El problema de poner el dedo en la llaga, es decir, plantear la verdadera crítica (la otra, la del comadreo sólo es maledicencia), es que hay que acompañarla de la posible solución o, al menos, de alternativas al problema. Entonces, siendo totalmente cierto lo que manifiestas, el problema es cómo dar con una solución a una situación que ha venido dividiendo a España en dos desde hace más de doscientos años. Ya Goya en sus pinturas negras expresa el problema. Yo lo veo como un círculo vicioso, por eso son muchos los que me ven negativo, pesimista, etcétera. Pero no, a pesar de los pesares y de que los ánimos juveniles, ese utopismo connatural con la edad cuando todo se ve posible, sigo siendo optimista, sino no estaría aquí, pero si que me he vuelto realista. Entonces me da por pensar en toda la problemática que encierra lo que pasa por un completo cambio de mentalidad para, a renglón seguido, proceder a un cambio educacional. En mi opinión, estos son los dos pilares esenciales sobre los que se ha de trabajar. La gran incógnita, eso que se suele llamar la pregunta del millón, es cómo. Sin duda, si no se trabaja, si no se empieza a sembrar, no se puede hacer nada y seguiremos siempre igual.