Crónica celebración día de los Mártires españoles en Barcelona
El pasado 8 de noviembre se celebró en Barcelona la Fiesta de los Mártires de la persecución religiosa en España de los años 1934 a 1939
“Los mártires de la persecución religiosa en España son Mártires de Cristo Rey”
Capilla de ANFE, de Barcelona, resplandeciente tras su reciente restauración.
La Fiesta de los Mártires de la persecución religiosa en España de los años 1934 a 1939, prescrita para el día 6 de noviembre de cada año, por caer este año 2016 en domingo, su celebración en Barcelona debió ser trasladada al martes día 8.
En dicho día, convocada por la Asociación Hispania Martyr y su Fundación Regina Martyrum, la Festividad fue celebrada en la capilla de la Adoración Nocturna Femenina de la calle Aragón de Barcelona. Su convocatoria, como prolegómeno de la Solemnidad de Cristo Rey del domingo 20 de noviembre en que el Papa clausurará el Jubileo de la Misericordia, tuvo por lema: “Los mártires de la persecución religiosa en España son Mártires de Cristo Rey”.
Numerosos fieles devotos de nuestros mártires acudieron a la celebración, presidida por el P. Vicente Igual O.P. Subprior del Convento dominico de Barcelona y consiliario de la Adoración Nocturna Femenina, asistido por los Rvdos. Jorge López Teulón, Carlos Mas de Xaxars Gassó, Adolfo Solá Sert, Manuel de la Varga Petchen y el salesiano P. Nicolás Echave-Sustaeta del Villar. En su homilía el P. Igual glosó el significado del martirio como expresión máxima de identificación con Jesucristo, y como el Espíritu Santo concedió a los mártires el don de fortaleza, y debemos pedir su intercesión, pues, como dice el Apocalipsis, están día y noche ante el trono del Cordero, Rey de los Mártires, rogándole mantenga la fe católica de los españoles, por la que ofrecieron su vida.
Presentación del conferenciante, el P. Jorge López.
Finalizada la Santa Misa, el Presidente de Hispania Martyr D. Arcadio del Pozo y Pujol de Senillosa presentó al conferenciante, el reconocido martiriólogo Rvdo. Don Jorge López Teulón, vinculado a Barcelona hasta su ordenación e incardinación en la Archidiócesis de Toledo, de la que actualmente es postulador de su numerosa Causa de Canonización de mártires de su Provincia Eclesiástica, que, tras haber elevado ya a los altares a un centenar de Beatos, prosigue actualmente con otros 465 siervos de Dios.
Don Arcadio del Pozo presentando a don Jorge López Teulón bajo la imagen del Papa San Pío X, quien el 6 de enero de 1914 dio su beneplácito al Primado de Méjico para ornar las imágenes del Sagrado Corazón como Cristo Rey, colocando en su cabeza la corona y en sus manos el cetro, insignias de la humana realeza.
El Rvdo. D. Jorge López comenzó su conferencia sobre porqué el último grito de los mártires de la persecución religiosa sufrida en España fue el de ¡Viva Cristo Rey!, citando unas palabras del recordado socio de Hispania Martyr, el catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona, don Francisco Canals Vidal quien en 13 de diciembre de 1986, en vísperas de la primera beatificación de nuestros mártires, la de las tres carmelitas de Guadalajara, llamándolas Mártires de Cristo Rey, afirmaba:
El martirio, supremo reconocimiento de la Realeza de Cristo sobre los hombres
“Quienes fueron perseguidos en España por odio a la fe católica en la persecución de los años 1931-39 cumplieron el supremo servicio al Reino de Cristo por el martirio, y por ello podemos decir muy definidamente que los mártires españoles, como los mejicanos, son Mártires de Cristo Rey. Testigos, con su muerte por la fe, de la Realeza de Cristo sobre el mundo y sobre las sociedades humanas, en nuestro tiempo rebeldes y hostiles a la ley divina y a la dignidad regia de Cristo.”
