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Tema: Contra las tres culturas

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  1. #1
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    Re: Respuesta: Contra las tres culturas

    Gloria Lora: «La convivencia de las tres culturas es una mentira histórica».

    Esta profesora de Historia Medieval nació en Córdoba, ciudad donde se debate la propiedad de la Mezquita-Catedral al cabo de los siglos de la conquista de Fernando III.






    –¿Qué es Andalucía para usted?

    –Desde su conquista por el rey Fernando III y sus sucesores, Andalucía es la parte más meridional del reino de Castilla.

    –¿Entonces Andalucía es solamente la parte de una nación que no tiene identidad propia?

    –Desde la etapa medieval tiene una clara identidad dentro del reino, de manera que se la conoce como la frontera. Podríamos decir que Andalucía es la tierra de frontera.

    –¿Esa situación geográfica marca el ser del andaluz como un individuo fronterizo?

    –Más allá del andaluz como tal, que no existe, esa frontera marca la vida de la gente que vive en Andalucía.

    –La convivencia dorada y fraternal de las tres culturas en la Andalucía medieval es algo que se repite hasta la saciedad en los discursos que presumen de progresismo. ¿Estamos ante una verdad o un mito?

    –Es un absoluto mito. Es una gran mentira histórica.

    –¿Por qué?

    –Porque una cosa es la existencia de tres culturas –musulmana, judía y cristiana– y otra muy distinta es la convivencia de tres sociedades. Una cosa es convivir pacíficamente, como se quiere hacer ver desde esas instancias que usted ha mencionado, y otra cosa es coexistir. Cristianos y musulmanes conformaban las sociedades que coexistían en la Edad Media sobre el suelo andaluz, pero estaban enfrentados y se negaban mutuamente los unos a los otros.

    –¿De quién es la Mezquita-Catedral de Córdoba?

    –Es propiedad del Cabildo Catedral de Córdoba desde la época de Fernando III.

    –¿Y eso cómo se sabe? La polémica al respecto ha saltado otra vez…

    –En la Crónica de veinte Reyes de la época de Alfonso X el Sabio, el hijo del conquistador de Córdoba, se trata, en un manuscrito, de la inmediatez de la donación al Cabildo Catedral de la mezquita de los moros. Además, en el Archivo de la Catedral de Córdoba existen muchos documentos desde la segunda mitad del siglo XIII donde se contiene está información.

    –¿Eso era lo usual en aquella época de conquista?

    –Si se conocen las circunstancias en las que discurren los hechos, es comprensible la falta de un documento concreto, específico.

    –¿Podemos afirmar que la conquista de Córdoba a manos del rey de Castilla fue un hecho histórico planificado y documentado?

    –La conquista de Córdoba fue un hecho fortuito, lo que no quiere decir que no estuviera en los planes de los reyes castellanos, que desde siempre tuvieron la idea de completar la conquista de España.

    –¿Cómo se puede explicar que falten algunos documentos sobre este asunto?

    –Por las dificultades de la toma de la ciudad y las capitulaciones establecidas entre Fernando III y la autoridad musulmana. Eso explica la situación de Córdoba a partir del 29 de junio de 1236. Y también explica la falta de documentación al respecto.

    –¿Cómo historiadora de la Edad Media, a qué atribuye que ahora, al cabo de los siglos, se quiera cambiar la propiedad de este templo?

    –Esto que está sucediendo ahora es algo que no tiene lógica, ni existen fundamentos históricos ni jurídicos. Cabe pensar, entonces, que existen otras razones.

    –¿Cuáles serían esas otras razones?

    –Esta situación se vive en Córdoba desde hace unos años, no es algo nuevo. Ahora se ha intensificado, lo que me permite pensar que esto responde a las circunstancias especiales por las que está pasando España.

    –Hay quien parece reivindicar el Islam como seña de identidad del mítico Al Andalus, y que quiere convertir ese islamismo en algo progresista. ¿Qué relación tiene Andalucía con su pasado musulmán?

    –En Córdoba, la mayor parte de la población se siente muy orgullosa del pasado musulmán de la ciudad, pero eso no quiere decir que nos consideremos herederos del mundo musulmán.

    Historia, cristianismo, familia.

    Gloria Lora es una profesora que se siente bendecida por su profesión, a la que no tiene empacho en denominar como la más bonita del mundo. Apasionada de la historia, esta mujer se confiesa como cristiana muy convencida en estos tiempos que corren. Su actitud ante la propiedad de la Mezquita-Caatedral de Córdoba y ante el mito de las tres culturas le ha conllevado problemas que afronta con la convicción que la caracteriza. En cuanto a su familia, sostiene que es estupenda y que eso la ayuda a ser una mujer que siempre está contenta.

  2. #2
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    Re: Respuesta: Contra las tres culturas

    Cómo siete siglos de dominio musulmán no acabaron con el vino español

    EL GASTRONÓMADA

    VICTOR DE LA SERNA


    27 dic. 2018 10:06




    Un hombre toca el laúd frente a las esclavas cantoras, mientras que la anciana al fondo sostiene el vino / EL MUNDO


    Siete siglos de dominio musulmán no acabaron con el vino en España.

    Se vendía en tabernas de ciudades, vinculado a la prostitución y actividades como el canto y el baile, pero también entre príncipes y aristócratas.

    En estas fechas festivas para la cristiandad, con tantas referencias religiosas a la viña y al vino, solemos leer historias sobre Tierra Santa, una parte del mundo donde hoy impera el islam, religión que prohíbe el consumo de alcohol, y sobre lo que aún subsiste allí porque las minorías cristianas intentan mantener la tradición vitícola. Y, a la vez, resurge el interés sobre nuestro propio pasado: siete siglos de dominio musulmán no acabaron con la viña ni con el vino en España.

    Del Cercano Oriente nos llegan historias curiosas como las que suele seguir, en EL MUNDO, el suplemento Metrópoli: estos días ha sido la de las dos familias cristianas que han resucitado la tradición vitivinícola en Jordania, donde se había perdido hace siglos, y entre las dos despachan un millón de botellas al año, casi todas vendidas en el propio país pese a un fortísimo impuesto del 300%.

    También dimos en su día noticia de los Saadé, que han mantenido en activo su bodega en Siria, asesorada por el famoso enólogo francés Stéphane Derenoncourt, pese a la proximidad de su devastadora guerra civil. Y siempre es actualidad el vino del Líbano, el país con mayor presencia cristiana en la zona, con fincas vitícolas veteranas y prestigiosas, incluso en Europa y América, como Château Musar, Château Ksara o Château Kefraya.

    Esas historias nos hacen volver la mirada a nuestra propia historia, a aquel Al-Ándalus donde se cultivó la vid y se siguió bebiendo vino durante siglos. ¿Clandestinamente, por alguna forma de tolerancia, o porque la actitud del islam ante él no era idéntica a la actual, tan radicalmente restrictiva?

    En 2015 ése fue uno de los grandes temas de una exposición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyos expertos han estudiado los datos de las fuentes árabes escritas en Al-Ándalus y ratificaron fehacientemente que se bebía vino pese a su prohibición por la ley islámica.

    En grandes ciudades como Córdoba y Sevilla se bebía vino en tabernas y alhóndigas, o en espacios periurbanos como las orillas del río. Había una conexión evidente entre estos lugares de consumo y la práctica de la prostitución y otras actividades como el canto y el baile.

    La venta de vino -como la prostitución- estaba sujeta a una fiscalidad estatal, pero era perseguida regularmente cuando las autoridades políticas deseaban ejercer un control de las «gentes de mal vivir» y sus costumbres libertinas. Se trataba de ámbitos de marginalidad, marcada por la transgresión de las normas religiosas.


    En las 'tertulias de bebida', el vino era un signo de distinción igual que el cultivo de la poesía y la música


    Según explicaba la doctora Manuela Marín, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, en el extremo opuesto de la escala social, príncipes, aristócratas y soberanos mantenían un discreto consumo de vino que se hacía en un espacio de sociabilidad muy concreto: las «tertulias de bebida» que se llevaban a cabo en la parte privada de sus residencias y en las que participaban poetas, astrólogos, altos funcionarios, visires, etcétera. Participaban también esclavas cantoras y músicos, todo de acuerdo con una etiqueta bien establecida y en días fijados a lo largo de la semana. En este ambiente privilegiado, el vino era un signo de distinción, como lo era el cultivo de la poesía y de la música.

    Aunque beber era pecado y un delito, que se castigaba con pena de azotes, los juristas andalusíes consideraban el consumo privado como una elección individual, de la cual debería el pecador dar cuenta a Dios, mientras que el consumo público constituía un escándalo inaceptable, porque rompía el consenso de las normas comunitarias y era un ejemplo de mala conducta que debía ser castigado severamente. Las leyes islámicas más modernas, con sus interpretaciones restrictivas del Corán desde el siglo XIX, han eliminado esas tolerancias.

    En su libro Nuestros vinos - Els nostres vins (Ed. Vicent García, 1980), el investigador valenciano Vicente Simó Santonja ofrecía detalles significativos sobre la viña y el vino en una zona crucial para la agricultura del viejo Al-Ándalus, la del Levante, recogidos de los geógrafos árabes. Allí el cultivo de la viña y la elaboración de vino eran importantes, y tanto Al Idrisi como Al Himdjari resaltaban que abundaban los viñedos en todo el litoral valenciano desde Alicante hasta Burriana.

    Como recogía Simó, en el siglo XII el poeta valenciano Al Rusafi, oriundo de Ruzafa, había escrito con nostalgia de su pueblo natal: «Una tarde serena la pasamos bebiendo vino helado / ¡Bien por nuestra morada, donde se bebe por la noche, en un sitio que no nos deleita más que el zureo de las palomas! / Gorjean las aves, languidecen los ramos, y la tiniebla se bebe el rojo licor del crepúsculo».

    Prueba de la importancia del viñedo en tiempo musulmán es la publicación en el siglo XIII, inmediatamente tras la reconquista por Jaime I, del Llibre del Repartiment en el que aparecen más de 300 referencias de pueblos con viñedos en su territorio, de las que se deducen que los centros vitícolas más importantes eran Onteniente, Játiva, Sagunto y Peñíscola. Pero también existían viñas anteriores a la conquista cristiana en Valencia, Chirivella, Bocairente, Cocentaina, Alcira, Cullera, Segorbe... Un mapa mucho más extenso, sin duda, que el actual del viñedo costero valenciano.

    El vino, que es uno de los componentes innegables de la cultura mediterránea -y no sólo de la gastronómica- está amenazado o proscrito en su ámbito de origen desde hace muchos siglos. Su pervivencia, aun marginal y muy amenazada, es toda una historia para estos días postreros del año.




    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.elmundo.es/papel/gastro/...9568b4630.HTML

  3. #3
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    Re: Respuesta: Contra las tres culturas

    Al-Andalus no dejó rastro en la genética del sur de España

    Un estudio muestra la similitud del ADN respecto a otros habitantes de la Península y pueblos europeos pese a la prolongada presencia árabe

    Miguel Ángel Criado

    5 JUN 2019 - 08:16 CEST




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    'La rendición de Granada' (1882). Boabdil, el último rey musulmán, rinde Granada a los Reyes Católicos, en un cuadro de Francisco Pradilla y Ortiz que se guarda en el Senado. Getty Images


    Almerienses, granadinos y malagueños tienen tanto de africanos como los gallegos o castellanos. A pesar de la larga presencia árabe y norteafricana en esta porción de España, un estudio genético muestra ahora que su huella genética en el sur apenas ha pervivido. Ni siquiera hay diferencias genéticas significativas con otros pueblos europeos.

    Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han analizado el ADN del cromosoma Y, de transmisión patrilineal y presente solo en los varones, de casi 150 andaluces de las provincias de Almería, Granada y Málaga. Junto a porciones limítrofes, formaron el grueso del reino nazarí de Granada, la última entidad política musulmana española hasta la derrota de Boabdil en 1492. Sería de esperar que allí donde se mantuvo la presencia árabe y norteafricana más tiempo, su huella genética fuera mayor.

