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Tema: Pues yo me vuelvo a España

  1. #1
    Avatar de Kontrapoder
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    Pues yo me vuelvo a España

    Imagino que muchos foreros no estarán de acuerdo. Yo tampoco estoy de acuerdo con algunas cosas y por eso lo pongo en TERTULIA, para ver qué opina la gente. Creo, eso sí, que los españoles a veces nos pasamos de pesimistas.
    _________________


    Pues yo me vuelvo a España

    Sé que lo que voy a decir puede ofender a más de uno, sobre todo a los padres de tantos niños españoles, un tercio del total, en riesgo de pobreza. Pero lo escribo precisamente para ellos, en parte porque yo fui uno de los chavales siempre al filo de la navaja de la exclusión social. Mi mujer, mi hijo y yo dejamos Estados Unidos y volvemos a España. Ha sido una decisión precipitada en parte por asuntos familiares, aunque siempre hemos tenido claro que “en un par de años” regresaríamos. “En cuanto la cosa se ponga mejor”, decíamos.

    Creo que nuestro país es, a pesar de todo, uno de los mejores lugares del mundo para vivir y formar una familia. Diez años viviendo en el extranjero, comparando estilos de vida y de sociedad, e informando sobre ellos, me han grabado a fuego esa sensación. He residido casi dos años en Londres, cuatro en Pekín y cumplo ahora tres en Nueva York. He pasado más de un mes en Ámsterdam, Buenos Aires y en distintas partes de Italia y Suiza; he visitado buena parte de Europa, Oriente Próximo y el sureste asiático, Japón y Australia. Por mi oficio, he tenido la suerte de conversar con sus gentes, revisar sus cifras macroeconómicas y analizar sus medios de comunicación. He llegado a la conclusión de que España en particular (y Europa Occidental en general) es un gran lugar, y quizá de los que más oportunidades educativas y sociales van a ofrecer a mi descendencia, al menos en sus primeras etapas.

    Sé que esto resulta obsceno en estos momentos de crisis total. Pero creo que no se puede valorar un país sólo por el período actual, por el accidente casi mortal que acaba de sufrir y del que está recuperándose. Hay que sumar también su trayectoria reciente y sus oportunidades de futuro. Por supuesto, padecemos una insufrible élite extractiva (formada por algunos miembros de la política, la familia real, los sindicatos o la patronal). Es un país adormecido en muchos sentidos, con poca iniciativa privada, una juventud nada aventurera y acomodaticia.

    Se tiende a primar el pelotazo sobre el descubrimiento, y el amiguismo ocupa demasiado a menudo el lugar de la meritocracia. Parte de nuestra clase empresarial ha sido incapaz de crear empleos estables, a pesar de tener a su disposición la generación mejor preparada de nuestra Historia. Los correos electrónicos casi nunca se responden, o se hace tarde, el café es más importante que el informe, y se trabajan más horas de lo necesario por culpa de una mala organización o de esa cultura absurda de calentar silla. Todo esto es cierto. Pero de todo ello se han vertido ya ríos de tinta. Y de tanto leer las crónicas de la crisis puede que se haya perdido la visión de conjunto.

    He afirmado en otras ocasiones que, con las cifras en la mano, España es un lugar mucho mejor para la persona media que, por ejemplo, Estados Unidos. El ciudadano más representativo es quizá el que está en el centro (el del lugar 23 millones, si organizamos a los 46 millones de habitantes de menos a más renta). Ese ciudadano medio español es mucho más rico que su contraparte estadounidense (el del lugar 155 millones), por ejemplo. Sólo ciertos países europeos, Canadá o Australia están por encima. El valor 'mediano' de la riqueza en Estados Unidos es de tan sólo 45.000 dólares, mientras que el de España es de 63.300 y el de Bélgica, Francia, Reino Unido e Italia oscila entre 110.000 y 150.000, según el último informe de riqueza de Credit Suisse.

    Pero, ¿y ese estilo de vida suntuoso que se ve en las películas estadounidenses? Existe, pero sólo para unas pocas decenas de millones de americanos. La élite extractiva de EEUU es mucho más eficiente que la española. El 75% de la riqueza del país está en manos del 10% de sus habitantes. Mientras, uno de cada seis estadounidenses necesita cupones de comida del Estado para alimentarse correctamente.

    La igualdad de oportunidades

    Yo crecí entre los barrios madrileños de Carabanchel y Aluche. Hijo único en familia monoparental, en mi casa vivimos etapas realmente duras de desempleo y amenaza de desahucio. Pero en todo momento estuve escolarizado en un instituto público con buen nivel académico. Ir al médico era lo que ocurría cuando nos poníamos enfermos; ni nos planteábamos si nos lo podíamos permitir o no. Mi acceso a la universidad fue facilitado por las becas del Estado y, lo que es más importante, sentía que la facultad pública a la que iba era un lugar en el que todos competíamos por igual. Sí, yo tenía que trabajar después de clase, pero no me vi abocado a estudiar en una universidad pública de segunda categoría porque otra privada fuera mejor, como ocurre en Estados Unidos.

    Mi futuro no había sido determinado desde mi infancia. Viví la igualdad de oportunidades. Y no era el mejor estudiante, sólo era un buen estudiante. Años más tarde, como profesional en Nueva York, comprobé que, a pesar de lo que muestran los informes internacionales, la educación que había recibido era igual o superior a mis amigos graduados por las universidades de Columbia y Harvard. Lo mismo decían mis compañeros de facultad que habían ido a estudiar el doctorado en el país americano: el nivel teórico (mi carrera fue Ciencias Físicas, especialidad en Física Teórica) de las universidades estadounidenses era bastante bajo, me aseguraban, aunque por supuesto el material técnico era de primera categoría.

    Pienso mucho también en mis tíos. Una familia de cuatro miembros, el padre funcionario de baja categoría de la Comunidad de Madrid y la madre, enfermera con contratos temporales. Son poco más que 'mileuristas', como ellos mismos se definen. Están en la mitad de su cuarentena. Viven en un barrio obrero, Aluche. Su casa, pequeña, es acogedora porque está caliente en invierno y fresca en verano. Tienen cerca un parque, y están rodeados de colegios, supermercados con comida saludable, de buena calidad, y a buen precio (en Estados Unidos hay dos categorías de alimentos, los industrializados y baratos, atiborrados de antibióticos y hormonas, y los de alta gama, que resultan demasiado caros para la mayoría).

    Mis tíos de clase media baja han podido dar a sus hijas una vida, unos estudios y una sanidad que, en Estados Unidos, en su nivel social y de ingresos, sería difícil de conseguir. Mi prima pequeña ha estudiado en un colegio bilingüe de la Comunidad de Madrid y habla inglés. Toca dos instrumentos y hace deporte. La mayor ha entrado en la carrera de Bioquímica con la matrícula gratuita, tras varios premios por notas en el instituto; uno modesto pero de gran calidad, el mismo al que fui yo, el Instituto Iturralde de Madrid. La familia disfruta de vacaciones anuales, y suele ir a la playa, de acampada, o incluso, cuando han ahorrado, visitan alguna ciudad del extranjero.

    El nivel de vida

    En Estados Unidos, ese 'tren de vida' en una gran ciudad sólo se lo pueden permitir los que ganan más de seis cifras al año. Comparemos Nueva York con Madrid. Un seguro médico para una familia de cuatro miembros en el mercado abierto (la cosa cambia en las grandes empresas, que, sin embargo, emplean a la minoría de la población) cuesta al menos 2.000 euros al mes, y viene con copagos y, hasta la entrada en vigor del Obamacare, con límites de gasto vitales (terribles para enfermedades largas y graves como el cáncer) y exclusiones para condiciones preexistentes. Una guardería no se puede conseguir por menos de 1.000 euros, 1.500 si quieres que sea algo más que un apartamento con licencia.

    Además, si pretendes que tu hijo sea competitivo en un futuro, has de empezar desde bien pequeño a llevarle a la guardería adecuada, lo que es una auténtica batalla. Los centros exhiben cuántos de sus alumnos han llegado a las universidades de las Ivy League (las universidades más prestigiosas del país). Obviamente no se trata de lo que pueda aprender un niño de tres años, sino de colocarle en el circuito hacia la élite, y eso hay que hacerlo desde que tienen unos pocos años. La competitividad en este sentido es delirante. Hay un nuevo movimiento de padres que retrasan la entrada de sus hijos en la escuela para que sean los mayores del aula y así jueguen con ventaja: el más grande, el que lee antes…

    En Nueva York hay muy buenos institutos públicos, pero no es la norma. Uno privado puede costar del orden de 20.000 euros anuales como poco. La universidad privada puede rondar los 30.000. Siempre queda la pública, más barata. La ventaja del sistema estadounidense es que se fomentan las universidades excelentes, frente al español en el que preocupa más la media. ¿Qué sistema es mejor? Depende, por supuesto, de dónde y cómo nazca uno. Si proviene de una familia acomodada, o sus genes y educación le hacen un gran estudiante o deportista, probablemente le vaya mejor en Estados Unidos. Pero eso no es lo más habitual, y en la lotería de la vida hay que considerar qué opción es la más probable. Debatiendo con un amigo resumíamos así la situación: lo ideal sería crecer y estudiar en España, terminar la carrera, e ir a trabajar y a ganar dinero a Estados Unidos, si eso fuera posible.

    No niego que Nueva York, por ejemplo, es una ciudad fascinante. De hecho no hay otra igual. Los tópicos se quedan cortos: vibrante, energética, mucho más agradable de vivir de lo que pueda parecer, repleta de parques, pequeñas tiendas de barrio, amplias aceras. Pero hay una cara de la que no se habla. Yo la he definido alguna vez como una ciudad en vías de desarrollo, por su plaga de ratas y cucarachas; sus tremendos baches en las carreteras, sus penosos puentes, o el estado lamentable de su suburbano; o por la abundancia de asbestos y plomo en las paredes de sus edificios, mal restaurados.

    En cuanto a la sanidad, la situación en el país americano no es tan cruda como se suele pintar. Casi siempre hay una solución, un programa de ayuda, un lugar donde ser atendido, pero la bancarrota por enfermedad existe con demasiada frecuencia. Los mayores problemas los tiene la clase media y media-baja, cuyos salarios llevan estancados años mientras el coste de la sanidad ha aumentado por encima del 5% anualmente, tres veces la inflación. Los pobres (los que ganan menos de 18.000 euros al año para una familia de cuatro, según la definición federal) tienen cubiertos los costes médicos por el programa Medicaid. Es cierto que siguen siendo pobres, y están esencialmente excluidos del sistema, pero eso ocurre en todas partes.

