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Tema: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

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  1. #1
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    Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

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    El Papa ha firmado ya el Motu Proprio que liberaliza la Misa tradicional.
    No sabemos ya las veces que nos hemos engañado en cuanto a la publicación del Motu Proprio de Benedicto XVI en el que se liberalizara completamente la Misa tradicional, también llamada tridentina o de Pío V. Y tantas veces hemos confundido el deseo con la realidad que últimamente hemos renunciado a dar noticias al respecto. Pero ahora, de nuevo, no tenemos más remedio que tomar el riesgo de hablar no sólo de la publicación inminente, sino que incluso el documento original en Latín ya ha sido firmado. Y estas son algunas de las noticias publicadas los últimos días
    1º) Con fecha de 15 de junio, la agencia I-MEDIA publica una noticia diciendo que el Motu proprio está ya firmado y cuyo encabezado es el siguiente:
    Le Motu Proprio libéralisant le rite tridentin a été signé par Benoît XVI.

    2º) I-Media es una de las fuentes más seguras en cuanto al Vaticano, pero además ésta vez la confirma la Web papanews.it, que en un artículo firmado por Bruno Volpe, confirma que el Motu Proprio está ya firmado en su versión oficial en Latín, y que está siendo traduciendo a las distintas lenguas antes de ser publicado definitivamente, cosa que coincidirá con el inicio de las vacaciones estivales del Santo Padre.

    3º) Por otra parte en los últimos dias se ha publicado una carta del presidente de la federación internacional Una Voce, que dice así:

    Viernes 15 de junio de 2007
    13 Junio de 2007
    Informe preliminar corto
    Estimados amigos,
    Leo Darroch , Monika Rheinschmitt y yo hemos regresado justamente de una visita a Roma. El martes 12 de junio nos recibieron en reuniones separadas por el cardenal Castrillon Hoyos y Mons. Perl de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei y por el Arzobispo Ranjith de la congregación para el Culto divino.
    En la mañana del miércoles 13 de junio estuvimos en la Audiencia General del Papa Benedicto y tuvimos asientos en la "Prima Fila" ("primera fila"). Esto nos dio la oportunidad de tener algunas palabras privadas con el Santo Padre durante un par de minutos. Las conversaciones con el Santo Padre son confidenciales pero podemos confirmar por las palabras de Su Santidad que lo Motu Proprio vendrá pronto.
    Tanto el Cardenal Castrillon Hoyos como el arzobispo Ranjith estuvieron muy accesibles y amistosos. Les entregamos algunos documentos sobre la situación en nuestros países y les dijimos que una gran multitud de fieles y sacerdotes están esperando pacientemente, y tambien impacientemente, las noticias de Roma acerca de la mayor libertad para la liturgia tradicional. Y no sólo la Misa sino de todos los libros litúrgicos. Les dimos también a cada uno un volumen encuadernado con todos los manifiestos públicados alrededor del mundo en los últimos meses apoyando al Santo Padre.
    Expresamos nuestro pesar de que algunas reuniones de obispos hayan escrito a Roma contra el próximo indulto, pero dimos nuestra opinión de que estos obispos no habían consultado a nadie sobre sus decisiones y, en esta materia, no hablaron por sus fieles o por muchos de sus sacerdotes. Fuimos urgidos para orar por el Santo Padre y la Iglesia entera en estas días difíciles.
    Recuerdos,
    En Christo,
    Gato P. Oostveen.



    4º) La Agencia ANSA, que cita fuentes de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei ", el viernes (15/06/2007), a anunciar la proximidad de la publicación del Motu Proprio del que incluso dice saber que tiene tres páginas.

    5º) La Agencia EFE se hace eco de la noticia de la firma del Motu proprio.

  2. #2
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    ¡Gran noticia!

  3. #3
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    Motu Proprio: sábado 7 es el día.

    Enviado por Marcelo González el Vie, 2007-07-06 14:32. CIUDAD DEL VATICANO, 6 JUL 2007 (VIS).-Mañana, sábado 7 de julio, el Vatican Information Service transmitirá un servicio especial con motivo de la publicación de la Carta Apostólica "Motu Proprio data" de Benedicto XVI "Summorum Pontificum" sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970. Acompañará al documento una carta explicativa del Santo Padre.