    "Pero el legado genético norteafricano en esta zona es igual al de otras regiones de España, incluso menor que en algunas, como en partes aisladas de Galicia", explica la investigadora del Laboratorio de Identificación Genética de la UGR y coautora del estudio, María Saiz. La lógica de la historia induce a pensar que debería de haber un gradiente norte-sur de la huella genética norteafricana en la geografía española que fuera casi en paralelo al avance cristiano. Sin embargo, este trabajo muestra lo contrario, con un peso genético africano en el sur que es igual o inferior al observado en el norte en otros estudios.


    Almerienses, granadinos y malagueños tienen tanto de norteafricanos como castellanos o gallegos


    La investigación, publicada en Scientific Reports, desvela que el haplogrupo (variaciones genéticas que permiten determinar el posible origen geográfico) más común en la muestra también está presente hasta en el 70% de los europeos, en particular en los del sur y el este de Europa. De hecho, la distancia genética con italianos, croatas, serbios o griegos es mínima. El segundo haplogrupo más frecuente es el E1b1b1, presente en el 11% de los analizados. Dentro de él, el 4,79% portan un subhaplogrupo (E1b1b1b) que llevan más del 80% de los marroquíes de origen bereber. Pero es un porcentaje que se había encontrado ya en otras poblaciones de España.

    "La presencia de haplogrupos típicamente africanos en la población de Granada, Málaga y Almería no es significativa cuando se compara con las frecuencias de estos en poblaciones europeas, tanto mediterráneas como del norte de Europa", explica Saiz.

    Los autores de la investigación intentaron relacionar genética con antroponimia. Como el cromosoma Y, en España el apellido también se transmite de padres a hijos. Así que buscaron una conexión entre los 108 apellidos de la muestra (alguno se repetía) y su haplogrupo. La mayoría de ellos eran de origen castellano, pero no encontraron una vinculación clara. Por ejemplo, quienes compartían apellido y no tenían relación de parentesco, mostraron una distancia genética similar entre ellos que la que tenían con otros de los estudiados. De los seis apellidos de origen árabe, solo uno identificaba a una persona con ancestros de la península arábiga.


    El haplogrupo más común entre la muestra andaluza es el mismo que domina en el resto de Europa


    La porción musulmana de lo que sería España aguantó en el sur de la península Ibérica al menos 300 años al avance de los reinos cristianos. Pero ese tiempo extra no ha dejado rastro extra. Aunque los autores del estudio son genetistas y no historiadores, creen que una posible explicación a estos resultados podría estar en la expulsión de los moriscos.

    En el contexto de la intolerancia religiosa de la época, la rebelión de Las Alpujarras (1568-1571), provocó la dispersión de los rebeldes granadinos por el resto de Castilla. Además, preparó el terreno para que Felipe III ordenara la expulsión de todos los moriscos a comienzos del siglo XVII. Aunque la mayoría salieron de los reinos de Valencia y de Aragón, aquella dispersión previa y la repoblación con gentes de otras partes del reino, en palabras de Saiz, "borró aún más el legado genético norteafricano en el sur".



    _______________________________________

    Fuente:

    https://elpais.com/elpais/2019/06/04...-HT1RB5dJbhxuY




  4. #4
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    Re: Respuesta: Contra las tres culturas

    El mito de la convivencia de las Tres Culturas: los esclavos cristianos del Al-Ándalus

    2 semanas hace DarioMadrid





    Según la podemita Sra. Franco en el Al-Andalus convivían musulmanes, cristianos y judíos en feliz armonía. Entiendo que desconoce que Almanzor, caudillo musulmán del siglo X, lanzó numerosas aceifas para «cosechar» miles de esclavos cristianos, la mayoría mujeres.

    «Durante los veinticinco años que duraron las expediciones de Almanzor, fue trasladado al sur un importante contingente de mujeres cuyo destino fue la esclavitud.» (María Isabel Pérez de Tudela). Normalmente asesinaba a los hombres y deportaba a mujeres y niños.





    Por ejemplo: volviendo de la toma de Zamora (987), Almanzor entró en Córdoba «precedido de más de nueve mil cautivos que iban en cuerdas de a cincuenta hombres». Su popularidad en el «Al-Ándalus» se debía al gran número de esclavos blancos que proporcionaba.





    Aunque a la Sra. Franco y a los andalucistas hipnotizados por el Islam medieval no les gusta que se sepa, en el Al-Ándalus y otras zonas musulmanas existía una demanda de esclavos (y esclavas diríamos en lenguaje «inclusivo») para beneficio de sus propietarios musulmanes.





    Serafín Fanjul, Catedrático de Estudios Árabes (Literatura Árabe) en la Universidad Autónoma de Madrid: «Se habla de las tres culturas exquisitas y respetuosas de nuestra Edad Media; pero, en realidad, la Edad Media española fue una época muy dura, llena de barbaridades.»





    «Hubo discriminaciones contra las minorías en Al-Ándalus: persecución de judíos y cristianos por parte de los musulmanes, deportaciones masivas de cristianos y judíos hacia el norte de África, grandes matanzas de judíos en Granada en el siglo XI…»





    Fanjul: «Los cristianos hicieron exactamente lo mismo con los musulmanes. Hubo vejaciones y discriminaciones durísimas. Al-Ándalus -y la Edad Media española en general- fue una yuxtaposición de comunidades mucho más parecida al apartheid surafricano que a una idea de tolerancia».





    Por cierto la inmensísima mayoría de la población andaluza actual desciende de gente del norte que empezó a llegar da partir del siglo XIII. Si hay un fundador de Andalucía sería el rey Fernando III el Santo, no el nacionalista Blas Infante.





    «Al-Andalus no dejó rastro en la genética del sur de España Un estudio muestra la similitud del ADN respecto a otros habitantes de la Península y pueblos europeos pese a la prolongada presencia árabe.»




    _______________________________________

    Fuente:

    El mito de la convivencia de las Tres Culturas: los esclavos cristianos del Al-Ándalus – Darío Madrid Historia y Fotografía

  5. #5
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    Re: Respuesta: Contra las tres culturas

    Jesús Laínz

    El mito de la España de las Tres Culturas

    Como resumió el egregio Sánchez-Albornoz, "lo español nació no de la cópula sino de la batalla entre islamismo y cristiandad en nuestro suelo".

    2017-05-25




    Almanzor, en la mezquita de Córdoba | Wikipedia


    En diciembre de 1998 un presidente norteamericano visitó por primera vez tierra gobernada por los palestinos. Durante el acto compartido con Yaser Arafat en Gaza, Bill Clinton puso como modelo para la convivencia en Oriente Medio a la España medieval por haber sido aquélla una era de tolerancia y convivencia que debería ser imitada en nuestros días para resolver definitivamente el sangriento conflicto árabe-israelí.

    La visión del presidente Clinton respondía no sólo a los tópicos románticos sobre España tan extendidos entre los compatriotas de Washington Irving, sino también, y sobre todo, al pensamiento dominante en el multicultural Occidente de nuestros días. Además, todo ello suele ir acompañado de la pintura de los cristianos con los oscuros colores de la intransigencia y la barbarie y de los musulmanes con los luminosos de la tolerancia y la cultura.

    Esta interpretación del pasado medieval español está muy arraigada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. El último ejemplo de ello nos lo está ofreciendo precisamente en estos días Elizabeth Drayson, profesora de la universidad de Cambridge que acaba de publicar el libro The Moor’s Last Stand: How Seven Centuries of Muslim Rule in Spain came to an end, centrado en la conquista de Granada y la figura de Boabdil, el último rey nazarí:

    Hoy, Boabdil representa una última resistencia contra la intolerancia religiosa, el poder fanático y la ignorancia cultural; su entrega de la ciudad y reino de Granada simbolizó la pérdida de la fecunda creatividad intercultural, renovación y convivencia nacidas de la conquista musulmana de España.

    ¿Concuerda esta visión con los hechos? El primer dato que salta a la vista es que la palabra que mejor resume los ocho siglos de presencia musulmana en suelo español es reconquista. Pues, desde Guadalete hasta Granada, los habitantes de la piel de toro fueron incansablemente de batalla en batalla hasta que uno de los contendientes se impuso definitivamente sobre el otro. No por casualidad España, con sus varios miles de castillos, torres, ciudadelas y otras fortificaciones, es la primera potencia mundial en este tipo de construcciones. Como resumió el egregio medievalista Claudio Sánchez-Albornoz, "lo español nació no de la cópula sino de la batalla entre islamismo y cristiandad en nuestro suelo". De este simple dato se infiere que la coexistencia en un mismo territorio no significó convivencia, por mucho que las palabras se parezcan.


    España, como territorio de herencia racial europea, cultural romana, religiosa cristiana y política goda, pudo haber desaparecido para siempre en el año 711. Si así hubiera sido, hoy no se llamaría España sino Al Ándalus, y formaría parte de la comunidad islámica de naciones junto con Libia, Egipto y Pakistán.


    Evidentemente, el contacto durante siglos de estas dos comunidades religiosas, más la judía, produjo un trasvase cultural notable que ha dejado huellas indelebles en nuestra cultura, lengua e historia, pero no puede olvidarse que todo ello se produjo en el marco de un enfrentamiento bélico permanente que implicó violencia, intolerancia y compartimentación de la sociedad, y que sólo terminó con la derrota total de los musulmanes.

    Al igual que las naciones balcánicas, que tuvieron que sacudirse el dominio otomano para conservar su carácter europeo, España –concepto que en este contexto incluye, naturalmente, a Portugal– es la única nación de Europa Occidental voluntariamente europea. Las demás no pudieron no serlo. Pero España, como territorio de herencia racial europea, cultural romana, religiosa cristiana y política goda, pudo haber desaparecido para siempre en el año 711. Si así hubiera sido, hoy no se llamaría España sino Al Ándalus, y formaría parte de la comunidad islámica de naciones junto con Libia, Egipto y Pakistán.

    La clave del enfrentamiento fue, evidentemente, el infranqueable abismo religioso que separó a musulmanes, cristianos y judíos. Dicho abismo, que nunca se cerró en los largos siglos de reconquista y que, lamentablemente, sigue muy lejos de cerrarse en todo el mundo un milenio después, había comenzado a abrirse bastante antes del salto del Estrecho por Tarik. Pues durante el reino visigodo fueron promulgadas numerosas leyes contra los judíos, considerados el pueblo deicida, por las que se les prohibía el ejercicio de su religión, se limitaban sus derechos civiles y procesales, se les prohibían la circuncisión y sus costumbres festivas o alimentarias e incluso se ordenaba su expulsión o esclavitud.

    Pero a comienzos del siglo VIII desembarcaron las tropas de Tarik, así descritas en la Crónica General de España de Alfonso X el Sabio:

    Las sus caras de ellos, negras como la pez, el más hermoso de ellos era negro como la olla, así lucen sus ojos como candelas (…) La vil gente de los africanos que no se distinguen por su fuerza ni por su bondad, y todos sus hechos hacen con arte y engaño.

    A partir de aquel momento, aparte del continuo batallar, el destino de los cristianos en territorio musulmán y el de los musulmanes en territorio cristiano, así como el de los judíos en cualquier sitio, fue el de súbditos de segunda, víctimas de todo tipo de discriminaciones legales y expuestos a los incontrolables desmanes populares.

    Las leyes musulmanas prohibían a sus fieles vivir en comunidad con cristianos y judíos, considerados "gentes viles", o sacrificar reses para ellos, o comprar sus ropas, o vestir como ellos, o servirlos para darles masajes o sujetarles el estribo. Los musulmanes disfrutaban de derechos y estaban exentos de obligaciones que les distinguían de cristianos y judíos, carentes de los primeros y sujetos a las segundas. Estos derechos y estas exenciones fueron, además, el principal motivo de conversión para muchos que desearon mejorar sus condiciones de vida.

    Un ejemplo del siglo XII, el Tratado del juez Ibn Abdun:

    Debe prohibirse a las mujeres musulmanas que entren en las abominables iglesias, porque los clérigos son libertinos, fornicadores y sodomitas (…) No deben venderse ropas de leproso, de judío, de cristiano, ni tampoco de libertino, a menos que se haga conocer al comprador el origen (…) No deberá consentirse que ningún judío ni cristiano lleve atuendo de persona honorable, ni de alfaquí, ni de hombre de bien; al revés, habrán de ser aborrecidos y huidos (…) Tampoco se les saludará con la fórmula "La paz sea sobre ti", porque constituyen el partido de Satán (…) Deberán llevar un signo por el que sean conocidos, para humillarlos (…) Lo mejor sería no permitir a ningún médico judío ni cristiano que se dedicase a curar a los musulmanes, ya que no abrigan buenos sentimientos hacia ningún musulmán, y que curen exclusivamente a los de su propia confesión, porque a quien no tiene simpatía por los musulmanes, ¿cómo se les ha de confiar sus vidas?

