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Tema: Mártires de la Tradición 2013

  1. #21
    Avatar de Irmão de Cá
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    Re: Mártires de la Tradición 2013

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    Irmao. No es un artículo, sino el texto del sermón que pronunció Don Ángel David en la Misa de los Mártires de la Tradición que celebró en Madrid.

    Véase CARLISMO.ES
    Sí, gracias Martín, por la corrección. La web de TD no lo ha identificado como sermón y como Don Ángel es columnista de TD, lo he asumido como artículo. Me he dado cuenta más tarde de que era un sermón por un despacho de Agencia Faro que he recibido en mi carpeta de correo electrónico.

    Por supuesto, por haber sido pronunciado como sermón, lo hace todavía más precioso.

    Un saludo Martín.
    res eodem modo conservatur quo generantur
    SAGRADA HISPÂNIA
    HISPANIS OMNIS SVMVS

  2. #22
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    Re: Mártires de la Tradición 2013

    Mártires de la Tradición 2013: discurso de José Miguel Gambra


    15 marzo, 2013



    Podría pensarse que, al hablar de mártires de la tradición, Carlos VII empleaba un lenguaje hiperbólico, o exagerado, con la pretensión de exaltar las virtudes heroicas de sus soldados. Para el martirio en sentido propio, se exige la muerte por Jesucristo, pero también se engloba en esa categoría la muerte y el padecimiento por el bien de la ciudad, si por Dios se hace. Porque, como dice Santo Tomás:

    El bien de la república es el más alto de los bienes humanos. Pero el bien divino, causa propia del martirio, es más excelente que el humano. Sin embargo, como el bien humano puede hacerse divino al referirlo a Dios, cualquier bien humano puede ser causa de martirio en cuanto referido a Dios (S.T. II-II, q.124, a.5, ad 3).

    Carlos VII tenía, pues, fundadas razones teológicas para aplicar el nombre mártires a los que vio morir al grito de ¡Viva la Religión!, ¡viva España!, ¡viva el Rey! Lo cual, sin dudarlo, se hace extensivo a quienes, sesenta años después, morían al mismo grito en la Cruzada del 36.

    A esos mártires les tenemos que rendir un culto y respeto piadoso análogo al que debemos a nuestros padres y a la patria, pues, si es verdad lo que decía Tertuliano: Sanguis martyrum semen christianorum (la sangre de los mártires es semilla de cristianos), ellos han sido la semilla que ha permitido, durante 180 años que el carlismo renazca y florezca una y otra vez, cuando se creía que estaba definitivamente muerto. La sangre derramada en los campos de batalla es signo de muerte y acabamiento; pero cuando es sangre de los mártires, según la metáfora de Tertuliano, tiene la virtud de reproducir una vida que se daba por terminada. El carlismo debe sin duda a esa sangre su asombrosa pervivencia; pervivencia que ha pasado por épocas sombrías de aparente agostamiento. Con mis palabras quisiera presentar la revitalización de la CT en nuestro siglo como un efecto de esa virtud reproductora que tiene la sangre de nuestros mártires.

    Conocida es la historia: En la guerra de 1936 los carlistas lucharon, murieron, se sacrificaron, vencieron y ese fue el inicio de su decadencia más profunda. Los carlistas afrontaron victoriosos las balas pero, cosa muy propia de ellos, flaquearon ante el maquiavelismo de la política.

    Con todo, el carlismo veinticinco años después todavía era un árbol frondoso que movilizaba cien mil personas en Montejurra. Pero, por entonces, ya estaban en obra conjuntamente las dos plagas que casi acabaron con su vida: la traición de la clerecía modernista, que arrastraría consigo casi por completo las regiones del norte más profundamente carlistas, y la defección de don Carlos Hugo que, rodeado de una caterva de secretarios ajenos a la tradición, entregó el ingenuo pueblo carlista a comunistas y separatistas; y convirtió la sagrada jornada de Montejurra en repugnante aquelarre de los peores enemigos de la religión y de la patria.

    En la heroica jornada del Montejurra del 76, S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, secundado por Márquez de Prado y un puñado de valientes, se mostró digno heredero de sus mayores e intentó reconquistar el viacrucis para devolverle su carácter de homenaje y sufragio por los carlistas que allí murieron. De nuevo, el maquiavelismo de las autoridades de la transición hizo que el resultado no fuera el que se deseaba, pero no por ello fue menos meritoria aquella ocasión, en la cual, quienes no estuvimos hubiéramos deseado estar.

    Desde esa época aciaga quedó el pueblo carlista como un árbol quemado cuyas cenizas esparce el viento. Sobre sus restos nacieron plantas y líquenes que apenas recordaban nada de su pasada grandeza. Partiendo de la doctrina carlista, que se compone orgánicamente de las cuatro partes de nuestro lema, se pueden catalogar las múltiples desnaturalizaciones que siguieron a esos años: se fijaron unos sólo en la patria y acomodaron el carlismo al estatismo caudillista; quedáronse otros sólo con los fueros y convirtieron el sociedalismo en separatismo o socialismo, cuando no en ambas cosas a la vez; en fin, no faltaron los que, comprendiendo mal la primera parte del lema, convirtieron el carlismo en cofradía clericaloide, con dejes de democracia cristiana.

    A finales de siglo, el carlismo parecía definitivamente muerto. Sin embargo, tras la defección de su hermano, S.A.R. había mantenido en acto la reclamación de los derechos sucesorios frente al usurpador y la semilla de los mártires permanecía intacta en la cabeza de unos cuantos hombres. Esto bastó para que reviviera el Carlismo. En 2001 el Abanderado de la Tradición reestructuró la Secretaría Política y nombró Jefe Delegado a Rafael Gambra, que en paz descanse; y la Comunión Tradicionalista reemprendió su andadura. De los llamados carlismos sólo ella ha sido capaz de mantener en su integridad los principios intangibles de la legitimidad que sintetizara S.M.C. Don Alfonso Carlos, como formulación explícita del lema de Dios Patria, Fueros y Rey.

    Desde entonces, la ComuniónTradicionalista ha llevado a cabo una labor doctrinal inmensa por medio de la Fundación Elías de Tejada, el Consejo Felipe II y los círculos en las diversas regiones. Las publicaciones, congresos y conferencias han permitido recomponer, defender, actualizar y perfeccionar una doctrina que había sido destruida en sus más profundos cimientos durante las cinco últimas décadas del pasado siglo.

