Coches viejos
Al parecer dentro de unos pocos años el promedio de edad de los coches españoles tendrán más de 10 años de antigüedad. Según nos explican los "expertos", o sea, unos lumbreras que nos vienen a descubrir el mundo, los coches viejos tienen más accidentes (estadística), -aunque no dicen nada acerca de la edad y experiencia de los conductores-, tampoco explican lo que pasa con las averías de los coches "electrónicos", que no eléctricos, que teniendo menos de 10 años pero más de 5, obligan al propietario a tenerlos continuamente en los talleres cambiando piezas.
Por supuesto, con estos mimbres y con las geniales medidas de algunos ayuntamientos, como por ejemplo el de Madrid, se implementan medidas de aparcamiento disuasor para que aquellos coches que "más contaminen" -eso se sabe por la matrícula-, paguen más por el mismo servicio, el cual es hasta de dudosa legalidad. Entonces uno piensa inmediatamente ¿y para qué sirven las ITV? Pero, además, también se puede pensar en aquello de ¿quién sanciona al sancionador? pues si de preservar el medio ambiente se trata, habría que zumbarle a los ayuntamientos de lo lindo con la contaminación lumínica que provocan. Porque ese tipo de contaminación es menos conocida, pero no menos peligrosa.
Tampoco se tienen en cuenta otros factores. Uno de ellos tiene cada vez mayor predicamento en nuestro país: "los coches clásicos". Es esta una gran afición muy común en otros países y que se centra en los vehículos con 25 años cumplidos. Incluso el Estado ya se fue ocupando de regularizar este ámbito, mientras los ayuntamientos, por supuesto las aseguradoras, los "expertos lumbreras", los "vendecoches nuevos", etc., llevan la contraria pues de lo que se trata es de sacar la pasta de donde sea. Sin entrar en detalle alguno, yo me carcajeo cuando se promueve algún plan renove, que significa "tire usted su coche archiamortizado que le vamos a dar un zambombo que huele a plástico nuevo y lleno de lucecitas inútiles para una conducción segura, pero que encaja perfectamente con su "emepetres", su reloj-despertador "modelo-Mortadelo" con correa lleno de esferitas y numerillos, su "guasap" con pantalla panorámica sexi-round y con cámara de 18.000 "megapícseles", y, por supuesto, su carita de no saber ni cual es su sitio en la sociedad y menos aún en el mundo". Pues como decía antes, para convertir un coche viejo en uno clásico, nuestra Administración central estableció toda una retahíla de exigencias que no sale por menos de unos 1500 €, y eso en el supuesto de que no nos veamos en la necesidad de tener que sustituir piezas ya totalmente inútiles por otras "nuevas" -sin uso alguno-, pero fabricadas en la etapa de producción del vehículo. Lo demás, es tontería ¡hombre!, ¿se imagina alguien cambiando su "viejo" Mercedes, Audi, Jaguar, Porsche, etc., por un zambombo plasticorro con matrícula nueva?
Caprichos aparte, lo real de este país, la verdad que subyace a este problema inexistente, es que España tiene los impuestos más brutales de Europa y los salarios más bajos. Si alguien tuviese los bemoles de equilibrarlos en poco tiempo se vería como el parque automovilista español rejuvenecería unos cuantos años, y los coches clásicos, clásicos serían de verdad desapareciendo los que son realmente viejos, aunque las carreteras perderían parte de su encanto con tanto zambombo dándole al pedal.
Última edición por Valmadian; 12/05/2014 a las 20:39
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores