Fernando III, el Santo Rey reconquistador de Sevilla, revive en Palacio

Aurora Flórez







Desde hoy y hasta el día 12 podrá verse en el Arzobispado esta interesante muestra con motivo del Día de los Archivos

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Primera imagen oficial de san Fernando, hecha cuatro siglos después de su muerte, que marcaría su iconografía


Con motivo del Día Internacional de los Archivos, desde este lunes y hasta el día 12, en horario de 9 a 14 horas de lunes a viernes y también de 16.30 a 19.30 horas, el miércoles y jueves, en las instalaciones de los Archivos Históricos en el Palacio Arzobispal puede contemplarse una exposición en torno a la figura de Fernando III, Santo Rey reconquistador de Sevilla mediante diez documentos conservados en los archivos de la Catedral, del Arzobispado, de la Capilla Real y de la Capilla de Música.
Con una cuidadosa y documentada selección realizada por la directora gerente de la Institución Colombina, Nuria Casquete del Prado Sagrera, la muestra, titulada «Culto y honores a San Fernando. Noticias de los siglos XIII al XVIII», acerca a los tiempos posteriores a la muerte de Fernando III, ocurrida el 30 de mayo de 1252, y la inmediata, fiel y especial devoción que suscitó en Sevilla, que se ha mantenido a lo largo de los siglos hasta nuestros días.
Como punto de partida de la exposición, Nuria Casquete ha escogido el pergamino, con sello de plomo, de la Bula del Papa Inocencio IV , fechada el 15 de octubre de 1252, inmediatamente después de la muerte del Rey, concediendo indulgencias a quien visitara la Catedral el día del aniversario de la muerte del Fernando III y rezara por su alma.
Siguiendo el hilo temporal marcado en la muestra, puede verse un interesante grabado calcográfico de San Fernando, copia realizada en Sevilla a mediados del XVII, de la primera imagen oficial de San Fernando, obra de Claude Audrane el Viejo, de 1639. Es la imagen que marcará la iconografía de Fernando III, vestido con anacronía histórica a la usanza de los Austrias, y con los clásicos atributos con los que lo conocemos, la bola del mundo cristífera, el manto de armiño... En el rompimiento de gloria puede apreciarse un rayo con la inscripción «Dominus Mihi Auditor» («Dios está conmigo»), que la directora de la Colombina ha localizado en el Salmo 118. El grabado estuvo en el antiguo cajón de la «Canonización de San Fernando», que también figura en la muestra.
El Breve «Gloriossisimos coelestis» de Clemente X, fechado en 1671, es otro de los valiosos documentos que se exponen. Por él, el Pontífice concedía fiesta y rezo el 30 de mayo, reconociendo el culto al Rey. Detalla Nuria Casquete del Prado que mientras se consolidaba la causa, este Breve es el detonante para la gran celebración vivida en Sevilla el mayo de ese año, descrita por Fernando de la Torre Farfán en el libro «Fiestas de la S. Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla al nuevo culto del Señor Rey S. Fernando el Tercero…», al que pertenece el grabado calcográfico de Matías de Arteaga, quien con todo lujo de detalles recreó la Capilla Real adornada, con el sepulcro exento del Rey, a los pies de la Virgen de los Reyes, flanqueado por las tumbas de Beatriz de Suabia y Alfonso X cubiertas de ricos paños. Delante, y bajo un halo de plata, puede verse una figura de Fernando III, con toda probabilidad la que talló Pedro Roldán, que permanece en la Catedral y que forma parte de la procesión del Corpus Christi.
De 1672 figura el documento de la autorización Papal para inscribir al Rey en el Martirologio Romano, que se reimprimió y se le añadió un grabado de Arteaga con el busto del Santo, inspirado en el que realizara Murillo. La partitura del primer motete dedicado a San Fernando y de la primera misa, ambos a siete voces, de los maestros Tello y Suárez, son la aportación de los fondos documentales de la Capilla de Música.
Muy curiosos son los diseños de la urna exterior para Fernando III. Se conservan algunos de estos dibujos del concurso de proyectos convocado tras la autorización de la reina regente Mariana de Austria en 1671 para hacerle una urna nueva al santo. Se muestran el que más se asemeja al que se hizo, que puede cotejarse con la que realizó finalmente el platero jerezano Laureano de Pina, considerada «pieza clave de la orfebrería sevillana», de quien se expone el informe que hizo sobre costes y tareas del sepulcro. Resalta la directora de la Colombina la devoción del platero, que quedaba recogida al final del informe: «solo me obliga a precio tan ceñido el afecto del Señor Rey San Fernando».
Otro curioso dibujo es el de la urna interior, el único conservado, que puede compararse con la definitiva dibujada en el maravilloso grabado que recoge la magna procesión del quinto y definitivo traslado del cuerpo incorrupto a su ubicación actual el 14 de mayo de 1729, obra de Pedro Tortolero, de 1748. Aquella procesión fue presidida por el Rey Felipe V, quien firmó en Cazalla de la Sierra en 1730 el último documento de la muestra, la Real Cédula que concede a la Capilla Real cuatro días al año para mostrar a los fieles el cuerpo incorrupto del Santo Rey: 14 y 30 de mayo —fechas del último traslado y del óbito, respectivamente—, 22 de agosto —último día de la Octava de la Virgen de los Reyes— y 23 de noviembre— día de San Clemente, en el que Fernando III entró triunfante en Sevilla—.



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