    La difusión de todo este trabajo, por los exiguos medios de que dispone la Comunión, ha producido resultados a veces sorprendentes, como la formación de importantes movimientos carlistas en las Españas de ultramar y en la Península Italiana. Y, también en los reinos peninsulares, se puede decir que quien quiera conocer un carlismo, pasado por la forja del enfrentamiento a las nuevas teorías y circunstancias políticas, sabe hoy dónde ha de buscarlo y cada vez son más los que se acercan a la Comunión con esa finalidad.

    Evidentemente esta intensísima labor doctrinal de reconstrucción y de propagación doctrinal tenía que topar, no sólo con el odio de los enemigos seculares del tradicionalismo, sino también con la incomprensión de cuantos, de una u otra manera, se consideraban sus herederos. Herederos cuya mala conciencia se despierta ante la firmeza de la Comunión Tradicionalista. Sus reconvenciones se basan invariablemente en alguno de esos errores modernos, que se cuelan en los intersticios de nuestra mente, casi sin notarlo.

    Unos, los más alejados, dicen que vivimos anclados en soluciones anticuadas y por tanto infecundas. ¡Qué tontería! Verdad es que todo el carlismo se funda en los principios de teoría política viejísimos. Pero también la arquitectura recurre a los principios de geometría enunciados por Euclides hace 2300 años y, si no se atiene a ellos las construcciones se caen sobre sus moradores. Análogamente los principios de la comunidad política, que enunció Aristóteles y enalteció Santo Tomás conforme a las enseñanzas de la Iglesia, expresan el orden natural de la sociedad, cuyo desprecio impide que la ciudad alcance su finalidad y pronto decae y muere.

    Quienes nos critican por anticuados se han dejado seducir por la idea del carácter convencional y artificioso de la organización social, y por la concepción evolucionista dominante en los dos pasados siglos, de modo, que a su juicio, no hay principio natural alguno al que la sociedad deba atenerse obligatoriamente.

    Otros nos achacan una supuesta exclusividad interesada que, según ellos, nos impediría formar una unidad con los restantes grupos que trabajan por la patria o por la religión. Más o menos explícitamente, nos acusan de mantener un chiringuito político por deseos de poder personal y nos recomiendan dejar lo que califican de caprichosas peculiaridades, para quedarnos con lo esencial y favorecer la unidad.

    Siguiendo tales consejos vemos cómo, incluso los más próximos a nosotros, aplauden cualquier intento de lograr lo que llaman unidad (que más bien debería llamarse aglomeración) con estos o con los otros, en torno a unos principios no negociables, como si los principios pudieran serlo.

    A estos tales les diría que la esencia del verdadero carlismo está en la defensa orgánica, o sistemática, de todos sus principios y que carece por completo de sentido la pretensión, hoy de moda, de de prescindir de este principio, sí, y de este otro, no. Viene a ser como si dijéramos al constructor: “déjese de tonterías: ¿por qué hemos de mantener la estúpida restricción del quinto postulado de Euclides que pretende que por un punto sólo hay una paralela?”. O “¿ángulos rectos de 90 grados? ¡Vaya lata! ponga usted 100, que los cálculos salen más redondos”. Si así hiciéramos, sería de ver cuánto dura la casa.

    A la postre aquí también se manifiesta un desfallecimiento doctrinal, pues quienes andan en tales manejos siguen la moral americana y protestante del éxito aquí y ahora; de un éxito del que podamos disfrutar en vida, aún a costa de los principios. A esos tales yo les recordaría la moral de la cruz, les recordaría que, en el Reino de Dios, los últimos serán los primeros, o, como decimos los carlistas, que ante Dios no hay héroe anónimo.

    Otros más, estos ya no primos, sino hermanos e hijos, nos espetan, una y otra vez, que carecemos de acción política y que nos hemos quedado en el terreno doctrinal y académico. Se trata de una crítica benevolente y constructiva que, sin embargo, también merece una respuesta: la Secretaría Política, tras la debacle doctrinal del siglo pasado, se ha centrado en lo más importante y urgente. Ha fijado las metas y los principios, ha eliminado errores y ha expuesto el carlismo verdadero a los cuatro vientos, lo cual no le ha impedido hacer numerosos actos públicos y organizarse más perfectamente.

    En el fondo aquí también late una disfunción teórica que nos ha invadido inconscientemente y que podríamos llamar “el espíritu del ciudadano”. Este espíritu, que crece bajo los regímenes estatistas de uno y otro signo, cree que toda la acción política debe recaer sobre el poder central. Un siglo de despotismo absolutista, más de siglo y medio de despotismo democrático y un buen número de décadas de despotismo dictatorial, han producido la idea de que el único sujeto de acción política es el Estado y, en nuestro caso, mutatis mutandis, de la Secretaría Política.

    Frente a estas críticas hemos de atenernos al principio mellista de “más sociedad y menos estado”. Lo cual, aplicado a nuestras circunstancias, conlleva reconocer la responsabilidad de todos y cada uno, así como la libertad de agruparse para obrar en favor del bien común. Eso sí, con la coordinación de la Secretaría y contando con la ayuda que pueda prestar.

    No debemos, ni podemos, hacer política de partido. No hemos de enzarzarnos en alianzas, ni buscar palabras para decir lo que hoy gusta y lograr así votos a cualquier precio. En ese terreno no podemos vencer; y, además, sería estúpido intentarlo cuando el sistema democrático se derrumba a ojos vistas. No contar votos sino convencer. Convencer de que la sociedad debe recuperar su soberanía; de que debe reivindicar la autonomía y la libertad de asociación para el bien común en todos sus estratos; y de que debe reclamar los cauces verdaderos de la representación bajo el poder, efectivo pero limitado, del soberano legítimo. Ese es nuestro trabajo primero. Hay mucho por hacer y la Comunión puede sugerir, ayudar y brindar su estructura política para encauzar cuanto de bueno pueda hacerse por la causa. Pero nadie espere que la Secretaría Política absorba la vitalidad natural del carlismo. Ni puede, ni quiere, ni debe.

    No deseo extenderme más en la defensa de la Comunión Tradicionalista. Me basta, a modo de colofón, con afirmar que ha conservado la semilla regada por la sangre de nuestros mártires, de la cual, si perseveramos, nunca puede brotar la mala hierba. Y, con su difusión, ha plantado un huerto que, D. m., se multiplicará y fecundará el carlismo potencial, todavía existente en las Españas, hasta convertirlo en frondoso bosque. La ambición globalizadora del sistema parece conducirle a pasos agigantados hacia su decadencia final; y, mientras tanto, crece la conciencia de que las enormes zarzas del liberalismo, que ahogaban nuestra acción, ya no dará sino amargos frutos de pobreza y esclavitud, cuando lo que prometían era bienestar y libertad. Estos hechos abren las puertas a la esperanza de un cercano renacimiento. Pero, si no es así, transmitiremos el legado y esperaremos cuanto haga falta y Dios permita.

