Cansados de aguantar a Montillas, Pérez-Carods y demás necionalistas descastados de su tierra de origen de vía estrecha y mirada corta podemos estar satisfechos de que queden algunos necionalistas con unas pizcas de sentido común. En este caso yo estoy casí totalmente de acuerdo con el democristiano Miró, al menos con la consideración de los problemas, aunque discrepe con el enfoque práctico. Aprovechando el artículo, ¿cuales pensáis que son los grandes problemas de España?
Los otros nueve grandes problemas de España
Josep Miró I Ardèvol, Diputado de CiU
EL terrorismo de ETA y, sobre todo ahora, el Estatuto de Autonomía de Cataluña, monopolizan casi toda la atención política y social. Es lógico pero peligrosamente insuficiente porque al tiempo otros importantes problemas atenazan y amenazan a la sociedad, las familias y, las personas. He aquí un apunte telegráfico de nueve que son fundamentales:
1º. España carece de una auténtica política de estado en cuatro áreas vitales. Se trata de la Unión Europea, la política exterior, la defensa y, la inmigración. Hay concepciones de partido, líneas del PSOE y del PP muy enfrentadas, pero no una concepción de estado, que exige para serlo la estabilidad por encima de la coyuntura electoral y la política de partido.
2º.La falta de un pacto de estado y de un acuerdo social sobre la enseñanza. Nuestra crisis ahí es grave y vital. De poco servirá a medio plazo una mayor inversión en I+D+i, si la base de la pirámide, la primaria y sobre todo la enseñanza secundaria, no supera su dramática insuficiencia. Con un fracaso escolar que supera el 30 por ciento, sin parangón en la Unión Europea, y que bordea el 50 por ciento si les añadimos los aprobados «pedagógicos», las notas con asterisco, urge una respuesta real y sólida. El gasto público no es la clave del problema, pero resulta rotundamente insuficiente con parámetros europeos. En educación no universitaria era del 3 por ciento (2002) en España y, del 3,6 por ciento en la UE-15 pero cuatro años antes solo nos diferenciaba una décima de PIB de la media europea. La respuesta a todo esto no es una ley de partido como la LOE, portadora de conflictos y no de soluciones, como lo acredita la manifestación convocada el 12 de noviembre por buena parte de la comunidad educativa.
3º. El deterioro de la sanidad. Mientras las administraciones se dedican a las células embrionarias y al condón, la sanidad cruje por sus costuras. Debe hacer frente a un millón y medio de habitantes adicionales que el INE ha hecho aflorar, a unas listas de espera interminables, a una población cada vez más envejecida, con un gasto público muy inferior al europeo. Sólo un 5,9 por ciento del PIB contra el 7,5 por ciento de la UE-15.
4º. La crisis de la natalidad y su otra cara el hiperenvejecimiento. Me sorprende que tanta preocupación por España, no aborde el hecho que para el 2050 éste será un país inviable con un tercio de la población de ancianos y solo una persona en edad de trabajar por cada inactivo (inmigración incluida).
5º. La insuficiente competitividad, un concepto amplio que engloba cuestiones decisivas, como la productividad del empleo, un diferencial de inflación que sin el recurso a la devaluación se traduce a medio plazo en más paro; un déficit exterior que el año próximo superará en términos de PIB al de Estados Unidos, considerado como una brutal anomalía, pero que tiene a su favor una economía brillante y los bono-refugio y, especialmente -gran paradoja- unas administraciones públicas penosas, excesivamente ineficaces, que son según el World Economic Fórum, uno de los problemas básicos para mejorar nuestra capacidad de competir.
6º. Una excesiva dependencia energética del petróleo y, un consumo por unidad producida comparativamente elevado en una época donde solo puede subir y subir de precio. Tampoco ahí hay política grande, solo achique de agua.
7º. Un crecimiento económico que envía señales falsas. Todo va bien, pero en realidad nuestra situación es tan frágil que la bonanza se cuenta por meses, 12,15,..., con el dato adicional que nuestra brillante trayectoria obedece, en parte, a que entre medio y un punto de crecimiento del PIB español se debe a los fondos estructurales, un flujo económico que se acaba. ¿Qué planteamiento económico hay para el fin de esta época, para 2007 y los años posteriores, cuando además resulta impensable que el consumo interior y la construcción sigan tirando del crecimiento? Demasiado silencio del Gobierno, pero también escasa presión de la oposición y la propia sociedad civil.
8º. La destrucción del capital social, ese atributo que en mayor medida poseen las sociedades convivenciales, productivas, generadoras de buenas administraciones, con menores costes sociales. Las grandes crisis del petróleo de 1974 y 1980, cogieron a España con un estado del bienestar en mantillas. A pesar de ello y como destaca el ya casi tópico estudio británico, nuestra conflictividad y deterioro social fue mucho menor al del Reino Unido, prototipo de «Welfare State». La razón era la familia (española), el único productor primario de capital social. Hoy ya no es así y a una dinámica social autodestructiva se le añade un gobierno que cataliza el proceso con leyes insólitas en el mundo occidental como la versión española del divorcio y del matrimonio homosexual, que asombran a finlandeses, holandeses y belgas, reyes del divorcio más rápido los primeros y, del matrimonio lesbigay los segundos.
9º. El problema apisonadora, porque romperá el espinazo del estado del bienestar. La quiebra del sistema público de pensiones. Será el 2015 según el Gobierno, cuatro años antes según otras fuentes. Para aquella fecha el gasto de las pensiones superará a los ingresos. El remedio que se apunta significa primar la injusticia: pagar menos por pensión, hasta un 25 por ciento, según UGT, y cobrar más por afiliado, lo que comportará aumentar el coste de cada puesto de trabajo, es decir estimular el paro y la precariedad. ¡Ah!, y promover planes privados, una solución excelente lástima que solo para aquellos que pueden pagarlos.
Quizás me equivoque y todo lo dicho es tan secundario que se puede resolver en un «pis pas», en cuando se pongan, y lo nuestro es solo ETA y la Autonomía de Cataluña, pero por si acaso sería prudente dedicar alguna energía, dinero y neuronas a estas otras cuestiones.
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