Les dejo la traducción de una nota corta pero bastante completa sobre Maurras y la AF que hice hace un tiempo. La articulista no se mete en la cuestión de la condenación de S.S. Pío XI, sobre eso se puede leer el artículo de Orlando Fedeli que se cita más arriba aunque conviene matizar con algún comentario favorable (el libro de Calderón Bouchet que dice Ordóñez, por ej.) ya que como reconoce el mismo Fedeli su conocimiento de Maurras es indirecto sin embargo toca temas que muchos pro-maurrasianos generalmente no encaran, centrándose en las razones políticas del desacuerdo de Maurras con el cardenal Andrieu y el Papa.

"Maurras era un poeta, un filosofo, un escritor en un francés elegante y clásico, un periodista y polemista formidable, un gigante intelectual según el molde francés. En su época, Maurras representaba todo lo que Francia tenia para ofrecer al mundo –su cultura y su civilización.

Maurras nació el 20 de abril de 1868 en Martigues, entonces un pueblo de pescadores en el limite del Etang de Berre en los Bouches-du-Rhone, cerca de Marsella. Fue bautizado como Charles Marie Photius. Su padre era un recolector de impuestos ateo y su madre una monárquica piadosa. Cuando Charles tenia seis años, su padre murió y la familia se mudó a Aix-en-Provence, donde Maurras fue educado por sacerdotes. A los 14, casi pierde por complete su oído, y perdió completamente su fe en Dios.

Maurras se mudo a Paris en diciembre de 1885 y se adentro en el mundo de las letras. Al llegar se turbo al encontrar las calles parisinas tan extranjeras y judías. Observo demasiados nombres con K, W y Z. Escribió poesía y ensayos sobre estética para diferentes periódicos y estudio la filosofía de Auguste Comte, el Positivismo. Maurras combino las ideas comtianas de orden, individualismo y razón científica con los valores clásicos de las antiguas Grecia y Roma.

Según Maurras, la civilización grecorromana, absorbida y reinterpretada por la Iglesia Católica en la Edad Media, sobrevivió únicamente en las razas Latinas. Y de las razas Latinas, la tradición clásica de Francia, con Paris en su centro, era lo mejor que el mundo vería, y esta herencia era nativa de Francia, de Francia sola, la France seule.

El peor desastre fue la Revolución Francesa de 1789, un producto de las influencias inglesas, alemanas y judías. Por lo que se negaba a llamar a la Revolución con el adjetivo “francesa”. Para Maurras nada de valor podía encontrarse en Alemania.

Paso su vida en compañía de hombres, quienes lo llamaban “le Maitre”. No se caso, ni se le conoce amante, solamente recayendo en alguna prostituta cuando fuera el caso. Temía la destrucción de la belleza en la feminidad.

De esto hizo una teoría que aplico a los mas diversos ámbitos. Para ‘el, el romanticismo era la expresión del individualismo, la sensibilidad y lo afeminado. La estética de la sensibilidad se oponía a la estética de la armonía, de la razón, perfeccionada por los griegos y prolongada por los romanos y, luego, por Francia. Los otros pueblos, bárbaros, habían conservado la estética femenina.

Maurras condeno la Republica como protestante y judía, femenina, sin las ideas masculinas de iniciativa y acción.

Pero la carrera de Maurras se haría vertiginosa a partir del famoso “affair Dreyfus”, cuando en 1894, un oficial judío del Ejercito, llamado Alfred Dreyfus, fue acusado erróneamente de vender secretos a Alemania. La izquierda, la inteligentzia y las representantes de la comunidad judía se alinearon tras la inocencia de Dreyfus, mientras que las Fuerzas Armadas, la Iglesia, los conservadores y los tradicionalistas defendieron la culpabilidad del oficial.

En ese entonces, Maurras escribía para la Gazette de France, que lo envió a Atenas en 1896 a cubrir los primeros juegos olímpicos. Allí sostuvo que los atletas franceses habían sido victimas de trampas. Al mismo tiempo aprovecho para visitar las antiguas maravillas de Atenas. Allí contemplo las mentiras democráticas que la habían destruido y que estaban destruyendo ahora a Francia.

