La expresión “Cantabria” es de lo más equívoco y confuso que ha habido .
Por lo que respecta a los antiguos cántabros, tribu, por cierto, de lo más ínfimo y primitivo de la Península Ibérica en la época romana, (supongo que el consejero de cultura del gobierno “cántabro” lo ocultará piadosamente a los pobres santanderinos) no ha quedado nada que se haya transmitido históricamente al punto que una tradición lo haya consignado.
Solo algún vestigio antropológico que lo mismo puede encontrarse en la provincia de Asturias, Burgos o Palencia… (Eso sí, cacareado y cotizado hoy día a precio de oro para justificar la “peculiaridad” en cuestión).
La denominación concreta de “Cantabria” se correspondía históricamente con un amplio e indefinido condado visigodo cuya capital era … ¿Castro Urdiales?¿Santoña?
¡¡NO!!
¡¡ …era “Amaya”, nada menos que ¡al oeste de la actual provincia de Burgos, limítrofe con Palencia! ¡provincias “cántabras” por excelencia, como se ve…)
En fin, en otros casos la denominación “Cantabria” incluía también la zona de Asturias y (o) a la zona vasca.
Pero absolutamente nada que ver con la identificación exclusiva con ese nombre del ente absolutamente artificial llamado provincia de Santander, y hoy rebautizado como “Cantabria”.
“Provincia de Santander” cuyo territorio y habitantes (desde que hay historia escrita al menos) no tuvieron ninguna particularidad destacable en sí; y que no es sino el desgajamiento marítimo-montañoso de la antigua provincia de Burgos, Cabeza de Castilla debido al capricho de Javier de Burgos, en 1833.
La palabra “cántabro” nunca jamás equivalió a la provincia de Santander hasta la constitución de los engendros autonomistas, (especialmente La Rioja y Madrid).
Y puestos a dar nombrecitos hubieron podido darle cualquier otro.
Desde entonces las interesadas mafias localistas han ido creado a la ignorante, aborregada, crédula (como la del resto de la pobre España actual) ciudadanía santanderina unas señas de identidad de un engendro “cántabro” absolutamente bastardo y distorsionado, adecuado a propósito para mantener electoralmente sus privilegios de casta en el chiringuito localista.
Fruto de todo ello es la aparición desde hace algunos años en la manipulada juventud escolarizada en esa (y otras) zonas (ya han ido creciendo, son mayorcitos saben leer y escribir y entran en los foros...), de toda una interesada e ignorante carga localista y autonomista, cosa que fue precisamente lo que esas mafias autonomistas pretendieron al educar a los chavales en las escuelas de educación "transferida" a las autonomías.
Y máxime con la envidia que genera en la juventud aburrida el ejemplo de imitar a los batasunos, con historia y lengua propia, estando tan cerquita y con el mismo fondo verde y montañoso, tan romantiquito, tan exclusivo y de esencias purísimas (¡la Meseta es muy fea…! puajjjj)
En fin, que toda la gloriosa historia castellana de Santander, puerto de Castilla, la Montaña…, su historia común e indistinguible con el resto de Castilla, que viene del siglo VIII hasta la actualidad (nada menos que ¡¡13 siglos!!), borrados de un plumazo gracias a los apaños mafiosos de la UCD de los años 80.
Sería el mismo caso que si, por ejemplo, los pontevedreses no se consideraran gallegos sino de las “Rías Bajas” porque sus politiquejos durante la transición democrática hubieran querido protagonismo aparte; o como si los de Palencia se consideraran no castellanos sino vacceos; o si los de Soria numantinos; o los de Lérida ribagorzanos, etc.
Como se ve, la pillería elevando la ignorancia a la enésima estupidez.
Pero es real. Lo peor es que esa pesadilla, que no debiera haber superado la historia-ficción, es realidad en el caso santanderino y “riojano” por obra y gracia de diez familias de politiquejos con ínfulas de ser ministrillos de algo en su pueblo sin necesidad de salir de él, y con la gravísima complicidad de las Cortes juancarlistas.
El trasfondo era muy claro: en el revoltijo de futuras autonomías a constituir a principios de los 80, para pescar en río revuelto, el label “Castilla” ni tenía arraigo ni vendía (ni vende… por el mito ese de que Castilla es España etc)
Porque ¿acaso alguien se imagina una Cataluña en la que los políticos gerundenses dijeran que ellos no eran Cataluña sino la “Costa Brava” …y que por ello quisieran autonomía aparte?
En fin; reto a que se me cite algún texto histórico, anterior a 1980, donde algún famoso, literato, noble, artista, escritor, militar, etc. nacido dentro de los límites de la provincia de Santander (alias “Cantabria”) se llame a sí mismo “cántabro” o de haberlo, se designe como “cántabro” en sentido contrapuesto o distinto a castellano o bien se designe o justifique Santander como “Cantabria” frente a Castilla.
Lo que no se puede negar es que geograficamente hay un territorio historico que se llama cantabria, que hay una cordillera que se llama cantabrica, que hay un mar que es el mar cantabrico y lo mas importante.. hay una gente que reciben el gentilicio de Cantabros
¿Que“hay una gente que reciben el gentilicio de Cantabros”?
Más bien, gente que recibió antiguamente el gentilicio de cántabros.
Los santanderinos actuales se denominan así solo porque una mafia de santanderinos avispados así lo dispuso, y el invento coló en las Cortes en 1982.
(También los políticos segovianos quisieron hacer algo parecido con Segovia …y si aquello hubiera colado ahora no estaríamos hablando de segovianos sino de “arévacos” o de “vetones” y no de Segovia sino de “Arevaquia”, de “Vetonia” o alguna sandez por el estilo, que a estas alturas ya sería “academicamente” y “cientificamente” cierta…
País de mierda.)
De aquellos cántabros no quedó ni rastro (bueno, quizás algunos genes dentro de unos cuantos millones de cada santanderino, burgalés palentino, segoviano, vallisoletano etc. actuales).
La actual gente santanderina es, como sus vecinos, a su vez mezcolanza de todos los cántabros, vacceos, celtas, romanos, visigodos, vascones, castellanos y resto de españoles que han ido repoblándose y mezclándose entre sí a lo largo de 20 siglos.
Toda la demás toponimia cántabra de que hablas es verdadera, excepto que esa geografía (territorio, cordillera, mar) no se identificó jamás con la provincia (artificial) de Santander; a la que vuestra taifa peculiar (y vosotros que os lo acabais creyendo por el machaqueo continuado) viene identificando con “Cantabria” desde hace 25 años (“Cantabria” o como les hubiera dado la gana de denominar a la provincia de Santander, lo importante para ellos era el mangoneo del chiringuito).
Se me olvidaba.
Para finalizar, un apunte ridículo y definitorio sobre la seña de identidad “cántabra”: su “gloriosísima” bandera roja y blanca no consiste sino en los colores de que constaba, al tiempo de crear el invento autonomista, la matrícula náutica de las embarcaciones del puerto de Santander.
¡¡No encontraron otra bandera “cántabra” más antigua o más apropiada!!!
Patético pero cierto.
Marcadores