Facón, has dado en el clavo. Ahí está la clave: en que la decadencia de España arranca con la llegada de los Borbones, dinastía francesa que en general no ha traído más que males a España, al menos los monarcas que han reinado oficialmente; los reyes carlistas también son Borbones, pero en su mayoría han sido fieles a la Tradición. Con la llegada de los Borbones empezaron a irse revocando Leyes de Indias y a dictarse otras que eran abusivas y fueron generando descontento. Y la expulsión de los Jesuitas en 1767 fue francamente catastrófica. Carlos III, como buen Borbón, era un rey que no daba golpe y se la pasaba cazando y viviendo bien, y aunque no fuera masón todos sus ministros y consejeros lo eran. Con él incluso se inició una política colonial y hasta se empezó a hablar abiertamente de colonias, llegando a crearse incluso una compañía de esclavos en Cádiz, qué horror. Carlos IV corrigió algunas de estas cosas, pero tampoco se puede decir que hiciera gran cosa. Fernando VII fue un rey vividor y blandengue que tampoco tenía muchas convicciones para plantar cara a los liberales. Y el siglo XIX fue un siglo desdichado por la peste liberal. Masones había conspirando por todos lados: en España, en América y por todo el mundo. San Martín, que había combatido contra Napoleón en España, debía de tenerlo muy claro. No lo discuto, claro que no. Por otro lado, el señor Yáñez Durán también tiene bastante razón, aunque haya que matizar mucho en el caso argentino. Porque es cierto que Miranda, Bólívar, O'Higgins, Sucre y todos esos personajes fueron unos masonazos que hicieron mucho daño. La gran tragedia de América fue que España ya estaba echada a perder y los liberales sacaron partido de ello a ambos lados del charco para repartirse la torta. Y vaya si la repartieron y fragmentaron. Comprendo que te duela hablar así de España, Facón. No tengas reparo en hacerlo, a mí también me duele. Me duele mucho España. ¿Quién no sufre al ver a su madre enferma? Y España está gravemente enferma, como para que le den la extremaunción.