    Junto a la discriminación religiosa no hay que olvidar el prejuicio racial, pues los musulmanes de estirpe árabe no dejaron nunca de subrayar su superioridad no sólo sobre los mozárabes, de estirpe hispano-romano-goda, sino también sobre los bereberes, musulmanes como ellos pero tenidos por casta inferior. Así lo explicó el eminente arabista francés Lévi-Provençal:

    Hasta los últimos días del reino de Granada, la proclamación de la ascendencia puramente árabe continuó siendo en la Península la única prueba reconocida de la verdadera nobleza de sangre.

    En el lado cristiano las cosas no fueron muy distintas, incluso durante el reinado que suele presentarse como la cima de la llamada España de las Tres Culturas, el de Alfonso X. Pues en sus Siete Partidas, entre otros muchos preceptos, se estableció para judíos y moros la incapacidad para atestiguar en juicio contra cristianos, así como la de tener siervos o empleados cristianos, bajo pena de muerte. El proselitismo de la fe judaica estaba castigado con la muerte, igual pena que la que recibía el cristiano que se convirtiese al judaísmo, mientras que la situación opuesta, la del judío convertido al cristianismo, estaba permitida. También se establecieron una serie de reglas sobre la vida cotidiana, como la prohibición para los cristianos de comer o beber con los judíos, de beber vino hecho por judíos, de bañarse en compañía de judíos o de recibir medicina o purga hecha por judíos. Éstos, además, tenían que ir en todo momento identificados como tales mediante alguna señal cierta sobre sus cabezas, bajo pena de multa o azotes. La situación religiosa de los musulmanes fue aún más grave, pues quedaron prohibidas las mezquitas y el culto musulmán en público. Al hecho de que un cristiano adoptase la fe musulmana se le consideraba locura y era castigado con la muerte:

    Ensandecen a veces los hombres, que los hay que pierden el seso y el verdadero conocimiento; como hombres de mala ventura y, desesperados de todo bien, reniegan de la fe de nuestro señor Jesucristo y tórnanse moros.

    En cuanto a las relaciones entre los sexos, se estableció la pena de muerte por apedreamiento para el moro que yaciera con cristiana. Y para ella también. En cuanto a la pena para el judío que yaciera con cristiana, se establecía también la muerte, mientras que para la cristiana que yaciera con judío la pena era "que se dé a todos".

    Por otro lado, no hay que olvidar que la España medieval se caracterizó por las continuas matanzas de judíos tanto en el lado cristiano como en el musulmán, sobre todo, en este último caso, tras las invasiones almorávide y almohade. La más importante en suelo cristiano fue la de 1391, año en el que fueron asesinados miles de judíos por toda España. Y el aumento de la hostilidad antijudaica acabaría desembocando en la expulsión de 1492.

    Si bien, a diferencia de las otras dos comunidades, los judíos no figuraron en ningún momento ni lugar como casta dominante, también marcaron distancias con los enemigos de su fe. Todos los pensadores, poetas y escritores judíos de aquellos siglos –Yehuda Halevi, Josef Hacohen, Ibn Gabirol, Maimónides– se consideraron desterrados en España y sólo concibieron como su patria la tierra de Israel. Hacohen, descendiente de judíos huidos en 1391, calificó a España como "aquella tierra que Yahvé maldiga". Yehuda Halevi, considerado el mayor poeta de la diáspora, estuvo obsesionado toda su vida por la idea de la vuelta a la patria perdida, sintiéndose ajeno a la España que le vio nacer.

    Mi corazón está en Oriente y yo en el extremo de Occidente. ¿Cómo voy a saborear lo que como? ¿Cómo disfrutarlo? (…) ¡Poca cosa es a mis ojos abandonar todos los bienes de España mientras que para ellos es precioso ver el polvo del santuario en ruinas!

    En cuanto a Maimónides, consideró a cristianos y musulmanes, lógicamente, como sus enemigos, y también como animales carentes de alma a los que se podía violar y matar sin cometer pecado por tratarse de "naciones muertas" frente a la naturaleza angelical del pueblo elegido.

    Tras la reconquista llegó la repoblación, proceso multisecular que llevó a los cristianos desde el Cantábrico hasta Gibraltar expulsando en su camino a sus enemigos. Un solo ejemplo: la arriba mencionada Crónica General de Alfonso X, escrita en aquellos mismos días por los protagonistas de los hechos, nos dio cuenta del vaciamiento de Córdoba y Sevilla tras su conquista por Fernando III. Como excepción, en el reino de Valencia permaneció una numerosa población rural musulmana sobre todo en las comarcas montañosas del interior, población que no desaparecería hasta su expulsión definitiva por Felipe III.

    El simple hecho de que las poblaciones judías y moriscas continuasen existiendo como comunidades separadas –y discriminadas– hasta su definitiva expulsión prueba que la fusión que hoy se desea con efectos retroactivos nunca existió, al menos a gran escala.

    Evidentemente, el tema es inabarcable en unas pocas páginas, pero sirvan estos breves párrafos como introducción para seguir tirando del hilo.

    www.jesuslainz.es




    _______________________________________

    Fuente:

    El mito de la España de las Tres Culturas - Jesús Laínz - Club de Libertad Digital (clublibertaddigital.com)
    ALACRAN y ReynoDeGranada dieron el Víctor.

  6. #6
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    Re: Contra las tres culturas

    Gloria Lora, profesora de Historia Medieval: “ No es cierta la protección musulmana a los mozárabes: fueron cristianos sometidos”

    Por Rafael González


    11 abril, 2021 - 06:50


    En unos días, del 15 al 18 de abril, tendrá lugar el II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes, auspiciado por el Cabildo Catedral y la diócesis de Córdoba. Celebrar un congreso de estas características tiene un doble valor: el primero es su peso académico y científico – participan más de 50 expertos nacionales e internacionales- y sobre todo las circunstancias sanitarias en el que se celebrará este congreso, con una gran parte del mismo posible gracias a Internet y las tecnologías de la comunicación. Sobre la mesa, no solo un análisis de la mozarabía desde diferentes ámbitos como la Lengua, la Literatura, la Arqueología, la Historia, el Arte y la Liturgia, con el objetivo de estudiar y reivindicar desde un ámbito académico la historia mozárabe, y con el fin de situar a nuestra ciudad como un referente de esta temática. También la propuesta es ‘arriesgada’, según la directora académica del congreso, Gloria Lora, profesora titular de Historia de la Universidad de Sevilla. Y lo es por cuanto existe un presente, que será tratado en este encuentro, que si bien no es mozárabe sí que comparte con aquellos cristianos una característica principal: el sometimiento. Porque muchos cristianos en el presente están sometidos o perseguidos por el islam y van a tener una presencia importante en este II Congreso.

    La profesora Gloria Lora ha atendido a La Voz de Córdoba para hablar de una cultura, de un pueblo, y una periodo de la historia de España que conoce a la perfección, y lo hace con pasión – moderada- y perspectiva académica. Una profesora que insiste en la desmitificación de leyendas repetidas y en la importancia social y cultural que los mozárabes tuvieron, sobre todo, en nuestra ciudad.


    ¿Quiénes fueron los mozárabes?

    Los mozárabes son los cristianos que se ven sometidos al islam en la etapa medieval, porque para ser ‘mozárabe’ debes estar sometido a un estatuto, que es el estatuto de la Dhimmah Y ese estatuto, que significa distinciones fiscales y en todos los campos de la actividad en general, solo está vigente hasta el siglo XII. Así que, técnicamente, los mozárabes son cristianos sometidos a dominio islámico hasta la etapa almohade. Ya con los almohades no hay estatutos de Dhimmah. Aparte de que tampoco había ya mozárabes en la época almohade.


    El rito mozárabe pervive en alguna iglesia en España.

    Bueno, pervive el rito, las formas religiosas. Pero los cristianos que están en la actualidad sometidos a dominio islámico, a los que también vamos a tratar, no son mozárabes. Y eso hay que distinguirlo. De hecho, presentar en un congreso de carácter científico como es éste una realidad como es la historia mozárabe, que se corresponde con la etapa medieval y trabajar a la vez sobre la misma realidad – cristianos sometidos al dominio islámico en el siglo XXI- es una apuesta arriesgada. Pero no es lo mismo el cristiano sometido en la actualidad que el cristiano sometido en la Edad Media, el mozárabe. Lo único que tienen en común es que son cristianos sometidos a dominio islámico.


    El ’presentismo’ histórico se suele emplear en los medios de comunicación y utilizar políticamente. ¿Es ese el riesgo?

    Sí, es peligroso. Hay que tener muchísimo cuidado, por eso era una apuesta arriesgada. Pero de cualquier forma se trata de reflexionar sobre la situación de los cristianos sometidos a domino islámico diferenciando muy bien lo que es el pasado. Recuerdo que el congreso se subtitula ‘Pasado, presente y futuro de las comunidades cristianas sometidas al islam’ . Y ese subtítulo es importante porque contiene el mensaje de que no es lo mismo un mozárabe que un cristiano perseguido en la actualidad


    Una de las ponencias hablará sobre el derrumbe de la monarquía goda y la implantación del poder emiral, y tengo la impresión de que en la actualidad hablar de mozárabes es como hacerlo de godos y visigodos: son tan desconocidos los unos como los otros.

    Respecto a los visigodos la investigación no para de avanzar, y en el mundo académico sí que se conoce, Lo que pasa es que luego, de forma general, la gente no lo conoce. No se explica prácticamente ni en el Bachiller. A cualquier chaval le hablas de los visigodos y no sabe de qué le estás hablando. Los visigodos son cuatro siglos de la historia de España, es un mundo muy atractivo, bastante conocido y además vamos a tener la suerte de que venga a Córdoba el doctor García Moreno, autoridad mundial en mundo visigodo, pero sobre todo en el impacto que provoca en la sociedad nobiliaria de Córdoba esa invasión.

    Porque Córdoba, bajo dominio visigodo es la capital de la Bética. Siempre se piensa en Sevilla, pero Sevilla no es capital, sino sede del arzobispado. Entonces, Córdoba es la ciudad más importante y Don Rodrigo, el rey, había sido el antiguo gobernador con sede en Córdoba. La aristocracia de Córdoba es muy partidaria de Don Rodrigo, y esto va a ser importante que se conozca bien en Córdoba.


    Córdoba, de hecho, es un escenario importante para hablar de cultura mozárabe.

    Lo es, porque va a ser la capital de Estado. Es decir, será la capital desde la época de los gobernadores – capital del Emirato- y capital del Califato. Entonces, la comunidad mozárabe de Córdoba, junto con la de Toledo, va a ser la más importante. Por eso, la mozarabía de Toledo, junto con la de Córdoba son bien conocidas. Yo siempre reclamo, no obstante, el conocimiento de otras mozarabías que en principio no se conocen, pero por ejemplo la de Mérida es importantísima, o la de Zaragoza. Hay que tener una visión mucho más amplia de los mozárabes, porque ocupan el espacio peninsular. Y hay que tener en cuenta que hasta bien entrado el siglo X, los mozárabes suponen la mayor parte de la sociedad de toda la península. Es la comunidad más numerosa de todo Al Ándalus.


    ¿Y qué ocurre con la población mozárabe tras la Reconquista?

    La comunidad mozárabe es muy consciente de su papel, de su penosísima situación. Se enfrenta al poder muy pronto. Los pactos, cuando se fijan a comienzos de la conquista, les conceden una serie de acuerdos que, rápidamente, los musulmanes no los van a respetar. Y desde un principio, los mozárabes se levantan.