    .../.../... VIS 070706 (50)

  4. #4
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    Motu Proprio de Benedicto XVI sobre la Misa tradicional,
    Transcribimos a continuación la traducción no oficial al castellano que ha facilitado la Oficina de Prensa de la Santa Sede (VIS), de la Carta Apostólica "Motu Proprio data", "Summorum Pontificum" de Benedicto XVI, sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970. El texto original está escrito en latín.



    MOTU PROPRIO "SUMMORUM PONTIFICUM"
    "Los sumos pontífices hasta nuestros días se preocuparon constantemente porque la Iglesia de Cristo ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de "alabanza y gloria de Su nombre" y "del bien de toda su Santa Iglesia".
    "Desde tiempo inmemorable, como también para el futuro, es necesario mantener el principio según el cual, "cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe". (1)
    "Entre los pontífices que tuvieron esa preocupación resalta el nombre de San Gregorio Magno, que hizo todo lo posible para que a los nuevos pueblos de Europa se transmitiera tanto la fe católica como los tesoros del culto y de la cultura acumulados por los romanos en los siglos precedentes. Ordenó que fuera definida y conservada la forma de la sagrada Liturgia, relativa tanto al Sacrificio de la Misa como al Oficio Divino, en el modo en que se celebraba en la Urbe. Promovió con la máxima atención la difusión de los monjes y monjas que, actuando según la regla de San Benito, siempre junto al anuncio del Evangelio ejemplificaron con su vida la saludable máxima de la Regla: "Nada se anticipe a la obra de Dios" (cap.43). De esa forma la Sagrada Liturgia, celebrada según el uso romano, enriqueció no solamente la fe y la piedad, sino también la cultura de muchas poblaciones. Consta efectivamente que la liturgia latina de la Iglesia en sus varias formas, en todos los siglos de la era cristiana, ha impulsado en la vida espiritual a numerosos santos y ha reforzado a tantos pueblos en la virtud de la religión y ha fecundado su piedad".
    "Muchos otros pontífices romanos, en el transcurso de los siglos, mostraron particular solicitud porque la sacra Liturgia manifestase de la forma más eficaz esta tarea: entre ellos destaca San Pío V, que sostenido de gran celo pastoral, tras la exhortación de Concilio de Trento, renovó todo el culto de la Iglesia, revisó la edición de los libros litúrgicos enmendados y "renovados según la norma de los Padres" y los dio en uso a la Iglesia Latina" .
    "Entre los libros litúrgicos del Rito romano resalta el Misal Romano, que se desarrolló en la ciudad de Roma, y que, poco a poco, con el transcurso de los siglos, tomó formas que tienen gran semejanza con las vigentes en tiempos más recientes".
    "Fue éste el objetivo que persiguieron los Pontífices Romanos en el curso de los siguientes siglos, asegurando la actualización o definiendo los ritos y libros litúrgicos, y después, al inicio de este siglo, emprendiendo una reforma general"(2). Así actuaron nuestros predecesores Clemente VIII, Urbano VIII, san Pío X (3), Benedicto XV, Pío XII y el beato Juan XXIII.
    "En tiempos recientes, el Concilio Vaticano II expresó el deseo che la debida y respetuosa reverencia respecto al culto divino, se renovase de nuevo y se adaptase a las necesidades de nuestra época. Movido de este deseo, nuestro predecesor, el Sumo Pontífice Pablo VI, aprobó en 1970 para la Iglesia latina los libros litúrgicos reformados, y en parte, renovados. Éstos, traducidos a las diversas lenguas del mundo, fueron acogidos de buen grado por los obispos, sacerdotes y fieles. Juan Pablo II revisó la tercera edición típica del Misal Romano. Así los Pontífices Romanos han actuado "para que esta especie de edificio litúrgico (...) apareciese nuevamente esplendoroso por dignidad y armonía"(4).
    "En algunas regiones, sin embargo, no pocos fieles adhirieron y siguen adhiriendo con mucho amor y afecto a las anteriores formas litúrgicas, que habían embebido tan profundamente su cultura y su espíritu, que el Sumo Pontífice Juan Pablo II, movido por la preocupación pastoral respecto a estos fieles, en el año 1984, con el indulto especial "Quattuor abhinc annos", emitido por la Congregación para el Culto Divino, concedió la facultad de usar el Misal Romano editado por el beato Juan XXIII en el año 1962; más tarde, en el año 1988, con la Carta Apostólica "Ecclesia Dei", dada en forma de Motu proprio, Juan Pablo II exhortó a los obispos a utilizar amplia y generosamente esta facultad a favor de todos los fieles que lo solicitasen"
    "Después de la consideración por parte de nuestro predecesor Juan Pablo II de las insistentes peticiones de estos fieles, después de haber escuchado a los Padres Cardenales en el consistorio del 22 de marzo de 2006, tras haber reflexionado profundamente sobre cada uno de los aspectos de la cuestión, invocado al Espíritu Santo y contando con la ayuda de Dios, con las presentes Cartas Apostólicas establecemos lo siguiente:
    Art. 1.- El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la "Lex orandi" ("Ley de la oración"), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante el Misal Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma "Lex orandi" y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la "Lex orandi" de la Iglesia no llevarán de forma alguna a una división de la "Lex credendi" ("Ley de la fe") de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.
    Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia. Las condiciones para el uso de este misal establecidas en los documentos anteriores "Quattuor abhinc annis" y "Ecclesia Dei", se sustituirán como se establece a continuación:
    Art. 2.- En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar sea el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 que el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita ningún permiso, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario.
    Art. 3.- Las comunidades de los institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, de derecho tanto pontificio como diocesano, que deseen celebrar la Santa Misa según la edición del Misal Romano promulgado en 1962 en la celebración conventual o "comunitaria" en sus oratorios propios, pueden hacerlo. Si una sola comunidad o un entero Instituto o Sociedad quiere llevar a cabo dichas celebraciones a menudo o habitualmente o permanentemente, la decisión compete a los Superiores mayores según las normas del derecho y según las reglas y los estatutos particulares.
    Art 4.- A la celebración de la Santa Misa, a la que se refiere el artículo 2, también pueden ser admitidos -observadas las normas del derecho- los fieles que lo pidan voluntariamente.
    Art.5. §1.- En las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962. Debe procurar que el bien de estos fieles se armonice con la atención pastoral ordinaria de la parroquia, bajo la guía del obispo como establece el can. 392 evitando la discordia y favoreciendo la unidad de toda la Iglesia.
    § 2.-La celebración según el Misal del beato Juan XXIII puede tener lugar en día ferial; los domingos y las festividades puede haber también una celebración de ese tipo.
    § 3.- El párroco permita también a los fieles y sacerdotes que lo soliciten la celebración en esta forma extraordinaria en circunstancias particulares, como matrimonios, exequias o celebraciones ocasionales, como por ejemplo las peregrinaciones.
    § 4.- Los sacerdotes que utilicen el Misal del beato Juan XXIII deben ser idóneos y no tener ningún impedimento jurídico.
    § 5.- En las iglesias que no son parroquiales ni conventuales, es competencia del Rector conceder la licencia más arriba citada.
    Art.6. En las misas celebradas con el pueblo según el Misal del Beato Juan XXIII, las lecturas pueden ser proclamadas también en la lengua vernácula, usando ediciones reconocidas por la Sede Apostólica.
    Art.7. Si un grupo de fieles laicos, como los citados en el art. 5, §1, no ha obtenido satisfacción a sus peticiones por parte del párroco, informe al obispo diocesano. Se invita vivamente al obispo a satisfacer su deseo. Si no puede proveer a esta celebración, el asunto se remita a la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".
    Art. 8. El obispo, que desea responder a estas peticiones de los fieles laicos, pero que por diferentes causas no puede hacerlo, puede indicarlo a la Comisión "Ecclesia Dei" para que le aconseje y le ayude.
    Art. 9. §1. El párroco, tras haber considerado todo atentamente, puede conceder la licencia para usar el ritual precedente en la administración de los sacramentos del Bautismo, del Matrimonio, de la Penitencia y de la Unción de Enfermos, si lo requiere el bien de las almas.
    §2. A los ordinarios se concede la facultad de celebrar el sacramento de la Confirmación usando el precedente Pontifical Romano, siempre que lo requiera el bien de las almas.
    §3. A los clérigos constituidos "in sacris" es lícito usar el Breviario Romano promulgado por el Beato Juan XXIII en 1962.
    Art. 10. El ordinario del lugar, si lo considera oportuno, puede erigir una parroquia personal según la norma del canon 518 para las celebraciones con la forma antigua del rito romano, o nombrar un capellán, observadas las normas del derecho.
    Art. 11. La Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", erigida por Juan Pablo II en 1988, sigue ejercitando su misión.
    Esta Comisión debe tener la forma, y cumplir las tareas y las normas que el Romano Pontífice quiera atribuirle.
    Art. 12. La misma Comisión, además de las facultades de las que ya goza, ejercitará la autoridad de la Santa Sede vigilando sobre la observancia y aplicación de estas disposiciones.
    Todo cuanto hemos establecido con estas Cartas Apostólicas en forma de Motu Proprio, ordenamos que se considere "establecido y decretado" y que se observe desde el 14 de septiembre de este año, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, pese a lo que pueda haber en contrario.
    Dado en Roma, en San Pedro, el 7 de julio de 2007, tercer año de mi Pontificado.
    NOTAS
    (1) Ordinamento generale del Messale Romano 3ª ed. 2002, n.937
    (2) JUAN PABLO II, Lett. ap. Vicesimus quintus annus, 4 dicembre 1988, 3: AAS 81 (1989), 899
    (3) Ibid. JUAN PABLO II, Lett. ap. Vicesimus quintus annus, 4 dicembre 1988, 3: AAS 81 (1989), 899
    (4) S. Pio X, Lett. ap. Motu propio data, Abhinc duos annos, 23 ottobre 1913: AAS 5 (1913), 449-450; cfr JUAN PABLO II lett. ap. Vicesimus quintus annus, n. 3: AAS 81 (1989), 899
    (5) Cfr Ioannes Paulus II, Lett. ap. Motu proprio data Ecclesia Dei, 2 luglio 1988, 6: AAS 80 (1988), 1498

