Ya hasta muchos sacerdotes tutean aunque no se dirijan a niños o adolescentes, como si te conocieran de toda la vida. Y lo peor es que mucha gente tutea a los sacerdotes, sobre todo los alumnos de colegios y hasta de seminarios. A mí me daría no sé qué tratar de tú a un sacerdote salvo que fuera familiar mío o existiera una amistad estrecha y de muchos años pero anterior a su ordenación. Y es que el sacerdote es representante, embajador de Cristo en la Tierra. Aunque sea un sacerdote indigno, hay que tratarlo con dignidad en razón de Aquel de quien hace las veces.
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