Recordó como Francisco Canals Vidal señalaba que la hermana Teresa había escrito: “Cuando oigo gritar ¡viva la República!, contesto con un ¡Viva Cristo Rey!, y ¡ojala pueda un día repetir este “viva” en la guillotina!”; y como la hermana Pilar decía: “Si nos llevan al martirio, iremos cantando al Sagrado Corazón de Jesús, como las carmelitas de Compiègne.”
Tras estos testimonios, Canals afirmaba: “Esta alusión de la hermana Pilar a las mártires carmelitas de Compiègne, que evoca la unión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús con el supremo servicio al reino de Cristo por el martirio, nos lleva a recordar el texto del Papa Pío XI que contiene la que podríamos llamar teología de la historia de la revolución anticristiana, que ha caracterizado los dos últimos siglos del Occidente apóstata: “Puesto que en la época precedente y en la nuestra se llegó, por las maquinaciones de los impíos, a rechazar la soberanía de Cristo Nuestro Señor, y a declarar pública guerra a la Iglesia, con leyes y movimientos populares opuestos al derecho divino y la ley natural. Y hasta hubo asambleas que gritaron: “No queremos que Éste reine sobre nosotros” (Lc., XIX,14); la voz de todos los amantes del Corazón de Jesús clamaba unánime, oponiéndose acérrimamente, para vindicar su gloria y asegurar sus derechos: “Es menester que Cristo reine, (I Cor.,XV,25); ¡Venga a nosotros tu reino!”
Explicó luego don Jorge como este grito de “¡Viva Cristo Rey!” de nuestros mártires es expresión de esperanza en su promesa, manifestada expresamente a su mensajera Santa Margarita María de Alacoque en 1675, de «Reinaré a pesar de mis enemigos y de todos los que se opongan», promesa reiterada medio siglo después en 1735 al Beato Bernardo de Hoyos concretada a nuestra patria, asegurándole “Reinaré en España con más veneración en que otras partes”, y como a partir de entonces la devoción al Corazón de Jesús se extendió por las Españas –toda Hispanoamérica era entonces España – y con ella la fundada esperanza en la venida de su reinado de amor.
Expuso también como la tradición de colocar en las puertas de las casas de los católicos la placa con la imagen del Corazón de Jesús proviene de Santa Margarita María de Alacoque, que en carta dirigida a la Madre de Saumaise el 2 de Marzo de 1686 le dice: “Él (Jesús) desea que usted mande hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas…” (Vida y Obras, vol. II, p.306),
y como esta práctica de testimonio público de fe, fue popularizada en España por el Venerable Padre Francisco Tarín, S.I. cuando el gobierno de Canalejas en 1910 promovió la llamada “ley del candado”, prohibiendo el establecimiento de nuevas congregaciones religiosas, mostrando el conferenciante una de esas placas con la leyenda de ¡Viva Cristo Rey! al pie.
Origen histórico del expresivo grito de “¡Viva Cristo Rey!”
Seguidamente don Jorge López refirió como el significativo grito de “¡Viva Cristo Rey!” tiene su origen en 1914, cuando, los obispos mejicanos pidieron al Papa San Pío X su beneplácito para ornar las imágenes del Sagrado Corazón colocando en su cabeza la corona y en sus manos el cetro, insignias de la humana realeza, con el propósito de reconocer y proclamar a Jesucristo Rey de Méjico y del mundo, y como, concedida la autorización, el 6 de enero de 1914, fiesta de la Epifanía del Señor, en que muestra su gloria al postrarse a sus plantas los reyes magos ofreciéndole oro, incienso y mirra, los obispos mejicanos fueron los primeros en consagrar su patria a Cristo Rey, siendo vitoreada su imagen coronada por inmensa muchedumbre de fieles al estentóreo grito de “¡Viva Cristo Rey!”.
