Editorial
12 DE OCTUBRE. AFIRMACIÓN NACIONAL
No podía ser más oportuna la celebración de un acto de afirmación nacional el día de la hispanidad en Barcelona. Cuando se ha materializado otra amenaza más a la unidad de España a través del estatuto aprobado por el parlamento catalán, la manifestación del 12 de octubre en Barcelona es una oportunidad para muchos catalanes, que no se sienten representados por una clase política que por su cuenta y riesgo se ha embarcado en una reforma que desde la mayoría del pueblo nadie demandaba, de expresar sus sentimientos.
Por ello el 12 de octubre debemos celebrar la fiesta nacional con ese espíritu de afirmación nacional, ya sea en Barcelona, Valencia o en cualquier otro lugar donde haya oportunidad de mostrar que no se es español contra nadie, sino que somos españoles para cumplir una tarea común que nos beneficia a todos.
No se trata de acudir a Barcelona para agraviar a una tierra tan querida como es Cataluña, según quieren transmitir los provocadores separatistas y ultraizquierdistas. No se debe tratar tampoco de un acto reservado a las organizaciones que convocan la concentración, para mostrar disgusto con el gobierno del tripartito y de Zapatero. Se trata por encima de todo de un llamamiento a todo aquel que se sienta español y catalán. Se trata de reivindicar que se puede sentir el amor elemental con que nos tira la tierra y también el patriotismo trascendental de esa empresa común que es España. Es el día para expresar que amamos Cataluña por española, y porque amamos Cataluña la queremos más española cada vez.
Este 12 de octubre de 2005, debemos recordar que una patria implica una empresa colectiva. Sin la presencia de la fe en un destino común todo se disuelve, todo se vuelve egoísmos locales, reivindicaciones comarcales, cálculos sobre agravios y números sobre cuestiones económicas, que llevan en sí el germen disgregador.
Tan solo recuperando el sentimiento nacional se asegurará la unidad nacional, que en modo alguno debe sentirse como una obligación impuesta. Es esa creencia del pueblo en un destino común, en una horizonte que compartir y en una empresa en que participar, lo que asegurará la unidad nacional. Entonces no habrá peligro de otorgar más autogobierno a cualquier región de España, porque el mismo nos e utilizará para romper la convivencia nacional. Por ello el 12 de octubre debemos celebrar la fiesta nacional con ese espíritu de afirmación nacional, ya sea en Barcelona, Valencia o en cualquier otro lugar donde haya oportunidad de mostrar que no se es español contra nadie, sino que somos españoles para cumplir una tarea común que nos beneficia a todos.
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