Si te han servido tales explicaciones, por cierto basadas en argumentos abstractos, me alegro. No obstante, no es que me haga ilusión pisar una boñiga, porque nos movemos más gracias a nuestras sensaciones que a la racionalidad de muchas cosas. En cambio, en mi opinión, el esperpento y la fealdad están más relacionadas con nuestras propias conductas y actos.