  5. #5
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

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    promulga el Motu Proprio sobre la Misa tradicional: empieza una nueva era en la historia de la Iglesia.
    ¡Por fin, a Dios le sean dadas las gracias! Por fin la liturgia que durante siglos ha celebrado la iglesia puede ser celebrada con entera libertad. Incluso con una liberalidad mayor que la que mucho esperaban.
    Y sin entrar en los detalles, que ya habrá tiempo, vamos a resumir las condiciones en base a las cuales se puede celebrarla liturgia tradicional (no solo la Misa sino toda la liturgia) según la nueva norma:
    En términos generales se autoriza a usar la liturgia tradicional siempre que se desee y sin mayor limitación. De forma que tanto un sacerdote, como una congregación de cualquier tipo, como un grupo de fieles tienen todo el derecho ha celebrar la liturgia tradicional sin mayor limitación, ni permiso. En los institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, naturalmente y por obediencia, son el superior el que lo decide. Ademas, tata esa tolerancia es extensiva, no solo a la misa, sino tambien a los demás sacramentos, además del Breviario.
    Además no solo se permite sino que en el caso de las parroquias donde allá un grupo de fieles que así lo desee, el párroco esta obligado a permitirlo, estableciéndose los mecanismos para corregir cualquier negativa del párroco a hacerlo
    Más en detalle la norma se desarrolla según los siguientes principios:
    1. Todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso en las Misas celebradas sin el pueblo, pero a las que pueden ser admitidos los fieles que lo pidan voluntariamente.
    2. Las comunidades de los institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, de derecho tanto pontificio como diocesano, a menudo o habitualmente o permanentemente, y la decisión compete a los Superiores mayores según las normas del derecho y según las reglas y los estatutos particulares.
    3. En las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962. Si no ha obtenido satisfacción a sus peticiones por parte del párroco, infórmese al obispo diocesano. Y se invita vivamente al obispo a satisfacer su deseo. Si no puede proveer a esta celebración, el asunto se remita a la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".
    4. El párroco permita también a los fieles y sacerdotes que lo soliciten la celebración en esta forma extraordinaria en circunstancias particulares, como matrimonios, exequias o celebraciones ocasionales, como por ejemplo las peregrinaciones.
    5. Y el párroco puede decidir usar habitualmente la liturgia tradicional en los demás sacramentos.
    6. En las iglesias que no son parroquiales ni conventuales, es competencia del Rector conceder la licencia más arriba citada.
    7. Se puede usar sin ningún permiso el breviario tradicional.
    Esa es la norma, que prácticamente no ofrece ninguna resistencia a la celebración de la liturgia tradicional, sino que incluso la facilita. La revolución Ratzinger ha empezado. Sin duda una revolución que no va a verse en sus resultados en un día o en un año, sino que tardara más de una generación, pero, cuyos resultados será espectaculares a medio y largo plazo.
    No nos extraña nada la enconada medida que han ofrecido los modernistas a la medida. Una resistencia tan enconada que ni el mismo Santo padre quiere ocultarla cuando en su carta de presentación dice:
    “Noticias y juicios hechos sin información suficiente han creado no poca confusión. Se han dado reacciones muy divergentes, que van desde una aceptación con alegría a una oposición dura, a un proyecto cuyo contenido en realidad no se conocía.“
    Hoy es un día importante en la historia de la Iglesia. Hoy es un día para dar gracias a Dios.

