No existe un documento único sobre el tema y la doctrina hay que extraerla de varias encíclicas, pre y postconciliares, pero existe. En ocasiones los liberales intentan presentar a algunos autores católicos como Francisco de Vitoria o Domingo de Soto como defensores del libre mercado o incluso precursores del capitalismo (particularmente los católicos liberales o democristianos), pero es una manipulación evidente pues para ellos el libre mercado es el valor supremo ordenador del bien y del mal y contra el que no cabe límite alguno, cosa que ningún teólogo de la Escuela de Salamanca habría suscrito. Para la doctrina católica la economía está al servicio de la política y del bien común, y tiene su límites (como todo) en la ley de Dios. Para los liberales económico el mercado es la mano divina, y no puede limitarse nunca, todo sirve a la economía y la economía no sirve a nadie (y entienden que por puro azar ese sistema produce justicia y felicidad por doquier).
¿El catolicismo es proteccionista? Sí y no. Para el catolicismo el economía protege a las familias y a la nación, y una economía que haga algo distinto o beneficie a alguien distinto no se puede permitir. Tampoco se puede permitir un proteccionismo destinado a proteger los privilegios de unos pocos. Como digo, la vara de medir es que la economía debe servir al bien común. Desde luego eso está más cerca del proteccionismo que del libre mercado actual.
Pero el liberalismo económico está condenado, no sólo los extremos del mismo como algunos intentan disimular, el propio concepto lo está (como todo el liberalismo, igual que el marxismo está condenado y no sólo los extremos).
Marcadores