deben entregar la primera ballena que cacen a la orden de Santiago. Esto es, reflejo de una imposición que con el tiempo llegará a ser una costumbre. Otro buen ejemplo, lo encontramos en las cofradías, la mayoría de las cuales tienen como advocación a San Pedro. Una de sus funciones es regularizar las costumbres de los pescadores. Así, encontramos en Bermeo en 1353, como una costumbre es regularizada al entrar en las ordenanzas de la cofradía. Esta costumbre dice que se de a la iglesia uno de cada cien toneles: "Capitulo 70 Que los que fueren a pescar a Irlanda o a otras partes paguen para la iglesia mayor de cien uno de lo que pescaren. Otrosí hemos de costumbre antigua y ordenamos que de aquí adelante hasta el fin del Mundo todos y cualesquier maestros cofrades fueren a Pescar de Irlanda o al canto con Naos y navíos que sean tenidos y obligados de dar para la iglesia de Nuestra Señora Santa María de la Talaya de todo lo que Dios les diere de cien uno que sea de Nao que sea de veinte toneles arriba so pena de quinientos maravedís a cada uno que lo contra rio hiciere."
    4.2. Rivalidades vecinales Comunes son las rivalidades entre pueblos contiguos, si a esto añadimos las ganancias de una ballena de por medio, estas rivalidades son aún mayores. Esto es lo que sucedió entre Getaria y Zarautz en 1854, sobre quiénes eran los dueños de un ballenato. En 1879 se realizó un juicio para determinar el dueño. Este ejemplo nos sirve asimismo para poder exponer otro tipo de costumbre. Esta costumbre es la de realizar estrofas sobre los hechos más importantes de la población. De esta manera en Orio a raíz de la caza de la que sería la última ballena cazada en el Cantábrico (1901), se realizaron una serie de estrofas contando el suceso.
    1 Mila bederatzi eunda lehengo urtean, Mayatza-ren amalau garren egunean: Oriyoko erriko barraren aurrean balia agertu zan beatzik aldian. 2 Aundiya bazan ere askarra ibiliyan bueltaka an zebillen junda etorriyan ondarra arrotubas murgill igeryan sorriyak zeuzkan eta ayek bota naiyan. 3 Baña sorri mantzuak egin zuten junta gerra egin bear zala baliaren kontra: naiz gogor arraskatu ez utzi, aguanta, odola txupatubas muturra sartuta. 4 Sorri azko zeukan da azkure buruban argatik ondarretan arrazkatzen zuan: ala ere sorririk kendu ezin zuan baliaren indarrak baliyo etzuan. 5 Ikusi zutenian ala zebillela beriala juntziaran treñeruen billa arpoi ta dinamitak eta soka billa aguro ekartzeko etzan jende illa. 6 Bost treñero juan ziran patroi banarekin jende bizkor bikaiñ ta guztiz onarekin Manuel Olaizola eta Loidi-rekin Uranga, Achaga ta Manterola-rekin. 7 Bost txalupa ayetan jun ziran gizonak arraunian dirade sendo ta txit onak ez dirade balian kontra lo egonak dinamita ikusi suben an zegonak. 8 Baliak egindako salto ta marrubak ziran izugarri ta ¡karatzekuak! atzera eragin gabe ango arriskubak arpoyarekin ill zuten ¡an ziran angoak! 9 Bost txalopa jiranda erdiyan balia gizonak egin zuten bai naiko pelia: ikusi zutenian ill edo itoa legorretikan bazan biha ta txaloa. 10 Sokaz ammarratuta jarririkan zagan jendi arraunian gogotik asi zan: baña maria kontra naiko lana bazan ala ere eguardiko balia erriyan zan. 11 Ikuste gauza zan ura legorrian osorik zaguala ill dako egunian: itxura galdu zuan gero egonian, mermatu ta txikitu bigundu zanian. 12 Amabi metro luze gerriya amar lodi bustan pala lan zabal albuetan pala bi españetan bizarral beste illera bi orraziak bezela ain zeuzkan ederki. 13 Begi txikiyak eta abo txit aundiya obeto esateko ikaragarriya: metro bi zabaltzen zan! au da bai egiya larru guziya goma ura animaliya! 14 Gauza ikuzgarritzat egun batzuetan, erriyaren ondoan arranplan egontzan: urrutikan ere jendia etorri zan, milla pesetaraiñon diruba bilduzan. 15 Errematian gero jarri zan saltzeko, sei milla errialian almoneratzeko iñork etzuan artu balia baliyo zuan koipe biurtzeko. 16 Koipe biurtu eta aren oliyua irureun arrua zan klase onekoa: zazpi milla errial aren baliyua errematia baño protxu obekoa. 17 Gorputzez zan milla ta berreun arrua beste berreun mingaiñ ta tripa barrruak gutxi janez etzegon batere galdua tiñako sei pesetan zan zan salduba. 18 Eunda ogei duroz balean bizarrak aguro zaldu ziran bere egaltzarrak garbitu ta gordiak dauske esurtzarrak kontu aundiyarekin lodita medarrak 19 Egindako gastubak pagaturik danak laubat milla peseta gelditu diranak: ondo gozabitzate Orioyotar danak zayatu direlako emandiye jaunak. 20 Gertatuba jarri det egiyaren alde au orrela ez bada jendiari galdi biyotzes posturikan atzegintzu gaude biba Oriyotarrak esan bildur gabe". Conocida es también la historia que cuenta cómo a raíz de una disputa entre Zarautz y Getaria por una ballena, ésta acabó pudriéndose en la playa de Donostia, y hoy sus huesos son expuestos en el Aquarium donostiarra. Otro tipo de rivalidades llegaron a los tribunales ordinarios. Así, en 1547 una disputa entre pescadores de Bermeo y pescadores de Elantxobe e Ibarrangelua, produjo un acuerdo entre ellos que delimitaba los pagos a Bermeo por la caza de la ballena.