    A pesar de lo que Hollywood pueda hacer creer, Estados Unidos tiene una de las porosidades sociales más bajas de Occidente. El sueño americano de conseguir medrar en la escala social es más cierto en Europa que en Estados Unidos. El 42% de los hombres que han nacido en el quintil inferior (una de las partes si dividimos la sociedad en tramos de 20% de riqueza) se queda ahí para siempre, frente al 25% de los daneses o suecos y el 30% de los ingleses. En cuanto a la relación que tiene el salario de un individuo con el que tenía su padre, España lo hace mejor que Estados Unidos, que a su vez lo hace peor que Alemania o Francia, todo según la OCDE. Por supuesto, otros países como Noruega, Finlandia, Canadá o Australia superan con creces la porosidad social española.

    A todo esto hay siempre algún dato que contraponer. La misma organización de los países ricos OCDE mide en el Índice de Mejor Vida una serie de variables. España (es cierto que en el peor momento de su historia reciente) no sale bien parada en la comparación con la media de esos países en muchos aspectos (sobre todo empleo, ingresos y número de licenciados), pero aún mantiene fuertes otros puntos clave (esperanza de vida, equilibrio entre vida familiar y laboral, apoyo social). Y recordemos de dónde venimos: somos unos recién llegados al grupo de los países avanzados, y hemos sufrido una tremenda dictadura marcada por la autarquía en sus primeras décadas.

    ¿Y qué hay de la corrupción?

    La clase política española está siendo linchada en el imaginario público colectivo, sin duda con algo de razón. Los chorizos engominados de la trama Gürtel, los sindicalistas andaluces que robaban a los parados, los miembros de la familia real que derivaban el dinero de fundaciones sin ánimo de lucro… Pero nada de esto habría salido a la luz si no hubieran funcionado la Justicia y los medios de comunicación.

    En Estados Unidos la corrupción, entendida como imbricación del poder económico y político, es considerablemente mayor, pero también es legal . No hay ningún problema en que la armamentística Lockheed Martin pague la campaña electoral al congresista que se sienta al frente de la comisión de armamento, por ejemplo. No es ilegal abonar jugosas contribuciones al Comité de Acción Política de la persona que luego determinará a quién se concede uno u otro contrato. La élite financiera despacha de forma de forma continuada con los representantes del pueblo; la famosa Calle K, donde se encuentran los despachos de los grupos de presión, está a tan sólo unos metros del Capitolio, donde se legisla. Los intereses de las pequeñas y medianas empresas, la mayoría en el país, raramente son reflejados en este sistema de influencias.

    Existen miles de variables más a tener en cuenta: en Estados Unidos mueren cada año 10 personas por cada 100.000 habitantes por arma de fuego, frente a las 0,60 españolas. La mortalidad infantil en Estados Unidos está en 5,2 por cada 1.000, frente al 3,5 español. La sanidad española está en el número siete del ranking de mejores sistemas del mundo, frente al lugar 37 de Estados Unidos, según la Organización Mundial de la Salud.

    Aunque he tratado de razonarlo con cifras, quiero dejar claro que esto está escrito desde el corazón, desde la inevitable parcialidad de mis experiencias personales. Considero que vivir fuera es una de las experiencias más gratificantes. Es imprescindible salir cuando se es joven. Y, sin embargo, cuando llega el momento de decidir qué es lo que quieres que tengan tus hijos, los factores más relevantes son siempre los que más se tienen en cuenta: ¿dónde van a tener más probabilidades de crecer sanos y seguros, sin necesidad de pertenecer a la clase media-alta? ¿Dónde van a ser mejor educados, no sólo en lo académico, sino también en lo cívico? En este momento creo que hay pocos lugares mejores en el mundo para ser niño y adolescente que Europa Occidental en general y España en particular. Probablemente volveré a salir, más pronto que tarde, durante algún tiempo. Haré que mis hijos vean mundo. Pero, por el momento, y aún dadas las circunstancias… yo me vuelvo a España.

    FUENTE: Pues yo me vuelvo a España - Noticias de Mundo
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  2. #2
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Yo ya lo he comentado otras veces. España, a pesar de todo, sigue siendo el mejor país del mundo. Uno de nuestros defectos es que nos gusta flagelarnos y poner el acento en lo excepcional y en lo negativo. Y efectivamente esa manía de autocriticarnos tanto se cura viajando y viendo la realidad por uno mismo. Lo de Callejeros Viajeros está muy bien como entretenimiento, pero no es más que un programa de TV. La realidad de otros países hay que vivirla yn es entonces cuando se da cuenta de lo que tiene. Yo que viajo por todo el mundo puedo decir que en nigún país la calidad de vida está tan democratizada como en España. Quizá nos quedemos retrasados en algunos aspectos, pero lo que se avanza, se avanza todos juntos. Y esperemos que sea así en el futuro y que estos neoliberales de mierda que nos gobiernan fracasen en su intento de convertirnos en la China de europa.
    Kontrapoder dio el Víctor.

  3. #3
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Yo creo que el artículo define perfectamente las diferencias existentes entre vivir en un país en el que impera un sistema neoliberal desde hace muchos años, con respecto a otro (como España) en el que solamente lo lleva caminando desde hace bastantes menos años; más concretamente, desde la muerte del Caudillo. Naturalmente que se vive peor siendo de clase media o media-baja en un país como norteamérica. Eso no hace falta que nos lo diga el artículo. Al igual que en España, la clase media y media-baja, vivimos peor ahora que en los tiempos del Caudillo. Aquí, en España, durante el anterior régimen, tuvimos a los ministros falangistas que crearon un sistema magnífico de sanidad estatal, legislaciones increiblemente buenas para los trabajadores, cientos de miles de viviendas sociales para los obreros (como esa que se describe en el artículo, del barrio de Aluche o Carabanchel), escuelas, institutos y universidades para los hijos de los obreros que no tenían que competir con universidades privadas para ricos, porque eran magníficas. La España de Franco era la España de la plena igualdad de oportunidades y, hasta si me apuran... o moleste a algunos oirme decir lo que voy a decir, era la patria del verdadero socialismo. Amén de ser todavía la reserva espiritual de occidente...

    Y si hoy todavía, en España se vive mucho mejor siendo pobre que en Norteamérica (cosa que no me hace albergar la menor duda) no es por obra de las políticas neoliberales seguidas durante el actual régimen masónico-juancarlista, sino de lo mucho y bueno que se construyó durante el tan denostado franquismo bajo un régimen intervencionista en lo económico, todavía católico y muy social gracias a su inspiración falangista. Cuando los yanquis tengan a un hombre como el Caudillo, con todo su poder económico, harían del suyo un país magnífico. Pero se empeñan en tener Obamas, Nixones, Reaganes y Bushecitos... y pintar los símbolos illuminatis hasta el reverso de sus papeles moneda.


    Un saludo
    Última edición por jasarhez; 16/02/2014 a las 11:46
    ALACRAN y raolbo dieron el Víctor.

  4. #4
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Perdone pero eso de que en españa no se hiozo nada hasta que llegaron los falangistas es una distorsión partidista de la historia bastante grosera. Es típico de los revolucionarios pensar que el mundo mejoró cuando llegaron ellos. Pero eso es falso. España siempre fue un país muy igualitario. Ya en los tiempos de los Austrias el país estaba lleno de hidalgos por todas partes. La gente en su gran mayoría era libre y con un poco de esfuerzo y fortuna lograba una posición social más o menos digna: La hidalguía era la clase media. Esto en otros países como Inglaterra, por ejemplo, era más dificil. Aún hoy para ser un tory uno debe rebasar las barreras sociales que separan a las clases de ese país que se tiene por ser el inventor de la democracia moderna.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  5. #5
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Cita Iniciado por Valderrábano Ver mensaje
    Perdone pero eso de que en españa no se hizo nada hasta que llegaron los falangistas es una distorsión partidista de la historia bastante grosera. Es típico de los revolucionarios pensar que el mundo mejoró cuando llegaron ellos. Pero eso es falso. España siempre fue un país muy igualitario. Ya en los tiempos de los Austrias el país estaba lleno de hidalgos por todas partes. La gente en su gran mayoría era libre y con un poco de esfuerzo y fortuna lograba una posición social más o menos digna: La hidalguía era la clase media...
    Pero es que esto que usted dice no contradice en nada a lo que yo he dicho. Recuerde usted que la revolución liberal fué precisamente la que se cargó ese orden tradicional, justo e igualitario al que usted alude. No tengo absolutamente nada que objetarle a su identificación de la hidalguía de los tiempos de los Austrias, con la clase media que se creó de mediados a finales del siglo XX. La monarquía de los Austrias fué magnífica. No puedo decir lo mismo de los Borbones, y mucho menos a partir del triunfo de la rama liberal con Isabelota segunda y compañía. Sí hubo un pequeño paréntesis de prosperidad y justicia, el gobierno de Primo de Rivera. Pero, en seguida llegó la segunda república... Y hubo de esperarse el triunfo del Alzamiento Nacional para que España pudiera conocer de nuevo una época de prosperidad y justicia.

    Una época de prosperidad y de justicia social de la cual aún ahora, a pesar de tantísimas reformas neoliberales, todavía los españoles de a pié seguimos sacándole algunos réditos. Por eso en España todavía, gracias a Dios, vivimos los pobres muchísimo mejor que en Norteamérica (o que en cualquier otro país de economía neoliberal). Es a eso a lo que me refería... Jamás pretendí ser injusto con la historia. Pido perdón si lo ha parecido.

    _________________
    NOTA: Si he hecho alusión a los ministros falangistas (Girón, Arrese... etc) y les he puesto en relación con el conjunto de leyes que trajeron unas buenas dosis de justicia social a nuestras tierras, es porque así ocurrió. Solo hay que echarle un vistacillo al BOE de la época para ver la autoría de las leyes y medidas a las que me refería.


    Un saludo
    Última edición por jasarhez; 16/02/2014 a las 21:23

  6. #6
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Pero es que esto que usted dice no contradice en nada a lo que yo he dicho. Recuerde usted que la revolución liberal fué precisamente la que se cargó ese orden tradicional, justo e igualitario al que usted alude. No tengo absolutamente nada que objetarle a su identificación de la hidalguía de los tiempos de los Austrias, con la clase media que se creó de mediados a finales del siglo XX. La monarquía de los Austrias fué magnífica. No puedo decir lo mismo de los Borbones, y mucho menos a partir del triunfo de la rama liberal con Isabelota segunda y compañía. Sí hubo un pequeño paréntesis de prosperidad y justicia, el gobierno de Primo de Rivera. Pero, en seguida llegó la segunda república... Y hubo de esperarse el triunfo del Alzamiento Nacional para que España pudiera conocer de nuevo una época de prosperidad y justicia.

