MONGOLIA vs. CHARLIE HEBDÓ
Pues si, resulta que tenemos una versión castiza y castuza de CHARLIE HEBDÓ y es que hasta en eso esta sociedad de nuestro país es copiona y sumisa. Yo no conocía el panfleto en cuestión, la verdad. No sé si es que como vivo en el medio rural no me entero de muchas cosas, la mayoría malas cuando no nefastas, pero también participo de las ventajas de la "vida modelna" porque el agro ya está muy "evolucionado". Todo es cuestión de volante y gasolina y ya está. Así que, ayer, me correspondía uno de esos días que hay que "ir de médicos". En mi caso el centro hospitalario con especialidades que me toca, es el Hospital Universitario PUERTA DE HIERRO en Majadahonda, a unos 20 km de Madrid y hago esta aclaración para quienes no conozcan esta parte de España. Para mi son 50 km de carreteo para ir y otros tantos de vuelta, que ayer recorrí rodeado de nieve y con una temperatura exterior que no superaba los cero grados, según me indicaba el ordenador del coche.
Uno sabe cuando llega al médico, pero no sabe cuando va a salir. Así que con tiempo suficiente me fui a la cafetería a tomar un café. Una vez acabado me di una vuelta por el recibidor central y allí hay un gran establecimiento de Prensa, libros, revistas, caramelos y "chuches". Me puse a mirar las portadas de algunas revistas que me interesaban más. Me apetecía comprar una de viajes o una de Astronomía, y andaba dudando. Así que opté por fijarme en otras cosas -en esos intervalos es como suelo acabar por decidirme cuando tengo dudas-, y fue en ese instante cuando la vi en el estante de la Prensa: Mongolia.
Un repelente panfleto en papel periódico de esos que manchan los dedos y cuya salubridad es dudosa, ya que la tinta suele proceder de los "tóneres" de las impresoras, y en este caso estoy convencido que no será de la mejor calidad. Pero si me entraron dudas acerca de la posible toxicidad de las tintas empeladas, ya no me cupo duda alguna al ver la portada. Mongolia Estoy totalmente convencido de que los fulanos que redactan son unos verdaderos "expertos" en soltar bilis, -por supuesto, que nadie espere encontrar artículos de fondo, ya sean científicos o de ensayo-, que hay que imaginar que acabarán el día cansados aunque satisfechos. Cansados de tanto giñar imbecilidades, blasfemias, disparates, absurdeces, injurias, y demás "astividades intelestuales", y satisfechos en plenitud de concordancia con el "conceto" que Ortega criticó con mordacidad sobre el "hombrecillo masa" tan común en esta sociedad de ígnaros. A esta tóxica especie de sujetos, e incluyo en dicha denominación a todos los especímenes que los siguen y aclaman como las focas en el circo, ¡oik, oik!, no debe sorprenderles que con humor e ironía, repito, dentro de la libertad para todo siempre que sea dicha con humor, uno acabe ciscándose en toda su parentela, la próxima y la lejana.
Por supuesto, me marché del puñetero kiosko sin comprar nada.
Última edición por Valmadian; 07/02/2015 a las 13:23
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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