    4.3. Religiosos Debemos decir que según nuestro parecer gran cantidad de rituales religiosos que realiza en la actualidad la comunidad de pescadores, eran realizados también por los pescadores que iban a cazar la ballena. Sí debe quedar claro, que el grupo humano de los pescadores y su entorno ha sido y es muy religioso, por ello podemos encontrar varios ejemplos de estas costumbres religiosas directamente relacionadas con la caza de la ballena. Así encontramos en la iglesia del Santo Cristo de la Bonanza en Pasajes de San Juan, un batel ballenero inciso en una de sus puertas, la puerta "Lintxua". Conocido es por todo el mundo la importancia y la implantación que esta iglesia tiene dentro de la comunidad pesquera pasaitarra. Esta inscripción, la cual va unida a otras inscripciones de barcos, se puede interpretar como un exvoto o como fórmulas para favorecer la pesca (caza). El hecho de que se represente un batel, no es extraño, si tenemos en cuenta que muchos marineros y pescadores al firmar lo hacían realizando la silueta de su barco. Otro ejemplo de una costumbre religiosa lo encontramos en las costas del País Vasco continental. En esa zona existía la costumbre de que un sacerdote fuera en el batel ballenero y bendijera la embarcación de proa a popa. Más cercano en el tiempo y del que guardamos testimonios más tardíos, aunque no relacionados estos últimos testimonios con la caza de la ballena, es la costumbre por la que los habitantes del pueblo que no salen a la caza de la ballena, suben donde está situado el atalayero y desde allí observen la salida de los pescadores mientras rezan un Ave María. Este ritual es de fácil comprensión ya que la caza de la ballena era una tarea peligrosa, en la que perdían su vida muchos pescadores y de la que vivían muchas familias. Por todo esto, es lógico entender que al producirse la salida hacia la caza de la ballena toda la población se paralizase ya que de su captura o no dependía gran cantidad de la economía local. Por último cabe señalar uno de los ejemplos más claros de la religiosidad de las gentes del mar, y directamente relacionado con la caza de la ballena. Nos estamos refiriendo a tres oraciones relacionadas con la caza de la ballena. Estas oraciones explican la importancia de la ballena para el pescador, la sensación de pequeñez ante semejante animal y la importancia que para el pescador supone la ayuda divina. BALEA ÇALEENTÇAT"O Iaun Tobias gaztea ungui beguiratua,Guardariçat bidalduric Archangelu Saindua,Eta costara arraña erakharracia,Haren hilltceco eguiten ciñoela gratia,Guri ere ekhaguçu hurbillera Balea,Segurquiago armaren landatceco colpea.Biciaren gatic dugu hirriscatcen biciaArren eguiguçu harenguelditceco gratia. BALEA COLPATU ETAIauna gueure arte baño guehiago cureaz,Balea çauritudugu arpoñaren colpeaz.Arren bada eguiguçu (Iaun puchanta) gratia,Sarri guelditceco arrain Itsassoco handia.Gutaric garabic çaurtçhu gabe bere indarraz,Segadetan dabillala buztan edo bulharraz.Edo chalupa iraulo gab guillaz gañera,Edo berequin eraman gabe urtan beheraArren beguira gaitçaçu gaitz hauc guztietaric,Esquerra dieçaçugun itçul lehorrearic.Irabacia da handi, perilla ere handia,Beguira dieçaçugu principalqui bicia. BALEA HILL ONDOCO ESQUERRACIauna, ditutçula esquer, eta laudorioa,Million eta million baño guehiagoac.Ceren eguiñ darocuçun liberalqui gratia,Idequitceco handien arrañari bicia.Gure indarrac etciren deus hunenen aldean,Çure favorea dugu sentitu combatean.Ecen çure baithan tturroñ batec etsajac,Urrutic ici deçan naihz dela hangaja.Hala guri ere eguin darocuçu dohaña,Ventçutceco Itsassoan den sendoen arraña.Lehorrera dakhar quegu eguiñic sarrasquia,Bici dugu naturaren miraculluz bazterra,Ohoratcen (Iongoicoa) çuc duçula esquerra." A esto debemos añadir un canto que hace referencia a la ballena en tierras lejanas al golfo de Bizkaia. "Jeiki, jeiki, etcenkuak,argia da zabala;Itchasoti mintzatzen daziharrezko trumpeta,Bai eta`ere izkhuratzen,Olanresen, ibarra"

    4.4. Escudos Queremos resaltar a través de este apartado el tema de la ballena en los escudos de las villas. Este interés es debido a que el escudo es el símbolo de la villa, representa a toda la población y a lo que esa población se dedica, y además perdura a lo largo del tiempo. Es chocante ver cómo en una época en la que se busca diferenciarse del vecino, en lo que a heráldica se refiere, varios pueblos de la costa coincidan en la representación de una ballena. Esto nos está indicando la gran importancia que para ese pueblo y por ende, para su economía supone la caza de la ballena. Debemos mencionar que aunque Donostia actualmente no tenga en su escudo nada relacionado con la ballena, en época medieval esto no era así, y en él se representaba una galera con una torre, embarcación utilizada en la caza de la ballena. Ahora nos disponemos a dar una relación de villas costeras en las que en su escudo está representada una ballena:

