Manifiesto Doce de Octubre
Contra la mentira, se alzará la Verdad resplandeciente.
Contra la mezquindad, se afanarán los espíritus generosos.
Contra la desintegración de nuestra Patria y de nuestras familias, volveremos a unirnos en una gran empresa común.
Hoy, Doce de Octubre de 2005, nosotros los catalanes, es decir, nosotros los españoles de Cataluña, queremos unirnos al clamor entusiasta del resto de tierras de España para celebrar nuestra Fiesta Nacional, y conmemorar, frente a la distorsión sectaria y la perversión interesada, el histórico Día de la Hispanidad.
Así pues, en este día MANIFESTAMOS QUE:
· La Patria es el legado de nuestros padres, y la herencia que hemos de dejar a nuestros hijos. No la disfrutamos como derecho, sino que tenemos el deber de servirla y engrandecerla.
· Encontramos el germen del patriotismo en el amor y respeto a los padres en el seno de la familia, y de esa institución fundamental que se alza como la última muralla de la civilización, dicho sentimiento se proyecta hacia la Patria grande, hacia España.
· En el orbe entero, decenas de naciones han sido alumbradas por nuestra Madre Patria, y en la Hispanidad, sin importar distancias de espacio y tiempo, nos unimos a ellas en la emoción del amor filial.
· Y, desde Cataluña, seguiremos sirviendo a España y a la Hispanidad, como lo hicimos durante doce siglos desde la Reconquista hasta la Guerra de Cuba.
Por lo tanto, es nuestro deber DENUNCIAR:
· La traición del Gobierno actual y de los anteriores, que nos han dejado sin un proyecto de futuro en común
· La traición de los gobiernos autonómicos, que, establecidos como administración del Estado, aprovechan sus competencias para atentar contra España.
· El creciente aislamiento de Cataluña respecto del resto de España, y la pérdida de prestigio de nuestra tierra y nuestras gentes entre el resto de españoles.
· La descarada pedagogía del odio que difunden los medios de comunicación del gobierno catalán contra todo lo español.
· El nacionalismo como coartada de la corrupción: el caso Banca Catalana, el caso Turismo o el más reciente del 3%.
· La inutilidad de nuestros gobernantes para resolver los problemas reales de los ciudadanos: vivienda, desempleo, inmigración…
· La degradación moral, los ataques a la familia y a la persona impulsados desde los poderes públicos
· El pensamiento único impuesto desde el monopolio de la comunicación, y revestido del sofisma de la multiculturalidad, la diversidad y la tolerancia.
Y es también nuestra obligación EXIGIR:
· Que los poderes públicos respeten y honren a nuestra Patria, a su historia, a sus instituciones, idiomas, costumbres y símbolos.
· La regeneración del espíritu patriótico que evite el derrumbe de una sociedad sin fundamentos, conformada por individuos desarraigados de una historia y una tradición común.
· La recuperación del amor de predilección que debemos los españoles a nuestra Patria sobre las demás naciones.
Barcelona, octubre de 2005
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