En 1956, cuando el Che se asoció con Fidel, Raúl y a sus amigos cubanos en Ciudad de México, uno de ellos (actualmente en el exilio) recuerda al Che vituperando de “fascistas” a los combatientes húngaros por la libertad y aplaudiendo su exterminio por los tanques soviéticos.

En 1962 el Che tuvo la oportunidad de hacer algo más que aplaudir desde la barrera. Tuvo una mano en lo siguiente: [B] "las unidades de la milicia cubana al mando de oficiales rusos emplearon lanza llamas para quemar los bohíos de techado de palma en la zona del Escambray. Los campesinos inquilinos fueron acusados de alimentar a los contrarrevolucionarios y los bandidos." [/ b]

En cierto momento de 1962, uno de cada 19 cubanos era un preso político. Fidel admitió que se enfrentaron a 179 bandas de "contrarrevolucionarios" y "bandidos".