    Lapurdi:
    • - Getaria - Biriatu - Hendaia - Bidarte - Miarritze
    Gipuzkoa:
    • - Hondarribia - Donostia - Getaria - Mutriku
    Bizkaia:
    • - Bermeo - Lekeitio - Plentzia - Ondarroa - Castro Urdiales
    A continuación ofrecemos una serie de escudos de algunas de las poblaciones antes citadas:
    http://www.euskonews.com/0062zbk/gaia6203es.html

  4. #4
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    Re: La Ballena Vasca

    Los llamativos colores del ballenero

    Un ballenero para conocer la historia bermeo inaugura el centro de interpretación de la pesca del cetáceo. Imanol Fradua Bermeo Durante siglos, la pesca de la ballena se convirtió en uno de los negocios más prósperos para los arrantzales vascos. Ejemplo de ello son los muchos blasones municipales que están protagonizados por esta actividad. Es el caso del escudo de Bermeo, que ayer inauguró su pionero Centro de la Interpretación de la pesca del cetáceo, un animal ahora alejado de las costas del Cantábrico pero que permanece todavía en la memoria de la villa. La réplica del buque ballenero del siglo XVII "Aita Guria" reafirma la tesis.

    El acto de inauguración contó con la tradicional bendición del buque por parte del párroco de la villa y la izada de las cuatro banderas de sus altos mástiles -la recuperada Biscay Ensign del siglo XVIII, dos estandartes de Bermeo y la ikurriña-. Con la asistencia entre otros del alcalde de Bermeo, Juan Carlos Goienetxea, el diputado de Empleo y Formación Julio Artetxe, el bermeotarra Josu Erkoreka -portavoz del Grupo Vasco en el Senado- y el curtido navegante José Luis Ugarte, que inmerso en charlas marineras, se veía «capaz de gobernar el barco». Algunos bermeotarras, incluso, pudieron acceder al interior del buque "Aita Guria" y realizar una visita guiada.

    Un centro pionero

    El primer edil de la villa se felicitó porque «hoy -por ayer- marcamos el punto final a un trabajo de cuatro años». Así, Goienetxea recalcó que «hemos logrado crear un centro de interpretación pionero» y adelantó que el Consistorio está trabajando para poner en marcha otros proyectos de similares características al presentado ayer en la villa, como son el "Ortube" -barco de bajura- o el "Jorge", un merlucero que desean adquirir.

    El diputado de Empleo y Formación Julio Artetxe recordó que «el "Aita Guria" aúna historia, promoción económica y empleo». Y es que comenzó a construirse en el año 2002 por 38 jóvenes estudiantes, auspiciados por los astilleros de ribera de la localidad y «el éxito ha sido rápido, ya que se han sumado al mundo laboral». Además, Artetxe explicó que la réplica del ballenero «vendrá a promocionar el turismo en Bermeo, una actividad al alza».

    El "Aita Guria" podría viajar excepcionalmente a otros puertos vascos un un futuro y a modo de visita. Pero por ahora abrirá sus puertas los días 8 y 10 de setiembre -en plenas fiestas de la villa- desde las 16.00 a las 20.00 horas con entradas a precio reducido. El resto del año, el buque operará según las mareas.


    http://www.deia.com/es/impresa/2006/...eak/287153.php

  5. #5
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    Re: La Ballena Vasca

    La salvaje matanza de los españoles en Islandia durante el invierno de 1615

    César Cervera




    Este año se conmemora con numerosos actos de reconciliación el 400 aniversario de la matanza de un grupo de balleneros vascos en el siglo XVII. Sin que hubiera una razón clara para ello, el sheriff Ari Magnússon encabezó una brutal persecución que costó la vida a 32 hombres


    ABC
    Ilustración que muestra a un barco ballenero a la caza de cetáceos



    La matanza de los españoles en Islandia de 1615 es uno de los episodios más oscuros y trágicos de nuestra historia. Un grupo de balleneros vascos, que habían viajado a Islandia a la pesca de cetáceos, se vio obligado a pasar allí el invierno cuando un vendaval destrozó sus buques. La hostilidad hacia los extranjeros causó numerosos conflictos con la población local de la región de Vestfiroir, que terminaron con el asesino colectivo de todos los españoles que no se cuidaron de huir a tiempo. Un crimen instigado por las autoridades locales que provocó la brutal muerte de 32 hombres.

    El siglo XVI vivió el auge de la industria ballenera en el Cantábrico. Los pescadores vascos, gallegos, asturianos y cántabros aprovechaban la estancia de las ballenas en el Mar Cantábrico, que correspondía a su periodo de partos, para desarrollar un lucrativo comercio. La principal fuente de ganancia estaba en la grasa del animal, posteriormente convertida en aceite a la que se denominaba saín. Este producto se empleaba en el alumbrado y ardía sin desprender humo ni dar olor. Y las barbas de ballena constituía uno de los escasos materiales flexibles de la época. Asimismo, los huesos servían como material de construcción para la elaboración de muebles. La carne apenas se consumía en España, pero se salaba y se vendía a los franceses.