    Así que es una comunidad con muchísima vitalidad. Pero volvemos a esa deformación que tenemos de la España del momento porque siempre se habla del esplendor de la civilización musulmana, y realmente la historia de Al Ándalus es una historia que tiene muchos puntos oscuros. No vale hablar de la historia de Al Ándalus en general, que son 8 siglos, refiriéndonos solo a la etapa de gran esplendor. Y lo mismo pasa con los mozárabes. La historia mozárabe es una historia muy larga, que empieza en el siglo VIII y termina en el XII. Y luego es una historia con muchísimos contenidos. Hay que estudiar la participación que tienen los mozárabes, por ejemplo, en la administración del estado emiral. Emires y califas tienen a mozárabes en cargos de la mayor confianza. O el papel que los mozárabes tienen en la cultura,.

    En este congreso hay una cosa que va a quedar clara. Y es que los árabes, evidentemente, tuvieron un gran papel en la difusión del saber en la Edad Media, pero es que la cultura mozárabe es de base fundamentalmente ‘isidoriana’. E Isidoro de Sevilla, en la Etimologías, reunió todo el saber de la época y son los mozárabes los que difunden ese saber. Entonces espero que quede un poco aclarada esa cultura bastante elevada de los mozárabes y no el oscurantismo que se les achaca.


    Sí, porque como usted comentaba antes, se eleva el esplendor árabe y se oscurece, creo que equivocadamente, a los cristianos de entonces.

    Pero creo que es por un desconocimiento completo de la Historia. Es decir, se ha deformado – a veces de una manera consciente- la historia de Al Ándalus, presentándonos solamente el aspecto luminoso. Pero cuando esta historia se analiza en toda su complejidad, vemos que tiene puntos oscuros, como todos los imperios. Y luego eso que se habla sobre la tolerancia ¿Pero qué están ustedes diciendo? Hay una convivencia de culturas, pero nada más. Hay coexistencia, que es distinto, entre tres comunidades diferentes: la judía, la cristiana y la musulmana. Pero eso no quiere decir que convivan de forma pacífica. Y eso está más que demostrado.

    Dígame que posibilidad tiene una minoría militar de imponerse sobre varios millones de habitantes. No les queda más remedio que pactar y ser tolerantes. Pero esos pactos luego son muy duros y muy difíciles de cumplir. Nada de que son pactos benignos. Los pactos son muy duros porque la imposición fiscal es terrible. Y luego, a los mozárabes se les tiene prohibido el acceso a cualquier lugar de importancia en la comunidad musulmana aunque, de forma puntual, los gobernantes pidan la ayuda de mozárabes. Pero la realidad es completamente distinta a lo que una lectura rápida de la historia de España pueda sugerir.

    Otra de las cosas que queremos tratar es sobre la protección del islam para judíos y cristianos. Sí, protegidos. Pero cuando se analiza esa ‘protección’ descubres que eran pueblos completamente oprimidos.





    Hacía referencia al subtítulo del congreso que habla de pasado, presente y futuro de la cultura mozárabe ¿Cómo se mirará hacia el futuro?

    La cuestión religiosa actual se va a tratar en mesas redondas, en las que se hablará de la situación ahora mismo, terrible, por cierto. Además vendrán, como vinieron en el primer congreso, tanto laicos como religiosos que están viviendo la guerra en el día a día y saben lo que es no poder ir a una misa, y el que te destruyan todo.

    Tratarán de debatir sobre el futuro tan difícil que se les está plantando a estas comunidades ante el crecimiento de la radicalidad que tiene el islam. El crecimiento de estos grupos radicales ha roto toda posibilidad de seguir adelante.


    ¿A quién está dirigido este congreso?

    En realidad está dirigido a cualquier persona que quiera conocer lo que fue el mundo mozárabe y la realidad de ahora. Es un congreso académico, se publicarán las oportunas actas y eso está al servicio de la comunidad científica. Pero el lenguaje que se va a utilizar está al alcance de cualquiera. Es decir, puede asistir cualquier persona. Piense que hay más de mil inscritos que vienen de más de 30 países diferentes. Estas son las posibilidades de Internet (ríe) porque, claro, con una pandemia sería imposible. Tal vez estas cifras expresan mejor que nada el interés que se tiene por el conocimiento de lo mozárabe o de los actuales cristianos que viven estas situaciones.




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    Fuente:

    https://www.lavozdecordoba.es/actual...nos-sometidos/
    ALACRAN dio el Víctor.

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    Re: Contra las tres culturas

    Paco Álvarez: "La línea histórica española entronca más con Roma que con Al-Ándalus"

    El investigador publica Romanos de aquí, un compendio de historias destinadas a rescatar la herencia cultural notoria de Roma en la península.

    Luis H. Goldáraz Seguir a herrero_tejedor

    2021-04-13



    Dice Paco Álvarez que a los españoles parece habérsenos olvidado venir de los romanos. Así lo atestigua nuestra manera de enseñar nuestra historia y también el abandono en el que tenemos los numerosísimos yacimientos romanos que trufan el paisaje de la península. Para él, una de las claves del asunto se deja ver precisamente en lo poco que conocemos a los hispanos ilustres. Personajes cuyos nombres han sobrevivido miles de años y que "protagonizarían películas y series de haber nacido en Britania o la Galia, pero que tuvieron la desgracia de hacerlo en Hispania". Por eso, precisamente, acaba de escribir Romanos de aquí (La Esfera de los Libros), un compendio de "historias estupendas sobre los romanos nacidos en Hispania", que además va recorriendo la geografía peninsular y dibujando un paisaje que, en cierto modo, nos llegó heredado de aquella civilización que sentó las bases de todo lo que se instalaría después en la vieja piel de toro. Hablamos con él:


    Pregunta: ¿Por qué Roma?

    Respuesta: Porque Roma es nuestra primera cohesión. Hasta Roma éramos un montón de tribus distintas; distribuidas de aquella manera; peleadas, a veces. Pero desde Roma fuimos Hispania. Somos todos hispanos. Y los hispanos de aquella época se consideraban, además de hispanos, romanos. Toda la península está llena de vestigios romanos que demuestran que cada una de las ciudades eran iguales entre sí. Mérida era igual que Segóbriga o que Baelo Claudia. Sus ciudadanos tenían los mismos derechos. Roma es donde empezamos como unidad. Fue el inicio de nuestra historia compartida.


    P: Mencionas que parte del desconocimiento de la importancia de Hispania en la historia de Roma, y viceversa, se debe a la Leyenda Negra. ¿Cómo se explica eso?

    R: Todo esto tiene que ver con que cuando se volvió a escribir Historia, con mayúsculas, fue a partir de la Edad Moderna. Los primeros historiadores habían sido los griegos y los romanos. Después, durante la Edad Media, existieron crónicas centradas en reinados concretos, pero que tampoco se pueden considerar Historia como tal. Y por último llegamos a la Edad Moderna. O incluso todavía después, en el XVIII, cuando volvimos a desarrollar la disciplina histórica más o menos como la conocemos ahora. Esa nueva escritura de la Historia coincidió con puntos álgidos de la Leyenda Negra. Cuando Gibbon, el historiador inglés, escribió su historia sobre la decadencia de Roma, los británicos todavía tenían el recuerdo reciente de la derrota humillante que sufrieron contra Blas de Lezo, por ejemplo. Evidentemente, me refiero a que era una época de gran rivalidad entre las principales potencias europeas. Así se entiende precisamente que el propio Gibbon, después de decir explícitamente que la mejor centuria de la historia de la humanidad había sido la que se inició con el gobierno de Trajano, es decir, la de los emperadores hispanos, se diese cuenta de su "error" y decidiese rectificar. Los ingleses, a partir de ahí, comenzaron a inventarse disparates, como que Adriano no era hispano, por ejemplo. O que la dinastía de ese siglo no era la Ulpio-Aelia, que son los apellidos de Trajano y Adriano, sino la Antonina. Pues bien, el único "antonino" que hubo fue Antonino Pío, que fue adoptado por Adriano y obligado, además, a adoptar él mismo como descendientes a los sobrinos de este: Marco Aurelio y Lucio Vero. Por el contrario, todas las mujeres de los emperadores durante ese siglo fueron hispanas; casi todos los cónsules de ese siglo fueron hispanos; y todos los emperadores fueron o hispanos o descendientes de hispanos. Y aún así, nosotros mismos, los españoles, llamamos a esa dinastía la dinastía Antonina. Es que hasta Cómodo, el último de ellos, firmaba como Aelio al final de su reinado y se consideraba descendiente directo de Trajano.


    P: ¿Pero tiene sentido seguir hablando de la influencia de la Leyenda Negra entre los historiadores extranjeros hoy en día?

    R: A ver, no todo es tan así. Pero todavía hoy sobrevive en ciertos sectores extranjeros la Leyenda Negra. Mira, una cosa que pasa es que vivimos en una época en la que todo el mundo quiere ser víctima y nadie quiere ser culpable. Y los Estados Unidos, que evidentemente son la primera potencia mundial en todos los aspectos, también el cultural, tienen graves problemas de culpabilidad. Claro, es que asesinaron a todos los nativos de su tierra. Existe hasta un género cinematográfico entero sobre cómo los blancos mataron a los indios: el Western. Ahora, sin embargo, en esta época de la corrección política, como haber matado a los indios es visto como una losa, hay que inventarse que haya sido otro el que lo haya hecho. ¿Y quién estaba en Estados Unidos antes que los colonos ingleses? Pues los españoles. Ya está, muy sencillo: los españoles mataron a los indios. Cosa que es tan fácil de demostrar que es falsa como ver el porcentaje de población nativa o mestiza que hay en Estados Unidos, el 0,7%, y compararlo con el porcentaje de población nativa o mestiza que hay en México, superior al 90%. El problema de todo esto, que es tan burdo, es que existe gente en la propia España que no está dispuesta a sentirse orgullosa de su pasado. A los nacionalistas y a los comunistas, así, con todas las letras, todo lo que sea bueno de España no les gusta. Encima hay medios de comunicación donde se les da pábulo, luz y taquígrafos; por lo que terminamos diciendo que el 12 de Octubre no hay nada que celebrar. ¿Pero cómo que no hay nada que celebrar? Por favor, si llevamos el derecho romano al otro lado del charco...


    P: Pero, siendo Roma la extensión de todos sus dominios, incluyendo Hispania, ¿qué sentido tiene equiparar ahora Hispania con España?

    R: Sí, sí, si no es una cuestión de equiparar. Claramente, Hispania es Roma. Yo lo que reivindico, de hecho, es la unidad de toda Roma, que, si quieres, se parece más a la ciudadanía europea. Simplificando mucho, la cosa se parece un poco a eso. Uno era romano estuviese donde estuviese. Un hispano podía vivir en Alemania, en Hungría o en Italia, y ya no era peregrino en ningún sitio. Eso a mí me gusta. Y creo que es algo que hay que recordar y que reivindicar. Porque muchas veces damos por hecha la ciudadanía o la democracia, como si fuera algo que nos hubiera sido otorgado, pero no, señor. Si algo hemos visto en la pandemia, con los riesgos que puede entrañar un Estado de Alarma prolongado, es que la libertad nos la jugamos todos los días. Eso por un lado. Por el otro, reivindicar Hispania en España tiene más que ver con reivindicar esa cohesión de la que te hablaba al principio. La cohesión peninsular. Fíjate que cuando Felipe V gana la Guerra de Sucesión y se proclama rey de España, el rey portugués le envía una carta de protesta y le dice que no puede autoproclamarse rey de España porque no es rey de Portugal. España e Iberia es todo lo mismo. Lo que quiero decir es que, evidentemente, no hay una continuidad de Estado desde Roma hasta hoy. No hay una continuidad poblacional, ni siquiera. Lo que ha habido de forma continuada desde entonces son dos cosas: por un lado el mestizaje y por el otro el derecho. Los visigodos adoptaron muchas de las costumbres romanas y las mantuvieron. Los francos, por ejemplo, cuando llegaron a la Galia la llamaron Francia. Los anglos llegaron a Inglaterra y la rebautizaron también. Los Godos llegaron aquí, sin embargo, y ni se les ocurrió que esto fuera Gotia. Esto era Hispania. Hay un continuum.


    Porque muchas veces damos por hecha la ciudadanía o la democracia, como si fuera algo que nos hubiera sido otorgado, pero no, señor


    P: Se habla siempre de la asimilación cultural de los bárbaros y de la peculiaridad de que los conquistadores acabaran siendo "conquistados" por la cultura predominante romana. ¿Quieres decir con lo que acabas de mencionar que esa asimilación fue más fuerte en la península?