Refirió como Luis Beltrán y Mendoza, adalid de la Acción Católica Mejicana, testigo de la ceremonia, lo recordaba así: “En aquellas memorables jornadas los anhelos y las resoluciones de nuestra juventud se concretaban y expresaban en un grito que se les escapó del alma en los momentos sublimes en que Monseñor Mora y del Río concluía la Consagración de nuestra Patria al Corazón de Jesús, depositando a los pies de la Sagrada Imagen la corona y el cetro. Entonces, por primera vez se escuchó el épico grito de “¡Viva Cristo Rey!”; era el martes seis de enero del año de 1914”.
Recordó luego el conferenciante como el 11 de diciembre de 1925, el Papa Pio XI publicaba la encíclica “Quas Primas” estableciendo la Fiesta de Cristo Rey como remedio contra el laicismo, que pretende expulsar a Jesucristo de la vida pública y social de los pueblos, y en ella enseña: “La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará a las naciones que la regia dignidad de Cristo exige que la sociedad entera se ajuste a los mandatos divinos y a los principios cristianos, al dictar las leyes, al administrar justicia, y al formar las almas de los jóvenes en la sana doctrina y rectas costumbres.”… proclamando solemnemente “el Reinado Espiritual y Temporal de Nuestro Señor Jesucristo, Reinado que abarca corazones y voluntades, pueblos y naciones, sujetando todo cuanto existe a Su suavísimo yugo“.
Pio XI establece la Fiesta de Cristo Rey como remedio contra el laicismo
Señaló el ponente como la Fiesta de Cristo Rey no es sólo una fiesta de reconocimiento de la originaria realeza de Jesucristo, sino también de sobrenatural esperanza en su realidad en nuestra sociedad, al decir Pío XI que la instituía no sólo para poner en evidencia “la suprema soberanía que a Cristo compete sobre todo el Universo… sino – también – para adelantar ya el gozo de aquel día dichosísimo en que todo el orbe, de corazón y de voluntad, se sujetará al dominio suavísimo de Cristo Rey.”
“¡Viva Cristo Rey!” grito de resistencia y última jaculatoria que sellaba los labios de los mártires mejicanos
Siguió exponiendo don Jorge López como cuando pocos meses más tarde, en 1926, el pueblo mejicano se alzaba en armas contra el gobierno de Plutarco Calles, perseguidor de la Iglesia, el popular ejército católico se consagró a Cristo Rey, y por ello sus cruzados fueron llamados “Los Cristos Reyes” o “Cristeros”, pues “¡Viva Cristo Rey!” era su grito de resistencia y última jaculatoria que sellaba los labios de sus mártires, muestra de su fe en la realeza divina de Cristo, realeza de amor explicitada en la revelación de su Sagrado Corazón, y como uno de los más jóvenes de estos mártires, Joselito Sánchez del Río, acaba de ser canonizado como Santo de la Iglesia Católica.
Los cristeros mejicanos prepararon a los cruzados españoles para el martirio y nos enseñaron su grito de victoria: ¡Viva Cristo Rey!
Leyó el conferenciante textos de periódicos católicos españoles de la época que daban noticia de la gesta y heroicos sacrificios de los cristeros mejicanos, y con ella de su grito de ¡Viva Cristo Rey!, y como, con la llegada de la República y su comienzo de persecución religiosa, se actualizó su ejemplo, y se adoptó su grito como expresión paladina del anhelo del Reinado de Cristo en nuestra España. Doce años antes el monarca la había consagrado al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, cuyo monumento ostentaba en presente la inscripción “Reino en España”, pues su propulsor el Padre Mateo Crawley creía que Jesucristo había iniciado ya su prometido reinado de amor por medio de su Corazón. Y como, tras unos años de persecución legal, y material, se pasó a su fase sangrienta, y en ella nuestros mártires recordaron el ejemplo de nuestros hermanos mejicanos y, llegado el momento, no dudaron en ofrendar también su vida con el grito de “¡Viva Cristo Rey!”.
