Re: El Evolucionismo, por el P. Baliña

Iniciado por
Xaberri
Oí al Padre Carreira jesuita astrofísico, creo que creyente cristiano, que lo más gordo - lo doctrinal- achacable a Darwin es que para él las mutaciones positivas son azar, cuando para los cristianos responden a una finalidad, ahora diseño inteligente.
Bueno, la cuestión del azar está en la base de toda esta problemática. El término y el concepto han sido aplicados como una especie de "comodín" cuando no hay otra alternativa que llegar a una conclusión de que o no se sabe nada en realidad acerca de las causas, o que hay un Creador. Luego, el azar es una opción que podría ser posible si se dan previamente dos condiciones: que no haya "necesidad" y que haya "contingencia".
La primera nos dice que habiendo esa "necesidad" no puede haber azar, ejemplo, si con una mano sujetamos un objeto en el aire y lo soltamos a continuación, se caerá "necesariamente" por efecto de la gravedad. Es decir hay una causa que excluye el azar; olvidemos el clásico globito infantil y otros artefactos y juguetes que vuelan -al final caen también-). Luego, la contingencia lo que determina es que para que haya azar se han de dar unas condiciones existentes previas. Por eso, las explicaciones sobre el origen del Universo no suelen pasar de especulaciones que caen en el absurdo del non sequitur; algunas de las cuales parecen estar elaboradas por echadores de cartas o lectores de una bola de cristal. Aparte de que entre cosmólogos se empleen términos confusos, que siendo iguales que los que se aplican en Metafísica, luego resulta que no significan lo mismo. Vamos, dicho en términos vulgares es aquello de "donde dije digo, dije Diego." Particularmente, porque siendo términos metafísicos no queda otra que enfocarlos de esa manera pues su significado es claro y a esos cosmólogos se les hacen muy incómodos, ya que entonces no encajan en sus modelos matemáticos, es decir, cambian el sentido de los términos y conceptos expresados, para que se adapten a sus fórmulas, en lugar de hacerlo al contrario ya que éstas no son otra cosa que especulaciones lógicas elaboradas con números en una pizarra sin sustento experimental y probatorio alguno.
Ahora, el problema sobre el azar en Darwin no es tanto el cómo una especie puede variar algunos rasgos a causa del aislamiento -caso que se da, en efecto-, aunque yo personalmente sigo sin encontrar azar en ello. El problema se plantea cuando el asunto se extrapola hacia atrás y para contarnos que la jirafa procede de un artrópodo (metafórico) de ocho patas que existió hace 500 millones de años, y eso lo argumentan recurriendo al azar. Azar que se extiende a numerosas especies intermedias, especies desconocidas, de las que nada se sabe, tanto que ni siquiera se sabe si han existido.
Por ello, a mi antes que hablar de "agujeros" en la Cronología, me gusta plantear los significados de los conceptos que manejamos, pienso que es mucho más eficaz y más lógico. Así, cuando nos hablan de equis millones de años -o de dinero, da igual-, nos están diciendo cosas que carecen de sentido alguno. Y es que nuestra mente no funciona de esa manera. Si dicen que el antepasado de "...", existió hace tantos millones de años, no me están diciendo nada salvo una expresión vacía de contenido, y me explico. ¿Cuánto es un millón? Si se trata de años obviamente serán por ejemplo 365 millones de días (en números redondos y según nuestro calendario), pero yo seguiré sin entender realmente qué es eso, pues puedo plantear también qué es un día y qué son 365 millones de ellos consecutivos. Necesito otra cosa, algo que yo si pueda percibir con mis sentidos y luego esas sensaciones computarlas en el cerebro. Así pues, propongo un ejemplo mucho más comprensible: ¿cuánto mide en monedas un millón de euros?
La moneda de euro tiene un diámetro de 32 mm. Tomemos un millón de ellas y pongámoslas en línea en contacto unas con otras. El resultado es una línea de 32 kilómetros, y ahora pensemos en alguna distancia que conozcamos por recorrerla habitualmente que tenga esos kilómetros. Eso es más fácil de representar mentalmente, y si convertimos cada moneda de euro en un año, tendremos una aproximación de lo que significa esto. Más todavía, dividamos los 32 milímetros del diámetro de la moneda en 365 partes (0'08 centésimas de mm) y tendremos las partes correspondientes a los días de un millón de años. En resumen, imaginemos esos 32 km de monedas, con cada una de ellas dividida en 365 partes. Después hablemos de azar a lo largo de "equis" millones de años, sin tener ninguna secuencia, ni disponer de evidencia alguna ni azarista, ni evolutiva. Y ahí tendremos todos los elementos de duda que queramos, más todavía, se nos ha de contestar en los mismos términos argumentales, no con falacias de pretendida autoridad: "por que lo dicen", o "porque lo digo yo".
Última edición por Valmadian; 27/09/2012 a las 14:04
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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