  6. #6
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    julio 07, 2007

    Comunicado de prensa del Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X



    Mediante el Motu Proprio Summorum Pontificum, el papa Benedicto XVI ha restablecido los derechos de la misa tridentina, afirmando con claridad que el Misal Romano promulgado por San Pío V nunca fue abrogado. La Fraternidad Sacerdotal San Pío X se alegra de ver que la Iglesia se reencuentra con su tradición litúrgica, dando a los sacerdotes y fieles que habían sido privados de ella la posibilidad de acceder libremente al tesoro de la misa tradicional por la gloria de Dios, el bien de la Iglesia y la salvación de las almas. Por este gran bien espiritual, la Fraternidad San Pío X expresa al Sumo Pontífice su vivo agradecimiento.

    La carta que acompaña al Motu Proprio no oculta sin embargo las dificultades que aun subsisten. La Fraternidad San Pio X formula el deseo de que el clima favorable instaurado por las nuevas disposiciones de la Santa Sede permitan -luego del levantamiento del decreto de excomunión que todavía pesa sobre sus obispos- tratar con más serenidad los puntos doctrinales en litigio.

    Lex orandi, lex credendi, la ley de la liturgia es la de la fe. En fidelidad al espíritu de nuestro fundador Mgr Marcel Lefebvre, el apego de la Fraternidad San Pio X a la liturgia tradicional está indisociablemente unida a la fe que ha sido profesada "siempre, en todas partes y por todos".

    Menzingen, 7 de julio 2007

    Mgr Bernard Fellay

    (traducción mía de la nota de prensa de DICI)

