Iniciado por
DON COSME
Vaya por delante que soy un euskaldún analfabeto. Esto es, nunca he recibido ninguna formación en euskera escrito, no sé escribir en euskera y me cuesta horrores leer y entender cualquier escrito en batúa. Para hacer un simil no del todo exacto, es como el caso de un castellano leyendo un texto en francés, o quizás mejor italiano. Después de leer, tienes una impresión general del significado del texto pero poco más.
Como soy bastante intransigente en cuanto al idioma, no soy de los que han cambiado de opinión respecto del papel de la ETB y demás organismos difusores de la "normalización", y es más, NO LOS CONSUMO. Ahora con más facilidad pues hace unos pocos años que dejé de residir en el País Vasco definitivamente.
Cuando empezaron las emisiones de la ETB, y reconozco que han mejorado desde sus comienzos, la palabra más suave que se oía en casa era "kanpotarrak", (por cierto desconozco si lo he escrito bien). Esa es y seguirá siendo siempre mi opinión sobre el batúa, y sobre los que lo emplean con la pretensión de que están hablando en euskera, con un tono y musicalidad marcadamente castellanas, marcadamente alejadas y desconectadas de todo parecido con la realidad vasca auténtica.
El batúa para mi es un "postizo académico" que intenta hacer comprensible un código oral familiar ancestral que debe seguir así. Oir a esta gente hablando batúa, arriba y abajo, es chirriante, artificial y repugnante. Intentar pretender que un idioma tan repleto de matices, giros, contracciones, terminaciones, localismos y modismos, tan variados que divergen incluso dentro de una misma merindad, sea resumible en ese código inventado por un puñado de académicos que nos han impuesto con el tiempo sus criterios, esto es sus subjetividades más o menos razonadas, no es aceptable.
Sé que el batúa es práctico: hace posible el aprendizaje de la lengua para muchos "nuevos ciudadanos", hace posible para muchos de quienes lo sustentan la construcción a través de su difusión de un estado nacional vasco (es unificador), y arregla el caos de una lengua con escasísima y "reciente" producción literaria, haciendo viable y comprensible la producción literaria en euskera para una comunidad más amplia. Es práctico también pues ayuda a preservarla. Pero la cuestión es: ¿preservar qué? ¿Un invento academicista sin alma?
En fin este tema me revuelve las vísceras, por tanto, perdonad, tú Escuela de Sara el primero, mi visceralidad. Tengo muy buenos amigos y algunos familiares totalmente comprometidos con el batúa. Para ellos es la única vía de garantizar la pervivencia de un legado ancestral que todos queremos preservar. Para mí, sólo es un proyecto normalizador artificial incapaz de recoger la riqueza de la lengua de mis ancestros. Un mutilador oficialista que se impone día a día por la fuerza y omnipresencia de los medios de comunicación y el sistema educativo, haciendo cada véz más reducido el universo de los que preservan el auténtico legado.