Tema: Tópicos y prejuicios a la hora de presentarte como tradicionalista

Iniciado por Alejandro Farnesio

"Tú lo que quieres es que volvamos a la Edad Media".
"Tú lo que quieres es que vuelva la Inquisición y nos queme a todos en la hoguera".
"Tú lo que quieres es un Rey que nos explote y nos oprima".
"Tú lo que quieres es imponer por la fuerza la religión católica y cargarte la libertad ideológica, de culto y pensamiento".
"Tú lo que quieres es volver a los señoríos donde nos exploten trabajando 15 horas diarias".
"Tú lo que quieres es quemar vivos a los homosexuales, adúlteros, etc..."

Pues yo no tendría problema alguno en que vuelvan todas esas cosas, con la sola excepción, tal vez, de la primera, pero no por la Edad Media en sí (que fue una era gloriosa), sino porque, cronológicamente, aquí (en Perú) correspondería a la época de los chancas, chimúes, incas y demás poblaciones idólatras, que sacrificaban humanos, etc. En todo caso, que vuelva el Virreinato, y si es el del periodo de los Habsburgo, mucho mejor.

Hablando más en serio, aquí cuando uno dice que es tradicionalista, la gente piensa que está preocupado o interesado por las tradiciones andinas y cosas así, como el culto a la pachamama, el Inti Raymi, o las danzas y música folclóricas. Es que hay mucha ignorancia hacia esta postura. En mucho se debe a que casi todos (aquí también) o son socialistas o comunistas, o liberales. Si uno quiere que le entiendan, primero hay que explicar qué es tradicionalismo. Y esa ignorancia se encuentra aún en ambientes académicos. Ahí, con seguridad, te pueden hacer una detallada lista de diferencias entre un trotskista y un maoísta, pero, luego cuando expliques qué significa que eres tradicionalistas, de seguro que te van a meter en el mismo que saco que nazis, los del opus, la gente del "Tea Party", ultraderechistas, etc., como si tuviesen que ver unos con los otros. Toda una ensalada mental.

Depende un poco de cómo lo presentes y de la inteligencia del interlocutor. La mayoría de la gente está programada por la escuela para reaccionar en contra de ciertas palabras o conceptos, por lo que suele convenir dar un rodeo si la otra persona no maneja conceptos serios y sólo elementos propagandísticos.

Lo cierto es que los que trabajaban en los señoríos trabajaban mucho cuando, pero tenían unos 180 días de vacaciones al año. La riqueza de expresiones culturales de la Edad Media es producto en gran medida de la gran cantidad de tiempo libre que tenían. La cultura prefabricada y facilona actual, es resultado justamente de lo contrario.

Depende un poco de cómo lo presentes y de la inteligencia del interlocutor. La mayoría de la gente está programada por la escuela para reaccionar en contra de ciertas palabras o conceptos, por lo que suele convenir dar un rodeo si la otra persona no maneja conceptos serios y sólo elementos propagandísticos.

Es cierto, la mayor parte de la gente reacciona así por ignorancia. Pero, pensándolo bien, no me sorprendería que algunos reaccionen así deliberadamente para caricaturizar a propósito al tradicionalismo, como forma de ridiculizarlo y así descalificarlo. Es una táctica muy común en rojos, progres y liberales: todo aquello que no encaja dentro del discurso comúnmente aceptado, no merece ser tomado en cuenta; todo lo que se sale diez grados a la derecha, a la izquierda, arriba o abajo de sus marcos, son extravagancias peligrosas.

Lo cierto es que los que trabajaban en los señoríos trabajaban mucho cuando, pero tenían unos 180 días de vacaciones al año. La riqueza de expresiones culturales de la Edad Media es producto en gran medida de la gran cantidad de tiempo libre que tenían. La cultura prefabricada y facilona actual, es resultado justamente de lo contrario.

Es verdad. Se trabajaba mucho, pero la finalidad no era obtener excedentes, sino solo tener lo necesario para satisfacer las necesidades propias de uno y sus familias; de forma que, una vez que se tenía lo necesario ya no tenía sentido acumular y seguir produciendo, y en vez de ello, se prefería dedicar el tiempo a otras actividades (no económicas, propiamente dichas). Eso era lo común en todas las economías no capitalistas. Como la gente no estaba inmersa en la cultura del capitalismo, no producía para acumular y tener excedentes; la finalidad de la producción era tener lo necesario. Eso está bien documentado. Claro, varios historiadores interpretan con ojos modernos ese fenómeno y lo evalúan negativamente, resaltando lo mucho que se perdió o se dejaba de producir (Le Goff creo que es uno de los que hace un juicio en este sentido). Para ellos, al parecer, la finalidad del hombre es la producción, y no es la producción la que está en función del hombre. De más está decir que no se dan cuenta del otro aspecto de esta vida no centrada en lo económico: el poder dedicar el tiempo a otras actividades más espirituales.