  7. #7
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    Carta de Benedicto XVI a los obispos de todo el mundo en la presentación “Motu Proprio”.
    Queridos Hermanos en el Episcopado:
    Con gran confianza y esperanza pongo en vuestras manos de Pastores el texto de una nueva Carta Apostólica “Motu Proprio data” sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970. El documento es fruto de largas reflexiones, múltiples consultas y de oración.
    Noticias y juicios hechos sin información suficiente han creado no poca confusión. Se han dado reacciones muy divergentes, que van desde una aceptación con alegría a una oposición dura, a un proyecto cuyo contenido en realidad no se conocía.
    A este documento se contraponían más directamente dos temores, que quisiera afrontar un poco más de cerca en esta carta.
    En primer lugar existe el temor de que se menoscabe la Autoridad del Concilio Vaticano II y de que una de sus decisiones esenciales – la reforma litúrgica – se ponga en duda. Este temor es infundado. Al respecto, es necesario afirmar en primer lugar que el Misal, publicado por Pablo VI y reeditado después en dos ediciones sucesivas por Juan Pablo II, obviamente es y permanece la Forma normal – la Forma ordinaria – de la Liturgia Eucarística. La última redacción del Missale Romanum, anterior al Concilio, que fue publicada con la autoridad del Papa Juan XXIII en 1962 y utilizada durante el Concilio, podrá, en cambio, ser utilizada como Forma extraordinaria de la Celebración litúrgica. Non es apropiado hablar de estas dos redacciones del Misal Romano como si fueran “dos Ritos”. Se trata, más bien, de un doble uso del mismo y único Rito.
    Por lo que se refiere al uso del Misal de 1962, como Forma extraordinaria de la Liturgia de la Misa, quisiera llamar la atención sobre el hecho de que este Misal no ha sido nunca jurídicamente abrogado y, por consiguiente, en principio, ha quedado siempre permitido. En el momento de la introducción del nuevo Misal, no pareció necesario emitir normas propias para el posible uso del Misal anterior. Probablemente se supuso que se trataría de pocos casos singulares que podrían resolverse, caso por caso, en cada lugar. Después, en cambio, se demostró pronto que no pocos permanecían fuertemente ligados a este uso del Rito romano que, desde la infancia, se les había hecho familiar. Esto sucedió, sobre todo, en los Países en los que el movimiento litúrgico había dado a muchas personas una notable formación litúrgica y una profunda e íntima familiaridad con la Forma anterior de la Celebración litúrgica. Todos sabemos que, en el movimiento guiado por el Arzobispo Lefebvre, la fidelidad al Misal antiguo llegó a ser un signo distintivo externo; pero las razones de la ruptura que de aquí nacía se encontraban más en profundidad. Muchas personas que aceptaban claramente el carácter vinculante del Concilio Vaticano II y que eran fieles al Papa y a los Obispos, deseaban no obstante reencontrar la forma, querida para ellos, de la sagrada Liturgia. Esto sucedió sobre todo porque en muchos lugares no se celebraba de una manera fiel a las prescripciones del nuevo Misal, sino que éste llegó a entenderse como una autorización e incluso como una obligación a la creatividad, la cual llevó a menudo a deformaciones de la Liturgia al límite de lo soportable. Hablo por experiencia porque he vivido también yo aquel periodo con todas sus expectativas y confusiones. Y he visto hasta qué punto han sido profundamente heridas por las deformaciones arbitrarias de la Liturgia personas que estaban totalmente radicadas en la fe de la Iglesia.
    El Papa Juan Pablo II se vio por tanto obligado a ofrecer con el Motu Proprio “Ecclesia Dei” del 2 de julio de 1988, un cuadro normativo para el uso del Misal de 1962, pero que no contenía prescripciones detalladas sino que apelaba, en modo más general, a la generosidad de los Obispos respecto a las “justas aspiraciones” de aquellos fieles que pedían este uso del Rito romano. En aquel momento el Papa quería ayudar de este modo sobre todo a la Fraternidad San Pío X a reencontrar la plena unidad con el Sucesor de Pedro, intentando curar una herida que era sentida cada vez con más dolor. Por desgracia esta reconciliación hasta ahora non se ha logrado; sin embargo una serie de comunidades han utilizado con gratitud las posibilidades de este Motu Proprio. Permanece difícil, en cambio, la cuestión del uso del Misal de 1962 fuera de estos grupos, para los cuales faltaban normas jurídicas precisas, sobre todo porque a menudo los Obispos en estos casos temían que la autoridad del Concilio fuera puesta en duda. Enseguida después del Concilio Vaticano II se podía suponer que la petición del uso del Misal de 1962 se limitaría a la generación más anciana que había crecido con él, pero desde entonces se ha visto claramente que también personas jóvenes descubren esta forma litúrgica, se sienten atraídos por ella y encuentran en la misma una forma, particularmente adecuada para ellos, de encuentro con el Misterio de la Santísima Eucaristía. Así ha surgido la necesidad de un reglamento jurídico más claro que, en tiempos del Motu Proprio de 1988 no era previsible; estas Normas pretenden también liberar a los Obispos de tener que valorar siempre de nuevo cómo responder a las diversas situaciones.
