La politización del Olentzero

La polémica vuelve a acompañar este año la celebración del Olentzero en algunos barrios. La figura de este personaje mitológico ha sido recuperada y utilizada en los últimos tiempos como “Papá Noel vasco” y alternativa a los Reyes Magos. La ETB el año pasado, sin ir más lejos, decidió retransmitir el Olentzero y suprimir la cabalgata de los Reyes Magos. Muchos olentzeros también fueron descaradamente utilizados para, por ejemplo, reivindicar el fin de la política de dispersión de los presos etarras. Si no creen nuestras palabras, crean a sus propios ojos.

A continuación les mostramos el tenor de algunos olentzeros en las Navidades del año pasado, en la que la proliferaron los carboneros enjaulados en memoria de los presos etarras. Como les decíamos al principio, huelgan las palabras.











Evidentemente no todos los olentzeros tuvieron este aspecto, aunque lo anterior se repitió en muchas ciudades, barrios y pueblos. De esta forma resulta inevitable la politización del Olentzero. La decisión de la ETB de suprimir la cabalgata es otra muestra de la ingeniería social detrás del Olentzero. Incluso la crónica de Diario de Noticias del Olentzero de San Antonio, el más significativo de Pamplona, daba cuenta el año pasado de que “cerca de una treintena de personas se colocó a la cabeza del desfile de Olentzero portando pancartas que en las que pedían el acercamiento de presos a las cárceles vascas”.

El Olentzero, por otra parte, es un personaje sumamente controvertido. Frente a su actual carácter de Papá Noel vasco con cabalgata, Pío Baroja contaba que en su infancia no se le identificaba con Papá Noel sino con “el coco”, y que en algunas partes “se creía que venía con una hoz a cortar la cabeza de los niños”. Viendo las fotos que ilustran esta noticia no resultaría difícil pensar lo mismo. Es en esta dirección, por tanto, hacia donde deben dirigir sus esfuerzos los defensores del Olentzero. Otra cosa no sólo resultaría inútil, sino hasta sospechosa.