EL SILENCIO DE LOS CORNUDOS
Referíase el Príncipe de los Ingenios en una parte de sus
Obras Jocosas de que en tiempo de sus padres, el ser cornudo era una suerte de " exotismo " mientras que en sus días los hombres se saludaban unos a otros con los cuernos. Figúrense ustedes si Quevedo, de un momento a otro levantare la cabeza.....El genio castellano se moriría de jamacuco instantáneo. Ya mi abuela Pepa, que Dios la tenga en su gloria, le decía a mi madre aquello de:
" Chiquilla, y un novio es algo...."; cuando ella era novia de mi padre. No, no piensen mal, mi abuela era una cristiana vieja de pies a cabeza; lo que pasa que la mujer, que había vivido tanto ( Murió en Febrero del año pasado con 97 años, madre de 7 hijos )veía lo que se avecinaba y por ello ironizaba seriamente sobre el tema.
En esta falsa república coronada de España, a diario pasan cosas atroces. Pero nadie parece querer nada, saber nada. Los más, en todo caso, piden más constitución. Más todavía; eso es, démosle sol y sombra al alcohólico y opio puro al drogadicto....En mi pueblo dicen las viejas que el hombre es muy bueno para ser cabrón. Que a los hombres se le conquista mediante cocina y alcoba. En buena medida, no les falta razón. Pero vamos, que las mujeres no están fuera de esos términos. También suelen decir las mujeres del pueblo que eso de la " modernidad " ha afectado más a las mujeres que a los hombres. Que éstas no saben lo que quieren, que falsamente han adoptado una libertad donde ya superan a los hombres en fumar, beber y en las cosas que juegan de cintura para abajo. No es tampoco del todo cierto. Ahí tenemos al hombre metrosexual, al hombre afeminado que se depila y cuanto más signo de " masculinidad " pareciere ser el tener la bandera de su equipo de fútbol en su ventana. Va todo de regular para atrás.
Una de las cosas que nos regaló Adolfín Suárez fue el divorcio. Sí, aparte del aborto y el terrorismo institucionalizado. Me decía un sabio de mi pueblo, cuando tocónos padecer aquella vocalía en aquellas fraudulentas elecciones de no mucho ha, que la " modernidad " había empezado por desunir a la familia. Que de eso se dieron cuenta pronto los políticos y por ello promocionan toda esa serie de cosas hasta en política municipal, para que no exista una cohesión social digna. Me lo dijo con otras palabras, les traduzco del bollullero paladino, pues. Los niños malviven con caprichos materialistas sin saber quién es su padre y su madre. De acá para allá, se malcrían y se maleducan. Y en cada casa, una buena ración de cuernos, tantas como sacos de caracoles podrían verse en una fiesta vikinga. De hecho, como dijo un pésimo humorista malagueño en su Canal Sur del alma, antes el famoso lo era por algún mérito, ya fuere político, artístico; ahora no, ahora hacen falta dos buenos cuernos. Pocos cuernos son.
Cuando la célula fundamental de la sociedad se ha perdido, ya no se puede hablar mucho de cuernos realmente. Es lo mismo que ser masón hoy día, o ser maricón. Ya es como ser rubio o moreno. Con todo, las pésimas " Papá Levante " medio berreaban ( Con un acento artificial, con lo bonito que es el acento de esa perla del Reino de Sevilla que es Sanlúcar de Barrameda ) aquello de
" No está de moda practicar sexo....". No, bueno...No está de moda ser marido y mujer, ser padre y madre. No está de moda la palabra " fidelidad " en ningún sentido, cuanto menos en el matrimonio. ¿ Acaso pensamos que las telenovelas son fantasiosas ? En buena parte, aun teniendo más tonterías que el ropero de un indio, reflejan toda una situación cornúpeta con la que ya nos hemos familiarizado, aunque quisiéramos que sólo fuese exotismo.
Ya, casi es rarro rarro rarro hablar de infidelidad. El gordo de los Morancos dice que se murió un macho de España como fue Papuchi Iglesias, aunque aún vive Humberto Janeiro. Y con esto del divorcio exprés, los cornudistas están en su salsa, pueden actuar con eso que llaman " libertad ". Ahora bien, no tendrán libertad para otra cosa, qué se yo, para denunciar por ejemplo la financiación escandalosa de esos monstruos que llaman partidos políticos. Ahora bien, para ver pornografía y para abortar, todo en orden.
Pero en España nadie protesta. Nadie habla. Nadie hace nada realmente. Éste no es un país de corderos, que tampoco contaría con demasiados buenos pastores. Éste, como todo el mundo moderno, entre otras cosas, es un país de cornudos. Por eso nos gusta tanto el complejo de inferioridad y la leyenda negra. Agachamos la cabeza como españoles, y, aparte de eso, es porque nos cuesta andar con tantos cuernos que tenemos ( Yo aún me ando lijando los míos ). Ya no dan abasto las puertas de la iglesias, ni tan siquiera esos amasijos de cristal y hierro que fabrica la pseudoarquitectura hipermegasupermoderna. Digo yo que lo de la mutación genética ha de ser verdad, pues no me explico cómo de nuestras carnes y sangres dimos a un Cortés, un Balboa, un Ojeda, un Cervantes, un Quevedo, un Vasco de Gama, un Legazpi, un Valdivia, un Pizarro, una Santa Teresa de Jesús, un San Juan de la Cruz, un San Ignacio de Loyola, un San Francisco Javier, una Santa Ángela de la Cruz.....Algo habrá.
A día de hoy nos lamentamos que el lince ibérico se esté extinguiendo, pobre Coto de Doñana. Pero allá en las marismas los ciervos se lamentan todavía más de tener tanta competencia desleal. Hasta los alces del Canadá andan mosqueados; los renos de Papá Noel no, pues Papá Noel no existe, cuanto menos sus amariconados renos; dejemos las estupideces gringas a un lado. Y es que los cornudos bastante tienen con lo suyo como para andar con rebeliones, supongo. El español de a día de hoy podrá ser un ciervo común, pero los que sabemos cómo está la cosa de verdad sabemos que esto no es lo normal, por más que nos lo vendan.
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