    Fuente: CARLISMO.ES
    Última edición por Martin Ant; 19/03/2013 a las 22:18

  3. #23
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    Re: Mártires de la Tradición 2013

    Aquí tenemos un resumen de lo acontecido por los Mártires en Bocairent, Valencia:

    Bocairent o la Tradición. Muchos años hacía que los beatos mártires de la Tradición no eran honrados tan devota y multitudinariamente por los carlistas valencianos. A iniciativa de la junta regional del reino de Valencia, se ha retomado con gran éxito el tradicional Aplech que durante muchos años se celebró en Bocairent.



    Ver vídeo del acto en esta dirección


    Casi un centenar de carlistas venidos de todo el reino de Valencia y algunos correligionarios catalanes se congregaron en la localidad de la serra Mariola. Un autobús salió de Valencia ciudad, y allí se unieron correligionarios de Benicarló, Castellón, Godella, Gandía, Játiva, L´Alcudia, La Llosa, Biar, Ibi, Alicante, Elche y muchas otras localidades. Ancianos veteranos, jóvenes, matrimonios con niños, como siempre, un encuentro que más parece reunión familiar que mitin político.
    Tras la concentración en la plaza mayor de la localidad, a las once y media comenzó el Via Crucis que la mayoría de los asistentes (salvo los que por razones de edad no pudieron) realizaron en un ambiente de gran devoción las catorce estaciones. El rezo, expresamente dirigido a los mártires de la Tradición, fue dirigido alternativamente por los dos capellanes presentes, el reverendo don Francisco Suárez, consiliario del círculo Aparisi de Valencia y el reverendo don Carlos Bell, consiliario del círculo carlista de Tortosa. Encabezándolos, un consejero regional oficiaba de crucífero, portando una verdadera reliquia de nuestros bravos requetés: la cruz auténtica que conducía a la la batalla al tercio de Lacar durante la última Cruzada del 36, cedida generosamente para la ocasión por uno de los asistentes.



    El fuerte viento que ondeaba gallardamente las banderas y hacía vacilar los pasos, acompañó e hizo más penosa (y más verdaderamente evangélica) la ascensión. Llenaba verdaderamente el alma ver a docenas de carlistas arrodillarse a la llamada a la adoración al Señor en su calvario. A la llegada al alto, donde se halla la ermita de la Inmaculada, se unieron el resto de carlistas que hubieron de acudir en vehículo. Tuvo a continuación lugar la Santa Misa en la ermita, oficiada con gran devoción por el reverendo Francisco Suárez, que aludió en su homilía a la humildad de los mártires de la Tradición en defensa de la Causa. A los lados del altar, el crucífero y tres carlistas (de Valencia, Ibi y Tarrassa) portando las banderas de la Cruz de san Andrés, Española y del Reino de Valencia, que fueron abatidas en el momento supremo de la consagración. El mosén don Carlos, mientras tanto, confesaba a quién lo pidiera, para que nadie que quisiera quedase sin comulgar.



    Llegada del autobús de Valencia

    Al finalizar el Santo Sacrificio, la comitiva se ha dirigido a la cruz de los caídos en la batalla de Camorra en 1873, erigida aproximadamente en el lugar donde están enterrados, juntos, los españoles caídos en aquel combate: voluntarios carlistas y levas del ejército de la primera república. Don José Miguel Orts ha leído una semblanza del significado político del acto y una carta de don Carlos Javier de Borbón alusiva al acto. A continuación un toque de corneta ha dado paso al responso en latín leído por el reverendo don Carlos Bell, a cuyas plegarias rogando a Dios por los mártires de la Tradición han respondido todos con fervorosa oración. Para concluir, un emocionado Oriamendi cantado a pleno pulmón, con los vivas de rigor.

    Finalizados los actos oficiales, hemos bajado de nuevo al pueblo, donde los asistentes, dado su número, se han repartido en dos restaurantes para dar cuenta de la opípara comida de confraternización donde, como siempre, animada charla, risas, discusiones, reencuentros, han sido la tónica, sin faltar canciones carlistas. Tras el café, el presidente regional, reunidos todos en el establecimiento “casa Ximo”, ha leído un discurso en el que invitaba al compromiso y al trabajo de todos para dar alternativa cristiana y tradicional al malgobierno y peor legislación actual, que han corrompido a la sociedad. Ha llamado a todos los carlistas a arrimar el hombro, para que jornadas como la de ayer sean verdaderamente fructíferas.



    Saliendo del pueblo en dirección al Via Crucis

    A continuación los asistentes han recogido sus efectos y banderas y han regresado a sus hogares, llenos de entusiasmo por la hermosa y auténtica jornada de homenaje y devoción a los mártires de la Tradición, aquellos héroes que nunca son anónimos ante Dios. Los que acudieron desde Valencia en autobús, hicieron una breve parada a la vuelta en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora (Santa María) en Onteniente, para orar ante tres pequeñas arcas que contienen los restos de tres mártires de la localidad. Dos de ellos son carlistas, y fueron martirizados el mismo día. El delegado local de la Comunión en Biar ha explicado la historia de los beatos Carlos Sanz y Rafael Alonso, ambos carlistas, sacados y tiroteados por las milicias revolucionarias junto a un médico. Se da la circunstancia de que Rafael Alonso fue hallado aun moribundo el día siguiente. Cuando se le inquirió por el nombre de sus asesinos sólo acertó a balbucir: “perdonar, amar”, negándose a revelar sus nombres antes de morir. El reverendo padre Suárez ha dirigido una oración rogando la intercesión de los beatos mártires. Tras admirar las pinturas de José Segrelles del templo, se ha procedido al regreso a la capital del Turia.

    Los actos en homenaje a los mártires carlistas han concluido el domingo día 10 (el instituido por S.M.C Don Carlos VII) por la mañana en el cementerio general de Valencia, donde una representación de la junta regional y los círculos carlistas valencianos ha depositado una corona de flores y ha rezado una plegaria ante la lápida que recuerda a los requetés del tercio de la Virgen de los Desamparados asesinados en 1936 al fracasar el Alzamiento en Valencia.

    Beatos mártires de la Tradición, rogad por nosotros.