Maurras regreso a Francia como un monárquico convencido e integro este principio en sus anteriores creencias políticas de orden y jerarquía, fundando el nacionalismo integral. La concepción de Maurras adoptaba el positivismo de Comte como marco, frente al monarquismo tradicionalista o sentimental, al que aborrecía.

Dos años después, en enero de 1898, Emile Zola publico su famosa defensa de Dreyfus, "J' accuse". En septiembre, Maurras publico un articulo en que analizaba el affair, y en el que decía que la inocencia de un individuo debía no tener importancia alguna si era prejudicial para la patria, “la patrie”. Zola era el emblema de todo lo que Maurras detestaba en la literatura y así dijo que mudaba su estética a la política en la que entraba como una religión, “la politique d'abord”, la política antes que nada.

En enero de 1899, Maurras conoció a Henri Vaugeois, un profesor de filosofía republicano que, junto al periodista también republicano Maurice Pujo, había fundado el Comité d'Action Française Anti-Dreyfusard. La primera reunión publica de la AF tuvo lugar el 20 de junio de 1899 con tan solo 15 personas. Solo tres semanas después se lanzaba la primera edición del quincenal Revue de L'Action Française con el mayor de los éxitos. En 1905 se formaba la Ligue d'Action Française para financiar y organizar las actividades del Nuevo grupo político. Le siguió el Institut d' Action Française, con su primer congreso en 1907. Y el 21 de marzo de 1908 se publicaba por primera vez como diario el Action Française.

Para 1903 el pequeño grupo de intelectuales se había convertido en un movimiento de masas poderoso y escuchado. Para ese entonces, Maurras había convertido a todos los miembros en fervorosos monárquicos positivistas. Era el renacer del “pays reel” versus la decadencia del “pays legal”. Este estaba representado por el Parlamento y la democracia, la “grotesque masque” impuesta sobre la vida real del pueblo francés, la verdadera Francia que reconocia a la monarquía como a una madre que volvería a rescatarla del caos democrático. Su monarquismo “positive” (científico) devolvió a los monárquicos un lugar en el terreno intelectual de la Francia de comienzos del siglo XX. Sus feroces criticas al igualitarismo, a la tiranía de las masas, al caos democrático, atraían a una gran cantidad de intelectuales, militares, estudiantes, jóvenes, campesinos, clases medias y miembros de la baja nobleza rural.

Pero Maurras no escapaba a las paradojas: al tiempo que criticaba con acidez el modernismo, tanto su individualismo, su teoría política, literaria y filosófica racionalistas y positivistas eran modernistas. Su pasión por el rey (el duque de Guisa, de la dinastía de los Orleáns) era una ilusión romántica que ni el mismo interesado tomaba en serio.

Maurras solo veía en la Iglesia Católica una misma idea de autoridad, orden y jerarquía, así como la conservación de los verdaderos valores grecorromanos, pero –como alguien dijo—era un Cristianismo sin Jesús. La Iglesia Francesa tuvo una actitud ambivalente frente a la AF, muchos sacerdotes y obispos, así como numerosos laicos, se unieron a ella; incluso se repartían los diarios a la salida de Misa. Se ha dicho que San Pío X dijo a la madre de Maurras que ‘el bendecía su trabajo.

Los “Camelots du Roi”, inicialmente jóvenes vendedores de los diarios y luego verdaderas fuerzas de choque, perseguían a los judíos, los protestantes, los masones y los “meteques” –un termino ideado por Maurras para designar a todo lo extraño a la Francia real.

Pero el genio periodístico de AF era León Daudet, hombre de gran carisma y un verdadero amarillista. Daudet llegaría a estar en el Parlamento por unos años.

En los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial, la AF se había extendido por toda Francia con sus rituales, reuniones, cenas, banquetes, grupos de estudiantes, conferencias, libros y panfletos.

Los Camelots se preparaban para la revolución nacional en un campo de atletismo en una isla del Sena. Protegían las reuniones de la AF, impedían obras teatrales, conferencias e incluso juicios. Por toda Francia destruyeron las estatuas de personajes históricos considerados metecos. Y se hicieron famosos por golpear en la cara en publico a sus mas notorios enemigos.

