Caminos de hierro, caminos de agua, caminos de piedra
La preocupación por las mejoras urbanas se concreta en el establecimiento de infraestructuras: abastecimiento de agua, trenes y tranvías.
Ingenieros militares y más tarde ingenieros civiles españoles trabajaron en Filipinas y aplicaron en muchas de sus obras las técnicas constructivas más avanzadas, dejando en Filipinas un legado notable.
En 1876 se redactó un Plan General de Ferrocarriles para la isla de Luzán con una red total de 1.730 kilómetros. Se construyó un trayecto de 192 Km, que desde Manila llegaba a Dagupan. A partir de 1892 tenía ya un funcionamiento regular. Las obras más singulares fueron el puente sobre el río Grande de la Pampanga y la estación de Tutubán en el barrio de Tondo.
El crecimiento alcanzado por la ciudad de Manila llevó a la administración a plantear el establecimiento de una red de transporte público en 1878. Cinco líneas de tranvías unirían la ciudad y sus arrabales.
El proyecto de suministro público para agua potable data de principios del siglo XVIII. Hasta entonces la ciudad se surtía de agua potable mediante aljibes. En 1867 el Ayuntamiento decide abordar un proyecto global de abastecimiento de aguas. En 1882 manó la primera fuente pública y poco después una moderna tecnología permitía elevar con éxito las aguas desde la captación hasta Manila.
Estación de Tutubán en la línea de ferrocarril de Manila a Dagupan. Revista de Obras Públicas. 1898 De carácter marcadamente hispanofilipino, se construyó de mampostería revestida de ladrillo la planta baja, y de madera la superior. La cubierta era de hierro galvanizado y un voladizo del mismo material rodeaba el edificio a la altura de la primera planta.
Puente sobre el río Grande de la Pampanga, en la línea de ferrocarril de Manila a Dagupan. Revista de Obras Públicas. 1898 A pesar de las trabas surgidas en su construcción debido a dificultades en la cimentación, este puente de vigas de celosía supuso uno de los grandes hitos de la ingeniería española en Filipinas.
Proyecto de una estación de ferrocarril para Iligón. 1898. SHM Tras la apertura del ferrocarril de Manila a Dagupan, en los años 90 se impulsó el estudio y proyecto de nuevas líneas férreas en Luzón y otras islas del Archipiélago.
Plan general del ferrocarril para la isla de Luzón. Eduardo López Navarro. 1876. AHN El Plan General contemplaba las líneas cuya realización se conceptuaba más necesaria. Entre ellas, la de Manila a Dagupan y la de Manila a Taal se clasificaban como de inmediata ejecución.
Plano de Manila con el trazado general de las diferentes líneas del tranvía. León Monpour, con la aprobación del inspector Manuel Ramírez Bazán. 1878-1879. AHN En 1878 se aprobó la concesión para establecer cinco líneas de tranvía en Manila y sus arrabales. La estación central se proyectó en la plaza de San Gabriel, y el paso del río por el Puente de España.
Coches de viajeros de primera y segunda clase, para el transporte público del tranvía de Manila. León Monpour. 1878 AHN
Proyecto de abastecimiento de aguas a Manila. Genaro Palacios y Guerra en Colección de planos correspondientes a varias de las construcciones realizadas o proyectadas por la Inspección General de Obras Públicas de las Islas Filipinas. 1876. BETSICCP, Madrid Fue una de las más destacadas realizaciones llevadas a cabo por los ingenieros españoles en Filipinas, y uno de los primeros para el que se utilizaron máquinas de vapor en la elevación.
Mapa con el proyecto para instalar líneas telegráficas. 1868. AHN A partir de la segunda mitad del siglo XIX se establecen en el Archipiélago las primeras líneas telegráficas que, enlazando con la red internacional, comunican las islas con la metrópoli.
Plano general del abastecimiento de agua potable a Manila. Genaro Palacios y Guerra. 1874-1875. AHNComprende el trazado de la distribución desde Sampaloc, en las cercanías de la ciudad, hasta la zona de Intramuros y los barrios del puerto. Dentro de la capital se alternaron tramos subterráneos con otros descubiertos.
Proyecto para dotar de agua a la real fuerza de Santiago. Narciso de Eguía. 1888. SHM El santanderino Francisco de Carriedo y Peredo, alcalde de la capital, se convierte en benefactor y mecenas al testamentar una manda de diez mil pesos, legado con el que se sufragó la traída de agua a los cuarteles e instituciones militares.
CAMINOS DE HIERRO, CAMINOS DE AGUA, CAMINOS DE PIEDRA
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