    Primeras estaciones

    Discurso de don José Miguel Orts, consejero nacional de la Comunión Tradicionalista Carlista, ante la cruz de los caídos en la batalla de Camorra

    Este año los carlistas valencianos volvemos a celebrar la fiesta de los Mártires de la Tradición en Bocairent, en el mismo escenario donde hace 140 años los voluntarios del Rey legítimo se enfrentaron a los soldados de leva forzosa del ejército republicano en la batalla de Camorra. Venimos a rendir homenaje a las víctimas de la lealtad y de la disciplina, cuyos restos yacen juntos en esta fosa común presidida por la cruz.
    Nuestra presencia, después del ascenso por este Via Crucis monumental, en este lugar y en esta fecha, en lo que este paraje significa y en el tiempo y circunstancias en que se nos ha concedido vivir, tiene varios sentidos:


    • La lucha por la legitimidad –lo justo político como paradigma- en la acción de gobierno que guió el esfuerzo de los carlistas del siglo XIX, sigue teniendo vigencia. Si las leyes humanas se oponen a la ley natural, carecen de fuerza de obligar. Si los políticos no administran los recursos de todos los ciudadanos en función del bien común, sus órdenes no merecen ser obedecidas y los tributos que exigen no tienen por qué ser pagados. Sin legitimidad de origen y de ejercicio los reyes no son reyes aunque ocupen tronos. Sin respeto a lo sagrado de la persona humana, hasta con los votos se gobierna tiránicamente. Sin legitimidad sólo hay coacción del que manda sobre el forzado a obedecer.

      La única razón de existir del Estado es resolver los verdaderos problemas de las personas y grupos sociales que lo integran, sin alimentar utopías insostenibles. Lo que pueda ser resuelto por cuerpos sociales menores no debe ser gestionado por estructuras superiores. Es el clásico principio de subsidiariedad, núcleo de la concepción foral de la Monarquía de las Españas, ahora manipulado y desnaturalizado por los eurócratas y los apóstoles de “lo público” como eufemismo de “lo colectivista” a toda costa. Es la gran estafa de las Autonomías y de la Unión Europa, edificadas artificialmente reproduciendo a escala regional el modelo centralista, a expensas de los niveles inferiores.

      Contemplada desde una óptica positiva, la subsidiariedad obliga al ente superior a ayudar al inferior a alcanzar su cometido, en aras del bien común. El principio de totalidad o solidaridad entre los elementos del mismo cuerpo social implica la ayuda mutua sin absorción ni suplencia. Estos principios vertebran las partes entre si y en el todo regional, nacional y supranacional. Pero su vigencia supone una voluntad previa de pertenencia a un mismo todo y de convivencia armónica en el mismo.



    • Cuando el Estado se apodera de las conciencias con falsas promesas de paraísos en la Tierra, termina con la verdadera libertad. Todos los caminos de la deshumanización de la vida pública pasan por forzar la exclusión de Dios no solo de las leyes sino de la cultura y aun de las conciencias. Y la experiencia histórica demuestra que sin Dios, el hombre deja de sentirse hombre y deja de tratar a sus semejantes como humanos, por muchas declaraciones de derechos que publiquen revolucionarios o mundialistas.



    Silencio impresionante mientras el pater entona la plegaria

    Comunicado de don Carlos Javier de Borbón

    Hoy, fiesta de los mártires de la Tradición, instituida por mi antecesor Don Carlos VIII en el día del aniversario del fallecimiento del iniciador de la Dinastía Carlista, no quiero que os falte el testimonio de mi recuerdo, mi homenaje y mi cariño a cuantos lucharon, sufrieron y murieron por la Causa, así como a los que seguís en la brecha trabajando por los mismos principios.


    Palabras de don Jesús Blasco, presidente regional de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia


    Saludos
    Saludo de la Presidenta Maria Cuervo
    Bienvenida a Javier López de la Junta Nacional, Consejeros nacionales, Jefes Provinciales y Delegados locales
    Bienvenidos especialmente por la distancia recorrida, hoy más que nunca bienvenidos a los carlistas catalanes.
    Vixca Catalunya foral y espanyola.

    Bienvenidos todos a la celebración del día de Mártires en Bocairente.
    Hoy quiero hablaros de unidad, de trabajo, de esfuerzo, de compromiso porque hoy más que nunca, nos necesitamos todos, necesitamos estar unidos como una piña, porque no esperamos nada bueno del futuro que nos espera en España.

    A nosotros, no nos sorprende ya nada de lo que está sucediendo en España, porque llevamos 180 años advirtiendo de estos mismos peligros a la sociedad española.

    ¿O es que acaso tres guerras carlistas en el siglo diecinueve contra el liberalismo y la Cruzada del 36 contra el comunismo socialista, no son bastantes muestras de advertencia al pueblo español, de cuales son los peligros que amenazan a España?. ¿Es que acaso la persecución, cárcel, destierro y cierre de círculos y medios de comunicación carlistas durante la dictadura, no dejó bien claro por donde iban los cauces políticos del liberalismo y del socialismo una vez muerto el dictador?

    Pues aquí los tenemos, imposición de una monarquía liberal alejada de todo espíritu cristiano, capaz de firmar todas las barbaridades antinaturales que le pongan delante los políticos de turno, como la ley del aborto y los mal llamados matrimonios, entre personas del mismo sexo y una Constitución atea, adecuada a las políticas que los diferentes partidos se iban a encargar de desarrollar en sus respectivos mandatos. Todo estaba previsto y calculado.



    Cruz del tercio de Lacar

    Más que padres de la Constitución les podríamos llamar hijos de la ignominia, porque tomaron por menores de edad a los españoles, tratando de hacerles creer que eran auténticos demócratas, hombres justos y honrados con diferentes visiones de las cosas pero preocupados por el pueblo al que tenían ( en plena transición), comiendo de su mano con cantos de sirena como aquella canción de “libertad, libertad, sin ira libertad”, todo era una farsa, cuando en realidad a lo que se han dedicado unos y otros ha sido a llenarse el bolsillo y a calentar los escaños de todas las instituciones españolas, turnándose unos partidos con otros y legislando, en contra precisamente, de aquella supuesta “libertad” que prometía la canción.

    ¿Qué diferencia hay entre un PSOE que aprueba leyes contra el aborto, contra la familia, contra la religión católica y a favor de la eutanasia o de matrimonios antinaturales, y un PP que gana con mayoría absoluta, ojo, conseguida en su mayor parte gracias al miedo que el PSOE había metido en el cuerpo a muchos españoles, que llegan al poder y no cambian ni anulan ninguna de aquellas leyes abominables que aprobaron los socialistas?

    Son los mismos perros con distintos collares.