    Una época de prosperidad y de justicia social de la cual aún ahora, a pesar de tantísimas reformas neoliberales, todavía los españoles de a pié seguimos sacándole algunos réditos. Por eso en España todavía, gracias a Dios, vivimos los pobres muchísimo mejor que en Norteamérica (o que en cualquier otro país de economía neoliberal). Es a eso a lo que me refería... Jamás pretendí ser injusto con la historia. Pido perdón si lo ha parecido.
    Pues al decir esto sí es usted injusto con la Historia. El pueblo* (o sociedad auto-organizada, jerarquizada y emancipada) dejado en 1833 por 1.300 años de ininterrumpida Monarquía católica y social, se ha convertido después de 180 años de Revolución tecnocrática-totalitaria ininterrumpida (en nombre del liberalismo pseudomonárquico-republicano o en nombre del estatismo dictatorial, me es indiferente, pues ambas coadyuvan al mismo objetivo anticristiano y son dos caras de una misma moneda) una disociedad de masas* en una gran parte de la población.

    *Utilizo las palabras contrapuestas de "pueblo" y "masas" en el mismo sentido que las utilizó el Venerable Pío XII.
    Última edición por Martin Ant; 16/02/2014 a las 22:04

  7. #7
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Respecto al artículo, me duele constatar de nuevo, al ver cuáles son los parámetros y criterios con los que se mueve a la hora de valorar y hacer sus juicios, cómo reflejan por desgracia aquella mentalidad racionalista-economicista propia del virus tecnocrático que ha ido invadiendo durante el siglo XX a tantas mentes (generalmente bienintecionadas) que les desnortan completamente, no ya para un juicio correcto sobre el bien común de una comunidad política, sino ya para un juicio acerca de lo que debe considerarse como felicidad subjetiva, y que tanto denunciaron autores tan preclaros como Gustave Thibon, Rafael Gambra, Marcel de Corte, Vallet de Goytisolo, Dietrich von Hildebrand, Pieper y varios otros.

    Está tan extendido y arraigado este tipo de mentalidad que se dedica a hacer sus estimaciones y comparaciones en base a estadísticas, cifras, números, etc..., todo dentro de un marco racionalista completamente divorciado de la realidad social, que resulta casi imposible de extirpar (resulta paradójico que incluso el propio autor del artículo se muestre implícitamente crítico con la dictadura franquista, cuando fue precismante en ella, -como muy bien temió Ángel López-Amo antes de su prematura muerte-, donde más se extendió, a la par de la masificación, este tipo de mentalidad con el que él barniza todo su artículo).

    Verdaderamente, al leer el título del artículo, yo pensaba que lo iba a dedicar a hablar de aquello que podríamos considerar (y perdón por utilizar este término económico, pero lo uso para tratar de hacerme entender lo que quiero decir) como los "intagibles" beneficiosos que no pueden cuantificarse y que hacen mejor la vida en suelo español que en otros países y que, o bien se han conservado por inercia a pesar de 180 años de initerrumpida destrucción social (como el trato social con los compatriotas y paisanos; la conservación de costumbres en la vida municipal y rural; la conservación del espíritu católico en muchas personas y cuerpos sociales, etc...), o bien son propios de nuestra Patria (clima, gastronomía, etc...).
    Última edición por Martin Ant; 16/02/2014 a las 22:03

  8. #8
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    Pues al decir esto sí es usted injusto con la Historia. El pueblo* (o sociedad auto-organizada, jerarquizada y emancipada) dejado en 1833 por 1.300 años de ininterrumpida Monarquía católica y social, se ha convertido después de 180 años de Revolución tecnocrática-totalitaria ininterrumpida (en nombre del liberalismo pseudomonárquico-republicano o en nombre del estatismo dictatorial, me es indiferente, pues ambas coadyuvan al mismo objetivo anticristiano y son dos caras de una misma moneda) una disociedad de masas* en una gran parte de la población.

    *Utilizo las palabras contrapuestas de "pueblo" y "masas" en el mismo sentido que las utilizó el Venerable Pío XII.
    Pero es que, si relee usted con detenimiento lo que he escrito, yo no he mencionado en absoluto la palabra 'PUEBLO'. Ni siquiera he puesto ninguna cita a ese viejo diario ya desaparecido. Y si se fija un poco más, también verá que, precisamente cuando hacía referencia "al triunfo de la rama liberal con Isabelota segunda y compañía", precisamente estaba hablando de esa misma fecha a la que usted ha aludido. Creo que no están tan alejadas sus posiciones de las mías. Pero lo que no me negará es que los Austrias fueron mucho mejores que los Borbones. Con ellos, con los Borbones... cuatro guerras civiles (corríjame si se me ha escapado alguna), dos repúblicas (ambas bananeras), la invasión napoleónica, la pérdida de los territorios ultramarinos, no sé cuantos pronunciamientos militares, etc, etc... En fin, una hecatombe histórica. Y conste que no tengo nada en contra de esos apellidos. Yo no juzgo a nadie por su linaje, sino por los hechos. Solamente estaba haciendo alusión a la historia. Si mañana, Dios lo quiera, llegara al trono un rey Borbón magnífico y tradicionalísimo, bienvenido sea. Pero hasta la fecha, los Borbones en España solo nos han traído guerras, injusticias y miserias. Incluyendo al individuo éste que ocupa actualmente la Zarzuela (por decisión del Caudillo, sí... no hace falta que me lo recuerde, que a mi también me fastidia). ¿En qué he sido 'injusto con la Historia'?.

    Un saludo
    Última edición por jasarhez; 16/02/2014 a las 22:38

  9. #9
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    como muy bien temió Ángel López-Amo .
    Angel Lopez Amo : que en plena "dictadura franquista" no titubeó osar en en presentarse y ganar el premio Francisco Franco de Literatura (ensayo) de 1952, con el "Poder Político y la libertad. La Monarquía de la reforma social". No sabemos lo que le dirían los legitimistas de la gloriosísima causa por esa su tan feísima acción de connivencia hacia el horripilante monstruo del averno.
    A continuación nos responderá el sr. Martin Ant dando la versión correcta del abominable suceso.
    jasarhez y raolbo dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  10. #10
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Pues Jasarhez. Me temo que tenemos dos conceptos diametralmente opuestos de lo que entendemos como el bien común de una comunidad política.

    Si una persona cree que con decir, por ejemplo, la famosa coletilla "Franco puso al Estado español entre las diez primeras potencias industriales" ya está dicho todo, es que no ha entendido nada acerca de todo el problema subyacente a la Revolución en la destrucción (o intento continuado de destrucción) de la comunidad política española o pueblo español.

    Fíjese lo que le voy a decir y soy perfectamente consciente (a la luz de lo que he leído en su edición de las obras completas): me atrevo a decir (y no tengo inconveniente en desarrollarlo en otro hilo si fuere necesario) que Jose Antonio Primo de Rivera, de haber vivido durante la dictadura, se habría HORRORIZADO de lo dejado por Franco, socialmente hablando.

    Ya le digo, Jasarhez, que me temo que tenemos dos visiones diametralmente contradictorias sobre lo que verdaderamente significa el bien común. Le recomiendo la lectura de libro de Rafael Gambra publicado en 1968 "El silencio de Dios", donde hace una radiografía de-mo-le-do-ra de la "sociedad" española existente en aquel momento (en pleno franquismo).

    Y, por supuesto, la política de la dictadura de Franco es una parodia de la política de la Monarquía Tradicional Hispánica (me refiero, claro está, a lo anterior a 1833, porque lo que vino después de "monarquía" tiene lo que yo de mahometano).

  11. #11
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    ...me refiero, claro está, a lo anterior a 1833, porque lo que vino después de "monarquía" tiene lo que yo de mahometano[/B].
    Yo no he dicho en ningún momento que usted y yo compartamos la misma visión de lo que debería de entenderse por bien común. Solamente he dicho que España durante el franquismo vivió una época de paz y justicia social tan grandes y duraderas, que aún estamos siendo beneficiados por sus réditos. Y que por eso en España se podía decir todavía que una persona de clase media vivía muchísimo mejor que un homólogo suyo en Norteamérica. Ahora bien, como usted mismo ha podido comprobar (y eso es lo que yo le decía), usted y yo compartimos lo que he destacado en la cita de su anterior mensaje. Compartimos ambos que lo que vino después de 1833... de monarquía tradicional tuvo lo que usted y yo tenemos de mahometanos o de budistas. Es precisamente a eso a lo que yo me refería, y no tengo ningún empacho en incluir también en ese cómputo a los casi cuarenta años de franquismo, a pesar de que a D.Angel Lopez Amo le otorgaran por aquellas épocas el Premio Francisco Franco. Quizás sean algunas 'contradicciones' que nos presenta la vida.

    La monarquía tradicional en España desapareció por completo, al menos hasta el momento, a partir de esa fecha en la que usted y yo, como ve, coincidimos. Creo que no nos habíamos entendido... Pero es que, mucho me temo que, estábamos hablando de dos cosas bien distintas.

    Un saludo
    Última edición por jasarhez; 17/02/2014 a las 00:00

  12. #12
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Yo no he dicho en ningún momento que usted y yo compartamos la misma visión de lo que debería de entenderse por bien común. Solamente he dicho que España durante el franquismo vivió una época de paz y justicia social tan grandes y duraderas, que aún estamos siendo beneficiados por sus réditos. Y que por eso en España se podía decir todavía que una persona de clase media vivía muchísimo mejor que un homólogo suyo en Norteamérica
    No. Lo que yo quiero decir es que la política llevada a cabo durante el franquismo fue OBJETIVAMENTE MALA. Y que, por lo tanto, para poder realizar una auténtica regeneración-restauración social de la comunidad política española debería hacerse una política diametralmente distinta a la realizada durante aquella dictadura.

    Franco sólo fue el instrumento o herramienta de los organismos masónicos mundiales para la implantación en suelo español de las exactamente las mismas políticas tecnocrácticas-planificadoras que paralelamente se estaban realizando en el resto de países del entorno occidental, bajo la común dirección del Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (integrado en el Banco Mundial).

