La Iglesia Católica nunca denominó al modelo geocéntrico como modelo platónico, aristotélico o pagano. En cambio, curiosamente, al modelo heliocéntrico nunca lo denominó con ese nombre, sino que lo denominó con el nombre de modelo pitagórico.
Le recomiendo que se compre un buen libro de Historia de la Ciencia, pues no se trata de la denominación que se haga, sino de los principios filosóficos como explicación que dieron ambos pensadores sobre el mundo y la física. En cualquier manual que trate de esta temática tiene usted todo. Y lo de "modelo pagano" lo afirmo yo personalmente, el cual, según ese tribunal del que más arriba ya se ha comprobado su actuación -que no quiero calificar-, estaba más "acorde" con las Sagradas Escrituras (según ellos, claro) que la revisión de lo conocido hasta el momento y que ya venía siendo sostenido por otros religiosos y hasta teólogos.

Durante siglos se fue produciendo un revisionismo que no ha llegado a popularizarse, pero que se recoge ampliamente en ese tipo de libros, y lo que le pasó a Galileo fue otra cosa. Su obrita de teatro, con sus indisimuladas burlas, es lo que realmente le valió la condena. Ese y no otro, fue el motivo de la intervención del tribunal, pues se trataba de impedir el menoscabo de la autoridad de la que estaban investidos. El problema es que no calcularon las consecuencias futuras. Por ejemplo, las manchas solares que ellos niegan en su absoluta ignorancia al respecto, son una realidad. para verlas sólo hay que hacer lo siguiente: vaya usted un establecimiento especializado en instrumentos de Astronomía, por ejemplo Óptica Roma en Madrid. Pida una lámina solar de la marca Baader, que es un polímero plateado que recuerda al papel Albal pero que filtra el 99'99% de la radiación solar. Su precio ronda los 20 euros y puede usted recortarla a su gusto. A continuación, fije sendos círculos recortados sobre los objetivos de unos simples prismáticos y monte éstos encima de un trípode fotográfico a efectos de estabilidad de las imágenes. Busque el Sol (extremando las precauciones) y métalo dentro del campo visual de sus prismáticos. Ya está usted en condiciones de aplicar el "Número de Wolf" para contar las manchas y seguir la evolución de las mismas. Y también está en condiciones para comprobar como se van desplazando con las horas a los largo del disco solar mostrando claramente su rotación.

Y ya tiene usted a la vista la prueba directa de la falsedad de uno de los cargos...¿sigo con los demás? Ahora viene una pregunta que no me cansaré de hacer: ¿en qué parte se contradice a las Sagradas Escrituras? y la pregunta tiene su enjundia porque nadie puede falsearlas, repito NA-DIE.