    R: A ver, claro, todo esto son simplificaciones. Habría que profundizar mucho más y matizar el asunto. Pero en rasgos generales esas son reflexiones válidas. Recaredo, cuando firma el acta del III Concilio de Toledo, en el que abandona el arrianismo, firma como Flavio Recaredo Rex, haciendo un guiño, como si él fuera heredero de los flavios. Los godos se consideraban, de algún modo, continuadores de la civilización. La ruptura con Roma, si quieres, pudo venir con Al-Ándalus. Pero ni siquiera tanto, porque Al-Ándalus es la que recupera gran parte del conocimiento antiguo que se había perdido. Desde Platón, que no existiría de no haber sido traducido en Bagdad al árabe, hasta la medicina, la irrigación, las termas y demás. Muchísimas cosas que consideramos árabes son originalmente romanas. Por otro lado, además, habría que añadir que aquí, aunque vino mucha población árabe tras la conquista, lo que pasó fue que mucha otra población que ya estaba, simplemente cambió de religión. No hubo tanto movimiento étnico. De hecho, hubo menos mestizaje en Al-Ándalus que en cualquier otro momento histórico de la península, por cuestiones de las propias leyes islámicas. Y cuando concluyó la Reconquista los musulmanes fueron expulsados. Sin tener en cuenta que los romanos estuvieron en la península tantos siglos como los musulmanes, que es algo que parece que se nos ha olvidado.


    P: Eso me parece interesante. ¿Hasta qué punto hemos olvidado nuestro pasado romano y no le damos la importancia que tiene?

    R: Pues no le damos casi ninguna importancia, para la que tuvo realmente. Cógete un libro de texto de la asignatura de Historia de España de 4º de la ESO. Ahí, los fenicios, los griegos y los romanos son un tema. El verdadero temario, propiamente hablando, empieza con los musulmanes. Esto me hace acordarme de la típica pregunta que me hacen a veces: ¿Tú crees que somos más romanos o musulmanes? Pues sólo hay que mirar nuestro arte, que es figurativo. Velázquez, Murillo… Todo eso no existiría si nuestra herencia fuera exclusivamente musulmana. ¿Quiere decir esto que no tenemos influencia musulmana? Por supuesto que no. Y menos mal, porque es algo que también nos enriquece. Pero lo que no hay que hacer es perder el foco. El continuum que tenemos es con Roma, no con Al-Ándalus. Los hispanos eran romanos y continuaron conectados a ese pasado a través del tiempo. De Adriano se rieron en Roma la primera vez que intervino en el Senado por el acentazo hispano que tenía. No sabemos si sería acento andaluz (risas). Luego ya no se rieron tanto cuando fue emperador, claro.


    P: Otra de las cosas que denuncias en el libro es que tenemos olvidados los numerosos yacimientos romanos dispersados por la península y que podrían servir para establecer un tipo de turismo cultural que reanime las zonas de la España vacía.

    R: Sí, sí. Totalmente. Mira, hace una semana publicaron en todos los medios una noticia de agencias que decía que habían encontrado en Turquía un anfiteatro romano. Fue noticia en todos los periódicos. Pues bien. Aquí, en Alcalá de Henares, hay otro teatro romano. Sabemos dónde está y está sin desenterrar. Aquí, eh, al lado de Madrid. Y en Sisapo, en la provincia de Ciudad Real, hay una ciudad entera sin desenterrar. E incluso en los sitios que están desenterrados, como Baelo Claudia, sólo está desenterrado el 25%. Ya está. Existen otros tantos pueblos de Castilla en los que están localizadas varias villas romanas, pero no se desentierran. Y luego mucho hablar de la España vaciada. ¡Pero si lo tenemos ahí! Con esto yo siempre pongo el ejemplo de Stonehenge. Stonehenge, con todos los respetos, son cuatro piedras. El dolmen más pequeño de Antequera es más impresionante. Pero Stonehenge es mundialmente conocido. Está en todos lados. Y nosotros, que tenemos auténticas virguerías, las tenemos ahí tapadas. Mira, yo tuve un desencuentro con unos irlandeses hace tiempo por una cosa de estas. En Irlanda hay un faro del siglo XIV que es anunciado como el faro en funcionamiento más antiguo del mundo. Yo les escribí y les mandé documentación sobre el Faro de Hércules, en La Coruña. El que hicieron lo romanos en el siglo I. Les dije eso, claro. Perdóneme usted, pero cuando su faro empezó a lucir el de aquí ya llevaba 1.400 años luciendo. ¿Y tú crees que alguien desde alguna institución ha intervenido y les ha dicho a los irlandeses que por lo menos no digan mentiras? Pueden decir que el suyo es el faro medieval más antiguo que funciona, a lo mejor. Pero no de la Historia. Ese es el de Hércules. Pues es así todo. Como siempre, a los políticos sólo les importa la España vaciada cuando hay elecciones. Y les importa la cultura… pues nunca. Porque entre otras cosas, si se sacase a la luz el patrimonio que tenemos se demostraría la cohesión que existe. Que entre Irún y Cádiz, o entre Cartagena y Cataluña, no hay diferencias de origen. Todo viene de lo mismo. No hay razas ni Rh distintos.


    P: Claro, pero eso no quita para que exista la entidad política de España separada de la de Portugal, por ejemplo. Quiero decir que, por más que el origen sea el mismo, el devenir de la historia ha seguido su curso y las entidades políticas no han dejado de variar por ello.

    R: Sí, eso está claro. Pero otra cosa que hay que tener en cuenta es que quien quiere separarnos no nos quiere más fuertes, lógicamente. La historia de la separación de Portugal tiene idas y venidas. Y si las cosas hubieran sido un poco diferentes a lo mejor la unificación continuada de la península habría podido llegar a ser posible. Hay quien dice que si Felipe II, en vez de poner la capital en Madrid, la hubiese puesto en Lisboa, hubiese conseguido incorporar a los portugueses a la corona de una manera más eficaz. Pero bueno, así son las cosas. Los nacionalismos periféricos actuales, que se basan en entes que no sólo no existían en la Hispania romana, sino que no han existido nunca, son realidades que sólo existen en la cabeza de los nacionalistas. Quimeras que les ayudan a diferenciarse del resto. Esa es la clave del asunto. Los nacionalistas son personas que se consideran distintas al resto. Y si alguien reivindica la diferencia es porque en el fondo se siente mejor que los demás, no igual. Eso no es muy democrático. Cuando yo hablo del pasado común romano lo hago reivindicando el derecho, sobre todo. Un pasado común que nos iguala más allá de cualquier otra consideración política. La democracia lo que busca es eso: la igualdad de oportunidades y de derechos de los ciudadanos. Un ejemplo claro lo encontramos en Francia, después de la Revolución Francesa, cuando promovieron que todo el mundo pudiera hablar francés como una manera de garantizar la igualdad de oportunidades. Por eso ahora todo el mundo en Francia habla francés. Aquí, en cambio, lo que fomentamos es la diferencia. Es una cosa que no favorece a los niños. Favorece a los políticos, en todo caso. Favorece que dejemos de ser iguales; que no seamos romanos. Que seamos distintos. Que no tengamos todos los mismos derechos.


    Cuando yo hablo del pasado común romano lo hago reivindicando el derecho, sobre todo. Un pasado común que nos iguala más allá de cualquier otra consideración política. La democracia lo que busca es eso



    P: Por volver al libro. Una de las cosas que me han llamado la atención y que no conocía demasiado es la importante influencia del "partido hispano", por llamarlo de alguna manera, en Roma.

    R: Bueno, a ver, la cosa no es tan clara. Yo en el libro lo que pretendo es hacer afición. Y luego ya, si he conseguido que te interese el tema, que investigues tú por tu cuenta. En este caso no está claro que los hispanos se agrupasen como tal. En ningún caso eran como un partido político de los de ahora. Lo que sí que es cierto es que hubo muchísimos hispanos que estuvieron muy cerca del poder en momentos clave. Además se reconocían como hispanos. Construían sus casas de una manera determinada, mantenían una cierta herencia compartida… No sé. Es complicado. Que los hispanos dijeran que debían unificar fuerzas y apoyarse entre ellos porque les venía bien que Trajano fuera Emperador no se puede saber. Al final, también se consideraban romanos. Hay algún caso, pero muy pocos, que incitan a pensar en alguna cosa de ese estilo. En uno de los libros de Tito Livio, por ejemplo, uno de los personajes le dice a otro algo así como que ahora le va a hablar como hispano y no como romano. Pero por lo general los romanos eran romanos hubieran nacido donde hubieran nacido. Lo que sí que resulta curioso es que haya habido un cónsul de la República, o un tribuno de la plebe, gobernando Roma, sin que nosotros le hayamos dado importancia. Que haya habido tantísimos cónsules. Alguno que llegó a serlo tres veces. No sé. Casos como esos, sin ser Emperadores, habrá habido unos cincuenta, en más de un milenio de Historia. Y de esos cincuenta casos, veintitantos fueron hispanos. Es una burrada. También hay ejemplos de gobernadores de regiones como Britania o Germania que habían nacido en Granada. Son cosas llamativas. Porque si un britano hubiera gobernado la Hispania romana te aseguro que existiría una serie de Netflix.


    P: ¿Por qué se desconoce tanto la influencia de los hispanos en el Imperio Romano?

    R: Porque no se estudia demasiado. El ejemplo más llamativo es el de Teodosio, desde mi punto de vista. La civilización católica, creo yo, tiene tres patas hispanas. Una es Osio, el obispo de Córdoba, que convoca el Concilio de Nicea; otra es Teodosio, el último emperador de la Roma unificada, que fue el que dijo que la única religión del Imperio era la cristiana; y otra es San Dámaso, que fue quien le encargó a San Jerónimo qué libros había que traducir al latín para que formaran parte de la Biblia. Esos tres personajes son hispanos y sin esos tres personajes el cristianismo sería distinto. Eran romanos, sí, pero eran hispanos. Y ahí volvemos a lo mismo. Si Teodosio fuera alemán, estaríamos todo el día escuchando cómo este tío influyó en la creación de la religión europea y cosas por el estilo. Sin embargo, como es hispano, ni puñetero caso. No importa. No se estudia. No se reivindica su legado ni su importancia.


    P: Y en ese fenómeno que denuncias, qué piensas que ha influido más, ¿la desidia española para reivindicar su Historia o el interés extranjero de no reconocerla?

    R: Pues las dos cosas. Mira, Trajano, en Madrid, sólo tiene una calle de tres manzanas. Ya está. No tiene ningún monumento en Madrid. Lo tiene en Inglaterra, eso sí. Una estatua estupenda al lado de la Torre de Londres. Y en Buenos Aires también. Se lo menciona incluso en el himno rumano. Pero aquí no. Yo he llegado a tener discusiones con gente que dice que no podemos considerarle hispano. Pues ya me dirás tú qué era entonces. Si nació aquí. O sea, ¿por qué no puedo estar orgulloso de nuestro pasado? ¿Qué problema hay en eso? ¿Quién quiere que no estemos orgullosos de ser españoles? Al final, con nuestras luces y sombras, como todos, hemos influido una barbaridad en el curso de la humanidad. Dimos la vuelta al mundo, descubrimos América, llevamos la civilización romana alrededor del orbe… Es entendible que en algunos momentos concretos de la historia, con las rivalidades nacionales a flor de piel, algunos extranjeros quisiesen sembrar la duda del verdadero valor de las aportaciones españolas. Lo que es increíble es que los propios españoles lo hagan también. Y cuando hay españoles que lo hacen siempre es porque tienen una agenda detrás encaminada a destruir nuestro sistema. Luego, si de camino se cae España, no les importa en absoluto.


    P: Ese es un tema recurrente. Pero yo me pregunto hasta qué punto esos recelos de los propios españoles por reivindicar su historia tienen que ver antes con el miedo al nacionalismo y, más concretamente, a la utilización de la historia que hizo el franquismo durante la dictadura.

