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Abanderado de la Tradición,
Sucesor Legítimo de los Reyes de Jerusalén

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S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón

Abanderado de la Tradición,
Sucesor Legítimo de los Reyes de Jerusalén

En el año 1099, Godofredo de Bouillon, Duque de Lorena, entraba en Jerusalén al frente de los Cruzados, instaurando el primer Reino Latino de Jerusalén. Con humildad, prefirió rechazar el título monárquico y se denominó Advocatus Sancti Sepulchri. El Reino duró 88 años, durante los cuales los cristianos consagraron una iglesia la Cúpula de la Roca, la mezquita que el califa Omar levantó el año 638 sobre la roca del sacrificio de Isaac; aquella piedra era el lugar donde se levantó el Sancta Sanctorum del Templo de Salomón, por lo que los templarios convirtieron la vecina mezquita de Al-Aqsa en su palacio. El sultán kurdo Saladino los pasó a cuchillo en 1187 tras ocupar la ciudad.

En los tiempos de la siguiente Cruzada, el Sacro Emperador Romano Federico III (1212-1250), llamado Federico I como Rey de Sicilia, hijo de Enrique VI de Alemania y Constanza de Nápoles, se casó por mediación del papa Honorio III con Yolanda, hija de Juan I de Brienne (1148-1237) y de la Reina de Jerusalén, María de Montferrato, y por tanto heredera del primer Reino Latino de Oriente (1099-1187). En 1228 partió para Jerusalén, donde firmó un pacto con el sultán de Egipto, sin derramar una gota de sangre, para restituir Jerusalén y los Santos Lugares para los cristianos. Luego se hizo coronar Rey de Jerusalén. El título pasó a través de su hijo Conrado IV a Conradino y, tras la muerte de éste (1258), a Constanza, la mujer de Pedro III de Aragón.

Tanto es así, que Alfonso X el Sabio, Rey de Castilla y León, solicitaba en una cláusula de su testamento que su corazón fuera llevado «a la Sancta Tierra de Ultramar, e que lo sotierren en Ierusalem, en el Monte Calvario, allí do yacen algunos de nuestros abuelos», aunque finalmente sus entrañas fueron enterradas en la iglesia templaria de Santa María de Gracia (1284), en Murcia. En 1333, el Papa Clemente VI distinguió a doña Sancha de Mallorca, a la sazón Reina de Nápoles, por sostener con dinero propio a los Frailes del Monte Sión; las relaciones con el sultán turco no eran malas todavía. A partir de 1441, al depender Nápoles de la Corona aragonesa, se comenzó a nombrar como Reino de las Dos Sicilias a la unión de estos dos estados.

Los sucesivos soberanos españoles acuñaron monedas en sus cecas sicilianas como «Rex Aragonum utriusque Siciliae et Hierusalem». También la Corona de Carlomagno, antecesor de Carlos V como Emperador de los Romanos, llevaba la inscripción de «Rex Salomon», una copia exacta de la cual forma ahora parte de las divisas imperiales de los Habsburgo. Tras la unión de Aragón con Castilla (1479), se inició un largo período de aislamiento con Oriente, coincidiendo más o menos con el reconocimiento de Fernando el Católico como Rey de Nápoles y Jerusalén, en virtud de una Bula de Julio II fechada el 3 de julio de 1510. Poco antes, y coincidiendo con los últimos días de la Toma de Granada, el Sultán turco amenazó a los soberanos españoles con «derribar los templos e iglesias que había en su Reino, hasta destruir el Sepulcro Santo de Jerusalén». Las relaciones diplomáticas comienzan a ser indirectas, generalmente a través del Papa Julio III: Carlos V y Felipe II solicitarían autorización para reedificar el Santo Sepulcro.