    Y no digamos con el tema de la ETA y de los separatistas vascos y catalanes. ¿Es que el PP y el PSOE no se han sentado con todos ellos a pactar y darles prebendas y chanchullos a cambio de mantenerse en el poder? ¿Quiénes si no han dado oxigeno político a Convergencia y Unio? ¿Quiénes sino han dado oxigeno político al PNV?

    ¿Quiénes si no han permitido que la ETA esté hoy sentada en el parlamento Vasco y encima quedándose con todas sus armas por si acaso? Eso se llama chantaje terrorista, consentido por los distintos gobiernos del PP y del PSOE, para mantenerse en el poder a costa de lo que sea.

    Y como valencianos debemos denunciar al PP y al PSOE que han tenido responsabilidad de gobierno en la Generalidad, por haber utilizado al Reino de Valencia, a su cultura, a su historia y a su lengua, como moneda de cambio con el pancatalanismo, catalanizando nuestra cultura en pro de una utopía llamada “Paises Catalanes”. Ya está bien de tomarnos el pelo.

    Entonces, ¿que podemos esperar los españoles de unos gobiernos que viven y subsisten bajo la amenaza del chantaje terrorista y del chantaje separatista?

    Pues lo que tenemos. Inmoralidad, corrupción, paro, pobreza y tergiversación de la historia. Tan solo estamos recogiendo los frutos que esta partitocracia y su legislación contranatura , han sembrado durante los últimos 35 años.

    Y muchos os preguntareis, ¿y que podemos hacer nosotros ante esta situación tan grave y que aún no ha tocado fondo, con un partido liberal PP, en el poder del que ya nadie se cree lo del “mal menor” y una supuesta (y digo supuesta porque no se donde está la diferencia) oposición PSOE, que odia todo lo español, que odia la religión, que legisla contra la familia y contra la propia vida?

    Pues los carlistas para hacer frente a todo esto, en primer lugar hemos de permanecer más unidos que nunca.

    Tramos finales del Via Crucis

    En estos momentos tenemos una responsabilidad histórica, como en otros tiempos la tuvieron nuestros padres y abuelos. Pero para hacer frente a esta tremenda situación, ante todo hemos que hacer grande al Carlismo. Es necesaria disciplina y organización.

    Es tiempo de superar viejos problemas. Hoy solo debemos mirar en una dirección, solo podemos mirar hacia delante, sin complejos, con la cabeza bien alta, animando a la gente a salir de sus casas, convenciendo a los buenos españoles de que aquí y solo aquí está la auténtica solución a los problemas de España. Si nosotros nos lo creemos, será más fácil que lo podamos transmitir a los demás.

    Los carlistas tenemos un trabajo que realizar aquí y ahora. Hoy es tiempo de trabajar, de comprometerse con la Causa, esa gran Causa que todos anhelamos ver triunfar un día para gloria de España.

    Y para ello, tenemos la suerte de disponer de una herramienta que canalice nuestros esfuerzos, una herramienta que viene funcionando desde hace años con firmeza y que hasta hoy nos ha permitido no solo mantener viva la Causa sino acrecentarla y formar a muchos jóvenes que hoy están perfectamente preparados para defender nuestros ideales.
    Esa herramienta se llama Comunión Tradicionalista Carlista.

    Prueba de que funciona, es nuestra presencia hoy en Bocairente, habría sido imposible reuniros hoy aquí a todos, sin un mínimo de organización, de disciplina, de colaboración económica, y de afiliaciones.

    Pero por supuesto no solo la organización de la CTC es la que nos mueve, hay algo más importante, su programa político basado en nuestros ideales de Dios, Patria, Fueros y Rey Legitimo.

    Este bendito cuatrilema cuyo primer nombre es Dios y que es en realidad el que nos da fuerzas para trabajar cada día, sin pedir nada a cambio.

    Y desde la Cruz que es nuestro refugio, nos permite llevar adelante los otros tres principios, basados siempre en la justicia social cristiana y en las libertades que como hijos de Dios estamos obligados a defender.

    Y si ello fuera posible, contar cuanto antes con un Rey a la cabeza, que se comprometa a defender de verdad a todos los españoles, basándose en esos sagrados principios.

    Porque... ¿nos sirve un Rey que no reconozca la máxima autoridad de Dios y la responsabilidad de la Patria y de su pueblo? NO. Ese Rey serviría de bien poco. Y si no a la Zarzuela me remito. Un rey liberal ostenta el titulo, pero en realidad es una marioneta manejada desde el poder por los partidos y de bien poco le sirve la corona.



    Misa en la ermita de la Purísima

    Carlos VII lo asumió al afirmar: “Nosotros hijos de Reyes, reconocimos que no era el pueblo para el Rey , sino el Rey para el pueblo; que un Rey debe ser el hombre más honrado de su pueblo, como que es el primer caballero; que un Rey debe gloriarse además con el título especial de padre de los pobres y tutor de los más débiles.”

    Carlistas,en este día de Mártires de la Tradición, os pido entrega, colaboración, sacrificio, unidad, porque todo ello nos permitirá estar preparados para lo que pueda venir, el Carlismo debe estar presente una vez más en su historia, en la sociedad española, para ayudar a salir a la Patria de esta situación.

    Si queremos que se nos vea y se nos escuche, hemos de salir por nosotros mismos, como siempre con nuestro propio esfuerzo. Pensad si realmente vale la pena o preferimos lamentarnos de lo mal que está todo, dejando en manos de la revolución anticristiana, la victoria de los enemigos de Dios y de la Iglesia.

    Por último, he querido aprovechar esta numerosa asistencia a Bocairente para dar un toque de atención. El Carlismo no se puede quedar en meros recuerdos y palabras. El Carlismo tiene una gran responsabilidad ante España y ante la historia. El Carlismo tiene fama de romántico y desde luego lo es, pero ello no quita para que tengamos los pies en la tierra y la cabeza fría, ante los problemas que se avecinan, ante la realidad que se nos viene encima. No presumamos tan solo de lo que hicieron nuestros padres o nuestros abuelos. Empecemos a presumir de lo que nosotros con nuestro propio esfuerzo, somos capaces de hacer hoy, por supuesto siguiendo el ejemplo que ellos nos dejaron. Ese es nuestro reto. Si lo conseguimos nuestros antepasados nos lo agradecerán, España se sentirá de nuevo orgullosa de sus hijos y Dios Nuestro Señor nos lo premiará.
    Muchas gracias.

