Respuesta: Coleccionismo
El coleccionismo comenzó históricamente debido a la afición de los antiguos romanos pudientes a buscar y comprar arte de la etapa clásica de Grecia. No existe un gran fondo bibliográfico sobre la historia del coleccionismo, que es el fundamento del museo y la museística, pero si me parece una idea interesante que haya al menos un hilo dedicado a nuestras aficiones en este sentido, aficiones y manías, porque mucho de ello hay en el afán coleccionista.
A modo de anécdota recuerdo un programa en TELEMADRID que recogió en una de sus emisiones este tema, y pude ver cosas verdaderamente curiosas. Había alguien que coleccionaba "belenes", los había de todo el mundo y los tenía repartidos por toda la casa pues su número era de unos 500. Otro de los peculiares coleccionistas centraba su sorprendente afición en "proyectores de cine", así tal cual suena. Tenía una nave en la que los guardaba y "la joya" de la colección había sido de uno de los cines más famosos de la Gran Vía madrileña. Aquél artefacto tenía todo el aspecto de una locomotora de vapor, ¡impresionante!
Yo personalmente tengo tendencia al coleccionismo y me da por guardar muchas cosas. Afortunadamente no se trata de ningún síndrome de Diógenes sino el puro placer de acumular determinados trastos. En ese sentido colecciono estilográficas de las que tengo una veintena, relojes de los que guardo más de treinta, y prismáticos o binoculares de aberturas, tamaños y pesos muy variados de los que tengo por ahora 12 instrumentos.
Última edición por Valmadian; 15/04/2010 a las 16:42
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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