Durante la Gran Guerra, la AF asumió una tregua política con el gobierno republicano y sus miembros se alistaron en masa en el ejercito. Con motivo de la Revolución rusa de 1917, Maurras volvió a la carga: los bolcheviques eran agentes alemanes y judíos, y alertaba a los franceses sobre su posible extensión a Francia.

En 1926 se produjo la famosa condena vaticana de la AF. El papa Pío XI condeno a la AF por “pervertir a la juventud” y puso el diario en el Index –dejando a miles de católicos adherentes a la deriva. Pero muchos católicos permanecieron en la AF y, en todo caso, su lenguaje ya era patrimonio común de los católicos militantes.

A pesar que sus palabras pueden considerarse muy violentas, Maurras nunca participo en hechos violentos. Nunca permitió que la AF pasase a la rebelión abierta que muchos seguidores proponían. Tampoco participo en política partidaria, aunque la AF estuvo al borde de una insurrección armada. Cuando el 6 de febrero de 1934 estallo una rebelión en Paris, Maurras estaba en su oficina, escribiendo. La AF permaneció al margen mientras otras agrupaciones “maurrasianas” o afines pasaban a dominar la escena política en los últimos días de la Tercera Republica. Algunos de sus seguidores conformaron el grupo terrorista que fue conocido como La Cagoule.

Un gran pesar causo en Maurras la Victoria del Frente Popular en mayo de 1936 y la elección de su líder, el judío León Blum. El titular de Action Française fue “La France sous le Juif!”. Entre 1936 y 1937, Maurras paso ocho meses en la cárcel por incitar al asesinato de varios diputados frentistas, entre ellos el mismo Blum.

Cuando la ocupación alemana de junio de 1940, Maurras mudo el diario a Lyón. A pesar de su odio contra Alemania, confiaba en un supuesto plan secreto del mariscal Philippe Petain. El mariscal, rodeado de hombres que habían pertenecido a la AF, llamo a una “revolución nacional” y la construcción de un estado corporativo, junto a un lenguaje muy “maurrasiano”. Sin embargo, los alemanes fueron quitando libertad al régimen de Vichy culminando con el nombramiento del ex socialista y converse germanófilo Pierre Laval.

Si bien la AF se mantuvo oficialmente al margen del gobierno de Vichy, numerosos antiguos miembros como Lucien Rebatet, Robert Brasillach, Maurice Bardeche, Georges Blond, Thierry Maulnier, entre los mas notables, estuvieron estrechamente vinculados.
Raphael Alibert, un converse católico y ex militante de Action Française, fue el Ministro de Justicia de Petain e instituyo el primer “Statut des Juifs” en octubre de 1940 quitándoles muchos privilegios. Xavier Vallat, un conocido dirigente de la AF, fue nombrado comisionado de asuntos judíos y fue acusado del envió de judíos a Auschwitz.

En la Action Française, Maurras culpaba a los mismos judíos de su situación y de la ocupación alemana: “la bárbara ocupación de 1940 no hubiese tenido lugar sin los judíos de 1939, sin su asquerosa Guerra, la Guerra que declararon: nuestros ocupantes fueron introducidos por ellos, fueron los judíos los que nos lanzaron a esta catástrofe”. también llamaba a denunciar a los refugiados y miembros de la Resistencia.

Maurras fue arrestado en Lyón en septiembre de 1944, dos semanas después del ultimo numero de Action Française. Su juicio comenzó el 25 de enero de 1945 y culmino con una sentencia de degradación nacional y prisión perpetua en aislamiento. Tenia 77. permaneció en prisión hasta 1951, y murió en una clínica privada de Tours el 16 de noviembre de 1952. Maurras llamo a su sentencia “la venganza de Dreyfus”.

Miles de compatriotas lo llamaban “Le Maitre”; era considerado el mas sobresaliente pensador francés de su tiempo; sus palabras influenciaron la literatura y la vida intelectual y política de Francia. Hoy, es un “mal recuerdo”.
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