Reyes de España: Casa de Austria

En 1520 el Officium Salomonis se iluminó en Flandes para el Emperador Carlos, lo que para algunos autores como Rosenthal explicaría el significado de la Capilla Real de Granada como nuevo Santo Sepulcro y la divisa columnaria del Plus Ultra como evocación de las columnas de bronce del Templo de Salomón. También la Corona imperial que usaba Carlos V tenía la leyenda Rex Solomo, como nos recuerda la Encyclopaedia Brittanica (voz Crown), y la Insigne Orden del Toisón de Oro tenía como una de sus principales aspiraciones la recuperación de Jerusalén en una nueva gran Cruzada.

El derecho sucesorio de Felipe II como Rey de Jerusalén, se expresa en los medallones conmemorativos de la entrada a la Basílica de El Escorial, en los que el rey se declara monarca de todas Las Españas, de las Dos Sicilias (los reinos de Nápoles y Sicilia) y de Jerusalén. En 1554 Carlos V cede el Reino de Jerusalén a su hijo Felipe para su boda con María Tudor, es decir, dos años antes de reinar en España. Leemos por ejemplo en Cabrera de Córdoba (Historia de Felipe II, Rey de España, lib. I, cap. V, p. 23, 1601): «Felipe y María, por la gracia de Dios Rey y Reina de Inglaterra y Francia, Nápoles, Jerusalén, Hibernia (Irlanda), Príncipes de España y Duques de Milán en el año primero y segundo de su reinado». Antonio de Herrera (Historia general, I. II, p. 5) añadía: «fue el príncipe proclamado Rey de Inglaterra, Nápoles y Jerusalem, y Duque de Milán, títulos que su padre le dio por q. la Reyna no tuuiesse marido de menor grado».







Medallones murales conmemorativos de la colocación de la primera piedra (1563-83) y consagración de la Basílica (1595)

La vinculación de Jerusalén a España también se muestra en los textos de los medallones se refieren a la dedicación de la primera piedra de la Basílica a San Lorenzo, el 20 de agosto de 1563, día de San Bernardo, y el de la primera misa, celebrada la vípera de San Lorenzo, el 9 de agosto de 1586 (D. LAVRENT. MART. / PHILIPP. II. OMN. HISP. REGN. / VTRIVSQ. SICIL. HIER. ETC. REX / HVIVS TEMPLI PRIMVM DEDICAVIT / LAPIDEM. D. BERNARDI SACRO DIE / ANN. M. D. LXIII / RES DIVINA / FIERI IN EO COEPTA PRIDIE FESTVMD. LAVRENTII / ANN. M. D. LXXXVI). La otra se refiere a la piedad y devoción de Felipe al hacer consagrar la Basílica por el Patriarca de Alejandría y Nuncio Apostólico, Camilo Cayetano, el 30 de agosto de 1595 (PHILIPPVS II / OMNIVM HISP. REGNOR / VTRIVSQ. SICIL. HIER. ETC. REX / CAMILLI CAIET. ALEXANDR. / PATRIARCHAE NVNTII APOST. / MINISTERIO HANC BASILIC. S. / CHRISMATE CONSECRAND. / PIE AC DEVOTE CURAVIT. DIE / XXX. AVG. AN. M. D. XCV).






Fachada del Patio de Reyes, con las estatuas de los seis Reyes de Judá que tuvieron que ver con el Templo de Jerusalén. Las inscripciones cuentan su relación con el Templo.

Y ello muy cerca de las estatuas de los Reyes de Judá. La posición de Salomón y su padre David, coincide por otra parte con la de Felipe II y su padre en los cenotafios del Presbiterio, con su fuerte significación dinástica. La presencia de los sucesores de Salomón en el trono de Jerusalén, que se preocuparon por el mantenimiento del Templo, también está en consonancia con los cuatro huecos (2+2) que quedan a los lados de las estatuas orantes del presbiterio de la basílica, que Felipe dejó libres para sus sucesores y que éstos nunca usaron.






