Re: Newton: ateo y supersticioso

Iniciado por
Martin Ant
Valmadian. No me ha entendido. Reproduje su brillante exposición en el otro hilo, para a continuación pasar a responderle. Si el tema está cerrado no puedo responderle al tema específico de los sistemas ptolemaico-copernicano.
Me temo que quien no ha entendido sea usted: esa exposición es de Westfall, no mía. Y para exponer sus opiniones lo puede hacer aquí o en cualquiera de los otros 7 hilos abiertos con los mismos contenidos y argumentos. Porque ya hay otros hilos específicos que usted abrió y que tratan de los sistemas ptolemaico y heliocéntrico. Cualquiera lo puede comprobar. En cualquier caso, encuentro muy apropiado que tal cuestión se debata aquí para que así se incorpore La Ley de Gravitación Universal de Newton que confirmó la veracidad del sistema heliocéntrico. Otra cuestión será que, una vez que quede bien aclarado el tema, se abra un hilo que relate el proceso histórico desde entonces hasta hoy con la incorporación de los progresivos descubrimientos que fueron convirtiendo al heliocentrismo en la realidad que es, no sólo en un modelo más o menos elegante.
Última edición por Valmadian; 02/03/2013 a las 20:00
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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