La Leyenda de Los Jueces de Castilla
La Leyenda de Los Jueces de CastillaUn día de caza, Fernán González se presento ante el rey de León montando un caballo de gran belleza llevando un azor igualmente bello para practicar la cetrería. El rey quedó prendado de ambos animales e insistió en comprárselos a Fernán González.
Tras el acuerdo, como el rey no llevara el dinero encima, le prometió al castellano que, por cada día que pasara, el rey doblaría el precio acordado. Pasado un tiempo, Fernán González le recordó al rey su deuda. Este hizo cuentas y se dio cuenta que la cantidad que adeudaba al conde era tan astronómica que no podía pagarla.
"¿Qué puedo ofrecerte a cambio?", preguntó el rey.
"La independencia de Castilla", respondió Fernán González. "
Antes de lograr Castilla su independencia y cuando aún no tenía condes, debían los castellanos ventilar todos sus pleitos en la corte real de León ; pero como fuese largo el viaje, difícil el camino y en dicha corte no se hiciese justicia a los litigantes, imponiéndoles, además, vejámenes sin cuento por el solo pretexto de ser castellanos, resolvieron los magnates de Castilla, de común acuerdo, designar a dos caballeros, Nuño Nuñez, apellidado Rasura y Laín Calvo, para que ejerciendo el oficio de árbitros componedores, y prescindiendo de las leyes vigentes en el Fuero Juzgo y de los jueces reales, aviniesen entre sí a los litigantes, y de esta forma no hubiera necesidad de acudir a la corte real de León. El procedimiento persistió en Castilla después de la muerte de los susodichos árbitros y se aplicó durante el gobierno de sus condes y reyes posteriores, recibiendo una especial autoridad y crédito de la circunstancia de haber sido descendientes de dichos árbitros los dos héroes más famosos de Castilla: Fernán González y el Cid Campeador, aquel de Nuño Rasura y éste de Laín Calvo.![]()
Marcadores