Para estudiar este tema de la titularidad del Reino de Jerusalén, resulta también especialmente interesante hacer un inciso de heráldica, con escudos como el de San Juan de Gouda, donde se incluye el cuartel del Reino de Jerusalén.

Como pudo verse en el desfile de Banderas de las Exequias del Emperador Carlos V (Bruselas, diciembre de 1558), éste era tradicionalmente identificado con el del Reino de Nápoles, aunque tenía independencia propia.






El «Rosal de Príncipes progenitores del Príncipe de España Don Felipe Nuestro Señor», –que se encuentra en El Escorial– un dibujo a pluma de Diego de Astor, de Reims, árbol genealógico de Felipe II de su época, su linaje se remonta hasta el Rey de Jerusalén. El Rey no perdía ninguna ocasión de proseguir la campaña de Lepanto hacia Oriente y Palestina.

Reyes de España: Casa de Borbón

Muerto S.M. Carlos II de Austria heredaría S.M. Felipe V de Borbón los títulos que correspondían a la Corona de Las Españas, y aunque los derechos españoles sobre el Reino de Jerusalén quedaran momentáneamente en poder del Duque de Saboya por el tratado de Utrecht (1713), en 1734 se asociarían de nuevo a la Casa Real española.

1700-1724: S.M. Don Felipe V
1724: S.M. Don Luis I
1724-1746: S.M. Don Felipe V
1746-1759: S.M. Don Fernando VI
1759-1788: S.M. Don Carlos III
1788-1808: S.M. Don Carlos IV
1813-1833: S.M. Don Fernando VII

La llamada Dinastía carlista o legítima, en realidad la continuidad legítima de la Dinastía histórica española, surge ante la usurpación producida en 1833 a la muerte del Rey Fernando VII. La legislación española, semisálica, determinaba que la sucesión a la Corona debiera haberse producido en la persona del hermano del Rey, el entonces Infante Don Carlos, S.M. Don Carlos V de Las Españas. En cambio, un verdadero golpe de Estado encubierto llevó al trono a Isabel, saludada “segunda” por sus partidarios, la hija de cortísima edad del fallecido Fernando VII y María Cristina de Nápoles.

1833-1845: S.M. Don Carlos V de Borbón y Parma
1845-1860: S.M. Don Carlos VI de Borbón y Braganza
1861-1868: S.M. Don Juan III de Borbón y Braganza
1868-1909: S.M. Don Carlos VII de Borbón y Austria-Este
1909-1931: S.M. Don Jaime III de Borbón y Borbón-Parma
1931-1936: S.M. Don Alfonso Carlos I de Borbón y Austria-Este
1936-1952: Regencia de S.A.R. Don Javier de Borbón (Parma)
1952-1977: S.M. Don Javier I de Borbón
1977-actualidad: Regencia de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón

S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, Infante de España como miembro de la rama de Parma de la Casa de Borbón que es, y descendiente agnado de Felipe V, nació en el exilio en Pau, Francia, el 22 de julio de 1940, segundo de los varones del entonces Príncipe Regente Don Francisco Javier de Borbón y Braganza (más tarde Rey Legítimo de Las Españas y Duque de Parma) y de Doña Magdalena de Borbón-Busset.

El primero de los varones de S.M.C. Don Javier, Carlos Hugo de Borbón Parma tras el abandono de sus deberes dinásticos carece de cualquier derecho a la sucesión legítima de la Monarquía española, por haber traicionado hace casi treinta años los fundamentos de la Tradición española, para enrolarse en un aventurerismo antes marxistizante, ahora parece que neoliberal y globalizado, siempre desnortado.

Su comportamiento indecoroso en todos los terrenos, inhabilitan a Carlos Hugo para presentarse ante los carlistas y los españoles todos como heredero de la Dinastía Legítima y para usar los títulos de la misma:

* El 22 de mayo de 2004 manda en representación en la boda de Felipe que se dice “de Borbón” y “Príncipe de Asturias” con una mujer divorciada, a dos de sus hijos, concretamente a Don Jaime y a Doña Carolina de Borbón Parma, lo que equivale, en la práctica, al reconocimiento de la usurpación y por lo tanto a la pérdida de todos sus títulos y derechos sucesorios.