    En segundo lugar, en las discusiones sobre el esperado Motu Proprio, se expresó el temor de que una más amplia posibilidad de uso del Misal de 1962 podría llevar a desórdenes e incluso a divisiones en las comunidades parroquiales. Tampoco este temor me parece realmente fundado.
    El uso del Misal antiguo presupone un cierto nivel de formación litúrgica y un acceso a la lengua latina; tanto uno como otro no se encuentran tan a menudo. Ya con estos presupuestos concretos se ve claramente que el nuevo Misal permanecerá, ciertamente, la Forma ordinaria del Rito Romano, no sólo por la normativa jurídica sino por la situación real en que se encuentran las comunidades de fieles.
    Es verdad que no faltan exageraciones y algunas veces aspectos sociales indebidamente vinculados a la actitud de los fieles que siguen la antigua tradición litúrgica latina. Vuestra caridad y prudencia pastoral serán estímulo y guía para un perfeccionamiento. Por lo demás, las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. La Comisión “Ecclesia Dei”, en contacto con los diversos entes locales dedicados al usus antiquior, estudiará las posibilidades prácticas. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo. La garantía más segura para que el Misal de Pablo VI pueda unir a las comunidades parroquiales y sea amado por ellas consiste en celebrar con gran reverencia de acuerdo con las prescripciones; esto hace visible la riqueza espiritual y la profundidad teológica de este Misal.
    De este modo he llegado a la razón positiva que me ha motivado a poner al día mediante este Motu Proprio el de 1988. Se trata de llegar a una reconciliación interna en el seno de la Iglesia.
    Mirando al pasado, a las divisiones que a lo largo de los siglos han desgarrado el Cuerpo de Cristo, se tiene continuamente la impresión de que en momentos críticos en los que la división estaba naciendo, no se ha hecho lo suficiente por parte de los responsables de la Iglesia para conservar o conquistar la reconciliación y la unidad; se tiene la impresión de que las omisiones de la Iglesia han tenido su parte de culpa en el hecho de que estas divisiones hayan podido consolidarse. Esta mirada al pasado nos impone hoy una obligación: hacer todos los esfuerzos para que a todos aquellos que tienen verdaderamente el deseo de la unidad se les haga posible permanecer en esta unidad o reencontrarla de nuevo. Me viene a la mente una frase de la segunda carta a los Corintios donde Pablo escribe: “Corintios, os hemos hablado con toda franqueza; nuestro corazón se ha abierto de par en par. No está cerrado nuestro corazón para vosotros; los vuestros sí que lo están para nosotros. Correspondednos; ... abríos también vosotros” (2 Cor 6,11-13). Pablo lo dice ciertamente en otro contexto, pero su invitación puede y debe tocarnos a nosotros, justamente en este tema. Abramos generosamente nuestro corazón y dejemos entrar todo a lo que la fe misma ofrece espacio.
    No hay ninguna contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum. En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores esa sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto.
    Obviamente para vivir la plena comunión tampoco los sacerdotes de las Comunidades que siguen el uso antiguo pueden, en principio, excluir la celebración según los libros nuevos. En efecto, no sería coherente con el reconocimiento del valor y de la santidad del nuevo rito la exclusión total del mismo.
    En conclusión, queridos Hermanos, quiero de todo corazón subrayar que estas nuevas normas no disminuyen de ningún modo vuestra autoridad y responsabilidad ni sobre la liturgia, ni sobre la pastoral de vuestros fieles. Cada Obispo, en efecto es el moderador de la liturgia en la propia diócesis (cfr. Sacrosancutm Concilium, n. 22: “Sacrae Liturgiae moderatio ab Ecclessiae auctoritate unice pendet quae quidem est apud Apostolicam Sedem et, ad normam iuris, apud Episcoporum”).
    Por tanto, no se quita nada a la autoridad del Obispo cuyo papel será siempre el de vigilar para que todo se desarrolle con paz y serenidad. Si surgiera algún problema que el párroco no pueda resolver, el Ordinario local podrá siempre intervenir, pero en total armonía con cuanto establecido por las nuevas normas del Motu Proprio.
    Además os invito, queridos Hermanos, a escribir a la Santa Sede un informe sobre vuestras experiencias tres años después de que entre en vigor este Motu Proprio. Si vinieran a la luz dificultades serias se buscarían vías para encontrar el remedio.
    Queridos Hermanos, con ánimo agradecido y confiado, confío a vuestro corazón de Pastores estas páginas y las normas del Motu Prorpio. Recordemos siempre las palabras que el Apóstol Pablo dirigió a los presbíteros de Efeso “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio Hijo” (Hechos 20,28).
    Confío a la potente intercesión de María, Madre de la Iglesia, estas nuevas normas e imparto de corazón mi Bendición Apostólica a Vosotros, queridos Hermanos, a los párrocos de vuestras diócesis y a todos los sacerdotes, vuestros colaboradores, así como a todos vuestros fieles.
    Dado en San Pedro, el 7 de Julio 2007.
    BENEDICTUS PP. XVI

