Re: El desconocimiento de los símbolos propios.
Iniciado por
Donoso
Pero eso viene de un medio que defiende la disolución de España en el gobierno mundial.
No hay ninguna diferencia práctica entre alguien que detesta la bandera y otro que sólo quiere que sea un trapo sin significado. O peor, que tenga un significado repulsivo.
Evidentemente, pero entiendo que el mayor valor del artículo está en que hace una breve reflexión de lo que se hace por conveniencia, no por convicción. Se puede considerar que la exhibición de la bandera en una pantalla, como se hizo cuando Pedro Sánchez fue nombrado candidato, es todo un gesto, o toda una declaración de intenciones. En mi opinión, mejor hubiese sido que se hubiese envuelto en una de tela, pero eso hubiera sido demasiado. Y es que estuvo ahí, si, pero con un cierto tufillo a electoralismo, algo así como alimento para "socialistas de derechas" que votan PSOE habitualmente, y que oscilan a veces al PP. Y, especialmente, entiendo que es un mensaje dirigido a la gente de CIUDADANOS. Pero la realidad, es que el perfil del votante socialista tiene una mayor tendencia a la franja morada.
Por supuesto, el PP hizo primero una apostasía de un supuesto patriotismo -patrioterismo de sainete, más bien-, mientras el Escudo fue el que fue para, a continuación, abrazarse al de la Jefatura del Estado -por la peana se adora al santo-, haciendo un abuso nauseabundo de los colores de la Bandera en sus "manifas" (que no se te ocurriese llevar una con el Águila de San Juan), hasta lograr que se haya asociado interesadamente aquél con el franquismo, mientras ellos han sido asociados a los colores "rojo y amarillo", que no "rojo y gualda".
En consecuencia, desde el centro político -inexistente e indetectable por más que uno se empeñe pues no es otra cosa que una entelequia-, hacia la derecha, España es bicolor pepera, y desde ese supuesto centro hacia la izquierda, es tricolor ideológico-populista. ¡Bien! una vez más, dos Españas cada una tirando hacia el lado opuesto y las dos ahogando cualquier proyecto de futuro.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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