Respuesta: A language Myth: The Arabic impact on Spanish

Iniciado por
Josean Figueroa
Lamentable que el autor recurra a tal disparate para enfatizar su punto.
Evidentemente, el predominio árabe en Hispania apenas duró un siglo. Dicho así cualquiera dirá que de eso nada, pero es lo cierto. Y es que apenas 100 años después de que las oleadas invasoras llegasen incluso a Poitiers (Francia), las fronteras ya estaban establecidas en el Duero, o sea que de "toda" España, ¡naranjas de la China!
Y los 781 años los tuvieron que soportar en Granada, mientras perduró el reino nazarí. En el resto del territorio peninsular ya casi ni se acordaban de como eran las caras y costumbres sarracenas.
Es que cuando se leen estas cosas da la impresión de que en el 711 se produce un golpe de mano simultáneo en todo el territorio de la Península, desaparece todo vestigio anterior y a partir de ahí, durante esos casi 8 siglos, aquí eran todos "beduinos". Y "súbitamente" en 1492, como surgidos de la nada y sedientos de venganza, aparecen los ejércitos revanchistas de nuestra Señora Doña Isabel y fulminan, también de un modo simultáneo, toda presencia mora. Pero eso sí, 500 años más tarde, aún se duda si no seguiremos siendo moros. "¡Manda güevos!"
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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