  8. #8
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    Tururú

    Este motu proprio (hay que ver lo reñidos que con el latín están algunos "tradicionalistas") es patético.

    En el menos malo de los casos, vamos a tener "misas tradicionales" con monaguillas, prédicas heréticas, "comuniones" en la mano, mujeres en pantalones y sin velo y hombres vestidos de gigoló.

    ¡Qué gusto!

  9. #9
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Tururú

    Cita Iniciado por Le Curieux Ver mensaje
    Este motu proprio (hay que ver lo reñidos que con el latín están algunos "tradicionalistas") es patético.

    En el menos malo de los casos, vamos a tener "misas tradicionales" con monaguillas, prédicas heréticas, "comuniones" en la mano, mujeres en pantalones y sin velo y hombres vestidos de gigoló.

    ¡Qué gusto!
    Por favor, demos un voto de confianza a la medida.
    Realmente, es un paso gigantesco respecto a lo que había; y sobre todo que los más afectado por el asunto, la Hermandad de San Pío X, lo ven favorablemente; ellos conocen mejor que nadie los problemas que para su aplicación puede haber (y habrá). Pero problemas que serán marginales comparados con lo que había hasta ahora.

    Lo mejor de todo es que la celebración de la Misa será voluntaria, con lo cual todos esos personajes indeseados (monaguillas, mujeres en pantalones etc..) probablemente y seguramente NUNCA harán su aparición por allí y se quedarán en los lugares acostumbrados.
    Cosa que sí ocurriría si la Misa de San Pïo V fuese obligatoria de algún modo.

  10. #10
    Avatar de rey_brigo
    rey_brigo está desconectado la TRADCIÓN es la ESPERANZA
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    Gran noticia.

    Demos gracias a Dios.
    -"No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted es puramente sexual".
    Groucho Marx

  11. #11
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Motu Propio: ¿el 28 de Junio?

    Me encanta el siguiente párrafo de la carta del Papa a los obispos:

    Mirando al pasado, a las divisiones que a lo largo de los siglos han desgarrado el Cuerpo de Cristo, se tiene continuamente la impresión de que en momentos críticos en los que la división estaba naciendo, no se ha hecho lo suficiente por parte de los responsables de la Iglesia para conservar o conquistar la reconciliación y la unidad; se tiene la impresión de que las omisiones de la Iglesia han tenido su parte de culpa en el hecho de que estas divisiones hayan podido consolidarse. Esta mirada al pasado nos impone hoy una obligación: hacer todos los esfuerzos para que a todos aquellos que tienen verdaderamente el deseo de la unidad se les haga posible permanecer en esta unidad o reencontrarla de nuevo.

    Creo que define perfectamente la motivación más profunda del Santo Padre y, al mismo tiempo, es un ejemplo a seguir por todos los miembros de la Iglesia: Es básico, si amamos a la Iglesia, reconocer sus errores para evitar su repetición.
    "La Verdad os hará libres"

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