    El negocio de la caza y comercio de ballenas se convirtió en el motor económico de muchos pueblos costeros de la región vasca, siendo cada vez más pronunciada la rivalidad entre los diferentes puertos pesqueros por hacerse con las piezas más grandes. En las décadas de 1550 a 1570, el negocio registró su etapa de mayor apogeo. La flota estuvo formada por una treintena de barcos, tripulados por más de dos mil hombres, que capturaban unas cuatrocientas ballenas cada año. No en vano, los balleneros cantábricos no se conformaron con la caza en las aguas patrias, sino que extendieron su área de acción a, sobre todo, Terranova y Labrador. De hecho, una leyenda con dudosa base histórica ubica la presencia de balleneros vascos y cántabros en Terranova en torno al año 1375, más de un siglo antes de que lo hiciera Cristóbal Colón.

    Fue a principios del siglo XVII cuando la captura de ballenas por parte de marineros vascos se extendió hasta Islandia. Las relaciones entre los islandeses y los balleneros vascos fueron en general bastante pacíficas como acredita la existencia de un idioma común (más bien un pidgin), el vasco-islandés, empleado por ambas comunidades para comunicarse a un nivel básico. Precisamente por ello resulta especialmente extraño y cruel lo que ocurrió en el invierno de 1615.

    Obligados a pasar el invierno en Islandia

    A mediados del verano cerca de 12 buques balleneros arribaron en Islandia para iniciar la temporada de caza. Tres de ellos permanecieron en el lugar, y los demás siguieron navegando hacia el norte de Noruega. Cazaron alrededor de 11 ballenas y vendieron la carne a los habitantes locales. Cuando los barcos estuvieron listos para zarpar de vuelta a casa a finales de septiembre, un terrible vendaval destrozó los barcos contra las rocas, causando la muerte de tres hombres. La tripulación de los barcos españoles, cerca de 80 personas, se vieron obligados a pasar el invierno en Islandia mientras realizaban las convenientes reparaciones. Los capitanes Pedro de Aguirre y Esteban de Tellaría decidieron pasar el invierno en Vatneyri (Patreksfjorour). A su vez, la tripulación de Martín de Villafranca viajó en dos grupos hacia Dyrafjorour, despertando a su paso la ira local.


    ABC
    Grabado del proceso que sufría el cadáver de la ballena tras su captura

    El primer conflicto con la población aconteció cuando uno de los grupos de Martín entró a la fuerza en la casa vacía de un comerciante de Pingeyri y se abastecieron de pescado seco. Un pequeño incidente, junto a una amenaza previa a un pastor, que no justifica de ninguna manera el recibimiento que los balleneros sufrieron en Fjallaskagi, en la cara norte de Dyrafjorour. Al día siguiente de establecerse en esta región, posiblemente con la intención de pasar allí el invierno, los campesinos locales reunieron una tropa y asaltaron de noche la cabaña donde dormían los «vizcaínos». Tras matar a los guardianes nocturnos, el grupo armado asesinó a los españoles que se encontraban dentro, unas 15 personas. El único superviviente fue un joven de nombre García que logró esconderse bajo la cabaña y más tarde se unió al grupo de Pedro de Aguirre y Esteban de Tellaría. No satisfechos con el nivel de brutalidad desatado, los islandeses mutilaron los cadáveres, «deshonrados y hundidos en el mar, como si fueran paganos de la peor especie y no pobres e inocentes cristianos», como explica Jón Gudmunsson en su relato de la masacre favorable a los católicos.

    Tres días después de la matanza, el sheriff Ari Magnússon convocó un juicio en Súoavík. En la sesión, 12 jueces declararon proscritos a todos los náufragos, alegando como justificación los incidentes que estaban causando a la población. Pero más bien se trataba de una sentencia preventiva para evitar pillajes futuros, puesto que los conflictos hasta entonces habían sido mínimos. Con la sentencia ya en vigor, Martín y 12 de sus hombres, que estaban cazando una ballena cerca de Sandeyri, fueron masacrados brutalmente por Ari y sus tropas. Según Jón Gudmunsson, los hombres cogieron los cuerpos desnudos, acuchillaron sus ojos, cortaron sus orejas, sus narices y sus genitales.

    No en vano, la muerte más cruel quedó reservada para el jefe de los balleneros. El capitán Martín de Villafranca fue golpeado con un hacha, hiriéndolo en el hombro y el pecho, cuando accedió a salir de la cabaña a pedir de rodillas perdón por las supuestas afrentas hacia la población local. Así y todo, el capitán consiguió levantarse herido y corrió hacia la orilla, con varios hombres siguiéndolo. Se introdujo en el mar y nadó a gran velocidad, para admiración de los islandeses que registraron en sus crónicas que parecía portar una fuerza sobrenatural, hasta que alguien le alcanzó en la cabeza con una piedra. Semiinconsciente, los hombres de Ari le realizaron con un cuchillo un corte desde el pecho hasta más allá del ombligo. Al ver como trataba de incorporarse pese a sus muchas heridas, los hombres comenzaron a reír sin dejar de torturarle hasta el último suspiro.

    Mientras la persecución de Ari a los balleneros se extendía por la geografía islandesa, los hombres de Pedro de Aguirre y de Esteban de Telleria llegaron a Vatneyri, en Patreksfjorour, donde pasaron todo el invierno sin registrar problemas con la población. Curiosamente, una de sus benefactoras en esta localidad fue una viuda rica, la madre de Ari. Hoy en día sigue siendo un misterio el porqué la madre de Ari ayudó a los vascos: ¿Fue por miedo a represalias? ¿Quería entretenerlos hasta que su hijo llegara con refuerzos? Lo cierto es que las tropas de Ari no pudieron alcanzar la localidad a causa de las tormentas hasta que los balleneros ya se habían marchado.

    ¿Por qué de la hostilidad local contra los vascos?

