En lugar de pan dale un condón
No se pierdan el comentario de la crítica de Cine de Hispanidad, Juana Samanes sobre Yo también, que más que una película es un alegato progre sobre la necesidad, imperiosa, de que los disminuidos psíquicos copulen con entusiasmo.
Hispanidad, viernes, 16 de octubre de 2009
He dicho copular, no procrear, porque al igual que ocurre con los preservativos, no se trata de evitar el sida sino de evitar al niño. De igual forma, la progresía afirma que para ser feliz lo único que puede hacer un síndrome de Down es eso que están ustedes pensando.
Todo el mercado de la anticoncepción se basa en que el hombre es un animalito que no puede dejar de fornicar. Y si no se ayunta, sufre feroces patologías físicas o psíquicas.
Yo diría que lo que necesita un síndrome de Down -o cualquier otra persona- no es sexo, sino afecto, es decir, lo que no se puede separar de la actividad sexual, como no se puede separar sexo y procreación.
La película resulta triste pero la intencionalidad de sus promotores mucho más. Es la eterna visión que occidente tiene del débil. En el Tercer Mundo están hartos de que europeos y americanos les consideremos como animalitos pendientes de satisfacer sus necesidades primarias. Sobre todo, cuando en lugar de pan les damos condones.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
Fuente: En lugar de pan dale un condón
"Donau abric a Espanya, la malmenada Espanya
que ahir abrigava el món,
i avui és com lo cedre que veu en la muntanya
descoronar son front"
A la Reina de Catalunya
Hay un artículo de un médico austriaco, no creyente, por cierto, que es demoledor; dice que el SIDA en África está sobredimensionado pues no se hacen analíticas fehacientes por falta de medios y se da por hecho que quien tiene fiebre, diarrea, etc, tiene sida. Otra es que se propaga no por promiscuidad y falta de condones, sino por falta de profilaxia a nivel de jeringullas, manipualción de hemoderivados, etc.
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