Resulta curioso el uso propagandístico que se ha hecho en Hispanoamérica de las imágenes del tonto del metro, ya se lo he visto decir a gente muchos países de por allí... cada día hay muchísimos delitos cometidos por sudamericanos en España, algunos de una gran crueldad, que dejan al del metro como una Hermana de la Caridad.

Claro, son algunos, los peores, no se puede generalizar, etc. Pero sin embargo, al final resulta que se concluye siempre no se qué cosa acerca de no se qué problema racista o xenofobia de no se quiénes, mientras que lo otro... nada, no hay nada que concluir.

Hispanoamérica parece realmente permeable a este tipo propaganda destinada a crear la idea de un problema racista (completamente virtual, ya que no se señalan ni culpables ni causas) que crea un complejo de victimismo bastante artificial.