Ciertamente, salvando algunos iluminados (que también los hay, aunque pocos, en las Asturias) esta región tan singular y bella es un ejemplo de naturalidad bilingüe sin problemas creados artificialmente en otras regiones. He aquí la más aunténtica España profunda y permanente. Una prueba de como entender la patria grande sin renunciar a lo más íntimo y propio de la patria chica. ¡Noble Asturias!
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