Lo que tendrían que derribar estos patriotas de fin de semana son la cincuentena de establecimientos de comida basura (gringa, indú, congoleña...) que hay entre Plaza Catalunya y Colón. Lo que tendrían que derribar estos patriotas de calimotxo y chocolate del moro, son las empresas de trabajo temporal, las grandes multinacionales y los sindicatos amarillos que traicionan a los trabajadores cada día y en cada convenio que firman.

Derribar un toro que no se mueve, tiene poco mérito, y es propio de talibanes locales aburridos de fumar tantos porros.