    A principios del siglo XVII, Islandia tenía una población de alrededor de 50.000 habitantes, en su mayoría campesinos. El país estaba gobernado por los magistrados de condado que obedecían directamente al Reino de Dinamarca, un país luterano como la mayor parte de la población islandesa. Sin descartar completamente el componente religioso en la hostilidad hacia los españoles, la mayoría de investigadores del episodio señalan las malas condiciones económicas que sufría la zona en la última década como detonante de la violencia. Tras cinco duros inviernos, los exhaustos almacenes islandeses no daban para alimentar a casi un centenar de extranjeros dispuesto a pasar allí el periodo más frío.

    En la primavera de 1615, el Rey de Dinamarca envió una carta al Parlamento en el que proclamó que los islandeses y los mercaderes daneses tenían derecho a defenderse de los «vizcaínos» y demás extranjeros, de matarlos y de tomar sus barcos y saquearlos, si se sentían amenazados. Ari llevó la prevención a la categoría de persecución en otoño de ese mismo año. Otra de los argumentos legales que pudieron justificar la masacre fue que, según la ley islandesa, estaba prohibido a los comerciantes extranjeros pasar el invierno en Islandia para evitar los crímenes derivados de la ociosidad. Sea de una forma u otra, la brutalidad aplicada por el sheriff Ari Magnússon no tiene razón de ser, a menos que, como han planteados algunos historiadores, estuviera endeudado con los vascos y con su muerte sacara alguna ventaja personal.

    Los actos del 400 aniversario de la matanza

    En 2015 se cumplen 400 años de la matanza y la Diputación de Guipúzcoa y el Gobierno de Islandia conmemoran desde principios de año un calendario de actos. La triste efeméride se completará con un concierto y un evento simbólico de reconciliación en el lugar donde se produjo la matanza. El próximo 22 de abril, Xabier Irujo, descendiente de uno de los balleneros muertos y Magnús Raffnson, descendiente de uno de los autores de la matanza, escenificaran la reconciliación. Las autoridades presentes, además, descubrirán una placa colocada en una piedra frente al Museo de la Brujería de Holmavik, como homenaje a los 32 pescadores guipuzcoanos asesinados en 1615.


    La salvaje matanza de los españoles en Islandia durante el invierno de 1615 - ABC de Sevilla

  6. #6
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    Re: La Ballena Vasca

    Islandia deroga la ley que permitía matar vascos


    Un comisario creó hace 400 años una ley que ordenaba matar a 32 balleneros vascos a los que se acusaba de ser invasores. La norma siguió vigente hasta ahora.


    Ólafur Engilbertsson, ICELAND REVIEW
    Memorial dedicado a los 32 balleneros vascos asesinados


    En 1615, 32 balleneros vascos fueron asesinados en la zona de los Fiordos del Oeste, en lo que se conoce en la isla como el mayor asesinato en masa de esa región.


    La orden que dio pie a esa ejecución había seguido vigente hasta el 22 de abril, cuando el comisario Jónas Guðmundsson derogó la ley que permitía matar vascos.


    «Por supuesto que es más por diversión; hay leyes en Islandia que prohíben matar vascos», comentó Guðmundsson. Cuando le preguntaron si había notado un aumento de turistas vascos desde que la ley fue deregoda respondió: «Al menos es seguro para ellos venir ahora».


    El presidente de Guipúzcoa, Martín Garitano, estuvo presente en la ceremonia del derogamiento de la ley junto con el Ministro de Educación y Cultura de Islandia, Illugi Gunnarsson.


    Entre los presentes también estuvo Xabier Irujo, descendiente de uno de los balleneros asesinados, y Magnús Rafnsson, descendiente de uno de los islandeses que mataron a los vascos, como símbolo de la reconciliación de ambas partes.


    La masacre de los balleneros es conocida en Islandia como «El Asesinato de los Españoles» y se remonta a 1615, cuando estos instalaron una estación ballenera en el distrito de los Fiordos del Oeste.


    Islandeses y vascos tenían un acuerdo por el que ambos se beneficiaban de la empresa instalada en la zona, pero cuando los vascos estaban preparados para marcharse una tormenta les hizo chocar con las rocas. La mayoría sobrevivieron y pudieron marcharse a España.


    Al mes siguiente, después de un conflicto con los habitantes de la zona, los balleneros vascos que se habían quedado allí fueron asesinados siguiendo la orden dada por las autoridades. Solo una persona logró escapar.


    Tras el asesinato de los balleneros, la ley siguió vigente, generación tras generación, hasta que finalmente el 22 de abril se derogó.




    Islandia deroga la ley que permitía matar vascos - ABC de Sevilla

  7. #7
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    Re: La Ballena Vasca

    El mito de que los balleneros vascos estuvieron en América antes que Cristóbal Colón

    César Cervera

    Sin que existan pruebas de la presencia de pescadores vascos en Norteamérica antes de 1492, sí es demostrable la gran actividad de éstos en Terranova (Canadá) al menos desde 1517. Todavía hoy, muchos de los nombres de ciudades y otros lugares en la Isla de Terranova son de origen vasco


    ABC
    Pintura de la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492



    La teoría de que balleneros vascos y otros pescadores procedentes de poblaciones del litoral cantábrico habían viajado a Terranova (Canadá), en torno al año 1375, mucho antes de que lo hiciera Cristóbal Colón cuenta con pocas evidencias históricas y una única certeza: los pescadores españoles dejaron una profunda huella en la zona noroeste de Canadá. Así, cuando el navegante francés Jacques Cartier dio nombre a Canadá y reclamó estos nuevos territorios –la Terra Nova– para la Corona francesa, anotó un sorprendente hallazgo en sus cartas: «En aquellas aguas remotas encontré a mil vascos pescando bacalao».