    ¿Cree usted que todas estas críticas a las políticas tecnocráticas en materia económico-social son gratuitas e injustificadas? ¿Cree usted que no son más que una pura opinión personal mía carente de justificación en la realidad? ¿Cree usted que todas las brillantes plumas que criticaron esto mismo que yo crítico en la década de los ´60 y ´70 en torno a la revista Verbo y la Ciudad Católica estaban injustificadas y no eran más que unos "antifranquistas" irracionales? ¿Cree usted que estaban equivocados todos los autores franceses de la Cité Catholique que criticaban esas mismas políticas tecnocráticas del franquismo que se aplicaban también de manera calcada en Francia durante la misma época? ¿Cree uste que se equivocaban Dietrich von Hildebrand o Josef Pieper cuando realizaban la misma denuncia de esas mismas políticas en Estados Unidos y Alemania respectivamente? ¿Cree usted que se equivocaban los italianos católicos tradicionales que criticaban la misma política que estaba implantando la democracia cristiana (es decir, el paralelo de la dictadura franquista) en Italia? ¿Cree usted que estaban equivocados C. H. Douglas y sus discípulos del Crédito Social cuando también denunciaban públicamente todas esas mismas políticas que el Partido Laborista estaba desarrollando e implantando en la isla británica en la misma época?

    Desde luego que tenemos dos visiones contradictorias de lo que significa el bien común, si usted considera que todas esas políticas paralelamente implantadas en los países occidentales bajo la común dirección de los Organismos Mundiales masónico-financieros (en el caso español, implantadas por los tecnócratas democristianos a partir del gobierno del ´57) constituyen una genuina política favorecedora del bien común.

    Posdata. No entiendo a qué viene esto de arrojarme en cara el libro de Ángel López-Amo "El poder político y la libertad (La Monarquía de la reforma social)" ¡Narices! Si precisamente le llevo insistiendo a usted desde hace varios días la lectura del último capítulo conclusivo de este libro de im-pres-cin-di-ble lectura, y que yo le transcribí precisamente para usted personalmente hace varios días, como intento de hacerle entender dónde radica realmente la verdadera y auténtica regeneración-restauración social española.
    Última edición por Martin Ant; 17/02/2014 a las 13:00

  13. #13
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    La clave es la desigualdad en la distribución real de la riqueza. Desigualdad que viene generada, principalmente, por la existencia de un sistema de economía neoliberal. La nación puede ser rica, pero sus subditos medios encontrarse entre los más pobres de la tierra. La India es uno de los países más ricos del planeta. ¿Pero, para qué les sirve a sus habitantes tantísima riqueza?. En cambio, la España de Franco, que no era tan rica como los Estados Unidos o la India, sí logró asegurar para todo el mundo educación de calidad gratuíta, uno de los mejores sistemas sanitarios del planeta (eso es algo que hoy ya nadie niega, cuando se está a las puertas de su demolición), trabajo asegurado de por vida para todos, buenas leyes laborales, pagas extras, vacaciones pagadas de un mes de duración OBLIGATORIAS, jubilación, montepíos, seguro de enfermedad, mutuas patronales en caso de accidentes laborales, viviendas sociales para los trabajadores, centros vacacionales estatales, etc, etc...

    Algunos me argumentarán que algunas de esas cosas, y quizás otras, en otros países europeos se lograron por otros medios. Y yo no voy a negárselo en ningún momento. Pero aquí, en nuestra España, solamente fué el franquismo quien nos legó todo ésto. Y posteriormente, con el régimen masónico-juancarlista, se fué consumiendo lentamente, reforma tras reforma, demolición tras demolición de nuestras industrias nacionales, traición tras traición... Y no pararán hasta no terminar con masacrar completamente y proletarizar de forma paupérrima a ese otro gran logro del tan denostado régimen franquista: la clase media. La clase media española es lo último que les queda por derribar a esta pandilla de sinvergüenzas...

    Y ahora voy a publicar aquí un extracto de un artículo publicado en internet que también sabe ser muy crítico con el régimen franquista: Las dos caras del franquismo - Rankia

    Es este tipo de mentalidad tecnocrática a la que yo me refería. Ésta es la forma de "razonar" típica de estas personas. Lo más irónico de todo es que incluso el propio Jasarhez podría darme la razón cuando yo considero que los datos aportados por el autor peronista del artículo no son concluyentes de nada a la hora de enjuiciar el bien común de la comunidad política. Me basta con poner el ejemplo, para hacerme entender, de las loas lanzadas bienintencionadamente (aunque denortadamente) por el historiador Pío Moa a la gestión económica-social de Aznar. Pío Moa dice, con toda razón, que fue una época de bonanza, los negocios prosperaban, la caja de la Seguridad Social estaba en superávit, el dinero corría a espuertas, etc, etc. Sin embargo, el amigo Jasarhez y un servidor estaremos de acuerdo en replicarle a Don Pío Moa que todo eso no es indicador o criterio suficiente de una mejora en el bien común de la comunidad política, pues Pío Moa no tiene en cuenta el coste o precio social que se ha tenido que pagar para la consecución de esos objetivos o, dicho con otras palabras, que el fin (por muy loables que sean) no justifica los medios empleados, pues éstos últimos pueden pesar muchísimo más (en forma perjudicial) en la balanza del bien común que los objetivos o fines buenos logrados.

    ¡PUES BIEN! Mutatis mutandis, esto es exactamente lo que ocurre con el franquismo y eso lo que trato de hacer entender, y que no comparte o no quiere compartir Jasarhez. ¿Cree usted, Jasarhez, que todas esas leyes de protección o cubierta de los diferentes aspectos sociales elevadas a nivel estatalista-totalitario justificaban la destrucción del Plan de la Obra Nacional Corportativa elaborada al principio de la guerra por la Comunión legitimista y que englobaba la friolera de medio millón de socios repartidos en sus diferentes y autárquicas comunidades y sociedades independientes y protegidas de la invasión del Estado? ¿Considera usted de justicia social o de bien común la destrucción y/o absorción en nombre del "interés general" (excusa espuria y voluntarista de todo totalitarismo) de toda esa red de sociedades de seguridad, mutualidades, montes píos, sociedades de socorros, etc., etc., etc.., creadas como escudo durante la etapa del liberalismo isabelino-alfonsino totalitario, no sólo por los legitimistas sociales españoles, sino también por las asociaciones católicas vinculadas a la Iglesia (acción católica, jornadas de acción social, etc...)? Recomiendo la lectura de la crítica lanzada por Jose María Arauz de Robles en este espinoso asunto.

    Y si descendemos al terreno industrial (con Franco se realizó al mismo tiempo la Revolución Industrial y la Planificación que en los demás países del entorno occidental se desarrollaron en dos etapas distintas, pero siempre dentro de las mismas directrices de los Organismos Mundialistas), encontramos las mismas críticas lanzadas por los católicos tradicionales-sociales españoles que en el resto de los países occidentales donde se implantaron. Se me ocurren tantas críticas que no si no por donde empezar, y es que realmente resulta difícil hacer entender el carácter destructivo del bien común de estas políticas (anti)económico-sociales. Y es que la mentalidad tecnocrática siempre vé el beneficio inmediato parcial que supone la toma de una medida, pero no vé o es incapaz de ver los efectos colaterales desastrosos que esa medida tiene en relación a los beneficios esperados. Como decía Juan Vallet de Goytisolo, una persona dominada por la ideología tecnocrática (la peor de todas las ideologías anticristianas jamás concebidas) toma una decisión que beneficia a un sector de la población mientras al mismo tiempo perjudica a otro sector o a la mayoría, o toma una medida que beneficia provisionalmente a la mayoría de una generación, pero perjudica a todos los de la generación siguiente, y así se podrían dar más ejemplos de decisiones parciales propias de las "mentes privilegiadas" de lo tecnócratas.

    Un tecnócrata te dirá, por ejemplo, que la producción de huevos se ha disparado hasta límites insospechados, y a esto C. H. Douglas contestaba que él no quería comer un huevo que se hubiera producido en un fábrica por gallinas sin ver la luz y apelotonadas y alimentadas de pienso artificial dentro de una fábrica (pero claro esta es la letra pequeña del contrato que un ténocrata no te dirá porque no salen en las estadísticas ni en los números que tanto les gustan y se vuelven locos por ellas). O, por poner un ejemplo más característico del típico franquista, la macroconstrucción de un macropantano, que recibiría los correpondientes elogios del tecnocráta, pero a lo que Chesterton contestaría denunciando, no ya sólo el impacto medioambiental que perjudica a la larga al bien común de la comunidad, sino a la forma centralista-totalitaria con la que se controlan, por medio de estas macroconstrucciones, el agua y la electricidad de la comunidad política y, que, por supuesto, el tecnócrata de turno decidirá que cantidad se podrá utilizar y cuándo, por decisión propia, podrá cortarse el suministro centralizado totalitariamente del agua y de la electricidad. Otro ejemplo, que he comprobado personalmente en los campos de Sevilla, en donde en los años ´60 se realizó una política de subvenciones para favorecerer el arranque de los ólivos centenarios y su sustitución por cultivo de trigo porque así lo exigía la política tecnocrática del aumento de la producción de trigo para la exportación en esa coyuntura temporal: ¿un tecnócrata valorará el impacto que tiene destruir hectáreas y hectáreas de olivar centanario que han costado siglos y siglos crear, sólo porque, según el tecnócrata, la coyuntura temporal del momento así lo exigía? Mi profesor de Estadística Financiera en la Universidad nos ponía el ejemplo también de cómo la pobre población española tenía que reaccionar a las políticas de los tecnócratas: en la primera mitad de los ´70, en plena crisis internacional económica, los tecnócratas sacaban pecho de que en suelo español no había inflación del precio del pan, porque habían impuesto la obligatoriedad de un precio fijo; ahora bien, para que los panaderos pudieran sobrevivir en su negocio frente a esta medida estúpida y desnortada, iban poco a poco, para poder cubrir costes, reduciendo sin que se notara la longitud de la barra de pan. Pero claro este tipo de inflación no nos la van a contar los tecnócratas franquistas porque, como es imposible de cuantificar en su impacto social, no salen en las estadísticas que tanto les gusta agitar a los cuatro vientos (por supuesto, esto de la barra de pan, extiéndase a otros muchísimos ejemplo de otras mercancías-servicios, como por ejemplo, el asunto de los arrendamientos que tanto estudió Juan Vallet de Goytisolo). Otro ejemplo: el de las viviendas, donde las planificaciones urbanas controladoras totalitarias de los edificios-colmena, así como la corrupción en las promociones, estaban al orden del día (otro caso muy bien estudiado por Juan Vallet), algo que no ha cambiado, por desgracia, en el actual régimen juancarlista (aún cuando se han construido muchísimas más VPOs en el actual régimen que en el anterior, pero que, como digo y recalco, esto, por supuesto, no es en sí, como los tecnocrátas tanto pregonan, un criterio del bien común).

