¿Cuál es la diferencia entre un Curaca prehispánico y un Cacique virreinal?
Si consultamos los lexicones quechuas del siglo XVI, el término “Curaca” es usado para denominar al “Señor del pueblo”, al “Principal de los yndios”, “Señor principal de vasallos”, “Cacique señor”, el “Mandón de una parcialidad”, “Señor de los yndios”, “Señor natural de estas tierras”, el “señor y rey de ellos”, el “mayor de los yndios”, entre otras acepciones.
Y en cuanto al termino “Cacique”, que es de origen taino, es usado para denominar al “Rey de los Yndios”, “Principales de la tierra”, “Nobles y principales”, “Príncipe”, “Señor de los naturales”, “Señor natural de los yndios”, entre otras acepciones.
En aspectos generales ambos términos guardan conceptos muy similares, pero por cuestiones de tiempo, cercanía y uso, es el término “Cacique” es el que se termina instaurando como de uso legítimo y general para denominar a los gobernantes o líderes de los indios, en todas las dependencias hispánicas. Con la instauración del gobierno de la Corona, tras la derrota y sometimiento de las Empresas de Conquista, el término “Cacique” pasa a ser oficialmente reconocido y asimilado por el régimen, ya no como una denominación limitada a un territorio o pueblo en específico, sino como un cargo virreinal o título de gobierno otorgado a todos los gobernantes de los pueblos y parcialidades de indios, es decir que los “Caciques” pasan a ser funcionarios de la Corona española.
“Algunos naturales de las Indias eran en tiempo de su infidelidad caciques y señores de pueblos, y porque después de su conversión a nuestra santa fe católica, es justo que conserven sus derechos, y el haber venido a nuestra obediencia no los haga de peor condición. Mandamos a nuestras Reales Audiencias, que si estos caciques o principales descendientes de los primeros, pretendieren suceder en aquel genero de señorío, o cacicazgo, y sobre esto pidieren justicia, se la hagan, llamadas y oídas las partes a quien tocara con toda brevedad”. (Felipe II, 1557)
En así que el término “Curaca” al menos en el Perú virreinal, deja de ser usado, empleándose en su lugar de manera hegemónica el término “Cacique”. Sin embargo, a pesar de que el “Cacique” en apariencia pareciera ser lo mismo que un “Curaca” prehispánico, si nos guiamos por las definiciones, en el fondo son muy distintos.
Un “Cacique” virreinal tenía atribuciones y funciones semejantes al de un “Alcalde” europeo y al de un “Señor” europeo de la época, y no podía ir más allá de eso. Pero un “Curaca” prehispánico no estaba tan limitado a esos esquemas, por eso se señala que la definición más exacta de “Curaca” es la de un “Administrador”, ya que los curacas no solo eran gobernantes de los indios, sino que las funciones de los curacas eran mucho más variadas y específicas. En el mundo prehispánico, existían curacas que se encargaban específicamente de administrar los registros contables, administrar las colcas y tambos, administrar las aguas de los ríos y los riegos, administrar los caminos, administrar los cultivos, administrar la producción textil, administrar la reproducción de los animales domésticos, administrar la extracción de minerales, incluso a tal punto de administrar cosas tan curiosas como la recolección y eliminación de los desechos fecales de los Incas y la recolección de los pelos del Inca.
Así mismo, mientras que en el periodo prehispánico los curacas eran necesariamente personas de un linaje de elite, es decir que según sus creencias eran de una condición superior a la del resto, hasta divina, en el periodo virreinal un “Cacique” no necesariamente tenía que ser de origen noble, sino que personas del común podían ejercer ese cargo si eran designados por una autoridad superior, así mismo ya no tenían la condición divina y se llegó a tal punto que podían ser elegidos por votación en las comunidades. Incluso los curacas “yanaconas” eran de origen noble, solo que ellos eran sirvientes destinados a los Incas, porque no cualquier persona del común podía servir al Inca.
En este sentido, el empeño de ciertos sectores indigenistas, socialistas, progresistas y comunistas por intentar reivindicar la figura del "Curaca" denominando así a los "Caciques" del periodo virreinal carece de fundamento histórico y conceptual. Esta práctica, lejos de enaltecer a las autoridades prehispánicas, confunde, desvirtúa y diluye las profundas diferencias que existieron entre ambas figuras, correspondientes a contextos políticos, sociales y económicos radicalmente distintos. Por tanto, pretender utilizar ambos términos como equivalentes no solo incurre en un anacronismo, sino que borra las transformaciones que se dieron con la incursión hispánica. Reconocer estas diferencias ayuda mucho a entender la complejidad de las trasformaciones que ocurrieron.
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