    Llamadme Iñaki (o Patxi, si acaso)... podría haber sido perfectamente la frase de apertura de la novela más famosa sobre la caza de cetáceos, «Moby-Dick», si el autor se hubiera acordado de la fama internacional que los vascos desarrollaron en este tipo de pesca. En las décadas de 1530 a 1570, el negocio ballenero registró su etapa de mayor apogeo. La flota vasca llegó a estar formada por una treintena de barcos, tripulados por más de dos mil hombres, que capturaban unas cuatrocientas ballenas cada año. No obstante, la tradición ballenera en el Cantábrico se remonta a la Edad Media y fue un importante motor de las poblaciones costeras. La principal fuente de ganancia estaba en la grasa del animal, posteriormente convertida en aceite a la que se denominaba saín. Este producto se empleaba en el alumbrado y ardía sin desprender humo ni dar olor. Asimismo, los huesos servían como material de construcción para la elaboración de muebles. La carne apenas se consumía en España, pero se salaba y se vendía a los franceses.


    Vikingos, portugueses y vascos en Terranova

    En una fecha sin determinar, los pescadores cantábricos extendieron su área de acción hacia el Atlántico, especialmente a Islandia, donde fueron protagonistas de una salvaje matanza ya en el siglo XVII, y a lo que hoy es la provincia canadiense de Terranova y Labrador. En busca originalmente de bacalao, la Isla de Terranova se convirtió en un objetivo preferente de los pescadores del cantábrico. Pero no se trataba del primer contacto de los pobladores de esta región con europeos. Alrededor del año 1001, «las Sagas islandesas vikingas» ubican las expediciones del explorador Leif Ericson en Helluland, Markland y en lo que él llamó Vinland («Tierra de pasturas»). Y las investigaciones arqueológicas, en efecto, han confirmado la existencia de un asentamiento nórdico, «L'Anse aux Meadows», en Newfoundland, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978.



    Poblado vikingo de L'Anse aux Meadows (Terranova, Canadá)

    En cualquier caso esta presencia vikinga en América, que incluso los estudios genéticos han avalado, fue de carácter efímero, y en ningún caso se produjeron asentamientos en territorio continental americano. Así y todo, las incursiones vikingas pudieron ser sucedidas por las de otros europeos, los marinos portugueses. Como si fuera una especie de búsqueda del Santo Grial, los navegantes portugueses acometieron varias décadas antes de Colón la travesía hacia la Isla Bacalao (también llamada «Bachalaos»), representada de forma difusa en los mapas del siglo XVI en las proximidades de Terranova. Así, el portugués Joao Vaz Corte Real habría alcanzado las proximidades de Terranova en 1472, e incluso se especula que bordeó las orillas del río Hudson y del San Lorenzo .

    Según la versión más estricta del mito, los vascos arribaron en Terranova hacia 1375 y decidieron guardar el secreto para evitar compartir con otras flotas los prodigiosos caladeros de la zona. Entre el mito y la realidad, se relata que cuando los exploradores franceses entraron en contacto con los indígenas de Terranova, éstos les saludaron con la fórmula «Apezak hobeto!» («¡Los curas mejor!», en vasco), que los marineros vascos usaban a modo de respuesta si alguien les preguntaba por su salud. No cabe la menor duda, en cambio, de la enorme huella que la lengua vasca causó en los idiomas de los pobladores de la Isla de Terranova desde el siglo XVI. Durante los dos siglos de esplendor del Imperio español, en Terranova se habló un pidgin, es decir, un lenguaje rudimentario que mezclaba el euskera y las lenguas locales. Muchos de los nombres actuales de ciudades y otros lugares de Terranova son de origen vasco. Como ejemplo, la ciudad Port-aux-Basques está presente en mapas de 1612; Port-au-Choix es una desfiguración de Portuchoa, «puertecito»; y Ingonachoix (Aingura Charra) se traduce como «mal anclaje».

    «Los vascos empezaron la industria»

    Más allá del componente mítico –alentado sobre todo por los nacionalistas vascos–, está la certeza de que desde 1517 los intercambios comerciales de pesca, culturales y posiblemente genéticos fueron muy frecuentes entre los pescadores vascos (vizcaínos y guipuzcoanos) y los amerindios de Terranova. Las factorías vascas repartidas por las costas de Terranova, Labrador y el golfo de San Lorenzo llegaron a reunir hasta 9.000 personas en algunas temporadas y constituyeron la primera industria en la historia de América del Norte. «Los vascos lo empezaron», afirmó el presidente estadounidense Thomas Jefferson en 1788 referido a que fueron estos pescadores los que descubrieron al mundo conocido de entonces la técnica de la caza industrial de las ballenas. La colaboración con los nativos mikmaq y beothuk, que trabajaban para los vascos a cambio de pan y sidra, permitió un intercambio cultural que ha sobrevivido parcialmente hasta nuestros días.



    ABC
    Mapa del itinerario de los balleneros en el siglo XVI

    El itinerario anual de los balleneros comenzaba con su partida de la Península Ibérica en la segunda semana de junio. La travesía del Atlántico duraba cerca de 60 días, llegando a Terranova en la segunda mitad del mes de agosto, a tiempo para interceptar las ballenas en su migración otoñal del Océano Ártico hacia los mares del Sur. La caza duraba hasta el fin de año, cuando la llegada del invierno recubría de hielo las aguas de la bahía y hacía muy complicada la navegación. Es por ello que solo se quedaban en América del Norte durante la temporada invernal los barcos que no habían conseguido capturar una buena pieza. El viaje de retorno era habitualmente más corto, entre 30 y 40 días, gracias a las corrientes y los vientos favorables.