* El 4 de julio de 2005 hace cesión al Gobierno español del “archivo carlista de su familia” en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (Archivo Histórico Nacional). Hecho que además de disgustar sobremanera a los miembros de la Familia Borbón Parma fieles a la Causa carlista, es una muestra más de la hostilidad y desprecio que Carlos Hugo profesa a las tradiciones familiares y a los españoles que durante generaciones han permanecido leales a la Familia Real carlista.

El mismo hecho de que Carlos Hugo firme convenios con la Ministra de Educación y Cultura del gabinete liberal de Madrid vuelve a dejar claro que renuncia a la Legitimidad carlista y se somete al régimen imperante en España; de lo que, por otra parte, ha dado abundantes muestras en los últimos años. Esa misma vinculación al régimen imperante lo invalida, desde el punto de vista carlista, para encabezar la Familia u ostentar rango alguno en el Carlismo. Y le priva de todo derecho sobre archivos y documentos que pertenecen a esa Causa y a su Familia Real.

Tras la defección y las desviaciones ideológicas de su hermano Carlos Hugo, tan dolorosa, y ante el silencio de los hijos varones de éste, S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha conservado el depósito de la Tradición hispánica; se convirtió en Regente al morir su augusto padre S.M.C. el Rey Don Javier en 1977, y tomó el título de Abanderado de la Tradición. Sólo él puede usar los títulos y prerrogativas a que se acaba de hacer referencia. En tal sentido, con discreción pero con firmeza, ha venido actuando como Gran Maestre de la Orden de la Legitimidad Proscrita.

S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón encarna la Legitimidad dinástica española, y –en cuanto la España actual no sea sino un fragmento de la vieja unidad que fueron Las Españas– más ampliamente hispánica. Legitimidad que le viene de sus abuelos carlistas y que ha vuelto a recordar, por si falta hiciera, en su Manifiesto de 17 de julio de 2001 y en su Llamamiento de 23 de mayo de 2006.

Conoce bien Tierra Santa, así como Siria y el Líbano, donde desde hace décadas ha pasado mucho tiempo en apoyo de los cristianos. Su hermana la Doña Francisca, Infanta de España, Princesa de Parma y de Lobkowicz, junto con su esposo, S.A.S. el Príncipe Eduardo de Lobkowicz, sigue encargándose de auxiliar a los cristianos libaneses a través de las obras hospitalarias de la Orden de Malta, y a tal fin fundó en 1987 la Association Malte Liban.

Don Sixto es pues, Sucesor Legítimo de los Reyes de España; y encarna en su persona una doble legitimidad: a su indiscutible legitimidad de origen suma una continuada legitimidad de ejercicio en la defensa de los cristianos de Tierra santa y Ultramar contra el terrorismo sionista o mahometano. Podrá utilizar, tras la Restauración, los títulos que corresponden a la Corona, especialmente el de Rey Legítimo de Jerusalén.

Frente a Teilhard de Chardin y la New Age:
Dios, Patria, Fueros y Rey Legítimo

Nuevo e interesante artículo en:

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en Cataluña hacéis actos?

Durante 4 años seguidos hemos celebrado el Aplec Carlista en Montserrat, con peregrinación a pie incluida, este último año no se puedo hacer.
Del último tienes abundantes fotos en:

http://es.pg.photos.yahoo.com/ph/far...ncia/my_photos

También hemos realizado conferencias públicas, y un concierto de Voces de Gesta en el Expo-Hotel....pero realmente es verdad que hay que relanzar nuestra actividad en el Principado.

Concierto de Voces de Gesta en Barcelona (foto y canciones):

http://www.carlismo.es/modules.php?n...article&sid=53