    VIVA CRISTO REY - VIVA ESPAÑA - VIVA LA MONARQUIA LEGITIMA
    Lectura de don José Miguel Orts en la cruz de los caídos en la Batalla de Camorra

    Toque de respeto

    En el restaurante

    En Santa María de Onteniente, escuchando el relato de la vida de los mártires locales

    Sepulcros de los mártires carlistas ontiñentinos


  4. #24
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    Re: Mártires de la Tradición 2013

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    Aquí tenemos un resumen de lo acontecido por los Mártires en Bocairent, Valencia:

    Bocairent o la Tradición. Muchos años hacía que los beatos mártires de la Tradición no eran honrados tan devota y multitudinariamente por los carlistas valencianos. A iniciativa de la junta regional del reino de Valencia, se ha retomado con gran éxito el tradicional Aplech que durante muchos años se celebró en Bocairent.



    Ver vídeo del acto en esta dirección


    Casi un centenar de carlistas venidos de todo el reino de Valencia y algunos correligionarios catalanes se congregaron en la localidad de la serra Mariola. Un autobús salió de Valencia ciudad, y allí se unieron correligionarios de Benicarló, Castellón, Godella, Gandía, Játiva, L´Alcudia, La Llosa, Biar, Ibi, Alicante, Elche y muchas otras localidades. Ancianos veteranos, jóvenes, matrimonios con niños, como siempre, un encuentro que más parece reunión familiar que mitin político.
    Tras la concentración en la plaza mayor de la localidad, a las once y media comenzó el Via Crucis que la mayoría de los asistentes (salvo los que por razones de edad no pudieron) realizaron en un ambiente de gran devoción las catorce estaciones. El rezo, expresamente dirigido a los mártires de la Tradición, fue dirigido alternativamente por los dos capellanes presentes, el reverendo don Francisco Suárez, consiliario del círculo Aparisi de Valencia y el reverendo don Carlos Bell, consiliario del círculo carlista de Tortosa. Encabezándolos, un consejero regional oficiaba de crucífero, portando una verdadera reliquia de nuestros bravos requetés: la cruz auténtica que conducía a la la batalla al tercio de Lacar durante la última Cruzada del 36, cedida generosamente para la ocasión por uno de los asistentes.



    El fuerte viento que ondeaba gallardamente las banderas y hacía vacilar los pasos, acompañó e hizo más penosa (y más verdaderamente evangélica) la ascensión. Llenaba verdaderamente el alma ver a docenas de carlistas arrodillarse a la llamada a la adoración al Señor en su calvario. A la llegada al alto, donde se halla la ermita de la Inmaculada, se unieron el resto de carlistas que hubieron de acudir en vehículo. Tuvo a continuación lugar la Santa Misa en la ermita, oficiada con gran devoción por el reverendo Francisco Suárez, que aludió en su homilía a la humildad de los mártires de la Tradición en defensa de la Causa. A los lados del altar, el crucífero y tres carlistas (de Valencia, Ibi y Tarrassa) portando las banderas de la Cruz de san Andrés, Española y del Reino de Valencia, que fueron abatidas en el momento supremo de la consagración. El mosén don Carlos, mientras tanto, confesaba a quién lo pidiera, para que nadie que quisiera quedase sin comulgar.



    Llegada del autobús de Valencia

    Al finalizar el Santo Sacrificio, la comitiva se ha dirigido a la cruz de los caídos en la batalla de Camorra en 1873, erigida aproximadamente en el lugar donde están enterrados, juntos, los españoles caídos en aquel combate: voluntarios carlistas y levas del ejército de la primera república. Don José Miguel Orts ha leído una semblanza del significado político del acto y una carta de don Carlos Javier de Borbón alusiva al acto. A continuación un toque de corneta ha dado paso al responso en latín leído por el reverendo don Carlos Bell, a cuyas plegarias rogando a Dios por los mártires de la Tradición han respondido todos con fervorosa oración. Para concluir, un emocionado Oriamendi cantado a pleno pulmón, con los vivas de rigor.

    Finalizados los actos oficiales, hemos bajado de nuevo al pueblo, donde los asistentes, dado su número, se han repartido en dos restaurantes para dar cuenta de la opípara comida de confraternización donde, como siempre, animada charla, risas, discusiones, reencuentros, han sido la tónica, sin faltar canciones carlistas. Tras el café, el presidente regional, reunidos todos en el establecimiento “casa Ximo”, ha leído un discurso en el que invitaba al compromiso y al trabajo de todos para dar alternativa cristiana y tradicional al malgobierno y peor legislación actual, que han corrompido a la sociedad. Ha llamado a todos los carlistas a arrimar el hombro, para que jornadas como la de ayer sean verdaderamente fructíferas.



    Saliendo del pueblo en dirección al Via Crucis

    A continuación los asistentes han recogido sus efectos y banderas y han regresado a sus hogares, llenos de entusiasmo por la hermosa y auténtica jornada de homenaje y devoción a los mártires de la Tradición, aquellos héroes que nunca son anónimos ante Dios. Los que acudieron desde Valencia en autobús, hicieron una breve parada a la vuelta en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora (Santa María) en Onteniente, para orar ante tres pequeñas arcas que contienen los restos de tres mártires de la localidad. Dos de ellos son carlistas, y fueron martirizados el mismo día. El delegado local de la Comunión en Biar ha explicado la historia de los beatos Carlos Sanz y Rafael Alonso, ambos carlistas, sacados y tiroteados por las milicias revolucionarias junto a un médico. Se da la circunstancia de que Rafael Alonso fue hallado aun moribundo el día siguiente. Cuando se le inquirió por el nombre de sus asesinos sólo acertó a balbucir: “perdonar, amar”, negándose a revelar sus nombres antes de morir. El reverendo padre Suárez ha dirigido una oración rogando la intercesión de los beatos mártires. Tras admirar las pinturas de José Segrelles del templo, se ha procedido al regreso a la capital del Turia.

    Los actos en homenaje a los mártires carlistas han concluido el domingo día 10 (el instituido por S.M.C Don Carlos VII) por la mañana en el cementerio general de Valencia, donde una representación de la junta regional y los círculos carlistas valencianos ha depositado una corona de flores y ha rezado una plegaria ante la lápida que recuerda a los requetés del tercio de la Virgen de los Desamparados asesinados en 1936 al fracasar el Alzamiento en Valencia.

    Beatos mártires de la Tradición, rogad por nosotros.