    En fin, para no alargar más los ejemplos (que sólo pongo a título de muestra y que podrían ser objeto de un mayor desarrollo ulterior). Lo que quiero señalar son dos cosas: 1. Que estas políticas (implantadas tanto en territorio español por el franquismo y su heredero el juancarlismo) no sólo no contribuyen al bien común verdadero, sino que más bien lo destruyen, y que una política genuninamente restauradora del bien común social, esto es, una verdadera restauración social de la comunidad política española, pasa necesariamente por políticas que sean diametralmente opuestas al tecnocratismo franquista-juancarlista. 2. Que los posibles benefecios pasajeros y temporales que la implantación de las susodichas políticas pudieran haber hecho en los españoles -y que no compensan, por supuesto, el fundamental y nuclear desarrollo destructivo de dichas políticas- no pueden ni siquiera achacarse de manera causal a esas políticas (lo que a su vez redundaría, por inclusión, en un juicio positivo del régimen en donde cronológicamente se implantaron) ya que también pueden explicarse perfectamente como un puro efecto accidental, puntual y coyuntural de esas mismas políticas fundamentalmente malas (y sobre esto he escrito también riadas de párrafos en otros hilos en el subforo de Economía para a quién le interese).
    Última edición por Martin Ant; 17/02/2014 a las 15:20

  14. #14
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Mire... eso de que Franco fué herramienta de los organismos masónicos mundiales, no se lo cree ni usted... Franco aplicó la Doctrina Social de la Iglesia. Una doctrina que nunca antes (y resalto esto que digo: NUNCA ANTES EN NUESTRA HISTORIA!) fué puesta al servicio de nuestros compatriotas desde las autoridades gubernativas, ni con las monarquías ni con las repúblicas...
    ¿De verdad que no lo fue, Jasarhez? ¿De verdad que no? O sea, que según usted, mientras que los demás países del entorno occidental que implantaron las políticas tecnócraticas-totalitarias del FMI y de Banco Mundial contrarias a la doctrina social de la Iglesia sí que fueron títeres de esos organismos, resulta que, por el contrario, por un especie de "milagro" destructivo del principio de no contradicción, Franco y su dictadura no fueron instrumentos de esos organismos al implantar en suelo español las mismas políticas destructivas tecnocráticas totalitarias (creo que ya comenté en su día el análisis minucioso que Ramón Tamames hizo de la primera de las Planificaciones de Desarrollo (la de 1964-1967) reflejando la sorprendente similitud con la de Francia del General De Gaulle, al tiempo que señalaba también que el previo Plan de Estabilización de 1959 se había elaborado a instancias de los informes del FMI; en fin, ¿para qué insistir frente a la evidencia?)

    Porque gracias a todas aquellas conquistas sociales, que no vinieron de la mano del marxismo ni de la revolución, ni del NOM, como dicen algunos desagradecidos... sino de la aplicación y desarrollo del Fuero del Trabajo, los españoles pudimos conocer, quizás por primera vez en nuestra más reciente historia, la justicia... la justicia social, para más señas. Porque fué precisamente una ley de 1939 gracias a la cual se anexionaron inseparablemente una doctrina social nacida también de la Rerum Novarum, del Papa León XIII, la doctrina social de la iglesia con los más firmes ideales de los españoles y de todos los pueblos de la tierra.

    Y tuvo que ser precisamente en España ...por gracia de Dios, aquí en nuestra patria y no en la Conchinchina, gracias a las políticas de un régimen nacido al albor de un cristianismo impenitente, dónde se llevaran a cabo, POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA, una de las 'instrucciones' más importantes, que siempre (repito: SIEMPRE) hasta ese momento fueron sistemáticamente incumplidas.

    Porque la doctrina social, nadie me negará que ha sido siempre una de las doctrinas más incumplidas por todas nuestras clases políticas. Y digo ésto para vergüenza de aquellos que se decían católicos y que estuvieron gobernando España con más o menos acierto, pero con mucha injusticia en lo que a lo social respecta... hasta que llegó aquél magnífico general gallego del que hoy casi todo el mundo reniega.

    Eso de que se implantó por primera vez en la Historia española los principios de la doctrina social de la Iglesia en suelo español,..., eso, digo, que sí que no se lo cree ni usted: toda la red gremial, foral, de cuerpos sociales naturales indepedientes y limitadores del poder político, las tierras comunales y de propios, las propiedades sociales de la Iglesia católica patrocinadas por el poder político, etc, etc, etc... durante los 1300 años de la Monarquía Tradicional Hispánica destruyen completamente esa absurda afirmación suya.

    Y respecto a que en el régimen franquista se implantó verdaderamente esa doctrina social, repito la pregunta que le hice antes ¿cree usted que estaban realmente equivocados todas esas brillantes plumas, tanto españolas como extranjeras, que criticaban esa política tecnocrática como contraria a la genuina aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia? ¿Es que piensa usted que los de la revista Verbo, por poner un ejemplo, eran medio tontos que no se daban cuenta de lo que estaba pasando delante de sus narices en las décadas de los ´60 y `70? ¿Quiere usted también que le transcriba las pastorales de algunos obispos valientes preconciliares que se atrevían a denunciar públicamente aspectos de esa destrucción de la comunidad política española llevada a cabo por Franco, su dictadura y sus tecnócratas?

  15. #15
    jasarhez está desconectado Proscrito
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    NOTA: Este mensaje fué inserto en el hilo un poco más arriba y, por error exclusivamente mío, ha sido borrado y lo he tenido que colgar aquí abajo. Quizás por eso no se puedan apreciar correctamente cuales han sido las respuestas que el señor Martin Ant le había realizado al mismo. Pido disculpas por mi torpeza..





    Extraigo del artículo que viene enlazado en el que nos sirve de cabecera a este hilo, abierto por mi estimado Kontra, este otro artículo, del cual voy a destacar estas palabras que me parecen clave para entender el por qué los norteamericanos, el norteamericano medio, es mucho más pobre que un homónimo suyo de cualquier país europeo (incluída España).


    Y hay gente que cree, equivocadamente, que los estadounidenses son más ricos que los ciudadanos del Viejo Continente, y por ello se declara admiradora de su sistema político-económico. Sin embargo, su creencia se asienta sobre cálculos falsos. En realidad, Estados Unidos tiene más ricos y sus ricos lo son más, pero el ciudadano medio es más pobre que el europeo.

    El error de percepción proviene de la imagen que se proyecta, pero también del uso de indicadores imprecisos, como el PIB per cápita, una mala medida en tanto que es temporal, pues dura tan sólo un año. Además, enmascara las distorsiones de las desigualdades de distribución de la renta, algo clave en Estados Unidos, donde el 10% más opulento posee el 75% de la riqueza total, según un estudio del Congreso.

    Si eliminamos el efecto distorsionador de la élite estadounidense, la mayoría de los norteamericanos es un 20% más pobre que la mayoría de los europeos. Dicho de otra forma: es mejor nacer en Europa, puesto que es mucho más probable uno lo haga en el 90% de los de abajo que en el 10% de los privilegiados.

    Los europeos (incluso los españoles) son más ricos que los estadounidenses - Noticias de Mundo
    La clave es la desigualdad en la distribución real de la riqueza. Desigualdad que viene generada, principalmente, por la existencia de un sistema de economía neoliberal. La nación puede ser rica, pero sus subditos medios encontrarse entre los más pobres de la tierra. La India es uno de los países más ricos del planeta. ¿Pero, para qué les sirve a sus habitantes tantísima riqueza?. En cambio, la España de Franco, que no era tan rica como los Estados Unidos o la India, sí logró asegurar para todo el mundo educación de calidad gratuíta, uno de los mejores sistemas sanitarios del planeta (eso es algo que hoy ya nadie niega, cuando se está a las puertas de su demolición), trabajo asegurado de por vida para todos, buenas leyes laborales, pagas extras, vacaciones pagadas de un mes de duración OBLIGATORIAS, jubilación, montepíos, seguro de enfermedad, mutuas patronales en caso de accidentes laborales, viviendas sociales para los trabajadores, centros vacacionales estatales, etc, etc...

    Algunos me argumentarán que algunas de esas cosas, y quizás otras, en otros países europeos se lograron por otros medios. Y yo no voy a negárselo en ningún momento. Pero aquí, en nuestra España, solamente fué el franquismo quien nos legó todo ésto. Y posteriormente, con el régimen masónico-juancarlista, se fué consumiendo lentamente, reforma tras reforma, demolición tras demolición de nuestras industrias nacionales, traición tras traición... Y no pararán hasta no terminar con masacrar completamente y proletarizar de forma paupérrima a ese otro gran logro del tan denostado régimen franquista: la clase media. La clase media española es lo último que les queda por derribar a esta pandilla de sinvergüenzas...

    Y ahora voy a publicar aquí un extracto de un artículo publicado en internet que también sabe ser muy crítico con el régimen franquista: Las dos caras del franquismo - Rankia

    (.../...)

    ...A raíz de lo que os comento, he investigado en los libracos de leyes y esto que sigue es lo que he encontrado en cuanto a logros sociales.

 ¿Queréis saber quiénes fueron socialistas y sociales de verdad?



 Pues estas son las leyes franquistas del Fuero del Trabajo. En plena Guerra Civil, el 9 de marzo de 1938, Franco dicta la Ley del Fuero del Trabajo, en beneficio de los trabajadores.

    En base a esta ley fundamental, se aprueban las siguientes leyes:
    



    • 1 de septiembre de 1939. Ley del subsidio familiar.
    • 
23 de septiembre de 1939. Ley del subsidio de vejez.
    • 
13 de julio de 1940. Ley del descanso dominical y días festivos.
    • 
25 de noviembre de 1942. Ley de patrimonios familiares.
    • 
14 de diciembre de 1942. Ley del seguro obligatorio de enfermedad. 


Para dar cobertura a esta ley, solamente en esos años, ya se construyó toda una red hospitalaria dependiente de la Seguridad Social:

    • Residencias hospitalarias, 292.
    • Ambulatorios, 500.
    • Consultorios, 425.
    • Residencias concertadas, 96.

    Pero seguimos avanzando en el tiempo...

    • 26 de enero de 1944. Contrato de trabajo, vacaciones retribuidas, disfrute de la maternidad para las mujeres trabajadoras y garantías sindicales.

    • 19 de noviembre de 1944. Paga extraordinaria de Navidad (persiste, pero se silencia quien la creó).
    • 18 de julio de 1947. Paga extraordinaria del 18 de julio. También persiste en la actualidad, aunque se ha trasladado de fecha haciéndola coincidir en junio con la onomástica del Rey, para no recordar a su creador ni herir susceptibilidades.
    • 
14 de junio de 1950. Reforma del I. N. P., para garantizar una mejor cobertura en la acción protectora.
    • 
22 de junio de 1956. Legislación de accidentes de trabajo.
    • 
24 de abril de 1958. Legislación de convenios colectivos.
    • 
23 de abril de 1959. Legislación de mutualidades agrarias. En estas leyes se encuadraron más de dos millones de trabajadores del campo, tanto por cuenta ajena como propia.
    • 
2 de abril de 1961. Ley del seguro de desempleo.
    • 
14 de junio de 1962. Legislación de ayudas a la ancianidad.
    • 
28 de diciembre de 1963. Ley de bases de la Seguridad Social.
    • 
31 de mayo de 1966. Ley de Régimen Especial Agrario.
    • 
2 de octubre de 1969. Ordenanza General del Campo, donde se establece la jornada laboral de 8 horas.
    • 
20 de agosto de 1970. Mutualidad de Autónomos Agrícolas.
    • 
23 de diciembre de 1970. Ley de Empleo Comunitario.