    Conforme avanzaba el siglo XVII, se aceleró el declive de los balleneros vascos. La entrada en el escenario americano de marineros franceses, ingleses, daneses y holandeses, entre otros, comprometió gravemente la actividad vasca en Terranova. El tratado de Utrecht, que escenificó el paso de Terranova de manos francesas a inglesas, fue el golpe final para una industria que ya no obtenía la rentabilidad de otros tiempos.

    El mito de que los balleneros vascos estuvieron en América antes que Cristóbal Colón - ABC de Sevilla

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    Re: La Ballena Vasca

    La sidra que salvó a los vascos



    (Caza de ballenas)
    El magnífico programa de radio Documentos RNE trataba hace unos días sobre los balleneros vascos, y se contaron en él cosas realmente interesantes. Ya en la Edad Media los vascos capturaban ballenas en el Golfo de Vizcaya, usando pequeñas chalupas y mucha valentía. Colocaban atalayas en la costa y cuando un cetáceo en plena emigración pasaba por la zona y era divisado, se daba la voz de alarma y se hacían al mar para capturarlo. El mercado del aceite de ballena era un negocio importante, y no sólo el resto de España se iluminaba con él, sino también parte de Europa.

    Con el tiempo se comenzaron a organizar expediciones de captura hasta el otro lado del Atlántico, siendo Terranova el principal área de caza durante varios siglos. En ese caso los viajes duraban meses, requerían una preparación mucho mayor y, por supuesto, una cantidad de dinero considerable. Una cuestión que los vascos balleneros no sabían pero que seguro que les evitó muchas penurias fue su afición a la sidra. La dieta de los marineros era cualquier cosa menos variada y fresca, por lo que las enfermedades habituales de la marinería, como el escorbuto, también debían haberse cebado con ellos. Pero como los vascos solían llevar sidra para alegrarse un poco la vida en sus viajes hasta Terranova, esa sidra aportaba la suficiente vitamina C como para que fueran capaces de esquivar al escorbuto, aún sin saber por qué y con cierta alegría, todo sea dicho.

    Uno de los problemas que causó el fin del negocio fueron las luchas internacionales de España, que acabaron por requisar barcos y por enfrentar los balleneros a naves inglesas, por ejemplo. Ya en 1531 hubo una expedición en la que los financiadores les encargaron a los marineros que de vuelta de Terranova, pararan en Irlanda, lugar que conocían bien. Allí debían preguntar contra quién peleaba Carlos V en aquel momento, si con los ingleses o con los franceses. Si era con los ingleses, debían ir a Francia a vender, y si la pelea del Imperio Español era con los franceses, debían ir a Bristol o Londres a colocar la mercancía.

    Como decía, un programa muy interesante que les recomiendo, y no sólo esta semana marinera, sino todas, ya que todos los Documentos RNE son una maravilla.


    La sidra que salvó a los vascos #Curistoria

  9. #9
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    Re: La Ballena Vasca

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Gonzalo Giner: «Los vascos dan por descontado que llegaron a América antes que Colón»

    «Las ventanas del cielo» (Planeta), traslada al lector a la Castilla que veía en la lana su particular oro blanco, a la Terranova que utilizaban los vascos y los cántabros para cazar ballenas antes de que Cristóbal Colón hiciera acto de presencia en América, al África más indómito y al corazón de Europa que había hallado una nueva técnica para crear vidrieras


    Sepulcro de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal en la Cartuja de Miraflores


    César Cervera




    En el sobrepoblado sector de la novela histórica se necesita algo que destaque sobre el resto, algo que los demás no sepan, un arma secreta. Gonzalo Giner, autor del bestseller «El sanador de caballos», sabe que el primer paso es acertar con el periodo y el contexto. Sabe, en definitiva, que la mejor arma en la novela histórica es una concienzuda documentación y una prosa ágil. De ahí que haya escogido uno de los periodos de nuestra historia que concentran más hechos cruciales para España, como es el reinado de los Reyes Católicos. Su nueva novela, «Las ventanas del cielo» (Planeta), traslada al lector a la Castilla que veía en la lana su particular oro blanco, a la Terranova que utilizaban los vascos y los cántabros para cazar ballenas antes de que Cristóbal Colón hiciera acto de presencia en América, al África más indómito y al corazón de Europa que había hallado nuevas formas artísticas. Las llamadas ventanas al cielo, esto es, el arte de crear vidrios de colores perfectos para adornar las catedrales.

    –¿Qué contexto va a encontrar el lector que se acerque a la novela?


    –Un contexto relacionado con los años finales del siglo XV. La novela recorre 18 años hasta poco antes del descubrimiento de América. Elegí esta fecha porque en 1488 llegó a la Cartuja de Miraflores de Burgos unas vidrieras muy especiales, encargadas por la Reina Isabel. Las vidrieras son importantes en la novela, pero éstas concretamente, las de la Cartuja, vertebran la trama y el recorrido de los personajes.


    ¿Por qué adquirió el arte de las vidrieras tanta importancia en este siglo?

