"-Consideré en ella [una perrita faldera] que hasta los cobardes y de poco ánimo son atrevidos e insolentes cuando son favorecidos, y se adelantan a ofender a los que valen más que ellos.
-Una muestra y señal desa verdad que dices nos dan algunos hombrecillos que a la sombra de sus amos se atreven a ser insolentes; y si acaso la muerte o otro accidente de fortuna derriba el árbol donde se arriman, luego se descubre y manifiesta su poco valor, porque, en efecto, no son de más quilates sus prendas que los que les dan sus dueños y valedores". Miguel de Cervantes, "El coloquio de los perros".