    _______________________________
    Por tanto, ya desde el 20 de noviembre de 1975, fecha en que murió Franco, todos los trabajadores españoles tenían absolutamente cubiertas por el Estado nacido del 18 de julio de 1936 todas las contingencias siguientes:

    • Seguro de Desempleo.
    • Subsidio de Vejez.
    • Invalidez permanente total.
    • Invalidez absoluta.
    • Gran invalidez.
    • Discapacitados y disminuidos.
    • Subsidio de ancianidad.
    • Enfermedad común no laboral.
    • Accidente común no laboral.
    • Subsidio familiar.
    • Protección a las familias numerosas.
    • Asistencia farmacéutica.
    • Asistencia médica.
    • Asistencia hospitalaria.
    • Vacaciones retribuidas.
    • Descanso Dominical y en días festivos.
    • Paga extraordinaria de Navidad.
    • Paga extraordinaria del 18 de julio.
    • Pagas sobre beneficios.
    • Convenios laborales.
    • Representación sindical.
    • Jurados de empresa.
    • Representación en los consejos de administración de las empresas.

 . - De las leyes sociales franquistas a los sindicatos parásitos de la democracia


    ¿Qué otro régimen político de similares características ha dotado a sus compatriotas de semejantes conquistas sociales?. Perón en Argentina, y pocos más. Desde luego, jamás lo consiguieron (porque ni siquiera lo intentaron) personajes como Pinochet, en Chile, que solamente se dejó guiar por las doctrinas económicas neoliberales de Milton Friedman, mientras que en lo político sí aprendieron a utilizar perfectamente los sanguinarios métodos de represión y tortura de la CIA.
    Gracias a este regalo del Cielo, que significó el tan denostado franquismo, aún en la España de hoy en día, se pueden escribir artículos como éstos, argumentándose con toda razón, que aquí todavía vivimos muchísimo mejor que en Norteamérica.

    ____________________________
    Por otra parte, y en respuesta a la cordial contestación de Martin Ant:

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    ...Franco sólo fue el instrumento o herramienta de los organismos masónicos mundiales para la implantación en suelo español de las exactamente las mismas políticas tecnocrácticas-planificadoras que paralelamente se estaban realizando en el resto de países del entorno occidental, bajo la común dirección del Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (integrado en el Banco Mundial).

    ¿Cree usted que todas estas críticas a las políticas tecnocráticas en materia económico-social son gratuitas e injustificadas? ¿Cree usted que no son más que una pura opinión personal mía carente de justificación en la realidad? ¿Cree usted que todas las brillantes plumas que criticaron esto mismo que yo crítico en la década de los ´60 y ´70 en torno a la revista Verbo y la Ciudad Católica estaban injustificadas y no eran más que unos "antifranquistas" irracionales? ¿Cree usted que estaban equivocados todos los autores franceses de la Cité Catholique que criticaban esas mismas políticas tecnocráticas del franquismo que se aplicaban también de manera calcada en Francia durante la misma época? ¿Cree uste que se equivocaban Dietrich von Hildebrand o Josef Pieper cuando realizaban la misma denuncia de esas mismas políticas en Estados Unidos y Alemania respectivamente? ¿Cree usted que se equivocaban los italianos católicos tradicionales que criticaban la misma política que estaba implantando la democracia cristiana (es decir, el paralelo de la dictadura franquista) en Italia? ¿Cree usted que estaban equivocados C. H. Douglas y sus discípulos del Crédito Social cuando también denunciaban públicamente todas esas mismas políticas que el Partido Laborista estaba desarrollando e implantando en la isla británica en la misma época?
    Mire... eso de que Franco fué herramienta de los organismos masónicos mundiales, no se lo cree ni usted... Franco aplicó la Doctrina Social de la Iglesia. Una doctrina que nunca antes (y resalto esto que digo: NUNCA ANTES EN NUESTRA HISTORIA!) fué puesta al servicio de nuestros compatriotas desde las autoridades gubernativas, ni con las monarquías ni con las repúblicas...

    Porque gracias a todas aquellas conquistas sociales, que no vinieron de la mano del marxismo ni de la revolución, ni del NOM, como dicen algunos desagradecidos... sino de la aplicación y desarrollo del Fuero del Trabajo, los españoles pudimos conocer, quizás por primera vez en nuestra más reciente historia, la justicia... la justicia social, para más señas. Porque fué precisamente una ley de 1939 gracias a la cual se anexionaron inseparablemente una doctrina social nacida también de la Rerum Novarum, del Papa León XIII, la doctrina social de la iglesia con los más firmes ideales de los españoles y de todos los pueblos de la tierra.

    Y tuvo que ser precisamente en España ...por gracia de Dios, aquí en nuestra patria y no en la Conchinchina, gracias a las políticas de un régimen nacido al albor de un cristianismo impenitente, dónde se llevaran a cabo, POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA, una de las 'instrucciones' más importantes, que siempre (repito: SIEMPRE) hasta ese momento fueron sistemáticamente incumplidas.

    Porque la doctrina social, nadie me negará que ha sido siempre una de las doctrinas más incumplidas por todas nuestras clases políticas. Y digo ésto para vergüenza de aquellos que se decían católicos y que estuvieron gobernando España con más o menos acierto, pero con mucha injusticia en lo que a lo social respecta... hasta que llegó aquél magnífico general gallego del que hoy casi todo el mundo reniega.


    ______________
    Pero, mucho me temo que, lamentablemente, pasados unos pocos años más de política neoliberal como la que venimos padeciendo... terminaremos, no ya como en Norteamérica... sino como en Marruecos (donde, por cierto, también siguen un asqueroso sistema liberal en su basura de economía).

    Y sí, estimado Martin Ant, sí que me creo que están equivocados C. H. Douglas y sus discípulos del Crédito Social, entre otras cosas porque, por mucho que me he leído con esmero todos los artículos de este economista del que usted ha pegado aquí, tan amablemente, tantos y tantos artículos, jamás sus tesis han podido convencerme. Lo siento, señor Martin Ant, ya se lo he dicho en otras ocasiones, pero tengo que repetirle que no me gusta el Crédito Social, ni C.H. Douglas, porque creo en la dignidad del trabajo y no quiero un país repleto de vagos cobrando subsidios.

    Un saludo
    Última edición por jasarhez; 17/02/2014 a las 16:09
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  16. #16
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Estimado señor Martin Ant, créame que le tengo en gran estima y que admiro mucho sus esfuerzos (se lo digo de corazón). Pero, no vaya usted a compararme la etapa de Aznar con el franquismo. Naturalmente que la etapa de Aznar fue una época de bonanza, los negocios prosperaban, la caja de la Seguridad Social estaba en superávit, el dinero corría a espuertas, etc, etc. Pero, como usted bien dice, 'todo eso no es indicador o criterio suficiente de una mejora en el bien común de la comunidad política'. Naturalmente que no lo es... Naturalmente que Pío Moa no ha tenido en cuenta el precio social que se ha tenido que pagar para la consecución de todos esos objetivos. Pero es que durante el franquismo, toda conquista social estaba fuertemente asentada en la realidad de una economía que no dependía de los créditos ni del ladrillo. En aquella época había industria y España era la décima potencia industrial del planeta. Mientras que en la época de Aznar, solo se consiguió vivir con aquella falsa holgura hipotencando el futuro de nuestros hijos. Se aplicó el modelo neoliberal que años antes se había aplicado en el Chile de Pinochet, o muy parecido... Y ese modelo no sirve para construir el futuro. Veamos qué ocurrió en la época de Aznar: España venía de una gran crisis económica generada por la destrucción de su tejido industrial a consecuencia de las políticas de los gobiernos de Felipe González y los mandatos de la Comunidad Económica Europea. España estaba absolutamente desindustrializada y sus mejores empresas o bien, habían sido cerradas o vendidas a capital extranjero. Y en eso llega Aznar y comienza a crear una burbuja económica basada en los créditos y el ladrillo. Y claro... la economía florecía. Pero florecía de la misma manera que si yo le digo a mi mujer: María, voy a dejar el trabajo y vamos a pedir un crédito. Y durante los próximos años vamos a dedicarnos a gastarnos el dinero que hemos pedido. Y concluído el crédito, pedimos otro.. y otro. Ninguno de los dos trabajamos y comemos y cenamos en los mejores restaurantes... ¡Todo magnífico!. Años más tarde será nuestro hijo quien pague nuestros excesos y todas sus consecuencias.

    Pero durante el franquismo jamás se hizo eso. Durante el franquismo no se producía ningún avance social sin que éste estuviera correctamente asentado en un avance real de nuestra economía. Y tampoco, como bien decía Franco en uno de sus discursos, jamás se obtuvo ningún avance en el terreno económico sin que éste se viera reflejado en alguna conquista social que el pueblo quería. Y esta es la diferencia... De modo que no me compare usted a los gobiernos de Aznar con los del Caudillo.

    Y ya para terminar, que tampoco tengo tiempo en este momento de extenderme demasiado, he leído en su escrito que habla usted algo de las presas y pantanos construidos durante el franquismo y ha hecho una aparente alusión a lo que diría Chesterton. Pues bien, le voy a decir que no estoy de acuerdo. No me hable de impactos medioambientales 'que perjudican a la larga al bien común de la comunidad', ni tampoco me hable de 'la forma centralista-totalitaria con la que se controlan estos recursos'. Hablemos mejor de los millones de hectáreas que pudieron ser convertidas en productivas gracias a estas ingentes obras hidráulicas, hablemos de la energía eléctrica producida sin depender del petroleo ni del carbón, y hablemos de lo que sería Madrid (y otras ciudades) hoy en día si Franco no se hubiera decidido a construir pantanos a diestro y siniestro. Estaríamos sacando agua de los pozos privados, y pagándola a precio de oro, para mayor negocio de los bancos y compañía.