    R: Pues bastante. Claro que tiene que ver. Pero la tendencia de los españoles a hablar mal de España es más antigua que Franco. Es casi una seña de identidad. Ahí está la famosa estrofa de Bartrina: "Oyendo hablar un hombre, fácil es / saber dónde vio la luz del sol / Si alaba Inglaterra, será inglés / Si reniega de Prusia, es un francés / y si habla mal de España... es español". Yo trabajé durante mucho tiempo en una multinacional francesa y tenía un compañero que me decía que él identificaba a los españoles porque eran los que peor hablaban de su país. Eso sí, si alguien se acercaba y criticaba a España también, eran los primeros en levantarse y encararse con él. Es todo un poco así. Aunque eso no quita que exista el miedo al nacionalismo, claro. El nacionalismo franquista hizo mucho daño. Porque ninguna ideología puede apropiarse de lo que es de todos. Hasta ahora todavía sobreviven ciertas relaciones mentales entre lo español y lo franquista. De hecho, para mí, no fue hasta la Eurocopa de 2008, con el gol de Torres, que pude ver a todo el mundo sacando la bandera sin ningún pudor ni vergüenza por la calle. Antes de eso parecía que decirse español era reconocerse filofranquista, o algo así. Pero lo curioso es que ese daño afecta también a la inversa, porque la gente parece haber olvidado que los republicanos eran también españoles. Y se consideraban muy españoles, además. Sólo hay que leer la literatura del exilio, plagada de cantos a España y de llantos por la patria perdida. Azaña mismo les dijo a los separatistas aquello de que toleraba que no les importase la República, pero no que no les importase España, porque el sentido de la patria no es un mito, etcétera, etcétera. Y los exiliados, después de la guerra, lo que hacían en sus países de acogida era fundar el Colegio Español, o asociaciones españolas. No tenían problemas de ningún tipo con eso. Por otro lado, la tan recuperada bandera republicana, más allá de que fue efectiva durante un periodo cortísimo de tiempo, ni siquiera estaba bien traída. El propio general Vicente Rojo reconoció que no debería instaurarse, pues el morado, supuestamente traído del pendón de Castilla, no era morado, en realidad. El pendón de Castilla era rojo, sólo que se había desteñido con el tiempo. Así es todo. La izquierda antifranquista juntó todo en el mismo lado: España, la bandera, el escudo, Franco… ¿No hay por ahí un vídeo de Pablo Iglesias diciendo que no se siente cómodo diciendo la palabra España porque ese es un concepto en el que gana la derecha? Pues eso. De lo que no se da cuenta cuando dice cosas como esas es de que los que reivindican la bandera republicana también están reivindicando España. Lo que pasa es que hay mucha ignorancia. Porque la bandera republicana sólo representa a un bando. Pero la bandera que tenemos ahora no es exclusivamente de un bando. Es muy anterior a la Guerra Civil y al franquismo. Todos conocemos su historia, que se inició en 1785. Creo que Franco no vivía entonces. Y el escudo actual, aunque es bastante parecido al que hemos tenido siempre, se estableció en 1981, cuando Franco ya estaba bastante muerto. Ahora no. Ahora parece que Franco está vivo otra vez. Pero en los ochenta estaba muerto, estoy seguro. No sé. Para mí es evidente que tenemos un grave problema cultural y educativo. Y de patriotismo también. Pero, precisamente por eso, por donde hay que empezar a construir es por el patrimonio y por la historia. Si la gente no conoce su historia es muy fácil engañarla.


    Los que reivindican la bandera republicana también están reivindicando España


    P: Eso me recuerda a la cita que rescatas de Pérez-Reverte. Aquello de que una persona rellena el paisaje que tiene delante con las lecturas que atesora. Y que por eso es posible que los ignorantes contemplen unas ruinas romanas y sólo vean piedras.

    R: Por supuesto. De eso va el asunto. Pasa con todo. Fíjate, ahora en el sistema educativo nuevo, que cambian cada quince días, yo ya no sé qué porras se va a estudiar. Pero lo que sí que está pasando es que se están estudiando 17 historias distintas de España. Eso no es historia de España, por supuesto, porque a cada Autonomía le interesa su propio relato. En Canarias han llegado a decir que por qué tienen que estudiar los ríos de Europa en Geografía. Bueno, pues por la misma razón por la que tiene sentido estudiar historia de la Literatura Universal, chico. ¿O qué quieres, ser borrico? Quiero decir que si lo único que estamos haciendo es criar ignorantes, la gente que después no conocerá la Historia ni la filosofía será mucho más fácil de manipular. Eso es lo que quieren los políticos. No nos quieren más listos.


    P: Otra cuestión. ¿Qué diferencia exactamente a ese regionalismo que mencionas del nacionalismo español al que dice contraponerse?

    R: Completamente nada, claro. Es lo mismo. Es reivindicar el ser distintos. Lo que hemos hablado antes. Todo lo que promueva la diferencia es lo único que les interesa a las 17 autonomías. ¿Por qué, de repente, hace un par de años se empezó a hablar de que León se separara de Castilla? ¿O por qué de pronto se ha recuperado el bable en Asturias? El bable no lo hablaban ni las vaques. Pero de pronto hay una Real Academia de eso. Dinero a espuertas. Recursos sin limitaciones. Para todo lo que sea ser distintos hay dinero. Y uno de los problemas es precisamente que la educación y la arqueología depende de las Comunidades Autónomas. No depende del Gobierno central. Por eso no hay un relato común. Hay 17 relatos. Y así pasa lo que pasa, que cuando se descubre algo que puede afianzar la idea de unidad en España no hay recursos. Sólo los hay para cosas que demuestren, yo qué sé, que la gaita es murciana. Pero para demostrar que la gaita vertebra el país no hay dinero. Yo lo que no sé es para qué tenemos un Ministerio de Cultura, directamente.




    _______________________________________

    Fuente:

    Paco Álvarez: "La línea histórica española entronca más con Roma que con Al-Ándalus" - Libertad Digital - Cultura

  8. #8
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    Re: Contra las tres culturas

    Cita Iniciado por Mexispano Ver mensaje
    La democracia lo que busca es eso: la igualdad de oportunidades y de derechos de los ciudadanos. Un ejemplo claro lo encontramos en Francia, después de la Revolución Francesa, cuando promovieron que todo el mundo pudiera hablar francés como una manera de garantizar la igualdad de oportunidades. Por eso ahora todo el mundo en Francia habla francés. Aquí, en cambio, lo que fomentamos es la diferencia. Es una cosa que no favorece a los niños. Favorece a los políticos, en todo caso. Favorece que dejemos de ser iguales; que no seamos romanos. Que seamos distintos. Que no tengamos todos los mismos derechos.
    Venga, claro que sí. ¡Agradezcamos a los políticos como el hereje y jacobino abate Gregoire o el masón Jules Ferry el aniquilamiento de la diversidad cultural y lingüística de Francia en nombre de la idolatría moderna de la igualdad! Seguro que eso favoreció mucho a aquellos niños que, por no conocer el idioma de sus abuelos, nunca pudieron comunicarse con ellos, perdiéndose para siempre gran parte de la cultura tradicional y avergonzándolos de ser lo que eran.

    P: Otra cuestión. ¿Qué diferencia exactamente a ese regionalismo que mencionas del nacionalismo español al que dice contraponerse?

    R: Completamente nada, claro. Es lo mismo. Es reivindicar el ser distintos. Lo que hemos hablado antes. Todo lo que promueva la diferencia es lo único que les interesa a las 17 autonomías. ¿Por qué, de repente, hace un par de años se empezó a hablar de que León se separara de Castilla? ¿O por qué de pronto se ha recuperado el bable en Asturias? El bable no lo hablaban ni las vaques. Pero de pronto hay una Real Academia de eso. Dinero a espuertas. Recursos sin limitaciones. Para todo lo que sea ser distintos hay dinero. Y uno de los problemas es precisamente que la educación y la arqueología depende de las Comunidades Autónomas. No depende del Gobierno central. Por eso no hay un relato común. Hay 17 relatos. Y así pasa lo que pasa, que cuando se descubre algo que puede afianzar la idea de unidad en España no hay recursos. Sólo los hay para cosas que demuestren, yo qué sé, que la gaita es murciana. Pero para demostrar que la gaita vertebra el país no hay dinero. Yo lo que no sé es para qué tenemos un Ministerio de Cultura, directamente.
    Al final va a resultar que fueron las autonosuyas artificiosas como Pastilla y Jabón o la Andalucía morisco-gitana las que vertebraron el país, y no la religión católica y el legado mismo de Roma. Igualito defender la restauración de una región milenaria como León al separatismo, oiga. Por no hablar de que uno de los tesoros más importantes que nos legó Roma precisamente fue la lengua romance, de la que ese bable «que no hablaban ni las vaques» forma parte. ¡Y pensar que Jovellanos, patriota donde los haya, ahora sería considerado separatista por el entrevistado por querer constituir en su día una Academia de la lengua asturiana! En fin, estos separadores son una máquina de crear separatistas...

    Saludos en Xto.
    Última edición por ReynoDeGranada; 18/04/2021 a las 12:09
    AlfonsoVIII dio el Víctor.
    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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  9. #9
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    Re: Contra las tres culturas

    Cita Iniciado por ReynoDeGranada Ver mensaje
    Al final va a resultar que fueron las autonosuyas artificiosas como Pastilla y Jabón o la Andalucía morisco-gitana las que vertebraron el país, y no la religión católica y el legado mismo de Roma. Igualito defender la restauración de una región milenaria como León al separatismo, oiga. Por no hablar de que uno de los tesoros más importantes que nos legó Roma precisamente fue la lengua romance, de la que ese bable «que no hablaban ni las vaques» forma parte. ¡Y pensar que Jovellanos, patriota donde los haya, ahora sería considerado separatista por el entrevistado por querer constituir en su día una Academia de la lengua asturiana! En fin, estos separadores son una máquina de crear separatistas...

    Saludos en Xto.
    Me parece ver en tu mensaje una exaltación del legado de Roma y a la vez del hecho regional español (aun prescindiendo de las modernas "autonomías"). Sobre ello quiero hablar.

    Sin ánimo de extenderme (pues no estoy seguro de captar bien tu mensaje) y ciñéndome solo a un matiz, señalo para los defensores de "identidades regionales" que, especialmente, Roma fue su mayor aniquiladora en Hispania, no habiendo dejado, salvo los vascos, ni rastro del legado celtíbero (en lenguas, costumbres, derecho) que debía ser de lo más rico y variopinto (turdetanos, arévacos, lusitanos, ilergetes, etc, etc). Es una pena que los defensores de identidades no añoren aquello (100% hispánico) que Roma nos arrebató. (Pero vamos, que yo no lo condeno. eh)

    No sólo eso sino que, precisamente fue el antiguo Derecho Romano la doctrina jurídica usada para centralizar las naciones y otorgar soberanía absoluta a los monarcas bajomedievales. En España, el caso de Alfonso X y las Partidas. Nada hubo más opuesto a los fueros medievales que el derecho romano.

    La Roma antigua fue el paradigma del centralismo; todos sus territorios eran gobernados desde Roma, sin ningún protagonismo específico de ellos.

    Así que, sin ánimo de seguir profundizando, no atisbo muy bien cómo se pueden ensalzar juntas a Roma y a las identidades regionales. Porque lo lógico siempre fue entender, al modo de un Giménez Caballero la apelación a Roma para ensalzar la España imperial (no precisamente el hecho regional).

    No sólo eso; los mayores admiradores modernos de la influencia de Roma en España y del Imperio español (Giménez Caballero, Ramiro Ledesma) no fueron regionalistas sino todo lo contrario. De hecho, Ramiro Ledesma llegó a afirmar en1931 (II República) , y de un modo general:

    66 La defensa de una política de concesiones a los núcleos regionales que piden y reclaman autonomías equivale a defender el proceso histórico de la descomposición española. Equivale a mostrarse conformes con lo peor de nuestro pasado, como deseosos de que sea permanente nuestra derrota. Equivale a una actitud de rubor y de vergüenza por haber sido España algún día un Imperio. Equivale de hecho a creer que España es una monstruosa equivocación de la Historia, siendo, por tanto, magnífico ir desmantelándola piedra a piedra hasta su aniquilamiento absoluto.

    http://www.maalla.es/Libros/Ramiro%2...-Antologia.pdf


    Sin embargo, por otra parte, veo que tu firma en el foro contiene una frase de Ramiro Ledesma...