    –El tema de las vidrieras está escogido porque creo que el tratamiento que ha tenido este arte en las catedrales góticas ha sido muy escaso. Hay dos grandes momentos en la historia de las vidrieras: el origen, en el XII y el XIII, donde las formas eran muy simbólicas, con pocos colores y con los cristales pequeños y muy emplomados. El otro gran momento se vive en el siglo XV, cuando se desarrolla un arte más avanzado en el que se pretendió trasladar la pintura de calidad alta a la vidrieras a través de nuevas técnicas de soplado del vidrio y con cristales más grandes. A partir de entonces se pudo hacer pintura de verdad, siendo la escuela flamenca la impulsora de ello. Eran auténticos cuadros colgados en las paredes de las catedrales.




    –Esta escuela se traslada a España precisamente en esas mismas fechas.


    –Va a aparecer una escuela vidriera histórica, sobre las décadas de 1460-70, en torno a la catedral de Amberes, que tendrá su réplica española en la Cartuja de Miraflores, tumba mausoleo de los padres de Isabel La Católica. Se trataba de un templo modesto pero las vidrieras procedían de la escuela flamenca y prendieron en Castilla esta corriente. A partir de 1470 se desarrolló esta influencia flamenca en Castilla a través de Arnao de Flandes, al que le siguieron artesanos castellanos. Estos vidrios se caracterizaban no solo por la luz y el color que aportaban, sino por la calidad plástica.


    –El otro protagonista de la obra, junto a las vidrieras, es el llamado oro blanco castellano: la lana.


    –La época en la que se desarrolla la historia es también la del auge de las ferias medievales como Medina del Campo, Valladolid, y en general del mercado y la producción de lana de oveja merina trashumante. Lo que yo llamo en la novela el oro blanco suponía cada año una producción de entre 40.000 a 50.000 toneladas de lana, con un valor aproximado de 1.700 millones de pesetas. Castilla era el país número uno de exportación.


    La historia comienza en el ambiente de los comerciantes de lana burgaleses, donde vive y trabaja uno de los personajes principales de la novela, Hugo de Covarrubias, hijo de uno de estos mercaderes con tratos con Flandes. La narración se mueve a través del proceso de producción de esta lana, desde los lavadores, el transporte en carreta, los puertos cántabros que movían la lana a Flandes... Son los escenarios iniciales.


    –¿Cuándo empieza a decaer en Castilla esta actividad de la lana?


    –Bastante más tarde. Hasta el siglo XVII y XVIII, la lana castellana tuvo una importancia enorme, con una población de entre 8 y 9 millones de ovejas que se mantuvo a lo largo de los siglos. Castilla estaba muy especializada en lana de gran calidad y estaba prohibido sacar estos animales del país. En cualquier caso, nos pasó como con el aceite de oliva o el vino, puesto que los grandes empresarios de Flandes utilizaban la lana castellana para crear paños de gran calidad y luego nos los vendían a un precio muy superior. No éramos capaces de sacar valor añadido. Pero el mercado era muy goloso igualmente, con márgenes muy amplios. Estos mercaderes castellanos tenían un poderío económico considerable, como demuestra el hecho de que estuvieras detrás de la financiación de empresas y construcciones cruciales.


    –El protagonista, Hugo de Covarrubias, se verá obligado a cambiar este mundo de la lana por la pesca de ballenas y bacalaos.


    –Castilla utilizaba los puertos cántabros y vascos para su actividad marítima. Aquí confluían dos tipos de flotas: una dedicada al transporte de mercancías y otra que se dedicaba a la pesca de ballenas y sobre todo de bacalao. No hay que olvidar que los vascos están considerados los introductores del bacalao en Europa, un tipo de pescado que permitió superar las limitaciones que presentaban las sardinas y otros pescados autóctonos. En ese ambiente nos encontramos al protagonista de la novela en una nao con dirección desconocida que, se descubrirá posteriormente, se dirige a la recóndita Terranova, entre otros destinos. El lector descubrirá cómo se organizaban estos grandes proyectos pesqueros con meses de duración. La infraestructura que había detrás y los numerosos oficios en los que derivaba este tipo de pesca.
    No hay que olvidar que los vascos están considerados los introductores del bacalao en Europa
    –Usted da por buena la posibilidad de que los vascos llegaran a Terranova antes que Colón al continente.
    –Los vascos dan por descontado que llegaron a América antes que Colón. Evidentemente no está demostrado y no han aparecido todavía pruebas de ello, pero sí es muy razonable pensar que llegaron a Terranova. Cabe plantearse si fue un poco antes o un poco después que Colón lo hiciera al continente. Lo que sí hay es documentos de 1501 que demuestran contratos concretos hacia «Tierras Nuevas», esto es, a Terranova, donde se sabía que había unos caladeros formidables. Es razonable porque la flota vasca fue subiendo su zona de acción conforme fue escaseando en el Atlántico la población de ballenas y terminaron alcanzando Groenlandia. Desde allí hay una corriente marina que les pudo llevar a Terranova sin dificultad, si bien puede que no supieran dónde estaban o si era una isla o algo más. No en vano, si encontraron un caldero tan espectacular de ballenas y bacallaos es muy probable que lo mantuvieron en secreto. Es una historia verosímil.


    –Documentando la novela, ¿qué es lo que más le ha impresionado sobre estos ambientes?


    –Siendo finales de la Edad Media, la organización y las estructuras productivas de la lana y el comercio son asombrosas. Me tiene impresionado la organización de estas ferias medievales, tanto por la infraestructuras como por la regulación pactada entre comerciantes.



    Gonzalo Giner: «Los vascos dan por descontado que llegaron a América antes que Colón»

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