    Y no me critique usted a la Seguridad Social nacida del franquismo. Muchas familias como la mía, hijos de obreros, pudimos tener una vida digna gracias a todas esas medidas... Me parece un acto de irresponsabilidad y desagradecimiento hablar mal de todas esas conquistas que nos regaló (y resalto la palabra 'REGALÓ') el franquismo. Y muchas de las actuales familias en las que todos sus miembros están en paro, están consiguiendo vivir bajo techo y no morirse de hambre, gracias a las pensiones que aún cobran los abuelos. Esos abuelos y esas pensiones que fueron fruto de aquella Seguridad Social Española que instauró el franquismo. ¿No cree que, también, por razones como esa se puede decir que en España se vive (pese a todo...) todavía mucho mejor que en Norteamérica?.

    Y no me diga usted más que todas aquellas políticas no contribuyeron al bien común verdadero, sino que más bien lo destruyeron... Con todos los respetos, no diga usted más majaderías. Y perdóneme que le diga ésto de una manera tan explícita y expeditiva. Bien sabe usted lo mucho que le admiro y le respeto. Pero es que me ha llegado al alma leerle escribir ésto...

    Con todo aprecio,
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    ...Eso de que se implantó por primera vez en la Historia española los principios de la doctrina social de la Iglesia en suelo español,..., eso, digo, que sí que no se lo cree ni usted: toda la red gremial, foral, de cuerpos sociales naturales indepedientes y limitadores del poder político, las tierras comunales y de propios, las propiedades sociales de la Iglesia católica patrocinadas por el poder político, etc, etc, etc... durante los 1300 años de la Monarquía Tradicional Hispánica destruyen completamente esa absurda afirmación suya.
    Estimado Martin Ant, como ya le vengo diciendo desde el principio de nuestra discusión en este hilo, solamente estoy hablando de la historia reciente de España. Por poner más señas... únicamente hablaba de la política seguida desde 1833. No he entrado aquí a valorar la política en los 1300 años de monarquía tradicionalista. No sea usted tan malvado, se lo ruego.
    Última edición por jasarhez; 17/02/2014 a las 16:28

  18. #18
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Estimado señor Martin Ant, créame que le tengo en gran estima y que admiro mucho sus esfuerzos (se lo digo de corazón). Pero, no vaya usted a compararme la etapa de Aznar con el franquismo. Naturalmente que la etapa de Aznar fue una época de bonanza, los negocios prosperaban, la caja de la Seguridad Social estaba en superávit, el dinero corría a espuertas, etc, etc. Pero, como usted bien dice, 'todo eso no es indicador o criterio suficiente de una mejora en el bien común de la comunidad política'. Naturalmente que no lo es... Naturalmente que Pío Moa no ha tenido en cuenta el precio social que se ha tenido que pagar para la consecución de todos esos objetivos. Pero es que durante el franquismo, toda conquista social estaba fuertemente asentada en la realidad de una economía que no dependía de los créditos ni del ladrillo. En aquella época había industria y España era la décima potencia industrial del planeta. Mientras que en la época de Aznar, solo se consiguió vivir con aquella falsa holgura hipotencando el futuro de nuestros hijos. Se aplicó el modelo neoliberal que años antes se había aplicado en el Chile de Pinochet, o muy parecido... Y ese modelo no sirve para construir el futuro. Veamos qué ocurrió en la época de Aznar: España venía de una gran crisis económica generada por la destrucción de su tejido industrial a consecuencia de las políticas de los gobiernos de Felipe González y los mandatos de la Comunidad Económica Europea. España estaba absolutamente desindustrializada y sus mejores empresas o bien, habían sido cerradas o vendidas a capital extranjero. Y en eso llega Aznar y comienza a crear una burbuja económica basada en los créditos y el ladrillo. Y claro... la economía florecía. Pero florecía de la misma manera que si yo le digo a mi mujer: María, voy a dejar el trabajo y vamos a pedir un crédito. Y durante los próximos años vamos a dedicarnos a gastarnos el dinero que hemos pedido. Y concluído el crédito, pedimos otro.. y otro. Ninguno de los dos trabajamos y comemos y cenamos en los mejores restaurantes... ¡Todo magnífico!. Años más tarde será nuestro hijo quien pague nuestros excesos y todas sus consecuencias.

    Pero durante el franquismo jamás se hizo eso. Durante el franquismo no se producía ningún avance social sin que éste estuviera correctamente asentado en un avance real de nuestra economía. Y tampoco, como bien decía Franco en uno de sus discursos, jamás se obtuvo ningún avance en el terreno económico sin que éste se viera reflejado en alguna conquista social que el pueblo quería. Y esta es la diferencia... De modo que no me compare usted a los gobiernos de Aznar con los del Caudillo.

    Esa interpretación para señalar una diferencia entre el franquismo y el juancarlimo no vale. El tecnocratismo, como bien señalaba Juan Vallet, no implica necesariamente un desarrollo físico-productivo (lo que en la jerga tecnocrática se llama "crecimiento económico" o "progreso"). Dicho con otras palabras, no se necesita una política industrial de creación de grandes obras y macroempresas estatales bestia (con sus correspondientes burocracias), con el objetivo de que sirvan de base para la estructuración de un conglomerado estatal de Seguridad Social y de Inspección de Hacienda que se dediquen a "redistribuir" la renta financiera generada por la anterior. En ambos casos (franquismo-juancarlismo), la implantación de la política tecnocrática es la misma: el control absoluto de la población mediante su disgregación masificadora. Las diferencias que pueda haber son accidentales (qué más da que esa misma política tecnocrática se haga en nombre del FMI y del Banco Mundial, como ocurría en el franquismo, o en nombre de Bruselas, como ocurre en el juancarlismo; o que se haga en nombre del socialismo o del neoliberalismo, que son dos caras de la misma moneda tecnocrática).

    Una política industrial, si es deseable, podría realizarse sin ningún problema, pero no al estilo, como hizo el franquismo, de la Revolución Industrial calcada de los demás países occidentales. Lo que pasa es que, como señalé antes, como esta Revolución Industrial española se hizo en paralelo con la política de la Planificación Social, esto podía servir para hacerla pasar como algo "bueno" debido a las rentas financieras generadas en su construcción (ya directas, ya indirectas por la redistribución de la S.S.) para la población. Pero el núcleo destructivamente social de su implantación (es decir, de la forma en que se implantó, como si esa fuera la única forma en que podía hacerse) se refleja en las consecuencias sociales no previstas (pues, por supuesto, no me refiero exclusivamente a las puramente financieras, como la de la inflación de precios), pero realmente destructoras del bien común a largo plazo: centralización, destrucción y cierre de las pequeñas o medianas empresas por competencia imposible, emigración (tanto interna como internacional), calidad de los productos propios de una fabricación en serie, exportación para obtención de beneficios, es decir, industria que no beneficia al ámbito doméstico, impacto medioambiental, etc...).

    Está bien, como digo, que se pongan sobre la mesa los beneficios accidentales o provisionales de las medidas tecnocráticas, pero, como también subrayo, no se deben ocultar los perjuicios sociales que producen y a los que no atienden nunca los tecnocrátas cuando toman sus medidas de forma unidimensional. Es este precio social o destrucción social el que hay que tener en cuenta sobre todo, y por tanto, es el que define el carácter contrario al bien común de esas políticas tecnocráticas (ya sean en el franquismo o en el juancarlismo, e indepedientemente de que, por incidencia, provoque una coyuntural subida de la renta financiera como en la década de los ´60 en el franquismo, o como en el aznarismo en el juancarlismo).

    Y ya para terminar, que tampoco tengo tiempo en este momento de extenderme demasiado, he leído en su escrito que habla usted algo de las presas y pantanos construidos durante el franquismo y ha hecho una aparente alusión a lo que diría Chesterton. Pues bien, le voy a decir que no estoy de acuerdo. No me hable de impactos medioambientales 'que perjudican a la larga al bien común de la comunidad', ni tampoco me hable de 'la forma centralista-totalitaria con la que se controlan estos recursos'. Hablemos mejor de los millones de hectáreas que pudieron ser convertidas en productivas gracias a estas ingentes obras hidráulicas, hablemos de la energía eléctrica producida sin depender del petroleo ni del carbón, y hablemos de lo que sería Madrid (y otras ciudades) hoy en día si Franco no se hubiera decidido a construir pantanos a diestro y siniestro. Estaríamos sacando agua de los pozos privados, y pagándola a precio de oro, para mayor negocio de los bancos y compañía.
    La cita de Chesterton a la que hago referencia creo recordar que se encontraba en su libro "Lo que está mal en el mundo". Chesterton fue un crítico del Estado Servil que en ese momento se estaba comenzando a implantar en su patria (de hecho, las políticas tecnocráticas tienen su origen ideológico inmediato en el socialismo fabiano, luego ampliado por el keynesismo), y que luego fue desarrollado por el Partido Laborista. No dudo de los beneficios sociales inmediatos que estas construcciones pudieran tener. El problema una vez más está en la forma de hacerlo, y si los costes sociales que genera en la comunidad política merecían el tener que generar el agua y la electricidad de los campos y casas de esa forma. Se trata de dos perspectivas distintas: una favorece las acumulaciones masificadoras de la población en grandes urbes (con los problemas de generación de desarraigo, eliminación de sanas costumbres-tradiciones, inmoralidad, control totalitario de la energía, etc...) y la explotación capitalista de grandes extensiones de terrenos (agotamiento de la tierra, dependencia de estructurales empresariales cada vez más grandes para la explotación, destrucción de la vidad rural, etc...); la otra, va restaurando paulitanimante las comunidades sociales, la foralidad, asociaciones vinculadas, el arraigo tradicional, la vidad comunitaria, las obligaciones sociales dentro de cada cuerpo social, fomentando la elevación moral (esto es, la hidalguía en términos tradicionales) de la población española en las distintas clases en que orgánicamente se van integrando.

    Se trata, pues, de dos visiones distintas, la una economicista-racionalista que no ve en las políticas tecnocráticas más que una forma de control y concentración de la población en masas homogéneas manipuables, agrupadas en grandes núcleos urbanos (mediante la planificación urbanísitica de los terrenos para el alojamiento en ellos de la población) y desinteresados los unos de los otros, por falta de arraigo y vinculación alguna; la otra, la realista, católica y conforme a la Doctrina Social de la Iglesia que, conforme al principio de subsidiariedad, fomenta las políticas restructuradoras de la vida social comunitaria, integrando de manera orgánica las distintos cuerpos y entidades comunitarios, que desarrollan su propia vida autónoma y vinculan solidariamente entre sí a los miembros conscientes que las componen, dentro, a su vez, de la común unidad española.

