En contestación a la pregunta que planteas, Kontra, y dejando clarísimo que a mi, como profano en medicina y en tantísimas otras cosas... me resultan muy antipáticas estas técnicas, principalmente por la asociación con el aborto, que yo tambien, inevitablemente. hago de ellas, tras hacer algunas preguntas en casa, intentando informarme un poco, he leído este informe publicado por un decano de la Facultad de Bioética del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum Roma chileno. En el se dice los siguiente:
(de todas formas, por si a alguien le interesa, he pegado aquí también el enlace al artículo completo)
De todas formas, y a pesar de lo que este médico escribe, me gustaría conocer las estadísticas reales para saber qué numero de niños no nacidos son asesinados tras conocerse que los pobres vienen con alguna anomalía, y que ha sido conocida por medio de estas técnicas. Estoy segurísimo que la inmensa mayoría son asesinados en ese mismo momento o pasados unos días... y solo una ínfima minoría se salvarán debido a que el sistema sanitario, o sus progenitores, han decidido someterle a estas técnicas tan punteras de las que nos habla este artículo. De modo que, mi opinión como iletrado en medicina es que sería muchísimo mejor que estas técnicas estuvieran prohibidas o incluso que jamás hubieran existido, y también que me incomoda muchísimo leer lo que dice en el punto 2274 del nuevo catecismo de la Iglesia. ¿Por qué y para qué darle argumentos al diablo?. Hay "libertades" que jamás debieran haberse permitido y ésta es otra de ellas... Quizás alguien me llame inquisidor retrógado y liberticida por pensar ésto, pero lo mas probable es que solo sean las palabras de un pobre ignorante (refiriéndome a estas mías).Untitled Document
En algunos casos pues se puede diagnosticar de modo muy precoz y preciso las malformaciones del concebido antes del nacimiento, aunque comparativamente las posibilidades terapéuticas hoy por hoy son todavía muy bajas y en algunos casos nulas como, por ejemplo, en el síndrome de Down. (.../...) El 9 de mayo de 2007 el New York Times publicaba un artículo informando que, como consecuencia de una nueva recomendación del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, los médicos han comenzado a ofrecer un procedimiento de análisis de síndrome de Down a todas las mujeres embarazadas, sin importar su edad. Cerca del 90% de las mujeres a las que se les diagnostica el síndrome de Down normalmente escogen abortar. Puestas así las cosas y dado que el resultado a posteriori de la diagnosis prenatal de una enfermedad o malformación es casi siempre el aborto, algunos sostienen que debería prohibirse totalmente este tipo de pruebas diagnósticas, máxime sabiendo que la posibilidad de intervención terapéutica es bajísima.
La cirugía fetal aparece hoy como una alternativa válida a la cirugía convencional (postnatal) en aquellas alteraciones fetales que empeoran con el paso de los meses de embarazo. (.../...) En Estados Unidos se ha desarrollado prevalentemente la así denominada cirugía abierta, mientras que en Europa se realizan las intervenciones intrauterinas a través de fetoscopio. Actualmente la totalidad de las intervenciones fetales pueden ya ser realizadas mediante fetoscopia, aunque existe una intervención que todavía debe ser realizada mediante cirugía abierta: la reparación de la espina bífida. La cirugía fetal empieza a desprenderse de su carácter experimental y es hoy una realidad para más de una decena de trastornos congénitos que no pueden esperar al nacimiento:
– Hernia diafragmática: el intestino se introduce en el diafragma y comprime el pulmón. Si no se corrige intraútero, los pulmones se dañan irreversiblemente.
– Obstrucciones renales: esta anomalía cierra la salida del uréter, lo que provoca una dilatación progresiva del riñón hasta que deja de funcionar. Un catéter drena la orina a la cavidad amniótica. En estos casos la supervivencia de los fetos se ha triplicado.
– Síndrome de transfusión gemelar: los cordones umbilicales de los hermanos permanecen comunicados, lo que conlleva a que uno reciba más sangre que otro. A través del útero se cierra la comunicación entre los cordones para que cada uno alimente a su feto. La supervivencia ha pasado del 12% al 42%.
– Oclusiones de cordón: en gestaciones gemelares, cuando la muerte o la malformación de uno de los bebés amenaza la vida del otro, se liga el cordón umbilical.
– Bridas amnióticas: se eliminan los “hilos” duros de la cavidad amniótica que pueden estrangular extremidades o dedos.
– Derrame pleural: con catéteres se drena el líquido en los pulmones (derrame pleural) o en el abdomen (ascitis).
– Tumores: algunos pueden ser más grandes que la cabeza del bebé e impedir su desarrollo. Se corrigen ligando una arteria del feto para no alimentar el tumor.
– Labio leporino: si se corrige intraútero se evitan otras deformidades faciales y apenas queda cicatriz.
– Anemia fetal: con punciones ecográficas dirigidas al cordón umbilical se suministra sangre al feto y se le salva de una muerte segura19. La supervivencia en los últimos 15 años ha pasado del 60% al 92%.
– Rotura de membranas y pérdida de líquido amniótico: cuando esto sucede en torno al cuarto o quinto mes y gracias a nuevas técnicas la supervivencia ha pasado en los últimos 15 años del 0% al 40-60%.
– Descompensaciones cardíacas y presencia de líquidos en diversas cavidades del cuerpo fetal: aquí la supervivencia ha pasado del 10% al 60%.
Los datos aquí mencionados y la experiencia acumulada en los últimos 20 años de investigación demuestran que la medicina fetal, éticamente realizada, puede llegar a resultados antes impensables y restituye a las técnicas de diagnosis prenatal toda su dignidad convirtiéndolas en momento propedéutico para curar y no para matar.
Catecismo de la Iglesia Católica, Tercera parte, Segunda sección, capítulo segundo, artículo 5, 2258-2330
Y como prueba de lo que ahora digo, solo tengo que referirme a otro informe (en esta ocasión cubano) que versa sobre este mismo tema. Es demoledoramente escalofriante la forma en la que la sanidad cubana relaciona abiertamente y sin tapujos pseudomoralistas el DPN (diagnóstico prenatal) con la eugenesia. Valga como ejemplo esta cita que de este artículo he extraído: "...si no se conoce la fecha de la última menstruación se tendría en cuenta el peso del producto (menos de 500 g)". Es sencillamente asqueroso leer este informe por lo cual advierto a los sensibles que lo tengan en cuenta si de verdad piensan leerlo. El enlace es éste de un poco mas abajo:
Eugenesia y diagnóstico prenatal
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