Re: Adios Euro, adios... (tres escenarios posibles)
Es que lo que yo observé, sin saber de economía más allá de esa cultura que todo el mundo sería deseable que tuviese, es que hay un efecto psicológico también. Valga como ejemplo una anécdota vivida por mi. En una ocasión llevé a hacer una puesta a punto de mi coche a un taller de muchísima confianza mutua. Cuando le pedí la factura al dueño, me presentó una cantidad que superaba ligeramente los 300 €, me quedé desconcertado porque todo había sido cambiar filtros, aceite, líquido de frenos y bujías, y recuerdo que le dije estas palabras textuales: "Antonio, esta cantidad no te atreverías a presentarla en pesetas".
Es decir, gran parte de la inflación que se ha sufrido la ha provocado la gente y con la connivencia de unos gobiernos despóticos y absolutamente irresponsables. Yo ví como una parcela doblaba su precio en una semana. Y supongo que si hiciéramos un anecdotario acabaríamos echándonos las manos a la cabeza por los disparates incontrolados que la desvergüenza y la supina ignorancia de gobierno y población nos han conducido a esta situación actual. Ahora a ver quién y cómo es capaz de poner remedio al desaguisado.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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