Otras cifras que suelen acompañar a los aumentos y diámetro de los objetivos, expresados siempre en la montura (recuerdo: cuerpo del instrumento), son los grados o los metros o yardas abarcados a 1.000 m o a 1.000 yd. ( 1 yarda = 91 cm)

Este dato es importante, pues nos indica el campo visual expresado en grados (de arco). A modo de ejemplos, suele ser muy común que en los prismáticos de 7X50, ponga algo así como 124/1000, eso significa que a 1.000 metros el campo visual abarcado tiene un diámetro de 124 metros. Si queremos saber cuántos grados de arco son esos 124 metros, dividiremos por la constante 17'5, el resultado será de 7º y casi 1 minuto de arco. Para hacernos una idea aproximada, es conveniente recordar que la Luna llena tiene un diámetro de medio grado. Y esto significa que en el campo visual de unos prismáticos así cabrían 14 lunas llenas consecutivas.

La otra medida muy común y que nos sirve como segundo ejemplo, son los prismáticos de 10X50. En este caso la mayoría de estos instrumentos suelen dar el dato de 114/1000 y frecuentemente menor, como 87 ó 90. Si hacemos la comprobación, veremos que los grados del campo visual disminuyen: 6'5º (114/1000), 5º (87/1000 -siempre se redondean-, 90/1000)

Es totalmente común que a mayor cantidad de aumentos, menor campo visual y menor luminosidad.

Queda comentar algo acerca de la llamada pupila de salida, que siendo algo complicadillo de representar en un esquema, es visible en los oculares por donde se observa. Está relacionada con la luminosidad y con el relieve ocular (distancia al ojo para encontrar foco, viene determinado por el fabricante). En los instrumentos con buen diseño la pupila de salida permite una observación muy cómoda con un relieve ocular entre los 18 y los 21 mm. Pero esta situación suele ser todo lo contrario con prismáticos de la marca SUPERZENITH, quizás la más vendida de los años 60 a 80, y que suelen ser los que más abundan olvidados en los cajones. Es una pena que siendo instrumentos "Made in Japan", asequibles, con una óptica muy aceptable y muy ergonómicos (la adaptación a las manos), sin embargo, tengan un relieve ocular pobre que obliga a "pegar" los ojos a los oculares.