    Primeras estaciones

    Discurso de don José Miguel Orts, consejero nacional de la Comunión Tradicionalista Carlista, ante la cruz de los caídos en la batalla de Camorra

    Este año los carlistas valencianos volvemos a celebrar la fiesta de los Mártires de la Tradición en Bocairent, en el mismo escenario donde hace 140 años los voluntarios del Rey legítimo se enfrentaron a los soldados de leva forzosa del ejército republicano en la batalla de Camorra. Venimos a rendir homenaje a las víctimas de la lealtad y de la disciplina, cuyos restos yacen juntos en esta fosa común presidida por la cruz.
    Nuestra presencia, después del ascenso por este Via Crucis monumental, en este lugar y en esta fecha, en lo que este paraje significa y en el tiempo y circunstancias en que se nos ha concedido vivir, tiene varios sentidos:


    • La lucha por la legitimidad –lo justo político como paradigma- en la acción de gobierno que guió el esfuerzo de los carlistas del siglo XIX, sigue teniendo vigencia. Si las leyes humanas se oponen a la ley natural, carecen de fuerza de obligar. Si los políticos no administran los recursos de todos los ciudadanos en función del bien común, sus órdenes no merecen ser obedecidas y los tributos que exigen no tienen por qué ser pagados. Sin legitimidad de origen y de ejercicio los reyes no son reyes aunque ocupen tronos. Sin respeto a lo sagrado de la persona humana, hasta con los votos se gobierna tiránicamente. Sin legitimidad sólo hay coacción del que manda sobre el forzado a obedecer.

      La única razón de existir del Estado es resolver los verdaderos problemas de las personas y grupos sociales que lo integran, sin alimentar utopías insostenibles. Lo que pueda ser resuelto por cuerpos sociales menores no debe ser gestionado por estructuras superiores. Es el clásico principio de subsidiariedad, núcleo de la concepción foral de la Monarquía de las Españas, ahora manipulado y desnaturalizado por los eurócratas y los apóstoles de “lo público” como eufemismo de “lo colectivista” a toda costa. Es la gran estafa de las Autonomías y de la Unión Europa, edificadas artificialmente reproduciendo a escala regional el modelo centralista, a expensas de los niveles inferiores.

      Contemplada desde una óptica positiva, la subsidiariedad obliga al ente superior a ayudar al inferior a alcanzar su cometido, en aras del bien común. El principio de totalidad o solidaridad entre los elementos del mismo cuerpo social implica la ayuda mutua sin absorción ni suplencia. Estos principios vertebran las partes entre si y en el todo regional, nacional y supranacional. Pero su vigencia supone una voluntad previa de pertenencia a un mismo todo y de convivencia armónica en el mismo.



    • Cuando el Estado se apodera de las conciencias con falsas promesas de paraísos en la Tierra, termina con la verdadera libertad. Todos los caminos de la deshumanización de la vida pública pasan por forzar la exclusión de Dios no solo de las leyes sino de la cultura y aun de las conciencias. Y la experiencia histórica demuestra que sin Dios, el hombre deja de sentirse hombre y deja de tratar a sus semejantes como humanos, por muchas declaraciones de derechos que publiquen revolucionarios o mundialistas.



    Silencio impresionante mientras el pater entona la plegaria

    Comunicado de don Carlos Javier de Borbón

    Hoy, fiesta de los mártires de la Tradición, instituida por mi antecesor Don Carlos VIII en el día del aniversario del fallecimiento del iniciador de la Dinastía Carlista, no quiero que os falte el testimonio de mi recuerdo, mi homenaje y mi cariño a cuantos lucharon, sufrieron y murieron por la Causa, así como a los que seguís en la brecha trabajando por los mismos principios.


    Palabras de don Jesús Blasco, presidente regional de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia


    Saludos
    Saludo de la Presidenta Maria Cuervo
    Bienvenida a Javier López de la Junta Nacional, Consejeros nacionales, Jefes Provinciales y Delegados locales
    Bienvenidos especialmente por la distancia recorrida, hoy más que nunca bienvenidos a los carlistas catalanes.
    Vixca Catalunya foral y espanyola.

    Bienvenidos todos a la celebración del día de Mártires en Bocairente.
    Hoy quiero hablaros de unidad, de trabajo, de esfuerzo, de compromiso porque hoy más que nunca, nos necesitamos todos, necesitamos estar unidos como una piña, porque no esperamos nada bueno del futuro que nos espera en España.

    A nosotros, no nos sorprende ya nada de lo que está sucediendo en España, porque llevamos 180 años advirtiendo de estos mismos peligros a la sociedad española.

    ¿O es que acaso tres guerras carlistas en el siglo diecinueve contra el liberalismo y la Cruzada del 36 contra el comunismo socialista, no son bastantes muestras de advertencia al pueblo español, de cuales son los peligros que amenazan a España?. ¿Es que acaso la persecución, cárcel, destierro y cierre de círculos y medios de comunicación carlistas durante la dictadura, no dejó bien claro por donde iban los cauces políticos del liberalismo y del socialismo una vez muerto el dictador?

    Pues aquí los tenemos, imposición de una monarquía liberal alejada de todo espíritu cristiano, capaz de firmar todas las barbaridades antinaturales que le pongan delante los políticos de turno, como la ley del aborto y los mal llamados matrimonios, entre personas del mismo sexo y una Constitución atea, adecuada a las políticas que los diferentes partidos se iban a encargar de desarrollar en sus respectivos mandatos. Todo estaba previsto y calculado.



    Cruz del tercio de Lacar

    Más que padres de la Constitución les podríamos llamar hijos de la ignominia, porque tomaron por menores de edad a los españoles, tratando de hacerles creer que eran auténticos demócratas, hombres justos y honrados con diferentes visiones de las cosas pero preocupados por el pueblo al que tenían ( en plena transición), comiendo de su mano con cantos de sirena como aquella canción de “libertad, libertad, sin ira libertad”, todo era una farsa, cuando en realidad a lo que se han dedicado unos y otros ha sido a llenarse el bolsillo y a calentar los escaños de todas las instituciones españolas, turnándose unos partidos con otros y legislando, en contra precisamente, de aquella supuesta “libertad” que prometía la canción.

    ¿Qué diferencia hay entre un PSOE que aprueba leyes contra el aborto, contra la familia, contra la religión católica y a favor de la eutanasia o de matrimonios antinaturales, y un PP que gana con mayoría absoluta, ojo, conseguida en su mayor parte gracias al miedo que el PSOE había metido en el cuerpo a muchos españoles, que llegan al poder y no cambian ni anulan ninguna de aquellas leyes abominables que aprobaron los socialistas?

    Son los mismos perros con distintos collares.

    Y no digamos con el tema de la ETA y de los separatistas vascos y catalanes. ¿Es que el PP y el PSOE no se han sentado con todos ellos a pactar y darles prebendas y chanchullos a cambio de mantenerse en el poder? ¿Quiénes si no han dado oxigeno político a Convergencia y Unio? ¿Quiénes sino han dado oxigeno político al PNV?