    Y no me critique usted a la Seguridad Social nacida del franquismo. Muchas familias como la mía, hijos de obreros, pudimos tener una vida digna gracias a todas esas medidas... Me parece un acto de irresponsabilidad y desagradecimiento hablar mal de todas esas conquistas que nos regaló (y resalto la palabra 'REGALÓ') el franquismo. Y muchas de las actuales familias en las que todos sus miembros están en paro, están consiguiendo vivir bajo techo y no morirse de hambre, gracias a las pensiones que aún cobran los abuelos. Esos abuelos y esas pensiones que fueron fruto de aquella Seguridad Social Española que instauró el franquismo. ¿No cree que, también, por razones como esa se puede decir que en España se vive (pese a todo...) todavía mucho mejor que en Norteamérica?.
    Resalto lo que ya dije sobre la cuestión industrial. Yo crítico la Seguridad Social, no por lo que de beneficios inmediatos pueda tener, sino por el coste o precio de destrucción de vinculaciones y agrupaciones sociales autónomas e independientes del poder político eliminadas en favor de aquélla, destrucción la cual, junto con la visión también destructivamente social del Estado Providencia controlador de todo, contribuye a secar y aniquilar la vida social-orgánica española antes aludida y, por tanto, la destrucción del bien común español (esta crítica vale tanto para el sistema de S.S. estatista español, como para el de los demás países de nuestro entorno que se crearon en aquella época de los ´60: Francia, el "paraiso" sueco, etc., etc...).

    Y no me diga usted más que todas aquellas políticas no contribuyeron al bien común verdadero, sino que más bien lo destruyeron... Con todos los respetos, no diga usted más majaderías. Y perdóneme que le diga ésto de una manera tan explícita y expeditiva. Bien sabe usted lo mucho que le admiro y le respeto. Pero es que me ha llegado al alma leerle escribir ésto...
    Como señalé antes. Desgraciadamente tenemos dos concepciones distintas de lo que significa el bien común (y, en consecuencia, de ahí nuestras discrepancias acerca de lo que contribuye a favorecer o contribuye a destruir -aunque se vista con capa o apariencia de "bien social"- el genuino y verdadero bien común).
    Última edición por Martin Ant; 17/02/2014 a las 16:56

  19. #19
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    Re: Pues yo me vuelvo a España

    Y sí, estimado Martin Ant, sí que me creo que están equivocados C. H. Douglas y sus discípulos del Crédito Social, entre otras cosas porque, por mucho que me he leído con esmero todos los artículos de este economista del que usted ha pegado aquí, tan amablemente, tantos y tantos artículos, jamás sus tesis han podido convencerme. Lo siento, señor Martin Ant, ya se lo he dicho en otras ocasiones, pero tengo que repetirle que no me gusta el Crédito Social, ni C.H. Douglas, porque creo en la dignidad del trabajo y no quiero un país repleto de vagos cobrando subsidios.

    Bien. Este párrafo demuestra que, o bien sólo ha leído un poco de todos los documentos que he colgado acerca del Crédito Social, o bien que los ha leído todos pero no se ha enterado de lo que dicen. Como intuyo que puede ser probablemente lo primero, le aviso que puede usted hacerme todas las preguntas que usted quiera formularme sobre el mismo (pues, por supuesto, faltaría más, no tiene usted la obligación de abrazar lo que dice Douglas y sus discípulos, pero yo sí tengo obligación de precisar correctamente qué es lo que realmente dice el Crédito Social saliendo al paso de interpretaciones materialmente erróneas que se puedan hacer del mismo, como la que resalto en negrita en la frase final de su párrafo).

    Al hilo de esto, tengo pensado próximamente colgar la traducción de las actas completas del interrogatorio al que fue sometido C. H. Douglas en 1930 ante los miembros del famoso Comité MacMillan (uno de los cuales, por cierto, era J. M. Keynes). Pienso que la reproducción de estas actas (en formato de preguntas y respuestas) le pueda ayudar a usted (y a los demás foreros) a comprender mejor en qué consisten los principios enunciados por Douglas.

    Suplico paciencia.



    Estimado Martin Ant, como ya le vengo diciendo desde el principio de nuestra discusión en este hilo, solamente estoy hablando de la historia reciente de España. Por poner más señas... únicamente hablaba de la política seguida desde 1833. No he entrado aquí a valorar la política en los 1300 años de monarquía tradicionalista. No sea usted tan malvado, se lo ruego.
    Bien. Entendido. Pero sigo subrayando el carácter contrario al bien común de todo ese movimiento tecnocrático implantado después de la segunda guerra mundial (aunque en Inglaterra, Alemania, Italia y Estados Unidos ya había comenzado antes) en los países occidentales (incluido los españoles mediante la dictadura franquista luego continuada por la democracia juancarlista).
    Última edición por Martin Ant; 17/02/2014 a las 17:12

  20. #20
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    ..Está bien, como digo, que se pongan sobre la mesa los beneficios accidentales o provisionales de las medidas tecnocráticas, pero, como también subrayo, no se deben ocultar los perjuicios sociales que producen y a los que no atienden nunca los tecnocrátas cuando toman sus medidas de forma unidimensional. Es este precio social o destrucción social el que hay que tener en cuenta sobre todo, y por tanto, es el que define el carácter contrario al bien común de esas políticas tecnocráticas (ya sean en el franquismo o en el juancarlismo, e indepedientemente de que, por incidencia, provoque una coyuntural subida de la renta financiera como en la década de los ´60 en el franquismo, o como en el aznarismo en el juancarlismo).
    De acuerdo, Martin Ant, aunque solo sea como hipótesis de trabajo, y a la vista de las actuales circunstancias por las que transcurre el NOM, voy a aceptar solo por un momento las tesis realistas que hablan de la destrucción social producida por el Estado ("providencia, controlador de todo", etc...) que ha contribuído a resecar y a aniquilar la vida social-orgánica de la sociedad española, y por ende, ha destruido también, según esas tesis, el bien común. Vamos a aceptar también que medidas magníficas como los seguros de pensiones o de enfermedad o la sanidad de acceso gratuito para la población también destruyan el 'bien común'. Vamos a aceptar pulpo como animal de compañía... Pero, y esto creo que ya lo hemos debatido en otros hilos y me he leído todos los enormes tochos que escribía el tal Douglas ese (perdón por mi ignorancia premeditada), la solución que se propone, en caso de que ésto fuera cierto, ni a mi ni a muchos de los que escribimos aquí, nos satiface, ni nos convence en absoluto. Y es más... y también esto ya se lo hemos dicho, vemos en ese 'salario social' que ustedes proponen la mayor forma de esclavitud que el poder más absoluto pueda llegar a maquinar.

    Si revisamos los textos de los hilos en los que este tema ha sido ya suficientemente debatido podrá observar las preguntas que le hemos hecho, y se pueden releer sus respuestas, etc, etc... Y en todas las ocasiones hemos acabado en lo mismo. No nos gustan sus propuestas (Sobre el sueldo mínimo interprofesional).

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    Se trata, pues, de dos visiones distintas, la una economicista-racionalista que no ve en las políticas tecnocráticas más que una forma de control y concentración de la población en masas homogéneas manipuables, agrupadas en grandes núcleos urbanos (mediante la planificación urbanísitica de los terrenos para el alojamiento en ellos de la población) y desinteresados los unos de los otros, por falta de arraigo y vinculación alguna; la otra, la realista, católica y conforme a la Doctrina Social de la Iglesia que, conforme al principio de subsidiariedad, fomenta las políticas restructuradoras de la vida social comunitaria, integrando de manera orgánica las distintos cuerpos y entidades comunitarios, que desarrollan su propia vida autónoma y vinculan solidariamente entre sí a los miembros conscientes que las componen, dentro, a su vez, de la común unidad española.
    Y para responderle a esto, también le voy a decir lo mismo: '...vamos a aceptar pulpo como animal de compañía'. Vamos a aceptar que la falta de arraigo observada desgraciadamente en nuestras sociedades actuales, solamente es debida a las políticas tecnocráticas; unas medidas que solo son una forma de control y de concentración de la población en masas homogéneas manipuables, etc, etc...

    Ahora bien, lo que sí que no voy a negarle es que esos fenómenos se hayan producido, pero lo que no puedo hacer es compartir su tesis de que estas grandes aglomeraciones de población, etc, etc... no se hubieran producido también con su modelo. Y es que creo que usted pasa por alto algunos factores: el primero es que ya no estamos en la edad media y el segundo es que la tecnología (esa de la que yo tanto abomino) ha impuesto un modelo de producción y de consumo que han obligado a vivir de esta manera. En su modelo de sociedad, ¿no se hubiera inventado el tailorismo?, ¿no se habrían desarrollado los grandes centros industriales y de consumo?, ¿las ciudades no habrían crecido de la misma manera en que de hecho han crecido?.

    ¿Si no existiera la Seguridad Social los compatriotas serían más libres?, ¿realmente se puede usted creer eso..?. ¿Si jamás se hubieran construido los pantanos, de verdad cree usted que seríamos mejores personas, o simplemente tendríamos menos agua para regar los campos?, ¿si no se hubieran construido casas para los obreros y se hubieran dejado las chavolas y las cuevas en las que la mayoría de ellos vivían (recordemos la carretera de Toledo en los años 20, 30, 40 y 50...) realmente cree usted que el estado actual hubiera sido más benigno?, o solamente hubiera resultado ser aún más inhumano todavía... Dígale usted a un conocido mío que le acaban de operar de cáncer, y que ahora está siendo medicado con quimioterapia, y que está en el paro él y su señora... que habría sido mejor que la sanidad estatal gratuita no existiera y que, en su lugar, les dieran todos los años un salario social para que, con él, hicieran lo que quisieran... o lo que pudieran... A ver si le convence usted de que con esa mierda, mi conocido se hubiera podido pagar la costosísima operación de extirpación del estómago y parte del hígado, los quince días de hospitalización, la costosísima medicación y ahora, además, los meses de quimioterapia... Pruebe usted a contarle a él todas esas monsergas de que la Seguridad Social no es un magnífico invento y ya verá lo que le dice. Eso sí, dígaselo usted por carta, porque si se lo dice en persona, su señora (que es una bestia) a lo peor hasta le da alguna ingrata sorpresa.

    Son muchas las preguntas que se me ocurren, pero ninguna de ellas creo que se solucionarían destruyendo la seguridad social e implantando en su lugar un salario social repartido a toda la población con independencia de su nivel de renta (la misma basura tanto al señor Botín como a un obrero en paro...). Sinceramente, y creo habérselo dicho ya antes, todas esas medidas me parecen una majadería. Y si ésta es la solución que nos ofrecen las opciones 'realistas', me quedo con mis ministros falangistas, por muy dictatoriales y 'estatalistas prosoviéticos' que usted les vea.

    Solo espero que en España jamás se aplique ese modelo que ustedes y el tal Douglas ese predican.

    Un saludo
    Última edición por jasarhez; 17/02/2014 a las 21:03
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