    En fin, perdón si no he entendido bien tu mensaje, que será lo más probable.
    Última edición por ALACRAN; 19/04/2021 a las 14:33
    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

  10. #10
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    Re: Contra las tres culturas

    Cita Iniciado por ALACRAN Ver mensaje


    Me parece ver en tu mensaje una exaltación del legado de Roma y a la vez del hecho regional español (aun prescindiendo de las modernas "autonomías"). Sobre ello quiero hablar.

    Sin ánimo de extenderme (pues no estoy seguro de captar bien tu mensaje) y ciñéndome solo a un matiz, señalo para los defensores de "identidades regionales" que, especialmente, Roma fue su mayor aniquiladora en Hispania, no habiendo dejado, salvo los vascos, ni rastro del legado celtíbero (en lenguas, costumbres, derecho) que debía ser de lo más rico y variopinto (turdetanos, arévacos, lusitanos, ilergetes, etc, etc). Es una pena que los defensores de identidades no añoren aquello (100% hispánico) que Roma nos arrebató. (Pero vamos, que yo no lo condeno. eh)

    No sólo eso sino que, precisamente fue el antiguo Derecho Romano la doctrina jurídica usada para centralizar las naciones y otorgar soberanía absoluta a los monarcas bajomedievales. En España, el caso de Alfonso X y las Partidas. Nada hubo más opuesto a los fueros medievales que el derecho romano.

    Así que, sin ánimo de seguir profundizando, no atisbo muy bien cómo se pueden ensalzar juntas a Roma y a las identidades regionales. Porque lo lógico siempre fue entender, al modo de un Giménez Caballero la apelación a Roma para ensalzar la España imperial (no precisamente el hecho regional).

    No sólo eso; los mayores admiradores modernos de la influencia de Roma en España y del Imperio español (Giménez Caballero, Ramiro Ledesma) no fueron regionalistas sino todo lo contrario. De hecho, Ramiro Ledesma llegó a afirmar en1931 (II República) , y de un modo general:

    66 La defensa de una política de concesiones a los núcleos regionales que piden y reclaman autonomías equivale a defender el proceso histórico de la descomposición española. Equivale a mostrarse conformes con lo peor de nuestro pasado, como deseosos de que sea permanente nuestra derrota. Equivale a una actitud de rubor y de vergüenza por haber sido España algún día un Imperio. Equivale de hecho a creer que España es una monstruosa equivocación de la Historia, siendo, por tanto, magnífico ir desmantelándola piedra a piedra hasta su aniquilamiento absoluto.

    http://www.maalla.es/Libros/Ramiro%2...-Antologia.pdf


    Sin embargo, por otra parte, veo que tu firma en el foro contiene una frase de Ramiro Ledesma...



    En fin, perdón si no he entendido bien tu mensaje, que será lo más probable.
    Creo que no me has entendido correctamente Alacrán (o yo no me he sabido explicar):

    La idea imperial romana tiene muy poco que ver con el uniformismo centralista del Estado-nación (de hecho, esa tendencia en España surge con el resquebrajamiento del Imperio por iniciativa de masones liberales como Alcalá Galiano, que negaba la existencia de la nación española) y sí mucho con la integración de diversos pueblos en torno a dicha idea, simbolizada en el fascio («e pluribus unum») : la famosa unidad de destino en lo universal joseantoniana. De haber significado lo primero, dudo que España, como heredera de Roma, se hubiera dedicado a escribir gramáticas de lenguas indígenas en América en lugar de erradicarlas como en las colonias anglosajonas, cuando muchas lenguas europas ni siquiera disponían de una propia. Para afirmar tan aventuradamente que Roma fue centralista habría que ignorar toda la compleja estructura de provincias, diócesis, etc... que la componía. La centralización del Estado tiene mucho más que ver con las doctrinas modernas de Bodino, Grocio, Hobbes... que apuntó Elías de Tejada en sus famosas 5 rupturas de la Cristiandad que con el foralismo basado en el derecho natural. Más información sobre esto aquí:

    https://elmanifiesto.com/tribuna/527...l-imperio.html

    En cuanto a esas declaraciones de Ramiro, convendría no descontextualizarlas, pues hacen clara referencia al separatismo. Porque en la Conquista del Estado también se decían cosas como éstas:

    Articulación comarcal de España

    La primera realidad española no es Madrid, sino las provincias. Nuestro más radical afán ha de consistir, pues, en conexionar y articular los alientos vitales de las provincias. Descubriendo sus mitos y lanzándolas a su conquista. Situándolas ante su dimensión más próspera. Por eso el nuevo Estado admitirá como base indispensable de su estructuración la íntegra y plena autonomía de los Municipios. Ahí está la magna tradición española de las ciudades, villas y pueblos como organismos vivos y fecundos. No hay posibilidad de triunfo económico ni de eficacia administrativa sin esa autonomía a que aludimos. Los Municipios autónomos podrán luego articularse en grandes confederaciones o comarcas, delimitadas por un margen de exigencias económicas o administrativas, y, desde luego, bajo la soberanía del Estado, que será siempre, como antes insinuamos, indiscutible y absoluta. Para vitalizar el sentido comarcal de España, nada mejor que someter las comarcas a un renacimiento que se realice al amparo de realidades actualísimas y firmes.

    https://www.filosofia.org/hem/193/lce/lce011b.htm

    Pero hay sobre todo el hecho indudable de que grandes núcleos hispánicos se inclinan hoy a una estructura federal del Estado. A nosotros se nos considera injustamente como partidarios de un rabioso unitarismo. No hay tal. Lo que sí nos preocupa es la captura de un contrapeso nacional que impida la reclusión de las energías regionales en los pequeños orbes de su vida. Cuando llega el momento de que la unidad hispana comparezca ante las miradas universales y se encargue del timón europeo, sería absurdo y criminal que se interpongan las aspiraciones de rango localista, desarticulando la eficacia de nuestro pueblo.

    Es, pues, sólo admisible y deseable un Estado federal en España, en tanto se acepte y admita por todos la necesidad de incrementar los propósitos de imperio. Hay muchos espíritus débiles y enclenques que creen que esto del imperio equivale a lanzar ejércitos por las fronteras. No merece la pena detenerse a desmentir una tontería así. Por de pronto, el imperio sería la idea común que adscribiese a los pueblos hispánicos un compromiso de unidad. Pues concedidas las autonomías –aunque, claro es, de régimen administrativo tan sólo–, ¿se nos quiere decir qué contrapeso unitario equilibraría la tendencia a polarizarse en torno a las capitalidades de las regiones? ¿El que representan los intereses económicos comunes? Es insuficiente, porque las corrientes esas fluctúan, y si hoy favorecen una cohesión, mañana pueden favorecer lo contrario. Y no hay que hacer demasiadas llamadas a la Historia, sino llenar a nuestro pueblo de compromisos actuales, fecundos, que tengan su raíz y su fuerza en el presente vivo.

    El imperio nace con las diversidades nacionales que obedecen y siguen los fines superiores de un Poder más alto. De aquí que la idea imperial sea la más eficaz garantía de respeto a la peculiaridad de las comarcas.

    https://www.filosofia.org/hem/193/lce/lce121.htm

    Siempre hemos creído que debe modernizarse el concepto comarcal, de forma que comprenda tanto los núcleos históricos como aquellos que se enlacen por conexiones actuales de sentido económico y comercial. Véase un ejemplo: la Confederación del Ebro, que extiende intereses comunes de regadío por territorios de tan diversa filiación histórica, como es la Rioja, la Navarra meridional, Aragón, sur de Cataluña, impide de seguro la fijación de un régimen autonómico idéntico al que se hubiera forjado hace quince años. Por eso ponemos tanto interés en que se robustezcan las entidades municipales. Estos organismos, una vez purificados de las extrañas faenas a que han venido dedicándose, pueden mejor que nadie tejer de nuevo las líneas articuladoras de las comarcas. Una vez acordada por las Cortes la preferencia federal, deben los municipios tender sobre el suelo patrio la red auténtica de las ramificaciones fecundas. Es el único medio de que no se intercepten voces artificiosas que reclaman ilusorias redenciones. Cuando los intelectuales de un gran pueblo no se elevan por cobardía histórica a la concepción nacional y pierden la justificación de los fines imperiales, acaecen las polarizaciones en torno a pequeños focos románticos, de cien kilómetros de radio, engendradores de todas las decadencias. Cuando muy pronto se proyecte sobre España la necesidad de su articulación federalista, conviene eludir el influjo de esos núcleos, y para ello nada mejor que el contacto inmediato con el pueblo. De ahí nace nuestro deseo de vigorización de la vida municipal, de atención a los clásicos concejos, que pueden muy bien ser la más limpia voz del pueblo.

    Rutas y Lides Hispanas: Por Cataluña, contra el separatismo

    Palabras de José Antonio:
    “España, aunque no sea ni mejor ni peor que las demás naciones, desde luego es distinta. Tiene características muy acusadas, que es preciso respetar, si no se quiere ir al fracaso, porque sería necio el luchar contra la Naturaleza. Por otra parte, la tradición española es demasiado fuerte y rica, y nosotros no vamos a cometer el desatino de desaprovechar esas existencias y lecciones de la tradición. Nuestro país ha vivido anteriormente muchas experiencias sociales, políticas y económicas que hoy en el mundo empiezan a reivindicarse. Tenemos en nuestra Historia ejemplos de legislación agraria y ganadera que puede hoy mismo aplicarse con feliz eficacia; así como la organización por gremios y oficios, y los fueros municipales, y los montes y bienes comunales, y la «mesta», y tantas otras costumbres que nacieron y prosperaron a impulso de la necesidad propia y característica de la raza” (El Pueblo Vasco, de San Sebastián, 9 de enero de 1935)

    “La Falange sabe muy bien que España es varia, y eso no le importa. Justamente por eso ha tenido España, desde sus orígenes, vocación de Imperio. España es varia y es plural, pero sus pueblos varios, con sus lenguas, con sus usos, con sus características, están unidos irrevocablemente en una unidad de destino en lo universal. No importa nada que se aflojen los lazos administrativos, mas con una condición: con la de que aquella tierra a la que se dé más holgura tenga tan afianzada en su alma la conciencia de la unidad de destino, que no vaya a usar jamás de esa holgura para conspirar contra ella” (Discurso sobre la revolución española. Madrid, 19 de mayo de 1935) “Entendida España así, no puede haber roce entre el amor a la tierra nativa, con todas sus particularidades, y el amor a la Patria común, con lo que tiene de unidad de destino. Ni esta unidad habrá de descender a abolir caracteres locales, como ser, tradiciones, lenguas, derecho consuetudinario, ni para amar estas características locales habrá que volverse de espaldas –como hacen los nacionalistas- a las glorias del destino común” (Discurso pronunciado en el Centro local de Falange. Pamplona, 15 de agosto de 1934).

    José Antonio ¿Contrarrevolucionario? | Desde Mi Campanario

    Falangistas como José María Fontana denunciaban las tendencias centralistas como ajenas al nacionalsindicalismo:

    Fontana mantuvo una visión crítica con el carácter centralista del nacionalismo español. Ya en 1933 se manifestaba contrario respecto al «españolismo homogeneizador», que a su juicio «sólo haría crecer el separatismo».[2]​ En ese sentido, llegó a defender la tesis de un federalismo sustancial como forma de organización polítco-administrativa, y la doble capitalidad de Madrid y Barcelona.[10]​ El historiador Ismael Saz ha venido en considerar los planteamientos de José María Fontana como un catalanismo falangista.[11]​ Por otro lado, durante los tiempos de la Segunda República también fue crítico con las políticas de la Generalidad de Cataluña.[n. 2]​

    En 1977 se manifestaría en estos términos respecto a la política del Régimen franquista y la política autónomica de la Transición:[13]​

    Ya en 1940 deslizamos la observación de que subsistía el problema y eran inoperantes las seudosoluciones adoptadas después de la guerra civil [...] Por desgracias fuimos profetas, y en 1976 ha explotado el llamado problema regionalista por causa y culpa, previsibles, de una falsa política, de los titubeos y de las lamentables equivocaciones producidas [...] Porque los errores de 1939-1975 son hoy sustituidos por las «soluciones», ya ensayadas y fracasadas, del estatutismo republicano de 1931-1936 [...] Los hechos difernciales no son hechos justificativos de nacionalidad y menos de separación. De ahí el tremendo error cometido coactivamente contra los hechos diferenciales naturales y apolíticos. La unidad no es uniformidad ni es centralismo. La unidad es un hecho tan natural como la variedad, y en defensa de tales doctrinas estuvimos los falangistas, apoyados en la doctrina joseantoniana, desconocida, desdeñada y hasta oscurecida por algunos miembros centristas de los gobiernos de los últimos cuarenta años, con la penosa y lamentable cosecha que hoy estamos recogiendo.