Recordó también a quienes, por exigencia de su fe, se presentaron voluntarios para defenderla en los campos de batalla, que si no pueden ser llamados mártires en sentido estricto, si son cruzados de Cristo Rey, citando este texto de Fray Antonio de Lugo. O.S.H.: “Entre los requetés que llenan la estación de Pamplona, el grito de ¡Viva Cristo Rey! se repite con insistencia. Un teniente, algo molesto, les dice. ¡Basta ya de ¡Viva Cristo Rey! Entonces, un requeté de Tafalla de 16 años se le cuadra y le dice: “Mire, mi teniente, todos nosotros hemos venido a dar nuestras vidas por España, pero sepa que si Cristo Rey no fuera el primer motivo de nuestra lucha, nos hubiéramos quedado en casa.” (El precio de una victoria. P. 83.)
Citó también lo que escribió el P. Quibus, C.M.F. en su obra “Misioneros Mártires”, de máxima actualidad para nuestros tiempos: “En épocas de decadencia religiosa, como la nuestra, el martirio es el mensajero más elocuente que Dios envía al mundo para hacer revivir el espíritu cristiano”, y al Papa Juan Pablo II: “debemos estar dispuestos a defender a Cristo delante de los hombres, y si ello comporta dar la vida por Él, alegrarnos, pues el martirio es un regalo particular del Espíritu Santo”.
Recordó también a quienes, por exigencia de su fe, se presentaron voluntarios para defenderla en los campos de batalla, que si no pueden ser llamados mártires en sentido estricto, si son cruzados de Cristo Rey, citando este texto de Fray Antonio de Lugo. O.S.H.: “Entre los requetés que llenan la estación de Pamplona, el grito de ¡Viva Cristo Rey! se repite con insistencia. Un teniente, algo molesto, les dice. ¡Basta ya de ¡Viva Cristo Rey! Entonces, un requeté de Tafalla de 16 años se le cuadra y le dice: “Mire, mi teniente, todos nosotros hemos venido a dar nuestras vidas por España, pero sepa que si Cristo Rey no fuera el primer motivo de nuestra lucha, nos hubiéramos quedado en casa.” (El precio de una victoria. P. 83.)
Citó también lo que escribió el P. Quibus, C.M.F. en su obra “Misioneros Mártires”, de máxima actualidad para nuestros tiempos: “En épocas de decadencia religiosa, como la nuestra, el martirio es el mensajero más elocuente que Dios envía al mundo para hacer revivir el espíritu cristiano”, y al Papa Juan Pablo II: “debemos estar dispuestos a defender a Cristo delante de los hombres, y si ello comporta dar la vida por Él, alegrarnos, pues el martirio es un regalo particular del Espíritu Santo”.
Invitó el conferenciante a que en la Solemnidad que vamos a celebrar dentro de pocos días no sólo reconozcamos que Cristo es Rey, como se afirma en innumerables citas de la Escritura, ni interpretemos su reinado en sentido figurado, o lo remitamos al Cielo, sino que en ella debemos reafirmarnos en que Cristo reinará propia y efectivamente en esta tierra. Esto es lo que significa el grito de “! Viva Cristo Rey ¡” con el que morían los mártires de nuestra Cruzada, que no es sino el “Venga a nosotros Tu Reino” que el mismo Jesucristo nos enseñó debíamos pedir al Padre, porque nos lo iba a conceder.
Terminó su conferencia don Jorge López con esta invocación: “Que la gloria y la intercesión de los mártires españoles asesinados por odio a la fe en la persecución religiosa de los años 19331-1939 fortalezca la esperanza difundida en el pueblo cristiano sobre el reinado del Sagrado Corazón en España”.
https://somatemps.me/2016/11/15/cron...-en-barcelona/
Última edición por Hyeronimus; 15/11/2016 a las 13:10
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores