Re: Odio anticristiano
Esas manchas en las paredes están puestas por media docena de descerebrados. Posiblemente no pasen de una edad de quince o dieciséis años, serán parte del fracaso escolar y de Historia no saben más que aquello que les hayan lobotomizado en sus débiles mentes. No obstante, la situación se está agravando por días y mucho me temo que vayamos a asistir a acontecimientos que no nos van a gustar nada. La cuestión también radica en qué tipo de reacciones puedan llegar a producirse y es que nunca se sabe como se reacciona hasta que se llega a situaciones límites. Llevamos ya muchos años de panzismo, de "bondad" económica que ha permitido a mucha gente hacerse con propiedades con las que antaño ni soñaban, y ahora hay nubarrones cada vez más negros. La llamada CASTA es uno de esos nubarrones, pero en la izquierda hay otros igual de perversos. Y es que cuando un tiparraco afirma que "España necesita una pasada por el leninismo", y ese tiparraco encabeza una formación política cada vea más peligrosa y amenazante, significa que la hora de engrasar el trabuco del abuelo, cuando estaba en la partida de la montaña, para ¡pim, pam, pum! está cada vez más cerca.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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