    Fontana también se posicionó en contra de la infravaloración de las lenguas regionales, algo de lo que responsabilizaba a los «monárquicos de camisa azul».

    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Jos%...na#Pensamiento

    Podría seguir enumerando ejemplos, pero creo que con estos queda bastante claro que la Falange y la doctrina nacionalsindicalista siempre fueron regionalistas, foralistas y contrarias al centralismo homogeneizante.

    Y ya por último, hay que admitir que Giménez Caballero era un poco dado a los sarcasmos y a las excentricidades intelectuales, pues llegó a decir que la catolicidad de España residía en haber acogido a moros, luteranos, judíos y cuáqueros bajo su «signo fundidor y antirracista». Más diverso y menos uniforme que aquello...

    Saludos en Xto.
    Última edición por ReynoDeGranada; 19/04/2021 a las 15:07
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    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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    Re: Contra las tres culturas

    EL MITO DE LA CONVIVENCIA RELIGIOSA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA






    El pasado mes de abril se celebró en Córdoba el II Congreso Internacionalsobre la Historia de los mozárabes, en donde cualificados expertos repasaron el difícil transcurrir de la vida de estos cristianos españoles, sometidos al Islam en su propia tierra, y que desmiente el mito de la idílica convivencia en la Península Ibérica de las tres religiones monoteístas.

    Bajo dominación musulmana, en cuatro siglos, la Iglesia en el norte de África pasó de tener 600 diócesis en el año 640 a desaparecer por completo en el 1076. Sin embargo, en Egipto, Siria o Irak aún sigue habiendo cristianos. ¿Por qué? Probablemente les ayudó el ser minorías urbanas y con lengua litúrgica escrita, ¿Y en España? ¿Qué ocurrió con los cristianos mozárabes que vivieron bajo el dominio islámico? En el Congreso, lo que se vino a explicar fue la resistencia, decadencia y martirio de la cristiandad mozárabe hispana bajo el yugo islámico.

    La Hispania visigoda es rápidamente conquistada por los musulmanes en el año 711. Durante el siglo VIII y las primeras décadas del IX, la población cristiana era una amplísima mayoría, en torno al 90% de la población de Al Ándalus. En un primer momento, esta población cristiana pudo mantener su autonomía, regulada por unos pactos producidos en el momento de la conquista.

    Aquellos pactos dieron pronto paso al sistema de la dimma. Los cristianos y judíos podían practicar el culto con grandes limitaciones, y a cambio de ello se veían sometidos a un conjunto de normas discriminatorias y humillantes en su vida personal, social y cotidiana, como precio a pagar por vivir en un país sometido al poder musulmán. Tan solo convirtiéndose al Islam, el cristiano dejaba de padecer esa situación de inferioridad legal sistemática.

    La situación para la Iglesia era muy precaria. La dimma de los cristianos les impedía evangelizar y contrarrestar el intenso proselitismo musulmán que se daba desde finales del siglo VIII. Nos encontramos ante una Iglesia inerme, que va viendo como muchos cristianos son captados por el Islam, unas veces por conveniencia, otras por convicción, o bien por la inmersión cultural.

    Resistencia cristiana al poder y persecución

    A finales del siglo VIII, la instauración del Emirato Omeya dio comienzo a un programa más sistemático de islamización de los territorios. Hacia el año 825, como consecuencia de la política de los omeyas para establecer un proyecto de Estado islámico cultural y lingüísticamente árabe, la presencia de los cristianos será cada vez más complicada e incómoda.

    Se conoce poco sobre los mozárabes, debido a que en las crónicas musulmanas prácticamente no se menciona a los cristianos, tan solo cuando se produce alguna rebelión importante.

    Los mártires cordobeses

    Hacia el año 850 estalla el fenómeno de los mártires cordobeses, de los que se conocen 50 historias de cristianos (10 eran mujeres, incluidas 5 monjas), encabezados por San Eulogio, que van a presentar una resistencia cultural y religiosa al régimen de los omeyas.

    San Eulogio fue un clérigo líder del movimiento martirial y amigo de Paulo Álvaro de Córdoba, otro de los protagonistas, quien fue quizá el personaje más brillante de la España cristiana, con un extraordinario brillo intelectual y también moral.

    La figura de San Eulogio no solo se engrandeció como impulsor de los mártires mozárabes a partir del año 850, sino también como defensor de su memoria, que quedó conservada en el texto del Memorial de los Santos.

    “¡Cuánto glorificaríamos al Señor si, incitados por el ejemplo de nuestros mártires, les imitásemos esforzadamente, no sufriendo más el yugo de esta nación impía!”, alegaba el santo mártir.

    Las autoridades detuvieron a Eulogio y a otros cristianos que alentaban al martirio. En la cárcel, Eulogio encontró a dos jóvenes, Flora y María, que se convertirían en las primeras mujeres mártires. A ellas les seguirían otros cristianos, como el presbítero toledano Gumersindo o Aurelio y Félix con sus esposas Natalia y Liliosa.

    La rebelión armada de Omar Ibn Hafsun

    Omar ibn-Hafsun, perteneciente a una familia muladí – musulmanes conversos desde el cristianismo, o de familia de origen cristiano – fue el líder de la mayor rebelión armada que se conoce contra los emires omeyas. Estuvo en condiciones de hacer tambalearse al régimen.

    La rebelión, iniciada en el 878, fue secundada en gran parte por los cristianos mozárabes y se extendió por amplios territorios. En el 899, tras 21 años de rebelión, Ibn-Hafsun se convierte al cristianismo, bautizándose con el nombre de Samuel. Su movimiento tomó un sesgo cristiano cada vez más acusado. Sin embargo, esta rebelión fue destruida por completo en el año 928.

    En ese contexto, destacó también el grado de refinamiento y búsqueda espiritual de mujeres como Argentea, santa, según la RAH, posiblemente nieta de Ibn-Hafsun. Sabemos de otras que no llegaron al martirio, pero que estaban muy próximas a ellas y las apoyaban. Eran capaces de presentarse ante la máxima autoridad, declarando su fe y que estaban dispuestas a morir por Cristo, reprochando que se hubiese sometido a tormento a otros cristianos.

    Decadencia y declive del mozarabismo

    Cómo consecuencia de la represión sufrida por la Iglesia y por estos mártires, se inicia un periodo de decadencia y declive del mozarabismo. Se acentuó en el siglo X, en el que se convierten en un grupo colaboracionista. Para mediados del siglo XI, probablemente no hubiese más de un 20% de cristianos en al-Andalus.

    Paulo Álvaro de Córdoba refería desconsolado que sus correligionarios ya no eran capaces de escribir una epístola en latín. Mientras, muchos se afanaban en ponderar la belleza del árabe y componían versos en ese idioma. Lengua árabe, orientalización de las costumbres e Islam formaron un tridente frente al que nada podía oponer la tradición hispana.

    Tras la desaparición del califato de Córdoba en el año 1031, la situación de la cristiandad mozárabe era prácticamente irreversible. Con la llegada de los almorávides primero, en el 1086, y de los almohades después, desde el 1145, comenzó un periodo que ya no era de presión, sino de marginación y aniquilación.

    Comenzaron a ser frecuentes las deportaciones al norte de África, la persecución y destrucción de iglesias y las matanzas. Los cristianos mozárabes respondieron con una emigración masiva de todos los que podían hacia el norte, a los reinos cristianos.

    Así es como termina la herencia de la cristiandad española, de forma que hacia 1150 se les pierde el rastro. Puede decirse que, a partir de esta época, no hay ya comunidades cristianas en al-Ándalus. Podía haber pequeños grupos, aislados y en situación precaria, pero la estructura eclesiástica había sido eliminada por completo.

    Las tres culturas, un mito debilitado

    España tendría que esperar aún más de 300 años para que la Iglesia se encontrase en situación de desplegar su predicación nuevamente en cada rincón de la Península Ibérica. Finalizada la Reconquista – término aceptado y asentado que se debate por una cuestión meramente ideológica, no historiográfica – queda claro que el de las tres culturas es hoy un mito muy debilitado, ya que no hubo un afán de tolerancia, sino una dura imposición de uno de los grupos sobre los otros siempre que le fue posible.

    Jesús Carballo



    https://espanaenlahistoria.org/episo...nsula-iberica/

    ReynoDeGranada dio el Víctor.

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    Re: Contra las tres culturas

    El mito de las tres culturas

    El pasado de viernes 1 de Abril, tuvimos el honor de presentar la charla con el título «El mito de las tres culturas», impartida por el escritor Carlos Paz, autor del libro «Descifrando el Islam» y un excelente conocedor de Oriente Próximo y de las culturas árabe e islámica.



    A lo largo de una hora y media, nuestro invitado expuso una crítica a las visiones historiográficas que conciben a Al Ándalus como un crisol cultural y modelo de convivencia, destruido por la invasión castellano-leonesa procedente del Norte. El mito de la tolerancia andalusí hundiría sus raíces en la islamofilia y orientalismo románticos de principios del siglo XIX, en el que se insertarían, entre otros, los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving o algunos de los cuadros de Delacroix. En Andalucía, fue por primera vez Demófilo (padre de los Machado) el que, con motivo del sexto centenario de la reconquista de Sevilla, hizo alabanzas al pasado andalusí de Andalucía, considerándolo como un elemento esencial en la configuración de la identidad de la región. Estas tesis fueron posteriormente desarrolladas por Blas Infante, y hoy en día constituyen un elemento esencial del nacionalismo andaluz, hasta tal punto que la bandera de la comunidad autónoma andaluza (que tiene sus orígenes en la Asamblea de Ronda de 1918) está basada en el antiguo estandarte omeya.

    En el ámbito académico español, Américo Castro creó una concepción híbrida de la identidad española, como fruto de la interacción entre cristianos, musulmanes y judíos. Las ideas de Castro, aunque han gozado de gran predicamento en las últimas décadas, no pueden sostenerse a la vista de la evidencia documental, lingüística o incluso genética. Tal y como expuso nuestro conferenciante, en la actualidad, la población de la Andalucía actual es de origen castellano-leonés, habla castellano y es de religión cristiana. Los préstamos procedentes del árabe son relativamente escasos y limitados al ámbito agrícola. La sociedad andalusí, que se moldeaba sobre la lengua árabe y la religión islámica, fue literalmente aplastada por las tropas cristianas que provenían de los reinos del Norte, y fue poco lo que quedó de ella.

    Con todo, aunque el Califato Omeya no fuera en el pasado el modelo de convivencia que muchos académicos han propuesto, en la actualidad determinadas sociedades árabe-islámicas, como las existentes en algunos países del Creciente Fértil, sí que son relativamente tolerantes a la presencia de minorías etno-religiosas, entre las que podemos citar a los cristianos hablantes de arameo, los maronitas del Líbano o los alauíes del occidente sirio. Paradójicamente, los regímenes islámicos más intransigentes, como los existentes en la Península Arábiga, han tenido y tienen estrechos vínculos con las potencias liberal-democráticas por antonomasia: los angloamericanos. De este modo, los wahabíes/saudíes, bastiones del petrodólar, lograron hacerse con el control de La Meca y Medina tras la I Guerra Mundial gracias al apoyo británico. Y en la actualidad financian mezquitas a lo largo de toda Europa sin que las autoridades locales hagan nada para impedirlo.



    Después de la exposición, hubo un turno de preguntas y un pequeño coloquio en el que se discutieron cuestiones sobre geopolítica actual, y con el que se puso fin a la conferencia.

    Esta charla ha supuesto nuestro retorno a la sala La Revuelta tras más de dos años de ausencia, en una jornada extraordinariamente provechosa y concurrida. Damos las gracias al conferenciante, Carlos Paz, y a todos los asistentes al evento.




    https://asocrodrigodebastidas.wordpr...tres-culturas/


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