Esto que voy a decir puede resultar impopular a algunos pero cada día estoy más convencido: el rebaño es imbécil, completamente estúpido. No en vano se les llama así, "rebaño" y se les presenta como ovejas asustadizas que se pueden llevar de acá para allá. Siempre un pequeño grupo decidido y con poder real (económico, cultural, militar) marca las pautas, abiertamente o de forma sutil --como por ejemplo mediante el Gran Hermano que padecemos. La masa no tiene ni pajolera idea de lo que se le pregunta, ni sabe lo que quiere, ni mucho menos es capaz de entender de matices. Contestan lo que saben que deben contestar para no desentonar demasiado. Si les preguntas a los esquerristas, por ejemplo, si la sanidad es competencia de la Gencat o de L'Estat, todos sabemos lo que contestarían tres de cada cuatro. Si les preguntas por la historia de la Estelada, ni la conocen. Si les preguntas si están orgullos de su identidad te dirán que muchísimo, pero si a continuación les inquieres por su opinión acerca de la sustitución demográfica alias "inmigración" (un 30% de los bebés, hijos de extranjeros) te dirán que "están a favor de la sociedad multicultural". Porque no tienen ni puñetera idea de lo que realmente significa ni de lo que hay detrás, pero sí saben qué dicterios deben evitar y qué se supone que hay que opinar para ser aprobado por los comisarios ideológicos del cotarro. Así de claro. Que sean un 16% o un 10% o un 5% es un desastre si resulta que están organizados, son activísimos, controlan los aparatos del poder político, controlan la comunicación, son dueños de la cultureta y viven en plena alianza con la oligarquía económica que financia todo lo anterior, incluidos sus partidos y sindicatos. "Un hombre armado controla a cien", decía el bastardo de Lenin. Y hay muchas clases de armas. Al final es un minoría activa, poderosa --en algún modo-- y organizada la que se lleva el gato al agua. Eso también lo decía este individuo. O como decía Spengler "un batallón de soldados es el que salva la civilización", por poner un contrapunto positivo a esa misma idea. Esos juegos de porcentajes... los fabrican minorías. Si hay un ejemplo es el vasco. El separatismo allí no es que lo empezara una minoría, es que lo empezó un grupúsculo de iluminados con financiación de un naviero zumbado que ni siquiera era vasco.
Hace unos días traía una noticia que señalaba que el 60% de los programas que se ven en la televisión expañola son fruto de dos productoras, sólo dos, las dos ultraprogres. Y es el 60% de más éxito, lo que significa que abarca quizás el 80% de la audiencia de las series o el 70% de los late shows, por poner cifras a ojo. Cuando el 70-80% de tu población está sometida al bombardeo continuo y subrepticio de la propaganda, ¿qué se puede esperar? Pues bien, ese mismo esquema se reproduce a nivel local con los separatistas. ¿Qué se puede esperar entonces? En la escuela, en el periódico, en televisión, en la radio, en todas partes...
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