    ¿Quiénes si no han permitido que la ETA esté hoy sentada en el parlamento Vasco y encima quedándose con todas sus armas por si acaso? Eso se llama chantaje terrorista, consentido por los distintos gobiernos del PP y del PSOE, para mantenerse en el poder a costa de lo que sea.

    Y como valencianos debemos denunciar al PP y al PSOE que han tenido responsabilidad de gobierno en la Generalidad, por haber utilizado al Reino de Valencia, a su cultura, a su historia y a su lengua, como moneda de cambio con el pancatalanismo, catalanizando nuestra cultura en pro de una utopía llamada “Paises Catalanes”. Ya está bien de tomarnos el pelo.

    Entonces, ¿que podemos esperar los españoles de unos gobiernos que viven y subsisten bajo la amenaza del chantaje terrorista y del chantaje separatista?

    Pues lo que tenemos. Inmoralidad, corrupción, paro, pobreza y tergiversación de la historia. Tan solo estamos recogiendo los frutos que esta partitocracia y su legislación contranatura , han sembrado durante los últimos 35 años.

    Y muchos os preguntareis, ¿y que podemos hacer nosotros ante esta situación tan grave y que aún no ha tocado fondo, con un partido liberal PP, en el poder del que ya nadie se cree lo del “mal menor” y una supuesta (y digo supuesta porque no se donde está la diferencia) oposición PSOE, que odia todo lo español, que odia la religión, que legisla contra la familia y contra la propia vida?

    Pues los carlistas para hacer frente a todo esto, en primer lugar hemos de permanecer más unidos que nunca.

    Tramos finales del Via Crucis

    En estos momentos tenemos una responsabilidad histórica, como en otros tiempos la tuvieron nuestros padres y abuelos. Pero para hacer frente a esta tremenda situación, ante todo hemos que hacer grande al Carlismo. Es necesaria disciplina y organización.

    Es tiempo de superar viejos problemas. Hoy solo debemos mirar en una dirección, solo podemos mirar hacia delante, sin complejos, con la cabeza bien alta, animando a la gente a salir de sus casas, convenciendo a los buenos españoles de que aquí y solo aquí está la auténtica solución a los problemas de España. Si nosotros nos lo creemos, será más fácil que lo podamos transmitir a los demás.

    Los carlistas tenemos un trabajo que realizar aquí y ahora. Hoy es tiempo de trabajar, de comprometerse con la Causa, esa gran Causa que todos anhelamos ver triunfar un día para gloria de España.

    Y para ello, tenemos la suerte de disponer de una herramienta que canalice nuestros esfuerzos, una herramienta que viene funcionando desde hace años con firmeza y que hasta hoy nos ha permitido no solo mantener viva la Causa sino acrecentarla y formar a muchos jóvenes que hoy están perfectamente preparados para defender nuestros ideales.
    Esa herramienta se llama Comunión Tradicionalista Carlista.

    Prueba de que funciona, es nuestra presencia hoy en Bocairente, habría sido imposible reuniros hoy aquí a todos, sin un mínimo de organización, de disciplina, de colaboración económica, y de afiliaciones.

    Pero por supuesto no solo la organización de la CTC es la que nos mueve, hay algo más importante, su programa político basado en nuestros ideales de Dios, Patria, Fueros y Rey Legitimo.

    Este bendito cuatrilema cuyo primer nombre es Dios y que es en realidad el que nos da fuerzas para trabajar cada día, sin pedir nada a cambio.

    Y desde la Cruz que es nuestro refugio, nos permite llevar adelante los otros tres principios, basados siempre en la justicia social cristiana y en las libertades que como hijos de Dios estamos obligados a defender.

    Y si ello fuera posible, contar cuanto antes con un Rey a la cabeza, que se comprometa a defender de verdad a todos los españoles, basándose en esos sagrados principios.

    Porque... ¿nos sirve un Rey que no reconozca la máxima autoridad de Dios y la responsabilidad de la Patria y de su pueblo? NO. Ese Rey serviría de bien poco. Y si no a la Zarzuela me remito. Un rey liberal ostenta el titulo, pero en realidad es una marioneta manejada desde el poder por los partidos y de bien poco le sirve la corona.



    Misa en la ermita de la Purísima

    Carlos VII lo asumió al afirmar: “Nosotros hijos de Reyes, reconocimos que no era el pueblo para el Rey , sino el Rey para el pueblo; que un Rey debe ser el hombre más honrado de su pueblo, como que es el primer caballero; que un Rey debe gloriarse además con el título especial de padre de los pobres y tutor de los más débiles.”

    Carlistas,en este día de Mártires de la Tradición, os pido entrega, colaboración, sacrificio, unidad, porque todo ello nos permitirá estar preparados para lo que pueda venir, el Carlismo debe estar presente una vez más en su historia, en la sociedad española, para ayudar a salir a la Patria de esta situación.

    Si queremos que se nos vea y se nos escuche, hemos de salir por nosotros mismos, como siempre con nuestro propio esfuerzo. Pensad si realmente vale la pena o preferimos lamentarnos de lo mal que está todo, dejando en manos de la revolución anticristiana, la victoria de los enemigos de Dios y de la Iglesia.

    Por último, he querido aprovechar esta numerosa asistencia a Bocairente para dar un toque de atención. El Carlismo no se puede quedar en meros recuerdos y palabras. El Carlismo tiene una gran responsabilidad ante España y ante la historia. El Carlismo tiene fama de romántico y desde luego lo es, pero ello no quita para que tengamos los pies en la tierra y la cabeza fría, ante los problemas que se avecinan, ante la realidad que se nos viene encima. No presumamos tan solo de lo que hicieron nuestros padres o nuestros abuelos. Empecemos a presumir de lo que nosotros con nuestro propio esfuerzo, somos capaces de hacer hoy, por supuesto siguiendo el ejemplo que ellos nos dejaron. Ese es nuestro reto. Si lo conseguimos nuestros antepasados nos lo agradecerán, España se sentirá de nuevo orgullosa de sus hijos y Dios Nuestro Señor nos lo premiará.
    Muchas gracias.

    VIVA CRISTO REY - VIVA ESPAÑA - VIVA LA MONARQUIA LEGITIMA
    Lectura de don José Miguel Orts en la cruz de los caídos en la Batalla de Camorra

    Toque de respeto

    En el restaurante

    En Santa María de Onteniente, escuchando el relato de la vida de los mártires locales

    Sepulcros de los mártires carlistas ontiñentinos


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