La amenaza separatista, ya es completamente intolerable, e insoportable, y ni por prudencia, caben ya, mas vacilaciones o dilaciones, ante hechos tan extremadamente graves, como los protagonizados por el parlamento vasco, en secesión de facto, al aprobar el llamado “Plan Ibarreche”, con los votos de E.T.A. y el visto bueno de Josu Ternera,y los pactos y aprobación por parte de un gobierno traidor, del estatuto de cataluña con los votos de los secesionistas catalanes, hiriendo mortalmente la unidad de España, abolida por la consideración de “Estado Libre Asociado” para Vascongadas y el Estatuto de Cataluña.
España se desmorona, ante nuestros ojos, y el estado surgido de la transición, con sus instituciones ha entrado de lleno en un proceso acelerado dedisolución nacional.
Pero ante esta hora histórica, ni el Jefe del Estado, ni el Jefe del Gobierno han salido al paso con los medios constitucionales de que disponen, empezando por la mas que justificada y necesaria suspensión cautelar de la autonomía vasca y catalana, aplicando el articulo 155 de la constitución. Es mas, ni siquiera han hablado claramente en defensa de la unidad de España y en contra del separatismo. Aun están recientes en nuestras retinas las sonrisas de compadreo entre Ibarreche y el rey ¿de España?. Con su respuesta tardía, floja y cobarde se han retratado el rey y el presidente del gobierno como igualmente ineptos en el lugar que ocupan en la jerarquía política y han certificado su injustificable dejadez hacia los intereses mas sagrados de la nación, arrojados a la intemperie como basura en plena vía publica.
Ante la aprobación del plan separatista de Ibarreche – Josu Ternera, y del estatuto de cataluna-zapatero ya no valen ideologismos, ni tácticas demagógicas para “ganar votos”, según estrategias copiadas de países en los que no existen problemas de unidad nacional.
Hoy, como nunca, el separatismo es el problema urgente y la herida mortal que amenaza la vida de España. Todas las llamadas “Fuerzas Nacionales” están obligadas a unirse contra el separatismo - aún estamos a tiempo - para dar una sola respuesta ante esta situación. Las que no lo hagan, que dejen de hacerse pasar por tales.
Los patriotas las despreciaremos definitivamente si su acción política no prioriza ahora, a cualquier precio y con hechos, la defensa de la unidad nacional.
En España todas las estrategias, todas las ideologías, han quedado superadas por la inminente secesión de Vascongadas y Cataluña, y las palabras ya están de mas si no es para encarnar a España, que no quiere desaparecer como Estado Nacional Soberano.
A quienes dentro de las llamadas “Fuerzas Nacionales” muestren convivencia o dejadez con el separatismo, les trataremos como separatistas. A quienes no asuman la gravedad de la situación o pretendan seguir mirando para otro lado calculando los votos del “mundillo patriótico” a recolectar en las próximas elecciones, los consideraremos cómplices de la disgregación nacional.
La llamada “ultraderecha”, en tanto que mero apéndice marginal del régimen “democrático”, deja de tener razón de ser tras la aprobación del Plan Ibarreche y del Estatuto de Cataluña. Es España ahora quien debe levantarse, si quiera mostrando su cerrada e irreductible oposición a la disgregación nacional, a la destrucción de España, a la entrega de españoles bajo fronteras extranjeras, al pisoteo de los Derechos de la Nación. Esta situación es intolerable y no hay acomodos posibles.
Se descalifican a si mismo como españoles patriotas quienes en el día de hoy piensen que siguen viviendo en el “mundo normal” de un “país europeo en paz”, quienes sigan ensoñando imperios de fantasía y resurrecciones ideológicas o sigan creyéndose que hacen política solo por opinar en la barra de un bar o en Internet.
Es el momento de unirse para defender la unidad nacional, y pasar a la acción. A las “Fuerzas Nacionales” que no sean capaces de unirse en esta hora, les pedimos que dejen de hacerse pasar por lo que no son. A quienes no les importe España que no se llamen nunca más patriotas. De ellos podrán decirse, como del rey, que hablen ahora a favor de España o callen para siempre.
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